Doctor Ramírez
Esa misma mañana me percaté de que tenía un lunar extraño en mi miembro viril.
Ocurrió cuando me estaba bañando, y yo soy de los hombres que no pueden empezar el día sin una buena paja matinal.
Y así, en mi ducha, sentado en el suelo con el agua golpeando mi cuerpo, frotándome desesperadamente, acabé derramando mi espeso gran caudal de semen sobre mis piernas, claro que el desagüe se encargó del resto.
Al limpiar al » amigo» noté la mancha que me preocupó y en ese mismo momento decidí acudir a un dermatólogo.
Tomé la cartilla de mi obra social y antes de salir al trabajo pedí turno con el Dr. Ramírez.
Todo el día me rondó en la cabeza el llamativo hallazgo que había tenido esa mañana.
De más está decir que mi pene es la parte de mi cuerpo que más adoro, compañero de tantas andanzas, objeto de placer para tantas mujeres, y sin querer ser presumido, debo reconocer que mis 20 x 5 cm, junto con mi atractivo de macho fuerte, han causado locos impulsos con todas las putitas que me he cogido, y no digo putitas porque he pagado por ellas, sino porque detrás de cada mujer, de cada empleada doméstica, empresaria, ama de casa, etc, se esconde una desenfrenada adicta a las pijas. Ese era mi conocimiento hasta ese día.
Tal era mi intriga que decidí adelantar el turno y salir antes de la oficina. Llegué al consultorio a eso de las 14 hs. El Doctor tardó poco menos de 15 minutos en atenderme, pero cuando al fin entré pude conocer a lo que era un hombre.
Nunca me había fijado en la belleza masculina, mucho menos había tenido una experiencia sexual con alguien de mi mismo sexo. Pero el Dr. Ramírez tenía la capacidad de excitar hasta a una piedra.
Sus ojos color miel y su boca carnosa, me sacudieron en una primera impresión, después observé su cuerpo proporcionado, su altura que era la extensión de unos pectorales, piernas, bulto y culo maravillosos.
__ «Hola, ¿tú eres Manuel?»
__ «Así es» dije mientras temblaba por la reciente sensación que me abarcaba.
__ «Bueno, contame por qué has venido».
Yo le expliqué mi problema y él se vio obligado a preguntarme cosas sobre mi vida privada sexual:
__ «¿Has tenido relaciones sexuales sin protección?» Y mientras me preguntaba esto, examinaba mi pene, por sobre el pantalón, tocando y manteniendo todo mi paquete en su mano.
__ «Por supuesto que no Doctor» Respondí con total nerviosismo porque tenía mucho miedo de que la imponente belleza del Doctorcito ( porque no tenía más de 27 años) y el toqueteo que me proporcionaba, hagan que me excite, pasando una vergüenza terrible.
__ «Disculpá este tipo de palpamiento, es para verificar si tenés los testículos inflamados, es muy común este tipo de examinación. Ahora por favor, desvestite mientras yo preparo tu ficha.»
En ese instante procedí a retirarme el pantalón, lentamente, para prolongar el erótico momento que estaba viviendo.
Mientras deslizaba mi bóxer ajustado por mis piernas fuertes y peludas, lo observaba al Doctor detenidamente, dejándome llevar por su belleza, esas manos me llamaron la atención, porque al verlo escribir se me cruzaban imágenes en donde tomaba mi verga con esa misma dedicación con que tomaba la lapicera.
La fascinación en que me mantenía me hizo olvidar de que era heterosexual y que estaba en un consultorio, y que ante cualquier indicio de turbación corría peligro mi fama de macho cabrío.
Luego de escribir mi ficha se acercó hacia la camilla donde yo estaba sentado, con mi pene al aire. Lo tomó entre sus manos y comenzó a tocar el lunar misterioso, lo frotaba con sus dedos, lo acariciaba detenidamente. Posteriormente movía mi prepucio de arriba hacia abajo.
Desde luego esto me parecía raro, pero el carácter tímido, formal y serio del profesional me confundían haciéndome pensar en que era solo una rutina en este tipo de exámenes.
Pero mis instintos me traicionaron y mi pija comenzó a ponerse cachonda y a aumentar su tamaño lenta pero efectivamente.
El doctor se encontró con mi tremendo pedazo erecto entre sus manos, me miró de reojo y una sonrisa perversa se dibujó en su rostro.
En ese momento supe que lo que continuaba no era exactamente una relación paciente-doctor.
Por lo visto el lunar no era nada peligroso porque se llevó mi verga a la boca con total empecinamiento. Lamió el lunar mientras sus ojos enfocaban directamente a mis pupilas.
Y comenzó una mamada que ninguna mujer me había dado en toda mi vida sexual.
Mi glande entraba y salía por sus labios, mientras que con una mano ayudaba a la mamada, con la otra presionaba mis pezones. Hasta que por fin habló:
__» Ahora vení a ver el lunar que tengo acá»
Y procedió a bajarse sus pantalones, alzarse el guardapolvo y mostrarme ese bulto enorme, contenido por su slip celeste.
__» Agarralo bien, manoséalo todo lo que quieras, que total esta pija es toda para vos.»
__ «Yo nunca … digo … he probado con un hombre»
__» Siempre hay una primera vez. Vamos agachate y chupámela un rato que vas a ver lo que es bueno.»
En ese momento tomó mi cabeza y me la refregó por su slip. Sacó sus 22 cm erectos y yo no pude hacer otra cosa que probarlos.
La sensación fue rara al principio, el sabor salado, el tamaño, no me acostumbraba, pero de lo que estaba seguro es que me calentaba de manera terrible el hecho de saborear esa verga y tenerla toda para mí en ese momento.
__» Vamos, así putito, chupalo que es rico y todavía te falta mucho más.» __ me decía mientras yo se la mamaba. __» Dale que lo estás haciendo muy bien, se ve que te gusta, ahora te voy a hacer probar otra cosita»
Me quitó la cabeza de su pija, me alzó y me besó con una lengua que fluidamente se pasó por toda mi boca. Me dio vuelta y me hizo acostar el torso sobre la camilla, quedando parado con el culo abierto y al aire.
__» Pero qué tenemos aquí!!!! Un hermoso culo para ser disfrutado. Primero te lo voy a chupar, te lo voy a ablandar metiéndote la lenguita por el ojete, y vos me lo vas a mover como un buen putito que pide ser penetrado.»
Yo quería hablar y decir que no es lo que quería pero sus palabras me erotizaban al punto de enmudecerme.
Y sin ni siquiera tener tiempo para reaccionar ya tenía su lengua en mi culito que lentamente se iba abriendo y relajando.
El placer que me daba sentir su boca mojada sobre mi trasero es imposible de contar con palabras porque es mucho mejor practicarlo.
__» Parece que te está gustando putito, parece que lo estás abriendo bien eh! Vamos así, mové la colita así te vas calentando más y más. Y ahora como veo que llegó el momento, te voy a ir introduciendo un dedo»
__» Ahhhh …» fue el primer impulso que tuve porque la sensación me impresionó y reconozco que me ardió un poco.
Pero después de un mete y saca de su pulgar empecé a sentir un extraño placer. Sentía como que me sacaba el ojete y me lo volvía a meter nuevamente y eso me despertaba todo mi morbo. __» Ahhhhh … siiiiiii …. otra vez …. siiiii … hacelo cuantas veces quieras, quiero ser tu puto personal y que me lo hagas cada vez que lo necesites. Meteme tu pija de una vez por todas que voy a acabar y todavía no hemos empezado».
__ » Bueno bueno, pero que impaciente que estás. Ya va, ahora vas a sentir lo que es un verdadero macho.»
Y así fue, primero trató de metérmela de golpe, pero mi dolor era muy fuerte.
Así que fui abriendo mis nalgas y después de ensalivar mi agujero, metió solo su cabeza y debo decir que a pesar de haber sentido el dolor que sentí, sabía que empezaba mi gran estreno como pasivo.
Finalmente sentí como entró estupendamente bien y el bombeo comenzaba a hacerme estremecer de goce.
__ » Ahhhh …. siiiiii …. demostrale a este puto todo lo que un macho puede hacer»
__ » Pero que buenas nalgas que tenés. Siiii ahhhhh … eso es, apretámela con el ojete, siiiii … vamos, mientras te estoy cogiendo me encantaría ver como te pajeás. »
Y por supuesto yo le hice caso y al mismo tiempo de sus embestidas yo manoseaba mi verga como loco. Acabando al poco tiempo de empezar.
__ » ¿Pero tan rápido has terminado tu diversión?»
__ » No te preocupes que para vos papito tengo mucho más»
__ «Así me gusta oir, pero ahora agachate, que me quiero correr en tu boca»
__ » Como a vos más te guste»
Y así saqué mi lengua y el doctorcito apoyó su glande sobre ella, mientras pajeaba ese pedazo duro como una roca.
__ » Muy bien putito, así me gusta, dale, mové la lenguita que estoy por acabar, quiero ver como entra en tu boca esta lechita caliente. Ahhhhh … Ahhhh … siiiiiiiiii tomá puto tomala toda!!!!!! »
Al principio dudé si tragármela o no, pero el momento era único y el doctor irresistible. Y abrí mi boca y recibí ese espeso líquido blanco de un sabor tan rico que hizo que succionara con fuerza la pija para que salga mucho más.
__ » ¿Todavía querés más? Bueno si el paciente pide va a tener que esforzarse, mamámela un poco a ver si queda algún resto de leche en este tambo» dijo esto mientras se acariciaba los huevos.
Ahí si que ni lo dudé y con el ritmo aprendido la chupé desesperadamente y tras cinco minutos, otra vez mi premio blanco salió y me bañó la cara entera.
__ » Muy bien putito, espero que vuelvas otra vez para iniciar un tratamiento extenso.»
__ » Como usted diga Doctor Ramírez, siempre a sus órdenes y gracias por tanta dedicación»
__ » Hasta la semana que viene putito, todavía queda mucho más por hacer»
Nuestros encuentros fueron cada día más seguidos.
Hoy puedo decir que ninguna mujer se asemeja a lo que el Doctor Ramírez, o sea, un verdadero hombre puede hacerme llegar a sentir.