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Buscando quien me diera por el culo en el parque de Santa Margarita

Aquel día había decidido ir en busca de una polla que me diera una buena follada, al parque de Santa Margarita, parque que hay en mi ciudad, La Coruña.

Las veces que había ido al parque de Santa Margarita había sido cuando estaba estudiando en el instituto, desde aquellas no recuerdo haber vuelto. Este es un parque que hay en La Coruña, en él hay, además de árboles de muchas especies, mesas donde merendar, un chiringuito donde comprar bebidas o tomar un café, juegos para niños, un estanque con patos, juegos de petanca y llave para los mayores, la casa de las ciencias, donde se encuentra el planetario, así como otras infraestructuras que fueron quedando abandonadas al no ser utilizadas. Hace años había un camping que solía ser utilizado por peregrinos y veraneantes, así como unas gradas donde la gente se sentaba bien para leer o ver jugar a los niños y no tan niños, y luego lo que llamábamos la cantera, que es donde se construyó el palacio de la ópera. Por supuesto también hay aseos públicos, unos están junto al estanque donde están los patos, y otros aseos donde antiguamente estaba el camping y antigua entrada principal, aunque podríamos decir que entradas principales había 2, que serían las que quedan mirando al centro de La Coruña, y otras 2 traseras. Aquí también es donde el último domingo de agosto, se celebra la romería de Santa Margarita, que es el acto que cierra las fiestas de La Coruña.

La verdad es que nunca me había atrevido a ir en busca de ligues a esta zona de mi ciudad, creo que influyó una noticia que cuando era adolescente había leído, era de que había sido encontrado muerto un joven apuñalado, al que habían encontrado semidesnudo, tenía los pantalones quitados y todo parecía ser que había sido violado y luego le habían asestado varias puñaladas, dejándolo muerto en medio del parque.

Desde que había leído esa noticia que había sido muy comentada en la ciudad, nunca me había atrevido a ir por dicho parque en busca de alguien con quien follar, hasta ese día.

Ese día no se porque, pero decidí ir a dicho parque y ver que encontraba. Era uno de esos días que andas caliente y buscas una buena polla que te de por el culo. Y ese día yo necesitaba que me abrieran de piernas y me dieran una buena follada. Llevaba varios días excitado, y ese día la calentura que tenía era cada vez más insoportable, por lo que decidí ir por la tarde a ver que encontraba.

Cuando llegué al parque de Santa Margarita, ya serían las 7 de la tarde, a esa hora ya los niños y mamás empezaban a marchar, solo quedaban los jubilados que eran de los últimos en irse, y gente joven como yo.

Primero recorrí todo el parque, quería saber que ambiente había y hasta las 9 que más o menos era cuando cerraban las puertas del parque, tenía tiempo. Además de esas puertas, había otros sitios por donde entrar y salir sin necesidad de hacerlo por dichas puertas. Solo que, a partir de dicha hora, además de no poder utilizar las puertas principales, la vigilancia de la policía municipal que había en el parque se marchaba, quedando este sin vigilancia alguna, cosa que casi prefería para los propósitos que yo llevaba.

Después de recorrer una buena parte del parque, fui hasta los aseos públicos que quedaban junto al estanque de los patos. Cuando entré, solo había una persona mayor que al poco de entrar yo, salió quedándome yo solo. Esperé unos 7 u 8 minutos, viendo que no entraba nadie, salí siguiendo el recorrido por el parque.

Al llegar al chiringuito, antes de que cerraran, compré un bote de Coca-Cola, sentándome luego en uno de los bancos del parque, para beberlo mientras fumaba un cigarrillo. Así además desde donde estaba sentado, podría vigilar los otros aseos que quedaban en la parte donde antiguamente había estado el camping.

Aquella zona era la que estaba un poco más abandonada, además de dichos aseos, había otras 2 infraestructuras pegadas a dichos aseos, que no tenían uso alguno. Pegadas a estas infraestructuras, había un pequeño pasadizo que iba pegado a la vaya que rodeaba el parque. Por esa vaya había varias aberturas por donde se podía entrar y salir, no solían ser utilizadas, ya que daban a un camino muy poco transitado y accesible al estar rodeado de bastante maleza. Al otro costado de ese camino, además de abundante maleza, quedaban unas casas de planta baja, se les llamaban “casas baratas”, varias de ellas estaban sin ocupar desde hacía muchos años, por lo que en ese camino era el lugar ideal para mantener relaciones sexuales sin ser visto.

Estando allí sentado en el banco que quedaba mirando para aquellos aseos públicos, mientras bebía la Coca-Cola que había comprado en el chiringuito y fumaba un cigarrillo, vi como entraban varias personas a los aseos, uno era un hombre maduro, luego había entrado un viejo y varios chavales jóvenes. Por lo que se veía, allí sí había movimiento, por lo que me decidí y luego de terminar la Coca-Cola, tiré el cigarrillo, encaminándome hacia dichos aseos.

Cuando llegué a los aseos, ya habían salido el hombre maduro y 2 chavales, por lo que al menos debería quedar un chaval más y el viejo que había visto entrar.

Al entrar, justo a la izquierda, quedaban 2 urinarios de pared, y perpendicular a estos urinarios, había 3 habitáculos. Uno de ellos tenía la puerta cerrada, y en uno de los urinarios estaba el viejo terminando de abrochar la cremallera del pantalón.

Yo fui directo a uno de los habitáculos que tenía la puerta abierta, y dejando dicha puerta entornada, empecé a aflojar el cinturón, desabotonar los botones del pantalón tejano que llevaba puesto, bajar el slip y de esa manera sacar la polla pudiendo mear a gusto.

Mientras meaba, pude escuchar cómo marchaba el viejo que estaba terminando de subirse la cremallera cuando había entrado. Ahora solo quedábamos el chaval que estaba en el otro habitáculo y yo. Por lo que después de mirar teniendo la puerta entornada si quedaba alguien más, al ver que ya no quedábamos más que el chaval que estaba con la puerta cerrada en el habitáculo de la esquina más cercana a los urinarios, y yo, salí yendo con la polla de fuera hacia los urinarios, poniéndome en uno de ellos haciendo que estaba meando.

Mientras simulaba que estaba meando, me puse a mirar para la puerta del habitáculo que estaba cerrada, pudiendo ver que la puerta tenía varios agujeros por donde espiar a los que se encontraban en los urinarios, por lo que decidido a saber si aquel chaval que había visto entrar estaba buscando plan, me acerqué a la puerta, pudiendo ver que se notaba que alguien estaba mirando por uno de los agujeros que tenía la puerta, al acercarme vi como se separaba de dicho agujero, poniéndome a mirar yo. Lo que vi, no me dejo la menor duda, el chaval algo menor que yo, al menos unos 3 años, estaba con la polla de fuera, pajeándose. Sabía que yo lo estaba viendo, ya que miraba para el agujero por donde yo estaba espiando, mientras se acariciaba la polla.

Dios, que pedazo de polla tenía el niñato, tenía una polla más grande que la mía, joder y que cara de lascivia tenía. Sin dudarlo toqué la puerta, viendo con sorpresa que esta no estaba cerrada, por lo que empujé la puerta viendo como el chaval estaba esperando a que yo entrara.

Nos miramos a los ojos mientras llevábamos la mano a la polla del otro, empezando a acariciarnos la polla mutuamente. No decíamos nada, solo nos íbamos descapullando la polla uno al otro a la vez que nos acariciábamos, esperando a que uno de nosotros tomase la iniciativa.

Yo deseaba que me empezase a bajar los pantalones y slip y me diera la vuelta dándome una buena culeada, pero el no se decidía, por lo que, acercándome a él, empecé a bajarle el pantalón de chándal que tenía, junto al bóxer de color rojo que llevaba puesto.

Nada más empezarle a bajar el pantalón del chándal junto al bóxer, me dijo que se la chupara.

Chúpala, solo quiero que me la chupes y correrme en tu cara, me decía mirándome a los ojos mientras meneaba mi polla.

¿No quieres metérmela? Le pregunté.

No, solo quiero que me la chupes y que me dejes correr en tu cara.

Bueno… pensé, por lo menos probaré una polla, a la vez que me agachaba dispuesto a chuparle aquella verga.

Me agaché abriendo la boca, mientras llevaba aquel rabo que sujetaba con mi mano, empezando a chupar el glande.

Noté como se estremecía al empezarle a chupar la polla, sujetándose este con sus manos en mi cabeza, dejando que le chupara la verga.

Primero chupé el glande, deslizando luego toda la polla hasta lo más hondo de mi cavidad bucal, volviendo a sacar la polla y chupar de nuevo aquella cabeza rosadita que se mostraba, mientras con mi otra mano le acariciaba los huevos.

Se volvió a estremecer a la vez que enredaba sus manos en mi pelo, empujando mi cabeza para que tragara toda su polla.

Viendo que lo que deseaba era follarme la boca, dejé que tomara la iniciativa, mientras yo le acariciaba los huevos y chupaba lo mejor que podía aquella joven verga que se introducía por mi boca.

El cabroncete aquel estaba bien caliente ya que enseguida noté que se iba a correr, los huevos se apretaban cada vez más a la polla, cuando noté que sacaba su polla de mi boca, poniéndose a menearla como un loco, hasta que empezó a convulsionar todo su cuerpo, empezando a eyacular sobre mi cara, mientras yo abría la boca, tratando de que aquellos trallazos de leche cayeran dentro de ella.

Varios chorros de semen fueron a parar dentro de mi boca, otros cayeron por mi cara y pelo, hasta que cuando ya solo salían los últimos chorros de leche, pude meterme de nuevo la polla de aquel jovencito en la boca, empezando a chupar como si de un caramelo se tratase, dejando que terminase de eyacular dentro de mi boca.

Ahora que le había dejado la polla limpia y reluciente, el cabroncete del chaval, apartándome se subió el bóxer junto al pantalón del chándal, abrió la puerta dejándome allí solo, con un empalme y calentura descomunal. El cabrón se había desahogado corriéndose en mi cara, y ahora a mí, que me dieran por el culo. Eso era lo que yo quería, que me dieran por el culo, así que viendo que allí no hacia nada, salí del habitáculo yendo al lavabo que había, limpiándome la cara de los restos de semen que me quedaba.

Mientras terminaba de limpiarme la cara, entraba en los aseos un hombre maduro, a este ya lo conocía, trabajaba en el puerto, lo veía algunas veces descargando hielo para los barcos del gran sol, le apodaban el “indio”. Ya me había follado en una ocasión, fuera una vez que estaba yo espiando en los aseos públicos que había en los jardines de 4 caminos, allí me había dado por el culo.

Al verlo se me iluminó la cara, todavía recordaba aquel día que lo vi por primera vez cuando yo estaba espiando en los aseos, y el sabiendo que había alguien espiando, me enseñaba aquella hermosa verga, verga que recordaba en esos momentos. Así como la follada que me había terminado por dar. Desde aquel día no había vuelto a coincidir con él, solo lo había vuelto a ver trabajando en el puerto.

Al verme, me reconoció al momento, al igual que lo había reconocido yo. Justo en ese momento, entraba también en los aseos, un viejo que se nos quedó mirando como queriendo saber que era lo que pasaba. Joder que oportuno el viejo de los cojones, ahora que sabía que había encontrado quien me diera por el culo, entra el carajo del viejo aquel. Lo único que se me ocurrió en aquellos momentos, fue salir de los aseos, esperando que el “indio” me siguiera. Quedarnos allí en los aseos con el viejo sospechando de nosotros, era peligroso, al menos eso fue lo que pensé en aquel momento.

Me hice el remolón esperando a ver si el “indio” salía y venía detrás mía. Tenía muy claro que aquella ocasión no la iba a desaprovechar, si él quería, me abriría de piernas y me volvería a dar por el culo. Solo era cosa de que viniera tras mía y en aquel camino que bordeaba el parque, podríamos satisfacer nuestros deseos. Ya casi era de noche, además por allí no solía pasar nadie ya que apenas era transitable y había buenos sitios donde ocultarnos. Ni siquiera se me había ocurrido pensar que él pudiera llevarme a su casa, no sabía donde vivía, ni si vivía solo, pero en aquellos momentos ni se me había pasado por la cabeza.

Como había pensado, enseguida salió de los aseos, salió mirando a ver si me veía, así que me volvió a ver, viendo que yo estaba esperando a que saliera, empezó a venir detrás mía.

Salí por una de las aberturas que había, yendo a aquel camino poco transitado y accesible, mirando para atrás, esperando que viniera tras de mí.

Efectivamente él venía detrás de mí, aunque parecía que dudaba algo, seguro que nunca había ido por aquel camino sinuoso, tan poco transitable y accesible.

Tan pronto vi un pequeño hueco entre aquella maleza, sin dudarlo me metí esperando que él llegara hasta allí. Al verme allí parado, viendo que yo estaba esperando a que llegara él, sin dudarlo se acercó a mí, llevando su mano a mi entrepierna. Ahora ya sabía que yo lo estaba deseando, por lo que, abrazándome a él, empezó a meterme mano.

No decíamos nada, él me abrazaba metiéndome mano. Mientras yo desesperado, intentaba sacarle la polla de fuera.

Empecé a aflojarle el cinturón mientras él seguía abrazándome y metiendo mano, buscaba con su boca la mía, seguro que no esperaba encontrar a un jovencito con el que satisfacer sus vicios más ocultos y perversos. Sabía que a mí me iba a poder dar por el culo, y aquello era lo que más le gustaba. Yo le iba a cumplir todos sus deseos.

Cuando conseguí aflojarle el cinturón, desabroché el botón que tenía, bajando por último la cremallera, metiendo la mano por dentro de su calzoncillo, pudiendo liberar aquella polla que tanto estaba deseando.

Cuando por fin la tuve en mi mano, empecé a acariciarla a la vez que empujaba su pantalón y calzoncillo dejando más al aire sus genitales. En esos momentos, el juntaba su boca con la mía, empezando a chupar y morder mis labios.

¡Ufff maricón que pena no tener una cama donde cogerte! Me decía suspirando de gusto, mientras me comía la boca y sobaba mi cuerpo con sus manos.

Eso también me gustaría a mí, pero ahora estando tan caliente y excitado como estaba, poco me importaba donde estuviéramos, ahora lo que quería era que me bajara los pantalones y me diera por el culo haciéndome suyo.

Y como si me estuviera leyendo el pensamiento, eso empezó a hacer, empezó a aflojarme el cinturón, siguió luego desabotonándome el pantalón, bajándolo junto al slip, una vez lo tuvo desabrochado.

Con el pantalón y slip caído sobre mis tobillos, empezó a sacarme la cazadora, tirándola al suelo, haciendo luego lo mismo con la camiseta que llevaba aquel día puesta.

Una vez me tuvo desnudo por completo, con el pantalón y slip sobre los tobillos, me volvió a abrazar a él, volviéndome a comer la boca. Mordía y chupaba mis labios, luego metió su lengua en mi boca saboreando toda mi cavidad bucal, fue luego bajando por mi cuello, haciéndome estremecer de gusto, mordió mi nuez de Adán, haciendo que las piernas me temblaran, hasta que llegó a mis excitados y erectos pezones, empezando a morderlos hasta hacerme chillar de placer.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía abrazándome a él.

Dios, que pena no tenerte en una cama, me decía sin dejar de morderme los pezones y acariciarme los cachetes del culo con sus manos. Te iba a hacer gozar y gemir hasta que te corrieras de gusto. Dios que bueno estás, maricón.

Yo estaba tan caliente y salido, que no podía aguantar más, sin que él me lo pidiera, agarrando su polla con mi mano, me incliné empezando a chuparle la polla.

Dios que gusto, chupaba y tragaba aquella verga, como si me fuera la vida en ello. Acariciaba los huevos a la vez que no dejaba de chuparle la polla, estaba deseando que me diera la vuelta, me abriera de piernas, me enchufara aquella tranca en el culo, haciéndome chillar de gusto.

Sin poder aguantar más, dejé de chuparle la polla, dándome la vuelta a la vez que me apoyaba sobre un pequeño arbusto. Fóllame le pedí, dándole el culo para que me sodomizara.

Él viendo lo caliente y desesperado que yo estaba, llevó su mano a mi ojete, y luego de escupir en su mano, fue pasando esta por toda la raja de mi ardiente culito.

Metió su mano por medio de mis piernas, acarició mis huevos y polla que ya estaba toda pringada por estar soltando líquido preseminal, haciendo que soltara más gemidos, al notar como su mano acariciaba mis genitales.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía notando como su mano acariciaba mi polla y genitales.

Dios que caliente estaba, en esos momentos podían meterme por el culo cualquier polla que yo me dejaría, poco me importaba en esos momentos si era un tío guapo o no, como si fuera un mono, o me estuviese viendo todo el mundo, en esos momentos, solo quería una polla que me abriera bien el culo y me diera una buena follada.

Mientras yo esperaba inclinado a que el “indio” me abriera el culo con su polla, él seguía pasando su mano por medio de mis piernas, acariciándome la polla y genitales, haciéndome temblar sin poder evitar soltar gemidos a causa del gusto que me estaba dando.

Estás caliente, eh maricón… Tienes ganas de polla, verdad putita… Me decía mientras seguía acariciándome la polla y genitales, a la vez que iba esparciendo mi líquido preseminal por la raja de mi culo.

Volvió a escupir en su mano, llevándola de nuevo a mi culo, parándose ahora en la entrada de mi agujerito, donde empezó a presionar con un dedo, hasta meterlo por completo dentro de mi culo, haciéndome suspirar al notar como entraba su dedo. Lo metía y sacaba viendo como mi esfínter se iba abriendo cada vez más, hasta que consiguió meter otro de sus dedos, a la vez que con la otra mano pellizcaba uno de mis erectos e hinchados pezones.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemí fuertemente, al notar como sus dedos abrían mi culo y su otra mano pellizcaba mi excitado pezón.

Ya maricón ya, no chilles tanto que nos van a descubrir. Joder van a escuchar los gemidos que das, en todo el parque.

Yo no podía aguantar más, el cuerpo me ardía a pesar de estar desnudo por completo. Movía el culo hacia atrás, haciendo que los dedos del “indio” se incrustaran más en mis entrañas.

Después de tenerme un buen rato dedeándome el culo, sacó sus dedos de mi culito y pegándose a mí, llevó su polla a la entrada de mi ardiente ano, donde después de colocar la punta de su polla en la entrada de mi agujerito, sujetándome con sus manos por las caderas, empezó a empujar su pelvis haciendo que su polla fuese entrando por mi culo.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía sintiendo como iba entrando aquella verga por mi culo, empezando a ser sodomizado.

Ya maricón ya, ya eres mío, ya la tienes toda dentro, decía el “indio” enterrando toda su virilidad en lo más profundo de mis entrañas.

¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Dios que calentito estás, gritaba el “indio” empezando a culearme, mientras acariciaba con sus manos mi pecho y abdomen, ¡ohhh maricón que bien se siente! Dios que gusto, decía metiendo y sacando su polla por mi culo.

Yo estaba que me caía la baba de tanto placer que estaba sintiendo, notaba como sus huevos chocaban con mi ano, su polla entraba y salía una y otra vez, rozando mi próstata, y como el “indio” me abrazaba con sus brazos, acariciando mi pecho y abdomen, mientras me hacía suyo.

Solo escuchábamos nuestros jadeos y el ruido de su pelvis golpeando mi culito cada vez que me introducía su polla, plof, plof plof plof plof, hasta que escuchamos crujir unas ramas, pudiendo ver al mirar hacia donde venía aquel sonido, al viejo que nos había visto en el aseo. Estaba viendo como el “indio” me tenía ensartado en su polla. El cabrón del viejo había descubierto nuestras intenciones, y al ver como el “indio” me seguía, supo que me iba a dar por el culo allí en aquel poco transitado camino, por lo que con todo el sigilo que pudo, nos fue siguiendo hasta encontrar un lugar donde poder ver como aquel hombre le daba por el culo a aquel jovencito.

El cabrón del viejo estaba disfrutando como un voyeur cualquiera, como me tenía allí desnudo al aire libre, dándome por el culo.

Al verse descubierto pensó en marchar, pero al ver que nosotros no decíamos nada y aquel hombre maduro, seguía dándole por el culo al jovencito, el cual se le podía ver una cara de inmensa felicidad por lo mucho que estaba gozando, decidió quedarse. Si no les importaba a ellos, el se quedaría disfrutando de aquella cogida que le estaban dando al jovencito.

Viendo como lo miraba, mientras el “indio” seguía dándome por el culo, el viejo se fue animando y cada vez se dejaba ver más. Así fue como pude ver que tenía la polla de fuera, estando totalmente empalmado.

Poco a poco el cabrón del viejo se fue acercando más, quería vernos lo más de cerca posible, y como no le decíamos nada, llegó hasta estar justo delante nuestra.

Podía ver cómo entraba una y otra vez la polla de aquel hombre, por el culo del jovencito, haciendo que este chillara dando gemidos de placer, por lo que, sin poder contenerse, estiró la mano empezando a acariciar aquella espalda de aquel ardiente jovencito, al que estaban dándole por el culo.

Yo no podía sacar la vista del viejo, veía como me miraba con lascivia, disfrutando al ver como me daban por el culo. El cabrón tenía un empalme de campeonato, se acariciaba la polla mientras miraba como yo era sodomizado, cuando vi cómo estiraba su mano, empezando a acariciar mi espalda.

Dios, ahora no solo tenía a uno dándome por el culo, ahora tenía a aquel viejo que además de mirar como me daban por el culo, este también quería participar.

Estremeciéndome al notar como acariciaba mi espalda con su mano, sin poder aguantarme, llevé mi mano a su polla, empezando a acariciarla mientras me seguían dando por el culo.

El viejo al ver como le agarraba la polla empezando a meneársela, dejó que yo le meneara la polla, acercándose más y a la vez que con una mano acariciaba mi cuerpo, llevaba la otra a mi cara, animándome a que metiera su polla en mi boca.

Cosa que no dudé en hacer, sin dejarle de menear la polla con mi mano, llevé la polla de aquel viejo que estaba disfrutando al ver como me daban por el culo, a mi boca, empezando a chupársela.

El viejo empezó a emblar, al notar como mi húmeda boca tragaba su polla a la vez que mi mano acariciaba sus huevos, ¡ohhh! ¡ooohhh! Gimió notando como su polla entraba por mi boca y empezaba a chupársela.

Dios como estaba gozando, sentía la polla del “indio” dándome por el culo y sus huevos pegar una y otra vez en la entrada de mi ano, y a aquel viejo acariciarme la cara y cuerpo mientras yo le chupaba la polla.

Notaba como mi polla no dejaba de soltar gotas de semen sin parar, mientras estaba siendo follado por el culo y por la boca a la vez que era acariciado por aquellos 2 hombres, Joder, aquello me estaba haciendo delirar, los cabrones me estaban llevando al clímax del placer, en aquel poco transitado camino que daba al parque de Santa Margarita, teniéndome allí desnudo al aire libre, pudiendo ser visto por cualquiera.

Ya llevaban un buen rato dándome por el culo y follándome la boca, cuando el que me estaba dando por el culo, empezó a gritar que se corría.

¡Ohhh maricón! Me corro, me corro, gritaba el “indio” apurando las embestidas que me daba.

¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto! Gritaba mientras su polla llenaba mi culo de leche.

Yo excitado y muerto de placer, notando como su polla palpitaba dentro de mi culo preñándomelo de semen, empecé a menear con más rapidez la polla del viejo al que le chupaba la polla, deseando que se corriera llenándome la boca de esperma, y no tardó mucho el viejo en empezar a eyacular sobre mi cara y boca. Aún seguía con la polla incrustada en mi culo, cuando al viejo le empezaron a temblar las piernas, y empezaba a correrse sobre mi cara y boca.

Viendo como la polla del viejo empezaba a escupir semen por mi cara y boca, metí esta en mi boca, empezando a succionar la polla del viejo, haciendo que soltase todo el resto de semen dentro de mi boca, tragándolo mientras chupaba aquella verga.

Viendo como el viejo se corría sobre mi cara y boca, y como yo chupaba la polla del viejo con desesperación, el “indio” que ya se había corrido dentro de mi culo, mientras su polla iba escurriéndose de mi culo, llevó su mano a mi polla, y nada más darle 3 meneos, esta explotó soltando varios trallazos de semen sobre el suelo de aquel camino.

¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía empezando a correrme.

Dios, las piernas empezaron a temblarme mientras eyaculaba siendo acariciado por aquellos 2 hombres que terminaban de darme una de mis mejores folladas.

Cuando por fin pudimos recuperarnos, mientras ambos me ayudaban a limpiarme un poco siguieron metiéndome mano mientras yo me iba vistiendo.

Los 3 salimos juntos de aquel camino, saliendo a la avenida de Arteijo, y luego de acompañarme un buen tramo del camino hacia mi casa, me despedí de ellos, no sin antes volver a ser manoseado y magreado por ambos.

Con el que apodaban el “indio”, me volví a ver, y volví a ser enculado por él, cada vez que nos veíamos en el puerto si teníamos ocasión, yo me dejaba dar por el culo, otras veces quedaba conmigo en algún lugar donde pudiera darme por el culo.

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