Capítulo 3

-No bajes la mirada, quiero que te veas en el espejo, mientras eres azotada, te voy a dar solo cinco azotes, porque esta mañana sabiendo que no me gusta la ropa beige, te la pusiste PERRA.

Le di el primero, fuerte, sin miramientos.

-Gracias AMO, por poner a esta PERRA en su sitio.

Lo dijo mirándome a través del espejo, retándome a darle aún más fuerte, algo que hice, siendo siempre su misma respuesta.

-Al suelo PERRA, llévame a la que a partir de ahora será mi habitación…

Así termino el capítulo anterior…

Primero atravesamos el salón, grande y de dos ambientes, uno con mesa grande y sillas y el otro con un sofá grande y dos sillones, frente a un mueble y la televisión, pasamos por un pasillo y me llevo a la última habitación, mientras comprobé que había tres más, una estaba cerrada, las otras dos estaban abiertas, una de ellas por cómo estaba, supuse que era la de su hija, vi algo que no me gusto, y es que estaba todo patas arriba, desordenada con ropa por el suelo. La otra habitación era una salita con una mesa de oficina, dos sillones, una mesita baja y una tele. Entramos en la suya, un poco antigua para mi gusto, muebles de madera antiguos, así como la cama, pues el cabecero también era de madera. Observé que no había armario, y si un vestidor, no tenía puerta y se divisaba bien, y otra puerta que supuse que era el baño.

-En pie PERRA, vamos al vestidor

Entramos en el vestidor y este estaba dividido en dos partes, en una estaba la ropa de Antonio, y en la otra, la más grande estaba la suya. Me puse a revisar la ropa que estaba colgada, y aunque había muchos pantalones, también había vestidos y faldas. Sin preguntarle, cogí todos los pantalones, salvo dos vaqueros y un par de vestir, y los tiré al suelo, así como unas blusas y jerséis.

-Con esos pantalones ya tienes suficiente.

No decía nada solo asentía con una sonrisa en la boca. Me fije en los zapatos y efectivamente no me equivoque, todos eras planos, excepto los que llevaba puestos. Los saque todos y los tiré encima de los pantalones. Solo deje las zapatillas de deporte.

-Vamos a tener que ir a comprar zapatos, me da igual la medida del tacón, me da igual que seas más alta, jamás llevaras zapato plano.

-Lo había imaginado SEÑOR, pero como me dijo que no tocara nada, no he querido deshacerme de nada.

Seguí con la inspección, por lo que empecé a abrir cajones, y casi todo lo que vi me gusto, no vi tangas, todo bragas elegantes, salvo algunas beige, que fueron al suelo, lo mismo que con los sujetadores. En otro cajón tenía varios juegos de braga y sujetador muy elegantes.

– ¿Cómo que, teniendo estos juegos, ayer compraste uno?

-Por el color SEÑOR, ya le he dicho que lo leí detenidamente y sé que ese color le gusta.

-Has acertado.

En el penúltimo cajón, había calcetines de todos formas y colores, y menos los deportivos todos fueron al suelo. En el último todo eran medias y pantys, aunque abundaban más los últimos, dejé las medias y di por terminada la inspección.

-La ropa interior a la basura, el resto métela en bolsas y dónalas. Ahora déjalas ahí.

Sin decirle nada me dirigí al baño, no era grande, pero si moderno, no tenía bañera, solo ducha, amplia y preparada para dos personas, y un lavabo doble.

-Trae mi bolso PERRA.

Fue a ponerse a cuatro patas, con la cabeza le dije que no. Mientras la traía volví al dormitorio y empecé a desnudarme.

-Déjala en el suelo y de rodillas PERRA.

Me acerque a una butaca que había allí y sentándome.

-Lame PERRA.

Se acercó y empezó a lamerme milímetro a milímetro, primero los dedos de los pies, uno por uno, tomándose su tiempo, algo que hizo que me volviese a empalmar, por lo que cuando iba por las rodillas, la cogí de la cabeza…

-Chupa PERRA, primero los huevos, y luego mi polla.

Se esmeraba, aunque se notaba la inexperiencia. De vez en cuando le hundía la boca en mi polla, haciendo que se atragantara, que le viniesen arcadas, y que sus babas resbalaran por mi polla, por mis huevos. No quería correrme.

-En pie PERRA.

Abrí mi bolsa y saque unas pinzas con cadena, le baje el sujetador y sin miramientos se las puse a máxima tensión. Hizo una mueca de dolor, no dijo nada, sí que le bajaron dos lagrimas por las mejillas.

– ¿Te las quito?

-No SEÑOR, mi dolor es su placer, y yo solo estoy para su placer.

Me sorprendió, y a la vez me excito, eso es algo que no sale en mis relatos, le salió natural. Tirando de la cadena la lleve a la cama.

-Apoya las manos en la cama y saca el culo, voy a azotarte, solo porque me apetece, porque quiero PERRA, porque eres MÍA.

-No necesito explicaciones, se lo dije, se lo digo, puede hacer lo que desee con esta PERRA.

Saqué una pala y un flogger y metiendo las bragas en la raja de su culo, y alternando entre uno y otro le di veinticinco azotes, a un nivel medio. No decía nada, solo aguantaba, aunque por como caían sus jugos por las piernas, pensé, y luego lo corroboré, que se había corrido.

-En pie PERRA.

No sin cierto trabajo se incorporó, mientras saqué unas esposas y llevando sus manos a la espalda se las puse.

Me tumbe en la cama.

– ¡Fóllame PUTA!

No sin trabajo, porque entre como tenía el culo, que ya se le notaba algún morado, y las manos atadas, aparte la braga, se montó y se empalo en mi polla, que ya estaba a mil. Cuando subía yo le tiraba de la cadena, y estiraba sus pezones aún más.

-Aggg, SEÑOR, me gusta, ufffff, me voy a correrrrrrr otra vez ufffffff.

-Hazlo PUTA, yaaaaa, se lo dije mientras me corría.

Exploto en un orgasmo largo, dejándose caer en mi pecho. Llevé mis manos a su espalda, le abrí las esposas y le solté las manos.

-Límpiame la polla CERDA, que me la has dejado pringada.

Con una sonrisa, se echó hacia atrás y con mimo, empezó a limpiarla.

-Vamos a la ducha PERRA.

Entramos juntos en el baño…

-Solo los zapatos.

Entendió perfectamente lo que le dije y quitándoselos, entro en la ducha y se puso de rodillas, sabiendo lo que venía ahora. Entre y me meé por todo su cuerpo, incluida la cara.

-En pie y lávame.

Abrió el agua y cuando estaba caliente, empezó a lavarme, me gustaba, lo hacía con mimo, con cariño. Cuando termino, me salí.

-Desnúdate, dúchate y te espero en mi habitación PERRA, que tenemos que ir a comprar y a cenar, esta noche vamos a dormir aquí, y mañana nos vamos a la playa.

Cogí una de las toallas que había y me fui a la habitación, no había terminado de secarme, cuando apareció. Uffff, la verdad es que era una diosa, muy sumisa, pero diosa. Si no llega a ser por la hora que era, y que aun teníamos que ir de compras, la volvería a usar. Se puso un conjunto de lencería de encaje y seda negro, también unas medias negras, la misma falda y camiseta que llevaba puesta, y cuando se iba al baño a coger sus zapatos…

-Déjalos ahí, ponte las zapatillas de deporte negras.

-Nos vamos dando un paseo, hace una temperatura agradable y el Corte Inglés no pilla lejos.

-Mejor SEÑOR, me vendrá bien el aire, aunque a mi culo no sé qué decirle jajajaja.

Me gustaba su humor y sobre todo su aceptación. Mientras nos dirigíamos a nuestro destino, me repitió todo el tiempo que había perdido, y en el fondo sentía que Antonio no se hubiese atrevido a dar el paso, y que siempre le iba a estar agradecida, porque lo descubrió por accidente, luego él la animo, y que, si a mí no me importaba, le gustaría mantener o intentar mantener la amistad con él. Como es natural le dije que eso era cosa suya y que solo ella podía decidir. Pasamos por una zapatería, y vi unos zapatos que me gustaron, por lo que entramos e hicimos nuestra primera compra, unos zapatos de tacón de diez centímetros negros, abiertos por detrás. Se los puso allí mismo, y si ya era más alta que yo, con esos zapatos aun lo era más. Aunque el mayor gasto lo hicimos en el Corte Inglés, allí compro varios pares más de distinta forma, cómodos y no tan cómodos, y un par de botas. También quiso comprarse lencería y medias como dijo “a su gusto”. Cuando quisimos darnos cuenta eran casi las diez de la noche e íbamos bastante cargados de bolsas, por lo que decidí que lo mejor era coger un taxi y cenar en casa.

-Señor si no le importa podemos cenar aquí al lado, tienen muy buena carta, y como ayer me invito usted, me gustaría ser yo la que lo invite hoy.

-Como quieras.

Entramos en el restaurante, y no tenía que ser su primera vez allí, la conocían, y supongo que atendiendo a su petición nos dieron una mesa en una esquina, que nos permitía más privacidad. Nos sentamos…

– ¿Me permite Usted que pida por los dos?

-Hazlo, y tutéame, tampoco es cuestión de que nadie se entere de quién eres.

-Gracias, pero me da igual.

-Se que ahora mismo estas en una nube, sé que lo estas disfrutando, pero debes tener cuidado, más por ti que por mí.

-Llevas razón, y gracias por cuidar de mi reputación, jajajaja, tendré que aprender.

-Es mi obligación, no solo es pasarlo bien, es cuidarte y protegerte, aunque sea de ti misma.

– ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Puedes y debes, cualquier duda o curiosidad que tengas, tienes que aclararla.

-Como sabes solo he leído sus últimas dos series, y en ninguna habías escrito que te gustaba la cera, o azotar así.

-Me gustan muchas cosas que no escribo, y son cosas que pueden variar, que se puede vivir sin practicar, por eso solo suelo hablar de lo que no negocio. Debes tener claro, porque ahora estas a tiempo, que si seguimos, que si te acepto como mi sumisa, y tú a mí como tu Amo, que también serás mí pareja, que delante de gente que no sepa quién eres realmente, te tratare como tal, por lo que jamás veras un mal gesto mío, o un desplante, como tampoco me veras ya sea como pareja o como Amo darte voces, ambos somos libres de decidir cuándo se termina esto, yo no doy segunda oportunidad, y tampoco la pido. Respetare tu trabajo, tu familia, pero si quiero que quede claro, que, si llegamos a más, que espero que sí, quien viva en nuestra casa tendrá que saber quién eres realmente, por lo que, si no quieres que tus hijos lo sepan, deberán de irse, o irnos nosotros, es su casa y entendería que nos fuéramos. Nos conocemos como quien dice de siempre, y esto no ha hecho nada más que empezar, por lo que tienes tiempo para pensarte lo que te acabo de decir.

-Lo sé, y aunque no había pensado en ello, es cierto todo lo que acaba de decir, y claro a fecha de hoy, no me gustaría que mis hijos y familia en general lo supieran.

-Por ahora en tu casa solo estaremos cuando no estén ellos, el resto del tiempo estaremos en mi casa, contando con que nos vaya bien, porque ahora viene la otra parte.

– ¿La otra parte?

-No me gustan los celos, y como has leído y te he dicho, ante mí no eres nada, solo lo que yo desee que seas, te podré usar como quiera y con quien quiera, estando con personas que sepan que eres mí sumisa te tratare como tal, incluido cualquier miembro de tu familia que lo supiese, a la primera pega o atisbo de celos, cada uno por su lado.

-Lo sé, y es algo que desde el primer momento te lo he querido dejar claro, que acepto, porque es, ufff, para serte sincera, solo con oírte ya estoy chorreando.

Toda esta conversación la manteníamos mientras cenábamos.

-Eso me gusta, pero no es lo mismo, estar hablándolo, que vivirlo.

-Cierto, y cuando ayer me hiciste pasear por el pasillo a cuatro patas hasta la habitación, uffff, me puso aún más cachonda, por no decir más PERRA, jajajaja, y lo del taxi ni te digo, jajajaja.

Al final pasamos un buen rato, terminamos de cenar y cogimos un taxi. El taxista al verla cargada con tantas bolsas, en ningún momento me dejo ayudarla, me miro con mala cara, lo que a ella la hizo reír casi a carcajadas. Metió todas las bolsas en el maletero. Ya sabía lo que tenía que hacer, así que se sentó tras el asiento del taxista. Pero entre el día que llevaba, y el vino de la cena, se le notaba cansada, tanto que, aunque el trayecto era muy corto, apoyo la cabeza en mi hombro y se quedó dormida en mi hombro. Al llegar, la desperté, asustándose, tanto que, sin darse cuenta, delante del taxista…

-Lo siento SEÑOR, no era mi intención…

-Tranquila Noe, -tampoco era cuestión de darle más pistas al taxista-.

Entramos en el ascensor…

-No sé qué me ha pasado SEÑOR.

-Que estas cansada, que han sido muchas emociones, y esto no es una competición, ahora necesitas descansar.

Entramos en el piso y conforme lo hicimos, se desnudó, quedándose solo con la ropa interior, y los zapatos, que con ese tacón aun la hacían más apetecible, le resaltan las nalgas y ese culo, que nada más verlo hizo que me empalmara.

-Vamos a la cama PERRA.

Entramos en el cuarto, me desnude, la cogí del pelo y la tire en la cama, metiendo mi cabeza entre sus piernas, la quería premiar, aparte la braga, y le comí el coño, un coño que no dejaba de estar húmedo, chorreando diría yo. No tardo en correrse. La volví a coger del pelo y sacándola de la cama, la puse con el culo en pompa y las manos en la cama, y sabiendo que tampoco yo iba a aguantar mucho, se la metí en el culo de golpe. No grito, y vi cómo se agarraba a las sábanas.

-Ufffff, como me gusta tu culo PUTA, ufffff, te lo voy a follar a diarioooo ufffff.

-Lo que Usted diga SEÑOR, agggggg, no puedo más, uffff, me voy a correr otra vez.

Note como se corría, y como se agarraba aún más fuerte a las sábanas, para aguantar los envites y no caerse.

-Me corro PERRA.

Me corrí dentro de ella, y no quería dejarla, porque sabía que no podía con su alma, así que, cogiéndola del pelo, la tiré al suelo.

-Límpiala PUTA, quiere ver lo CERDA que eres.

Note como se estremecía, le gustaba sentirse humillada. Me la dejo reluciente, me separé y allí mismo en mitad del dormitorio me meé en ella. Me separé, y diciéndole que no se moviera, fui al dormitorio de su hija y cogiendo la colcha y la almohada, se las tiré encima.

-Las CERDAS no pueden dormir así junto a su AMO.

Lo entendió perfectamente, se limitó a sonreír y a tumbarse en el suelo junto a la cama. Estaba realmente cansada, aún no me había metido en la cama, cuando ella ya estaba durmiendo, algo que yo no tarde en hacer, y como no teníamos prisa, no puse ninguna alarma.

Por la mañana…

CONTINUARA…

Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.

Mi Skype es ra_ul1967, mi correo ra_ul1967@hotmail.com y mi Telegram @Amo_Leo, hablo y respondo a todo el mundo, siempre que lo haga con respeto.

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