Capítulo 3

El viejo del sex shop III – Final

Veo que ya acabaron, se escuchó la voz del viejo en la puerta, estaba vestido con un pijama.

Que rico te cogieron putita, es increíble cómo te la tragaste toda.

Los estuve viendo desde aquí, ¡ufff! Te ha quedado el culo tan abierto que más bien parece un coñito, ahora sí podemos decir que eres una putita de primera, ¿verdad vecino?

Sí, es toda una putita y muy cachonda. Y sí, tienes razón, dijo tocándome el culo, le he dejado ese culito tan abierto que parece un coño. Ahora sí puede decir que se lo han culiado.

Bueno, pues ya le dejé el baño listo. Ayúdala a meterse a la tina y ven a la sala, vamos a tomar unos tragos para brindar por nuestra nueva sobrinita.

Me llevó hasta el baño abrazado, ayudándome luego a meterme en la tina. Relájate, mi amor, disfruta del agua y descansa, yo voy con tu tío un rato y luego me voy, me dejaste agotado a mí también, pero mañana vuelvo antes que te vayas.

Se fue a la sala, yo me quedé en la tina. Al rato vino el viejo, traía un vaso de vino. Tómatelo, te va a caer muy bien. Cuando salgas vas a la recamara y te vistes, luego vas a la sala que la cena está lista.

Está bien, le contesté.

Aquel vino me sentó de maravilla, luego de beberlo salí de la tina, me sequé y fui a la recamara. Sobre la cama encontré un camisoncito, una tanguita y unas medias con liguero, todo en color rojo.

Dudé un poco, pero al fin me decidí, nunca había usado ropa de mujer, me puse aquella ropa, me sentí raro, me vi al espejo y, wow, lo que vi me gustó.

Era una verdadera putita, aquella ropa me quedaba bien y se sentía deliciosa, fui a la sala, ahí estaba el viejo viendo televisión.

Fiiuu, silbó el viejo cuando me vio. Estás preciosa. Ven, siéntate aquí a mi lado.

Gracias, le dije.

¿Cómo te sientes?

Cansado y muy raro con esta ropa, pero bien.

¿Nunca habías usado ropa de mujer?

No, le contesté.

¿Y, hacen esto muy seguido?

No, solo dos o tres veces lo habíamos hecho. Hemos tenido otras putitas, pero ninguna tan buena y golosa como tú.

Todas tenían problemas para tragarse la verga de mi vecino, en cambio tú has aprendido rápido. Además, no has tenido problemas para metértela en el culo.

¿Te habían metido una tan grande antes?

No, nunca.

Pues fuiste muy buena.

Bueno vamos a cenar para acostarnos, mañana será otro día y muy ocupado.

Cenamos y nos fuimos a acostar, el viejo se durmió enseguida, yo tarde un poco, estaba adolorido y un poco incómodo con aquella ropa, pero al fin me quedé dormido.

Desperté casi a las 7 de la mañana, me llegó un olor a café desde la cocina, mmm, olía riquísimo me levanté y fui al baño, me lave la cara y me peine un poco.

Me vi al espejo, wow, que putota estaba hecho, y me gustaba, me sentía muy cachondo, cuando volví a la recamara apareció el viejo con una taza de café.

Buenos días mi bella durmiente, veo que ya despertaste. Siéntate y tómate este café, yo vuelvo enseguida.

Se fue al baño, unos 5 minutos más tarde regresó.

Se desnudó y se acostó junto a mí, me abrazó y me besó. Metió su lengua en mi boca y yo se la chupé con gula, mmm, estás cachonda princesita, me volvió a meter su lengua y empezó a jugar con mis pezones por arriba de la camisetita.

Luego empezó a besar mi cuello, agarro mis nalgas comenzando a sobarlas, de ahí pasó a mis huevos y luego a mi verga que ya estaba dura y completamente mojada, estás bien mojadita, déjame ver tu culito.

llevó sus dedos mojados a mi culo, y sin ningún problema metió uno de ellos mientras volvía a besar mi boca. Metió un segundo dedo.

Ummm, que rico Papi…

¿Te gusta?

Siií.

¿Quieres que te meta la verga?

Siiiií.

Te voy a culiar, pero primero me vas a comer la verga un ratito, ¿quieres?

Siiií.

Fui bajando con mi boca por su cuello, seguí por su pecho, bese su estómago y llegue hasta su verga, estaba durísima.

Me la metí a la boca y la chupé un ratito a todo lo largo, mmm, que rica estaba.

Me gustaba el sabor de aquella verga. Luego me la saco y chupe sus huevos, cuando iba a meter de nuevo su verga en mi boca, me dijo espera.

Me pasó un cockring. Pónmelo con tu boca. Lo puse entre mis labios y poco a poco lo fui colocando a lo largo de su verga hasta que quedó en la mera base. Su punta llegaba hasta mi garganta.

¡Ufff! Que rico la mamas putita. Agarro mi cabeza, trágatela más, decía empujándola más fuerte.

yo ya vomitaba, mis ojos lloraban.

El viejo puso una de sus piernas en mi cabeza y me aprisionó contra su verga, yo me ahogaba, pero no la sacó, así putita, así, trágatela toda, abre tu boca, trágatela.

Yo respiraba cómo podía hasta que me acostumbré a tener aquella verga en mi garganta, respiraba por la nariz y a veces abría mi boca todo lo que podía y tragaba aire, saqué mi lengua y empecé a lamer sus huevos.

¿Ves putita? Ya estás aprendiendo.

Quitó su pierna y al fin pude sacarla de mi boca. Ufff, salió con un montón de Babas.

Abre la boca, te la voy a culiar, abrí la boca y metió su verga, está vez me la empezó a meter y sacar, la metía y la sacaba, luego hasta el fondo otra vez, la dejaba un momentito y la volvía a sacar, volvía a culiar mi boca, otra vez hasta el fondo. La dejo ahí otra vez.

Chupa mis huevos. Abre la boca, trágatela y chupa mis huevos.

Quise sacarme, pero no me dejó.

no la saques, trágatela putita, trágatela, y nuevamente aprisionó mi cabeza con su pierna.

Así putita, así, trágatela. Eres una puta tragona, ¿verdad que eres una puta muy tragona?

Por fin me la sacó de la boca. Ya putita ya ya pasó, ya pasó. Me atrajo hacia arriba y empezó a besarme de nuevo, mientras yo respiraba agitadamente.

Acuéstate boca abajo y levanta ese culito, que te lo voy a comer.

Me puse boca abajo, abrí mis piernas y alcé mi culo, el viejo se puso entre mis piernas, hizo a un lado la tanga y empezó a besar mis nalgas.

Ufff, que rico Papi, sigue Papi.

El viejo abrió mis nalgas y metió su lengua en mi culo, ¡ooohhh ohhh! Gemía notando su lengua en mi hoyito.

Que rico culo tienes putita.

¡Ohhh ooohhh! Que rico Papi, siiií papi, cómete mi culo papi.

Sacó su lengua y metió dos dedos, los saco y los volvió a meter. Los abría dilatando mi culo todo lo que podía, luego volvió a meter su lengua, así estuvo por un rato, su lengua y sus dedos, luego fueron tres dedos. Al fin se retiró. Me hizo levantar más el culo y apuntó su verga a la entrada, agarró mis caderas y la empujó hasta el fondo de mi culo.

¡Ohhh! Grité al sentir dolor, pero rápidamente se convirtió en placer cuando el viejo empezó a culiarme, ¡ooohhh ohhh! Que rico papi, que rico.

Empujó otra vez y de nuevo hasta el fondo, saco su verga y puso un poco de lubricante en mi culo, metió tres dedos juntos, los movió adentro, los metía y los sacaba, pronto fueron cuatro dedos, los sacó y puso más crema lubricante. ¿Volvió a meter los cuatro dedos hasta que la base de su pulgar choco con la entrada de mi culo, ahhhhg, Te duele? Un poquito, pero sigue papi, ahhhhg, que rico papi.

Los sacó y volvió a meterme la verga, primero hasta el fondo, luego empezó a culiarme, me culiaba muy despacito mientras besaba mi espalda y mi cuello.

Que rica estás putita…

¿te gusta mi verga?

¿Te gusta cómo te culeo?

Siiiií.

Eres una puta muy golosa.

Siiiií.

me la sacó y volvió a meter sus dedos. Otra vez metió sus cuatro dedos y jugó con ellos en mi culo, empujaba y los giraba, aquello molestaba un poco, pero era más el placer que el dolor, ¡ooohhh ohhh! Que rico papi, que rico.

¿Quieres más?

Siiií.

Sacó sus dedos y puso más lubricante, se unto en sus manos. Me dio poppers, Inhala, me dijo.

Inhalé.

me jaló de la cadera y empezó a meter sus dedos, cuatro de una mano, la sacaba y metía los cuatro de la otra mano. Ufff, que abierto tienes el culo putita.

¿Estás lista?

Siiií, rómpeme el culo papi.

Empezó a meter su mano, ahgggggg, aquello me dolió, se detuvo y beso mi cuello, Tranquila putita, ¿es lo que quieres no?

Siiiii, pero me duele papi.

Vamos a ver. Otra vez empujó su mano, pero no pude con aquel dolor. Nooo, me duele papi. Está bien, vamos a dejarlo para otro día, es que tú culito está muy lastimado de la cogida que te dio el vecino anoche, pero la próxima vez que vengas te voy a fistear este culito tragón, aquí vas a aprender de todo putita, nosotros te vamos a hacer una puta de primera, por lo pronto te voy a culiar un poco más antes que llegue el vecino.

Ya llegué, dijo el vecino.

Estaban tan entretenidos que ni cuenta se dieron de que llegué, Quieren ver todo lo que grabé.

Cabrón vecino, ni ruido hiciste, ¿desde cuándo estás ahí?

No mucho, apenas llegué. Se desnudó y vino hacia la cama.

Hazme lugar vecino, ahora me toca a mí, ya vi que su culo está listo para mí verga, ven mi amor.

Me jaló hasta que quede atravesado en la cama, me quito la tanguita, estaba boca arriba con el culo en una orilla de la cama y la cabeza en la otra orilla, el viejo se acomodó rápidamente, yo abrí mi boca y el viejo metió su verga. El vecino me hizo levantar las piernas y el viejo agarró mis tobillos haciéndome levantar las piernas y dejando mi culo al aire, listo para ser penetrado, mientras el vecino jugaba con mi culo y con la otra mano se meneaba la verga, la pasaba por toda mi raja como provocándome. Yo me moría de ganas de tener aquella verga hasta los huevos en mi culo.

Al fin me la metió, me culeo un rato mientras el viejo culiaba mi boca.

Yo me moría de placer.

El viejo sostenía mis piernas alzadas y abiertas, mientras el vecino empujaba su verga hasta el fondo de mi culo, ¡ooohhh ohhh! Que placer me estaban dando estos cabrones, sí que sabían lo que hacían, sabían cómo culiar una puta, y yo era una puta, su puta.

El viejo se vino en mi boca. No te la tragues me dijo el viejo. Sacó su verga de mi boca, soltó mis piernas y me beso en la boca metiéndome su lengua. Chupó su propia leche, se la tragó, ufff, que cachondo.

El vecino me siguió culiando con mis piernas en sus hombros, luego me la saco del culo y me hizo ponerme boca abajo, con los pies en el piso y el estómago y el pecho en la cama, abrió mis piernas con las suyas, metiendo su verga de nuevo en mi culo.

¿Te gusta así mi amor, te gusta cómo te culeo? Me decía al oído y besaba mi cuello con lujuria.

Siiií, me gusta papi, me gusta mucho.

Pues la próxima vez que Vengas te vamos a enseñar muchas más cosas, ¿verdad vecino?

Siií, dijo el viejo que respiraba con dificultad, sería bueno si pudieras quedarte varios días con nosotros. Te enseñaríamos muchas cosas y te presentaríamos unos amigos igual de buenos para culiar que nosotros.

¿Te gustaría mi amor?

¿Verdad que vas a volver?

Siiiií papi.

Ya verás mi amor, te vamos a llenar de verga todos tus agujeros. Vas a ver qué bien lo vamos a pasar todos, te vamos a culiar hasta que ya no puedas más.

¿Quieres mi amor?

Siiií.

¡Ohhh ooohhh! Que rico me estaba culiando aquel cabrón.

De pronto empezó a envestir más fuerte, ¡ooohhh ohhh! Me vengo, me vengo, gritaba empezando a correrse.

El viejo me besaba la boca y el cuello. Disfrútalo putita, no siempre vas a tener una verga como esa en tu culo.

Me empezó a llenar el culo de leche, me la saco del culo tomándose todo el tiempo del mundo, entonces el viejo me hizo voltearme boca arriba, se subió sobre mi quedando su verga frente a mi boca y su boca frente a la mía, se metió la verga del vecino que se empezaba a poner floja a la boca, la limpió. Una vez limpió la polla el vecino se hizo un lado y se fue al baño, luego el viejo empezó a mamar mi verga mientras yo mamaba la suya. Se metió mi verga dura e hinchada hasta la garganta, ¡ooohhh ohhh! Me vengo, me vengo, y me vine en chorros largos de leche que el viejo mantuvo en su boca, luego vino y me hizo abrir mi boca, abrí la suya y me dio mi leche, mmm, que lujuria, que placer. Metí su lengua en mi boca y jugamos con mi leche en mi boca hasta que me hizo tragármela.

¡Ufff! Que bueno estuvo putita, estuviste muy bien, ya eres una profesional, ya te podemos presentar a nuestros amigos, ¿te gustaría?

No sé, le contesté.

Bueno, te voy a dejar descansar un rato, luego te puedes bañar y cambiarte, ¿quieres desayunar algo antes de irte?

No, ya comeré algo en el camino antes de llegar a casa.

El vecino salió ya vestido.

Bueno mi amorcito, tengo que irme, espero que te animes a volver, ya sabes que aquí te esperamos. Y si nuestras vergas no te son suficientes podemos invitar a alguien más.

A ver qué pasa, no puedo prometer nada.

Me besó y se fue.

Me levanté como pude de la cama y fui al baño. Me metí a la regadera un buen rato, luego salí, me sequé. Cuando volví a la recamara mi ropa estaba en la silla junto a la cama, me vestí y fui a la sala.

Veo que ya estás listo, me dijo el viejo.

Sí, tengo que irme, gracias por todo.

Al contrario, gracias a ti. ¿Entonces cuando vuelves?

No sé, necesito buscar una ocasión, le contesté.

Me gustaría que te quedaras unos cuantos días, ¿qué te parece?

Pues no sé, pero voy a tratar. Yo te aviso, me dio su correo electrónico y yo le di el mío.

Nos abrazamos y besamos, salí de aquella casa, me subí a mi carro y me fui a casa, eran casi las diez de la mañana, iba dolorido, me ardía el culo, me raspaba la garganta y sentía todo el cuerpo dolorido, pero iba contento, nunca me habían culiado tanto y tan profundo como aquella noche y aquella mañana.

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