Fuimos por un día y una noche mi ama Dora y yo a la Isla de Contadora, en Panamá, mi ama vestía una minifalda muy corta con una blusa que dejaba ver sus enormes y firmes senos y unas bellísimas sandalias de tacón alto y fino que dejaban ver sus hermosos y perfectos pies, pintados con esmalte blanco.

Yo cargaba el maletín de mi ama y el mío y me encontraba en todo momento por detrás de ella. Al registrarnos nos dirigimos a esperar el abordaje del avión y mi ama me permitió sentarme junto a ella, no sin antes y disimuladamente tire algo al piso y bese uno de sus pies. Luego abordamos el avión y al aterrizar me apresure a buscar el equipaje y a buscar el vehículo que habíamos alquilado.

Al llegar al Hotel mi ama se fue a revisar las tiendas mientras yo hacia el registro y cargaba el equipaje a la habitación. Luego la fui a buscar en una de las tiendas y mi ama se estaba probando un bikini negro que dejaba ver todas sus hermosas formas. Ella exclamo Te gusta, a lo que respondí. Que si ama. Entonces cómpralo para mí. Inmediatamente lo compre y me dirigí junto con mi ama y la bolsa a la Habitación.

Al entrar inmediatamente me coloque de rodillas y mi ama me ordeno quitarle los zapatos con la boca, lentamente los fui aflojando y luego se los pude

Quitar, inmediatamente mi ama me ordeno empezar a lamer sus pies desde el talón hasta cada uno de los dedos y entre ellos. Estuve lamiendo sus pies durante casi 45 minutos, donde ella luego me ordeno prepararle el baño inmediatamente. Luego procedí a quitarle la ropa doblarla y guardarla e ir junto a ella en cuatro patas hasta la tina que ya estaba llena y con espuma.

Mi ama tomo un baño mientras yo le daba masajes por todo el cuerpo y en especial en sus pies y cuello.

Al salir de la tina la seque con mucho cuidado y me arrodille a fin de seguirla como un perro hasta la cama, donde ella se recostó y me ordeno buscar la ropa que se colocaría para la cena. En ese momento me llamo y me coloco una cadena de cuero que debería de usar esa noche y que servía para enganchar la correa para pasearme. Posteriormente la ayudo a colocarse un vestido negro muy sexy y unas sandalias negras de tacón muy alto que permitían ver perfectamente sus pies. No usaba medias y se veían hermosas las piernas desnudas perfectamente torneadas y cuidadas.

Nos dirigimos al restaurante del hotel, yo caminaba por detrás de mí ama y le abría las puertas, por donde ella pasaba, luego al llegar al restaurante, mi ama se sentó al yo rodarle su silla y permitió que yo me sentara a su lado, pidió una botella de Champaña, y a mí me pidió un vaso de agua.

Durante la cena mi ama ordeno exquisitos platos, yo solo pude comer una ensalada que mi ama solicito al mesero.

Al finalizar nos dirigimos al casino, donde mi ama comenzó a jugar Black Jack, hasta altas horas de la noche, yo permanecía a su lado y le buscaba las bebidas que mi ama ordenaba.

A las 2:30 de la madrugada nos fuimos a la habitación. En el trayecto al llegar al piso 3 del hotel mi ama me ordeno colocarme de rodillas, me engancho la cadena a la correa del cuello y me llevo por el pasillo del hotel como un perro hasta la habitación.

Una vez adentro comencé a lamer sus pies, sus zapatos y tacones, luego la pierna, hasta llegar a sus partes íntimas donde me ordeno que parara. Mi ama se quitó la ropa y se colocó un traje de cuero que solo tapaba sus senos y su pubis. Seguidamente me ordeno colocarme de espalda tirado en el suelo, comenzó a caminar sobre mi cuerpo, luego me ordeno besar y lamer sus pies, mi excitación era máxima, pero mi ama no me dejaba que me tocara. Luego me ordeno que le lamiera las nalgas y su orificio, mi ama comenzó a excitarse y luego seguí lamiendo su clítoris con verdadera pasión. Mi ama consiguió varios orgasmo y al finalizar puso su pies sobre mi cara yo me encontraba de rodillas y me dio un fuerte empujón golpeándome contra la pared, quedando casi inconsciente. Al reponerme me encontraba atado de pies y manos, y mi ama me ordeno dormir hasta el día siguiente.

Como pude tirado en el suelo logre conciliar unas pocas horas de sueño, pero alrededor de las 9:00 de la mañana, sentí un fuerte puntapié en mi estómago, era mi ama que se había levantado, me desato y me ordeno prepararle el baño, lo cual hice inmediatamente, luego pedí el desayuno de mi ama a la habitación. Cuando llego ya mi ama se había colocado un bikini negro, y comenzó a desayunar, yo me encontraba arrodillado a sus pies en espera de cualquier orden. Mi ama me arrojo un pedazo de pan como a tres metros de la mesa e hizo que yo lo buscara como un perro y lo comiera. Posteriormente puso otro trozo de pan en su pies y lo tomo entre sus dedos e hizo que yo lo comiera desde su pie. Al finalizar las sobras del plato las coloco en el piso y me obligo a comerlas sin tomarlas con las manos, sino directamente con la boca. 

Al finalizar recogí todo, me vestí y nos dirigimos de vuelta a la capital. Agradezco a mi ama por dejar que la sirva y hacerme pasar uno de los fines de semana más excitantes de mi vida.