Descubrimiento gay

Actualmente tengo 26 años.

A los 12 eres un niño exageradamente inocente, mis padres tienen una hacienda en un pueblo, la cuál visitábamos cada vacaciones escolares, me encantaba el campo, muchas veces ellos regresaban a la cuidad y me dejaban unos días más, me cuidaba mi abuela.

Conocía a todos en el pueblo, el padre de la iglesia siempre.

Un sábado en la tarde me invita un helado, íbamos camino a la casa parroquial, me invita a entrar, como me había caído algo de helado en la camisa el me dijo que se la diera para meterla en la lavadora, que no me preocupara porque tenía secadora.

Me la quito, al verme sin camisa me dice que me parecía al muñeco Ken, me echo a reír.

Me dice «ve al cuarto a ver tele mientras seca tu camisa, acuéstate sin pena», voy y me acuesto, al rato llega y me dice «miren al Ken acostadito» y empieza a hacerme cosquillas.

Me pregunta «alguna vez has besado a alguien?» Le dije que no, y me dice «por pena o porque no sabes besar?»

Le respondo que no lo sabía, que aún no había tenido esa oportunidad con alguien. En eso me dice «no debes apenarte por un simple beso, cuando sientas que deseas probar un beso hazlo y ya»

Le dije que está bien, que cuando llegue ese momento lo haré. En eso se me acerca y me dice «puedo enseñarte a besar» me dejó petrificado, no me esperaba eso, jamás había estado en un momento así con nadie, ni con chicos ni chicas.

Como no respondí el me da un piquito, y me dice, » ves que es sencillo»

Le dije que si pues que era fácil.

Luego me dice que existe un beso más intenso, en eso me toma la cara y mete su lengua en mi boca, , me aparto de él y me preguntó si estaba enojado, le dije que no. Me dice » si quieres te llevo a casa y no ha pasado nada» le dije que no estaba molesto que quería seguir ahí, en realidad si me hizo sentir algo raro, algo que quería y a la ves no.

Me preguntó «te gustó el beso?» Le dije que si. Entonces me dice «demuéstrame que no estás enojado regalándome un abrazo» lo abracé, mientras lo hacía el pasaba suavemente su mano por mi espalda, y empezó a tocar mis pompis, me dice «tus pompis son redonditas» me echo a reír, me da un beso en el cuello que me estremeció, y me pide que le regale un pequeño beso en la mejilla, lo hago dudosamente, el se pone serio y me dice que soy malo con el porque lo trato frío, le dije que no se pusiera así, que yo lo apreciaba, y le doy un beso más suave en su mejilla, como lo veía serio le di uno en los labios, se sonríe y me abraza.

Luego de los abrazos el me dice «me regalarías la oportunidad de darte besitos en tus pompis?» Me reí y le dije que estaba muy loco, el me dice que hablaba en serio, no sabía que decir, al verme así dudoso y confuso se pone serio de nuevo y se para de la cama y me dice «ven yo te llevo a tu casa» lo tomo de la mano y le digo «no te enojes conmigo, si puedes hacerlo pero me da mucha pena»

Me dijo «descuida, son solo unos besitos» me acuesto y el me baja el shorts y mi bóxer, empezó a darme besitos, yo reía, en serio me daba cosquillas, luego de los besos empezó a lamer mi culito, yo me aparto porque en serio era demasiado raro eso, jamás lo había visto, en realidad a los 12 ni porno veía, el me voltea de nuevo y me dice quédate tranquilo y verás que vas a sentir algo rico, sigue su lengua en mi culito, cada vez más adentro, ahí si empecé a sentir algo que me gustaba, gemí, por primera vez en mi vida gemí, el me voltea y me besa con mucha pasión, saca su pene y lo pasa por mis pompis, al intentar meterlo si me asusté y me paré, le dije que ya, y me vestí.

Me llevó a casa, desde ese momento descubrí la masturbación, y desde ese entonces gustan los chicos.