Capítulo 9
- Noelia una sumisa no tan asexual I
- Noelia una sumisa no tan asexual II
- Noelia una sumisa no tan asexual III
- Noelia una sumisa no tan asexual IV
- Noelia una sumisa no tan asexual V
- Noelia una sumisa no tan asexual VI
- Noelia una sumisa no tan asexual VII
- Noelia una sumisa no tan asexual VIII
- Noelia una sumisa no tan asexual IX
- Noelia una sumisa no tan asexual X
- Noelia una sumisa no tan asexual XI
- Noelia una sumisa no tan asexual XII
Me puse un pantalón de chándal corto, una camiseta y en chanclas me bajé a desayunar, desayuné por mí y por dos más del hambre que tenía. Volví a la habitación, seguían fritas. Procurando hacer el menor ruido posible me senté en la mesa y me preparé para trabajar.
No habían dado aun las nueve cuando…
Así termino el capítulo anterior…
Sentí una mano entrar a través de la pernera del pantalón…
– ¿Puedo AMO?
Me incorporé un poco, me quité el pantalón del todo y cogiéndola del pelo, la metí bajo la mesa, no sin trabajo, casi no había espacio.
-Buenos días GUARRA, ¿te has despertado con ganas de más?
-Muchas -dejo de hablar y se metió mi polla en la boca-
-Hueles a PUTA.
A través del espejo comprobé que Noe seguía dormida, mientras sentía la boca de Merce en mi polla y empezaba a trabajar.
– ¿Puedo correrme AMO?
-Que PUTA eres, jajajaja, espera a sentir mi corrida en tu boca.
No hablo, y sabiendo que no iba a aguantar mucho, se esmeró en mi polla…
-Me corroooo ufffffffff.
No pudo hablar, tenía mi polla en su boca, pero sentí como convulsionaba y se lo tragaba todo. Vete a la ducha, descansa o sal a desayunar o a dar un paseo, deja a Noe descansar.
-Buenos días AMO, ya estoy despierta.
-Te digo lo mismo que a tu madre, tomaros la mañana libre, a las doce bajaré a tomar un café y a reservar mesa para comer a las dos, vosotras si queréis quedaros a comer por ahí, y a las seis os quiero aquí.
-Voy a vestirme y a bajar a desayunar, que estoy hambrienta, y abajo espero a mí madre, que se tendrá que duchar, jajajaja.
-Perfecto, pero antes que limpie el estropicio de anoche.
Se fueron y me dedique a trabajar, haciendo un alto a las doce, que baje a la cafetería del hotel, aprovechando para leer los mensajes, o mejor dicho, solo leí el de Ana.
“Buenos días Sire Leo, gracias por la noche tan fantástica que me hiciste pasar, como siempre haces, jajajaja, no voy a poder ir esta tarde, y quería hablar contigo de algo importante, si puedes podríamos quedar a comer, no voy a tardar nada”
Como ya conté en mi relato anterior, la conozco desde antes incluso de que se descubriese así misma, el primer contacto que tuve con ella, lo hizo en la creencia de que era sumisa.
“Tengo una hora para comer Ana, te espero en el restaurante del Hotel Catalonia Atocha a las dos, espero que en una hora te dé tiempo”
Guarde el móvil para tomarme el café tranquilo, y aunque por las tardes mi trabajo es más tranquilo, se trata de supervisar, y a no ser que sea algo importante, no tengo que hablar con nadie, no me gusta estar pendiente de otros asuntos. Cuando me dirigía a mi habitación, me salto un mensaje de Ana.
“Allí estaré, seré puntual, no sea que me castigues, jajajaja”
Le quite el sonido y me puse a trabajar, hasta las dos de la tarde, que cerré el portátil y baje a comer, entrando en el restaurante vi que Ana ya estaba sentada, no estaba sola, junto a ella estaba una pareja mayor.
-Buenas tardes Ana, ¿pensaba que venias sola?
-Jajajaja, sí y no, esta mesa no es la tuya, esta mesa la han reservado ellos, después de decirles que había quedado contigo, ¿nos sentamos en la tuya?
Me volví al metre, que me indico mi mesa, que estaba retirada de donde estaba Ana. Me senté y como tengo una hora para comer, le pedí algo rápido, haciendo Ana lo mismo.
– ¿Y esta sorpresa?
-Jajajaja, perdona la pequeña encerrona, sé que al final me lo vas a agradecer.
-Al grano, jajajaja.
-Me hubiese gustado tener más tiempo, pero tengo que salir de viaje con mis jefes esta tarde, y me había comprometido con mi tía a hablarte de ellos.
¿Son tíos tuyos?
-Si, y si te cuento la historia, no nos da tiempo a nada, ellos se van mañana a Granada, a mi tío lo han destinado allí, le queda poco para jubilarse y que mejor sitio para hacerlo.
– ¿Quieres que les ayude a instalarse?
-Jajajaja, entre otras cosas, me comprometí a llamarte, pero la casualidad ha hecho que estés aquí, te anticipo que no tienen experiencia…
-Experiencia…
-Jajajaja, que luego o cuando quedes con ellos, si quieres claro, que te lo cuenten, los dos son sumisos, quiero te hagas cargo de ellos, son obedientes, ¿hasta dónde?, lo tendrás que averiguar tú.
-Uffff, si es importante para ti, sabes que lo voy a hacer, pero si se van mañana, estarán liados, como para vernos luego y yo ahora no puedo.
-Lo tienen todo preparado, llevan semanas preparando el traslado, mañana solo es coger el coche, ya tienen casa allí, han comprado un chalet, y no me preguntes el pueblo porque me lo han dicho varias veces y no se me queda.
-Dale ahora a tu tía mi número de móvil, y que a las seis me escriba, ya le diré donde quedamos.
No hablamos más de ellos, de reojo, veía como él nos miraba con disimulo, ella no lo disimulaba tanto, esperando que su sobrina dijera algo, y como buena Domina, paso totalmente, hasta que llegó la hora de volver al trabajo. Llame a la camarera para decirle que cargaran la comida a la habitación.
-Camarera. -Su comida la han pagado los señores de aquella mesa.
Me levanté y sin dirigirles la mirada, salí del restaurante, no sin antes despedirme con un morreo de Ana. De camino a la habitación, leí un par de mensajes de Noe, diciéndome que estaban de compras y que se quedaban por La Latina a comer. Como la tarde estaba tranquila, me puse a pensar en el vuelco de mi situación en poco días, y de que si quería que saliese bien, antes de aceptar a esa extraña pareja, tenía que hablar con Noe.
“Noe, procura estar aquí un poco antes de las seis”
Casi no le había dado a enviar, cuando recibí su respuesta afirmativa. Pasados unos minutos de las cinco y media, entraron por la puerta madre e hija, cargadas de bolsas.
-Buenas tardes AMO, ya estamos aquí.
-Jajajaja, os habéis comprado la tienda entera.
-Casi, ¿Cómo va su día?
-Ya tranquilo, esperando que den las seis, para cerrar el portátil, soltad todo y sentaros, quiero hablar contigo.
Se puso seria y hasta note como se tensó.
-Jajajaja, tranquila cariño -cuando me sintió llamarla así, se le escapo una sonrisa y se relajó-, Domina Ana me ha pedido un favor, me ha pedido hacerme cargo de un matrimonio, por ahora solo me he comprometido a hablar con ellos, porque quiere que los acepte como sumisos, y quiero saber qué piensas tú.
-Gracias AMO, -se le ilumino la cara-, ya sabe que yo seré lo que desee, y eso conlleva acatar como orden su más mínimo deseo.
-Lo sé, me gustas mucho, y quiero que esto salga bien, que ante todos seas mi pareja y que mientras sea así siempre serás mi prioridad. En unos minutos me van a mandar un mensaje para quedar, te diré que no los conozco, los he visto, pero no he hablado con ellos, si no están lejos bajaremos a tomar algo a la cafetería, tú vendrás conmigo, y a tu madre la dejaremos descansar.
-Jajajaja, gracias AMO, la verdad es que estoy agotada.
-Se te nota PERRA, y que sepáis que ambas seréis castigadas.
Al oírme ambas se dieron cuenta de que solo se habían quitado los abrigos, por lo que rápidamente, se quedaron en lencería, solo ver a Noe, casi que me la follo, pero al ver la hora…
-Son las seis…
No me dio tiempo a decir nada cuando salto un mensaje.
“Buenas tardes Sire Leo, tal y como ha ordenado a través de mi sobrina, le escribo, quedando a la espera de su respuesta”
“Buenas tardes, me gusta la puntualidad, buen principio, en cuanto podáis veniros a la cafetería del hotel, y cuando estéis acomodados avisadme”
“Estamos muy cerca, le aviso cuando estemos sentados”
-Voy a ducharme, vístete que no tardo nada y tú descansa, no sé si subiremos antes de ir a cenar, sino, estate preparada para las nueve como muy tardar.
-Lo estaré AMO.
Me metí en la ducha no tardando nada en salir…
Hace unos minutos que ha sonado su móvil AMO.
-Supongo que serán ellos, míralo y si son, contéstales que bajamos en cinco minutos, -le di la clave de mi móvil-.
-Lo son AMO, ya les he contestado.
Me vestí con tranquilidad y cogiendo a Noe de la mano, bajamos a la cafetería, viéndolos sentados a los dos, desde la distancia se les notaba nerviosos. Ambos a la vez al ver que me acercaba se levantaron, y me gusto, supongo que aconsejados por Ana. Vestía un bonito vestido entallado de flores, que le llegaba a las rodillas, medias negras, y zapatos de tacón negros también, muy morena, tetas grandes, pelo blanco, largo y recogido en una cola, no se teñía, y unos ojos negros que llamaban la atención, él era alto y delgado, se le veía fuerte, vestía de traje.
-Celia. -Buenas tardes -asegurándose que nadie la iba a oír-, Sire Leo, mi nombre es Celia y mi marido Jaime.
-Encantado, como os habrá dicho tu sobrina, no se mucho de vosotros, solo lo justo, vamos a pedir, por ahora a ti no quiero ni oírte.
A veces es mejor ser lo más directo posible. Se acercó la camarera, y cumpliendo perfectamente, cosa que me gusto y dijo mucho, ella pidió por él. En la cafetería solo estábamos nosotros…
-Ve al baño y espera a que yo vaya -quería verla por atrás-
Asintió y sin dudar, con un ligero nerviosismo, se levantó y pasando delante de mí se dirigió al servicio que estaba junto a la recepción, la seguí con la mirada, viendo un imponente culo, que con ese vestido se le marcaba perfectamente. Me levante y la seguí entrando casi a la vez que ella, espere a que se cerrara tras de mí la puerta y cogiéndola de forma brusca del pelo y sin importarme que alguien entrara, la puse cara a la pared y metí mi mano bajo su falda, hasta llegar a su coño…
-Ufffff, tu sobrina no me ha dicho mucho, estas chorreando PUTA y depilado Uhmmmm.
-Celia. -Son los nervios SEÑOR, nunca…
No la deje seguir, volviéndola con fuerza, sin soltar su pelo, le puse frente a mí, solté su pelo, llevando esa mano a sus pechos que pellizque, notando una tetas fofas, pero con un pezón tieso, la bese…
-Me voy a la mesa, aún estas a tiempo PUTA, si me sigues con esa mierda de tanga en la mano, será que has aceptado, y a la primera negativa o duda, por muy amiga mía que sea tu sobrina, me iré.
-Celia. – ¿Y mi marido?
-No cuenta, por ahora me importa una mierda, por lo que de ti depende todo, ¿queda claro?
-Celia. -Si, Sire Leo.
Ma salí del aseo, dejándola a solas, me senté y la vi salir, se había recompuesto y traía el tanga visible en una de sus manos, una vez en la mesa…
-No te sientes aún, dáselo a este maricón y que se lo ponga.
Extendió la mano, sin intentar ocultarlo…
-Celia. -Póntelo.
Me intrigaban, lo cogió y sin extrañarse o cambiar el semblante, se levantó y se fue al aseo.
-Siéntate, háblame de vosotros, empieza hablándome de porque estáis aquí.
-Celia. -Por AMA Ana -me sorprendió porque según Ana, nunca habían hecho nada-, ella nos lo ha ordenado.
-Eso no es lo que tengo entendido PERRA.
-Celia. -Mejor que empiece por el principio, hace un par de meses se me estropeo el portátil, y mi sobrina, aunque no se dedica a eso, sí que sabe por su trabajo, manejar y reparar sistemas informáticos, como tenía que salir la deje a solas, creyendo que solo se limitaría a reiniciarlo y poco más, lo que nunca imagine es que una vez solucionó la avería y como tenía tiempo se puso a investigar en mi portátil, y a pesar de que las carpetas que abrió, las tenía protegidas, le fue fácil abrirlas, -bajando la cabeza-, en esas carpetas todo lo que hay son fotos de mi marido y mías, desnudos, disfrazados, aparte de relatos y fotos de BDSM.
-Jajajaja, conociéndola, no creo que le sentara mal o que lo usara contra vosotros.
-Celia. -A eso iba, cuando volví, me la encontré sentada aún delante del portátil, y hablando con mi marido que había llegado antes que yo. Nos preguntó o mejor dicho nos interrogo, sobre todo lo que había descubierto, la verdad es que nos quedamos a cuadros cuando nos enteramos de quien era ella, nosotros jamás hemos practicado nada, solo hemos fantaseado, y desde entonces siempre nos ha tratado de convencer, hasta que se enteró de que nos trasladábamos a Granada, desde ese día cambio, empezó a ordenarnos que hacer, como vestir, nada sexual, nos hizo depilarnos, hasta para ir al baño teníamos que pedirle permiso, y cuando le confirmamos que mañana nos íbamos definitivamente, fue cuando nos habló de usted, y no fue una información, fue una orden, solo dijo que nos iba a ceder a usted y que esperaba que la dejáramos en buen lugar, para serle sincera, me moje entera, y aquí estamos.
Me quede a cuadros, en mi vida había visto o imaginado algo así, lo que si me dejo claro, es que eran obedientes. Ya hacia un rato que el marido había vuelto y se había sentado.
-Mañana según me ha dicho Ana, os vais a Granada ¿no?
-Celia. -Si, vamos a aprovechar que mañana allí es fiesta, para instalarnos, hasta el día 8 mi marido no se tiene que incorporar.
– ¿Por qué zona habéis comprado la casa? -sabía que era un chalet en un pueblo, pero lo obvie-
-Celia. -Es un chalet, en un pueblo del cinturón, que está cerca de la empresa de mi marido, supongo que sabrá donde esta Otura o Villa de Otura…
-Si conozco el pueblo, nosotros también nos vamos mañana después de comer o a las seis lo más tardar, así que nos vamos a ir todos juntos ¿entendido?
-Celia. -Lo que usted diga Sire Leo.
-Deja el nombre, a partir de ahora será SEÑOR, y si en unos días no estoy contento con vosotros o vosotros conmigo, tan amigos, y si ambos aceptamos pasaré a ser vuestro AMO.
-Celia. -Si SEÑOR, le pido paciencia, aparte de mi marido, usted ha sido el único que ha tocado… -se puso roja- mi coño.
-Que te quede claro que a partir de ahora, el maricón este -lo recalque-, no podrá tocarte sin mi permiso.
-Celia. -Mi sobrina nos ha puesto en antecedentes SEÑOR, o mejor dicho nos ha leído la cartilla, jajajaja -me gusto se la notaba relajada-, nos dijo que le debe mucho, y que confía en usted ciegamente, y más o menos nos ha hablado de sus gustos y de lo protector que es.
– ¿Tenéis planes para esta noche?
-Celia. -Si SEÑOR, esta noche hemos quedado con mis hijas, mis yernos y mis nietos a cenar, pero si…
-No, sin peros, la familia es importante, ya me iréis conociendo, ¿a qué hora habéis quedado?
-Celia. -A las nueve SEÑOR.
-Acompáñame, quédate con el maricón, dale conversación, jajajaja.
Lo dije esperando una negativa por parte de él, de no dejar sola a su mujer, no dijo nada, solo se levantó para dejarla salir.
-Si AMO, aquí le esperamos.
Me siguió, y como le paso la primera vez a Noe, iba unos pasos detrás de mí, por lo que de protocolo había leído mucho. Conforme se cerró la puerta del ascensor, la pegué al espejo…
-Aún estas a tiempo…
-Celia. -Me corroooooooo.
Me dejo a cuadros, solo la pegue al espejo…
-Celia. -Lo siento SEÑOR, no sé qué me pasa, pero…
-No pasa nada, creo que tu sobrina os ha hecho un favor, por lo menos a ti, jajajaja.
-Celia. – -Aun recuperándose del orgasmo e intentando recuperar la respiración-, sé que se ha dado cuenta SEÑOR, y le aseguro que el que más está disfrutando es Jaime.
-Jajajaja, si ya me he fijado que no se ha sentido incomodo en ningún momento, sígueme…
Entramos en la habitación, quedándose parada en seco al ver a Merche en la cama, en lencería, totalmente dormida.
– ¿Algún problema PERRA?
-Celia. – -Recomponiéndose del susto-, no SEÑOR, solo me ha pillado por sorpresa, esta PERRA -me encanto-, no es quien para opinar.
-Desnúdate -sentándome-.
Llevándose las manos a la espalda, se bajó la cremallera del vestido, dejándolo resbalar a través de su cuerpo, quedándose con un conjunto morado de sujetador a juego con el tanga que se había quitado en el servicio.
– ¿Qué edad tienes PERRA?
-Celia. -59 SEÑOR.
-De rodillas, y acércate PERRA -vi como Merche se había despertado y aunque sabía dónde habíamos ido, no me esperaba y menos acompañado-, quítame el pantalón y saca mi polla, espero que sepas que hacer.
Con agilidad se fue de rodillas y sin apartarme la mirada, se fue acercando, hasta que colocándose de rodillas, llevo sus manos a mi cinturón, lo desabrocho, continuando con los botones de los vaqueros, en ese momento la ayude incorporándome para que pudiera quitármelos, arrastrando mi bóxer, dejando al aire una dura y excitada polla, me quitó los zapatos, los calcetines y terminó de sacarme los pantalones, y apoyando sus manos en sus propias rodillas, se llevó mi polla a la boca, y ufff, sí que tenía experiencia, alternaba lamidas con chupadas, mientras Merche se había incorporado y estaba tocándose en la cama, lo hacía tan bien que no me senté, lleve mis manos a su cabeza y no la deje sacarla, me la follé con fuerza, notando sus arcadas, al mantenerla con mi polla en su boca. No quería correrme en su boca, así que sacándosela, la cogí del pelo, usándolo como correa y llevándola a cuatro patas hasta la cama…
-Súbete PERRA, te quiero a cuatro patas.
Pego un salto, se la notaba en forma, se puso justo en el centro de la cama, la seguí, me puse de rodillas tras ella y se la metí de un golpe en un coño mojado, húmedo y estrecho, sacándole los pechos del sujetador, los tenía caídos y fofos, pero grandes, tanto que con sus pezones casi tocaban la cama.
-Celia. -Agggggg, gracias SEÑOR.
-Ponte delante GUARRA, que te coma el coño ¡¡¡ya!!!
Merche pego un salto de su cama a la mía, poniéndose delante de Celia y cogiéndole de la cabeza, aparto su braga y se la hundió en su coño.
-Ufffff, AMO, esta SUMISA lo come biennnn ufffff, me voy a correrrrrrr ¿puedo?
-Podeisssss ufffffffff, cuando yo la haga PERRAS, me corroooooooo.
Cuando Celia noto mi leche en su coño, dejo de comerle el coño a Merche, para gritar y gemir, corriéndose, mientras Merche hacía lo mismo. Me salí, soltándola, lo que me demostró que no estaba acostumbrada a un orgasmo así de intenso, se desplomo en la cama casi desfallecida.
-Celia. -Gracias, gracias, -con lágrimas en los ojos-, creo que en mi vida me había corrido así.
-Límpiala GUARRA, que nos están esperando.
Merche salto de la cama, y con más trabajo que Celia se puso de rodillas, esmerándose en dejármela limpia. Celia se había acurrucado en la cama, seguía temblando y llorando, llenándosele la cara de churretes.
-Voy a vestirme PERRAS, ayúdala a recomponerse y la espero abajo, tú espéranos aquí, no tardaremos en subir.
Salí sin hablar con ella y me bajé a la cafetería, donde vi en una amena y distendida conversación a Noe y Jaime, que para nada se le veía preocupado.
– ¿Todo bien?
En ese momento Jaime volvió a su silencio.
-Puedes hablar.
-Jaime. -Gracias SEÑOR, si todo bien, su sumisa me ha atendido muy bien.
-Todo bien AMO, solo hemos hablado de su vida y yo le he contado la mía, jajajaja.
-La PERRA de tu mujer ahora baja, se tiene que recomponer, ha disfrutado por primera vez de un gran orgasmo, jajajaja, era lo que querías ¿no?, porque según ella tú lo deseabas más incluso que ella.
-Jaime. – -Con una tranquilidad poco habitual para una primera vez-, cierto SEÑOR, siempre he sido sumiso, y cuando la conocí abandone del todo mi sumisión, pero jamás se olvida, para mí fue un alivio saber que ella también lo era, por su parte no lo descubrió hasta hace unos meses, y esto que le he contado, no lo sabe ni ella ni mi sobrina SEÑOR, creo que …
-Te has liberado al saber que estaba usando a la PERRA de tu mujer.
-Jaime. -Cierto SEÑOR.
En ese momento llego Celia…
-Celia. – ¿Puedo sentarme SEÑOR?
-Si y relájate, que te hace falta, jajajaja.
Los dos a la vez se rieron, lo que le sirvió a ella para tranquilizarse, porque a él no le hacía falta.
-Vais a ir directos a la cena.
-Celia. -No SEÑOR antes…
-No era una pregunta PERRA, he dicho que quiero que vayáis así.
-Celia. -Perdón, no lo había entendido, lo haremos.
-Otra cosa, jamás volverás a usar tanga.
-Celia. – ¿Mañana tampoco?
-Creo que he sido claro PERRA.
-Celia. -Es que toda mi ropa está ya en Granada SEÑOR, aquí solo he dejado la que llevo puesta y la que me voy a poner mañana.
– ¿Y qué te vas a poner mañana?
-Celia. -Vaqueros, zapatillas, camiseta, calcetines, sujetador y bueno en principio me iba a poner tanga.
-Ya no te voy a hacer cambiar de ropa, de eso hablaremos mañana, y si no tienes bragas, no te pones nada, y por supuesto el cornudo seguirá llevando el tanga que lleva puesto.
-Jaime. -Así lo hare SEÑOR, se lo agradezco.
Tanto Celia como Noe, se sorprendieron, yo no tanto, después de su confesión, de todos era el que mejor estaba, después de muchos años de esconderse, volvía a ser él.
-Podéis iros, no me gusta que mis PERROS sean impuntuales, voy a intentar salir a las dos de la tarde, aunque como muy tarde saldremos a las seis, en cuanto lo sepa, mi mujer -me gusta verla emocionarse- o yo os lo comunicaremos.
-Jaime. -A primera hora iremos al rent a car y así estaremos preparados para la hora que usted nos diga SEÑOR.
-Pensaba que teníais coche.
-Celia. -Yo no tengo carnet, y su coche se lo vamos a dejar a mi hija mayor, el suyo estaba ya viejo, y decidimos que una vez instalados nos compraríamos uno más pequeño.
-No alquiléis nada, ¿tenéis mucho equipaje?
-Celia. -No, los neceseres y la ropa que llevamos ahora, todo está ya en Granada, lo mandamos el viernes, y han quedado un par de maletas muy grandes, que mañana las recoge la misma empresa que nos ha hecho la mudanza.
-Entonces en cuanto sepa a la hora que nos vamos, casi seguro que será a las dos, yo puedo trabajar desde el coche, entre el cornudo mi mujer y la GUARRA de su madre -vi como Celia se sobresaltaba-, pueden conducir.
Nos levantamos, me acerqué a Celia y delante de todos, incluso la camarera, la morreé, siendo correspondido, muy correspondido. Nos subimos a la habitación y nada más entrar, sin miramientos, le rasgué el vestido a Noe sin importarme nada, la tiré en la cama y cogiendo con mis manos sus bragas, las rompí también, estaba muy excitado, y colocando sus piernas en mis hombros y viendo a una sorprendida Merche por mi forma de actuar en la puerta del baño, que salía de ducharse, la penetré de golpe.
-Agggggg, ufffff, la PERRA esa me ha puesto a mil, ufffffff, como me gustas PERRA, puedes correrte, te lo has ganado uffff, nunca más tendrás que pedir permiso.
-Aggggg, graciassssssss, me corroooo, le quiero, le quiero -se puso a llorar, iba la tarde de llantos-.
Al sentir su corrida en mi polla, me vacié en ella, dejándome caer a su lado, agarrándola del pelo, volviendo su a cara a la mía y morreándola, sintiendo una boca en mi polla, que no era otra que la de Merche. Me separé, me bajé de la cama, arrastrando del pelo a Merche y una vez la deje en el suelo, me meé, sabía que le iba a gustar…
-Córrete GUARRA.
Vaya si lo hizo, pegó un grito que hasta Noe se asustó.
-Jajajaja, te toca otra ducha.
A las dos a la vez les dio un ataque de risa.
Me volví a la cama y me tumbé.
– ¿Os apetece salir a cenar?
-A mí no mucho AMO, no me puedo mover, jajajaja.
-Si no quieres salir nos quedamos AMO, pero yo sí estoy muerta de hambre.
-Venga dúchate y vamos a cenar y tu madre que se pida algo.
-Gracias AMO, ya no estoy para estos trotes jajajaja.
Entraron las dos en el baño, mientras le escribía un mensaje a Ana.
“Todo perfecto Ana, gracias”
No tardo en contestar.
“Jajajaja, ya lo sé”
Y me reenvió el mensaje de su tía.
“Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, te debemos un regalo enorme AMA.”
Entre en el baño cruzándome con Merche a la que le solté un azote con ganas, volviendo su mirada y guiñándome con una gran sonrisa, vi a Noe terminando de ducharse, entré, la pegué a la pared y bajando por su cuerpo besando cada milímetro de su piel, llevé mi boca a su coño y con ganas, con ansias, se lo comí, se lo mordí, martiricé su clitoris, hasta que sentí como se corría en mi boca. Se quedo muerta, por lo que me levante y con mimo, termine de ducharla, ayudándola a salir, quedándome debajo de la ducha, satisfecho y feliz. Cuando salí, ya estaba vestida, con un vestido blanco precioso, medias transparentes con costura atrás y los zapatos de tacón negros. No tarde nada en vestirme.
-Vámonos Nena, esta noche no eres mi sumisa, eres…
CONTINUARA…
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
Mi Skype es ra_ul1967, mi correo ra_ul1967@hotmail.com y mi Telegram @Amo_Leo, hablo y respondo a todo el mundo, siempre que lo haga con respeto.