Capítulo 5
- El viejo del sex shop I: Descubriendo el gloryhole
- El viejo del sex shop II: Continuación
- El viejo del sex shop III – Final
- El viejo del sex shop IV – Volví a la casa del viejo del sex shop
- El viejo del sex shop V – Los amigos del viejo del sex shop
A la mañana llegaron los amigos del viejo para culearme, convirtiéndome en la putita de ellos. Por fin el viejo del sex shop Conseguiría lo que tanto anhelaba, convertirme en su putita ganando un poco de dinero, ofreciéndome a sus amigos.
La noche anterior el vecino se fue después de haberme culiado bien culiado junto con el viejo, nos fuimos a dormir, al día siguiente desperté un poco dolorido y cansado, me levanté y fui al baño, ya eran casi las ocho de la mañana, cuando volví al cuarto el viejo seguía acostado. Ven, me dijo, acuéstate aquí a mi lado. Desnudo como estaba me acosté junto a él, nos besamos en la boca, metió su lengua en ella mientras buscaba con sus manos mis pezones, comenzando a pellizcarlos, a la vez que me decía:
Cómete mi verga, putita.
Fui bajando por su pecho y su vientre hasta llegar a su verga que me metí en la boca, se la mamé un rato, luego me comí sus huevos y lamí su culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemía el viejo a la vez que gritaba, que rico putita, que rico. Mientras se retorcía de gusto, me hizo volver a su verga y mamarla otro rato, el cabrón estaba disfrutando de mi mamada.
Después de un buen rato donde estuvo disfrutando de mi boca y lengua me dijo:
Ahora ponte boca abajo y abre las piernas, te voy a preparar ese culo para mis amigos.
Colocándome cómo me ordenó, abrí las piernas y el empezó a poner lubricante en mi culo, metió dos dedos, luego tres y cuatro, pronto ya estaba metiendo su mano completa y yo bufaba como un loco.
así putita, así, deja que abra tu culo, te lo voy a dejar bien abierto para cuando lleguen mis amigos, ya verás cómo te van a llenar de verga este culito tan rico que tienes.
Estuvimos así un buen rato, hasta que al fin dejo de trabajar mi culo.
Listo putita, este ya no es un culo, es un coñito, ya eres una putita de verdad, vamos a la cocina, es hora de comer y luego irnos a arreglar el cuarto para lo que te espera putita.
Comimos y luego fuimos al cuarto, cambiamos las sábanas del colchón, aspiramos y limpiamos el sofá. El viejo puso en la mesita varios butt plugs, dildos y me dio in Frasco nuevo de poppers.
Toma putita, te va a ayudar mucho, ponlo dónde lo tengas a mano.
Ahora te toca a ti sobrina, vamos a bañarte y prepararte. Mientras te bañas yo voy a preparar la ropita que usaras hoy.
Me metí a la regadera, me bañé a conciencia, limpié bien mi culo y luego salí, me sequé, me perfumé y fui para el cuarto, ahí estaba el viejo, sobre la cama estaba mi ropita lista, una tanguita roja, unas medias con ligueros del mismo color, una minifalda y blusita blanca y sandalias de mujer con un pequeño taconcito.
Al vestirme y verme con aquella ropa, me sentía toda una puta, pero me gustaba.
Ven, siéntate frente al espejo, me dijo el viejo dándome un brillo
para los labios con un color rojo apenas perceptible. Luego me peiné, mi pelo estaba un poco largo así que no necesitaba peluca.
Mira nomás sobrina, estás hecha una princesa, te ves lindísima.
¿De verdad tío? ¿Te parece?
Claro que sí, a mis amigos les vas a encantar ya verás en cuanto te vean te van a querer coger, te van a dar verga hasta reventar.
Vamos a la sala, no creo que tarden en llegar mis amigos, espero que te portes bien y no me hagas quedar mal sobrina.
No no, te prometo que me voy a portar muy bien.
dime tío, ¿de verdad tienen la verga grande?
Ufff que, si la tienen grande, el vecino se queda corto junto a ellos, así que date una idea de lo que te espera.
Bufff pues sí que me van a llenar de verga tío.
Un rato más tarde se escuchó llegar un vehículo y pararse junto a la casa. Ya llegaron sobrina, prepárate.
Nos asomamos a la puerta y ahí estaban aquellos negros, uno era alto, fornido, de aproximadamente 1,90, tenía brazos fuertes, vestía una camiseta y shorts de deportes, el segundo era un poco más bajo, se veía menos trabajado, incluso con un poco de abdomen, con barba y vestía igual que el primero, ambos venían en sandalias, la ropa típica de hombres listos para coger, cosa que era a lo que Ellos venían.
Pasen, pasen, los negros entraron y saludaron al viejo, luego me vieron y se me quedaron mirando de arriba a abajo.
Miren, dijo el viejo, les presento a mi sobrina.
Mucho gusto, les dije, me llamo Erika, para servirles.
Yo soy Dany, dijo el más alto, y yo matt dijo el otro.
Pero que hermosa sobrina tienes dijo el más alto, está riquísima, ¿verdad matt?
Sí, está bien buena.
Se lo dije, dijo el viejo, date una vuelta para que te vean bien sobrina.
Me di la vuelta, tal y como me había pedido el viejo.
Bufff, buenísima, dijeron los 2 negros a la vez. Y bueno, dijo el alto, ¿cuándo empezamos?
Ahorita mismo, sobrina, enséñales el cuarto a estos amigos y atiéndelos bien.
Sí tío, con gusto. Agarré a los 2 negros de la mano, uno a cada lado mío y nos fuimos al cuarto, me soltaron la mano y pusieron cada uno una mano en mis nalgas y así me llevaron por el pasillo.
Pasen, pasen les dije.
Apenas entramos en el cuarto y me abrazaron empezando a manosear. Mientras uno levantaba mi blusa y buscaba mis pezones el otro metía su mano debajo de la falda y buscaba mi culo. Aquellos cabrones no querían perder tiempo, uno me quito la blusa mientras me besaba, el otro me quitaba la faldita y la tanguita.
No necesitas ropa putita, venimos a culiarte y es lo que vamos a hacer.
Se quitaron las camisetas y me arrastraron hasta el sofá, el alto agarro mi mano y me la llevo a su verga, era enorme, se bajó el shorts y pude verla, hermosa, negra, sin un solo pelo y con unos huevos enormes.
El otro hizo lo mismo, su verga era aún más grande y gruesa que la del otro negro, me hicieron arrodillar y el más alto metió su verga en mi boca, apenas me cabía La mitad de su verga y ya sentía que me ahogaba.
El otro mientras tanto se agachó y busco mi culo con su mano, me coloqué mejor para facilitarle el trabajo. Nada más poner sus dedos en mi abertura, metió dos dedos en mi culo mientras el otro empujaba su verga en mi boca.
Yo quería tragármela toda y el también, pero aquello parecía imposible.
Entonces busqué el frasquito de poppers e inhalé, una y otra vez, ufff, sentí el subidón en mi sangre.
El negro alto cogió mi cabeza y empujó su verga, despacito pero constante, entró un poco más, sentí arcadas, pero no pasó. Siguió metiendo su verga. El otro negro en tanto ya había metido 3 de sus dedos en mi culo.
Ufff, bitch (perra), que culo tienes, espero que no grites cuando te meta toda mi verga en este culo.
Para entonces yo ya tenía toda la verga del otro dentro de mi boca, me estaba culiando la garganta mientras yo me ahogaba con tremenda verga, entonces fue cuando hice lo que me había enseñado el viejo, empecé a respirar como pude por mi nariz.
Al fin aquel pinche negro saco su verga de mi boca llena de babas y me hizo lamer sus huevos.
El negro más bajito se sentó en el sillón y me jalo hacia él. Ahora cómete mi verga, perra, mi amigo mientras te va a culiar, así tendrás tu culo listo para mí verga cuando me toque a mi romperte ese culo de perra.
Miré la verga de aquel negro y me asusté, si el primero la tenía grande este era peor, un poco más larga pero más gruesa. Inhalé más poppers, abrí la boca, aquella verga apenas me cabía en ella, lamí el glande un ratito y luego la fui metiendo poco a poco en mi boca, mientras el otro negro metía y sacaba sus dedos de mi culo, puso un poco de lubricante y metió un butt plug, ahí lo dejo y empezó a jugar con mi verga y mis huevos.
Mira nomás, estás hecha una cerda, bien mojada, me decía jugando con mi polla y huevos.
Yo con la verga del otro negro en la boca apenas podía balbucear, tenía la boca llena de verga, el negro sacó y volvió a meter el plug de mi culo, lo saco y puso más lubricante en mi agujero.
¿Lista puta? Me soltó dándome una palmada en el culo.
Sabía que ahora el negro aquel iba a meter por el culo aquella enorme verga.
Noté como colocaba la punta de su verga en la entrada de mi agujero y fue cuando Entonces me clavó su verga en mi culo hasta la mitad.
Dios que estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, al notar como me entraba aquella verga por el culo.
¡Ahhh aaahhh! Aguanta puta, relájate, apenas te entro la mitad, gritaba el negro introduciéndome la verga por el culo. Mientras tanto la otra verga entraba y salía de mi boca abierta a más no poder, entonces me saco la verga de la boca y pude Inhalar más poppers, desesperado empecé a lamer aquella verga y aquellos huevos, me la metí todo lo que pude en la boca a la vez que echaba mi culo hacia atrás. El otro negro al ver cómo echaba el culo hacia atrás me jalo de la cintura. Dios, aquella verga entró completa por mi culo, eran 10 pulgadas (25 centímetros de verga en mi culo).
Yo sentía que me rompía el fondo del culo.
El negro la metía y la sacaba primero despacio y luego un poco más fuerte, pudiendo escuchar como su pelvis golpeaba contra mis nalgas, plaf, plaf plaf plaf plaf.
Estuve un rato con aquella verga dentro de mi culo, por veces la sacaba despacito casi toda y luego la empujaba de golpe hasta el fondo. El culo me dolía, pero aquello me hacía sentir mucho placer. El cabrón me estaba haciendo gozar.
La otra verga seguía entrando y saliendo de mi boca que ya se había amoldado a su tamaño, notaba aquel enorme cipote en mi garganta, con cada culeada que me daba el que me estaba dando por el culo, mis labios chocaban con los huevos de aquel negro.
El negro que me estaba culiando empezó a bufar y a acelerar sus mete y saca, pudiendo notar como se empezaba a venir en largos chorros de leche que llenaron mi culo, dejándome preñado con su semen.
¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto, perra! Gritaba mientras eyaculaba dentro mía, llenándome el culo con su esperma.
Una vez se hubo descargado dejándome su semen en lo más hondo de mis entrañas, fue sacando su enorme verga poco a poco de mi culo.
Nada más sacarme la polla del culo, el otro negro sacó su verga de mi boca haciéndome poner de espaldas a él. Me agarro por la cintura haciéndome sentar despacio sobre él.
Ven aquí perra, que ahora vas a saber lo que es tener una buena verga en tu culo, me gritaba mientras me sentaba sobre aquel enorme cipote.
Como pude inhalé más poppers mientras me iba sentando despacito sobre aquella enorme verga que yo creía que batallaría para entrar en mi culo, pero no fue así, aquella verga entro como en su casa, un poco por los poppers y otro poco por lo lubricado y dilatado que estaba mi culo después de la cogida del otro negro.
Aunque entró fácil, sí sentí mi culo más abierto que nunca, aquella verga era la más gruesa que hasta la fecha me habían metido por el culo, Me sentía como un pavo relleno.
Eso sí, la fue metiendo despacito, pero constante, hasta que ya no entro más.
Ahora ya me tenía ensartado en su verga, ya me había hecho suya, ahora era su perrita.
Así como me tenía empezó a meter y sacar su verga por mi culo, ¡ohhh! ¡ooohhh! Dios que gusto, aquello se sentía riquísimo. Sus dedos buscaron mis pezones, los empezó a pellizcar, primero despacio, luego más fuerte, a la vez que besaba y mordía mi nuca y mi cuello. Dios, aquello me hacía chillar y gemir como una perra en celo. De pronto me levantó, me hizo girar y ponerme de rodillas en el sofá, quedándome a 4 patas, se colocó detrás mía, volviéndome a introducir su verga por el culo. Entonces fue cuando me di cuenta de lo grande que era aquella verga que yo creía que ya había entrado toda, no era así, solo había entrado un poco más de la mitad, pero ahora supe lo que era una buena verga.
Me daba palmadas en las nalgas a la vez que empujaba su pelvis introduciéndome aquella enorme verga y aquella verga entraba, y entraba y por fin entro.
Ufff, ya tenía el culo lleno de verga, sentía como el negro me agarraba de la cintura y mientras me jalaba hacía él, empujó aún más entrando un poco más aquella verga. Dios, mi culo se abrió como nunca, sentí que me partía en dos. Era mucho más gruesa en la base que en la punta.
Ahora sí ya la tienes toda dentro de tu culo, perra.
¡Ahhh! ¡aaahhh! Sí, gritaba notando como me ensartaba en aquella polla. ¡Ohhh Dios, es enorme Papi!
Tienes el culo lleno, ¿lo sientes?
Siií, le contestaba.
Empezó a culiarme, con cada embestida que me daba yo me sentía en la gloria, sentía mi culo lleno de verdad.
El otro negro que había estado descansando se acercó por enfrente de mí, ya tenía su verga dura de nuevo, se subió al respaldo del sofá con sus piernas abiertas alrededor de mi cabeza y me hizo abrir la boca, así estuve mamando y siendo culiado al mismo tiempo.
Mi pobre verguita estaba a punto de explotar, sentí un escalofrío cuando el negro que me culiaba pego un empujón más fuerte que me hizo sentir partido por la mitad, y fue entonces cuando empecé a venirme a chorros.
El negro sintió como le apretaba su verga con mi culo y empezó a bufar, ¡ohhh que rico perra! Así, así, aprieta ese culo, así perra así.
Cuando de pronto empezó a lanzar chorros de leche en mi culo, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba llenándome el culo de leche.
El otro negro siguió culiando la boca hasta que también se vino en mi boca y cara.
le limpié bien su verga, mientras el otro poco a poco salía de mi culo pringado de leche, me giré y limpié su verga con mi boca. Limpié su verga y sus huevos, para luego tumbarnos un rato en el colchón en el suelo y reponernos de aquella follada.
Pasó un buen rato, hasta que el alto me preguntó:
¿listo para el segundo asalto perra…?
Os recuerdo que este relato es de, Pedro, un lector que me pidió que lo corrigiera y enviara para su publicación.