Marcado y humillado
Yo soy Ángel, un joven de unos pasados 30 años que escribo estas líneas a pedido de mi amo, quien desde el anonimato quiere dar a conocer la forma en que me humilla y me somete constantemente.
Por lo tanto comenzare mi historia desde el principio.
Hacía dos meses que me venía humillando virtualmente, ya tenía mis fotos, mis datos, mi teléfono (que también utilizo para humillarme), pero fundamentalmente lo que había logrado era tener mi mente, mi completa voluntad a su disposición.
Así fue que durante mis vacaciones, me ordenó que me presentara inmediatamente en su casa, había llegado el momento de llevar a la práctica nuestras fantasías (o mejor dicho las suya, ya que a esa altura mi mente ya no tenía autonomía, solo pensaba lo que el amo ordenaba).
Ni bien llegué a la ciudad, me instalé en un hotel, una vez acomodado mi equipaje, decidí marchar sin mas a lo de mi amo.
Una sensación de extraña ansiedad y excitación recorría mi cuerpo de 1,90 m de altura y figura delgada. No podía creer que había llegado el gran día.
Tras caminar unas cuantas cuadras, di con la dirección buscada. Allí una fría puerta de madera me esperaba. Dudé un instante y después pensé: Ángel es el sueño de tu vida, además ya le perteneces, anímate. Por lo tanto sin pensar mas presioné entusiasta el timbre.
Los segundos que transcurrieron hasta que se abrió la puerta me parecieron eternos. Estaba muy excitado, pero temblaba como una hoja.
Cuando se abrió la puerta, solo atiné a dejarme caer de rodillas y decir: A sus pies amo le pertenezco.
-Tú debes ser Ángel –dijo- pasa.
Una vez adentro me hizo parar y me trato amablemente, me indicó las reglas y luego me dijo hoy comenzaras ordenando un poco la casa y luego te quiero en mi pieza.
Y así fue, cuando termine con mi tarea en la casa me presenté ante mi amo quien tras obligarme a mamar su verga y a penetrarme con su fusta (episodio que abordaré en un próximo relato) decidió dar por terminado nuestro día, tras lo cual se acostó para disfrutar del mejor de sus sueños, no sin antes dejar de atar mis brazos y mis piernas a la espalda y dejarme de esa manera tendido boca abajo al lado de su cama para utilizarme de felpudo la mañana siguiente.
Luego de haber dormido incómodamente sentí de repente una fuerte presión sobre mi espalda.
Era el pie de mi amo que se levantaba usándome como felpudo y me decía despierta perro.
Es hora de que me sirvas perrito.
Tras lo cual me desató y me dijo, bien Ángel hoy serás mi mucama, así que vete al cuarto de al lado allí tienes tu uniforme y luego preséntate respetuosamente ante mí.
Ni bien mi amo cerró su boca yo ya estaba dirigiéndome al cuarto de al lado a buscar mi uniforme, y escuche que mi amo gritaba desde su pieza: te quiero en uniforme pero sin ropa interior.
Así fue que una vez vestido tal cual el amo lo ordeno me presente respetuosamente ante él en su cuarto.
Tras lo cual me ordeno que le preparara el desayuno y se lo llevara a la cama.
Que me viera con ese uniforme de mucama me humillaba tremendamente, pero no dejaba de excitarme.
Una vez que el desayuno estuvo listo se lo acerqué hasta su cama y le pregunté si deseaba algo más.
Sí -dijo- quiero que me alcances de ese armario un consolador y que permanezcas en cuatro patas al costado de la cama obedeciendo lo que te diga Angela.
Si amo, respondí e inmediatamente cumplí con lo ordenado.
De esta manera, mientras mi amo desayunaba me ordenó abrir con mis manos el culo lo más posible y mientras encendía el televisor con el control remoto comenzaba a introducirme el consolador en mi culo. Vamos! Abre tu culo Angela –me decía – muévete perra, y me enterraba mas y más el consolador.
Así mientras mi amo desayunaba y hacia zapping yo sentía como ese consolador destrozaba lentamente mi culo. Aunque parezca mentira eso me daba un placer inmenso.
Tanto que al poco rato debí pedirle permiso a mi amo para correrme ya que mi excitación había llegado al limite. Me dijo que si, pero que me ocupara de limpiar todo lo que ensuciara en la eyaculación con mi lengua.
Una vez que termine con esta afanosa tarea, el amo me ordeno prepararle una ducha caliente, cuando estuvo lista le avise tras lo cual se levanto y se dirigió hacia el baño mientras me ordenaba que planchase su ropa mientras el se bañaba.
Ni bien entro al baño, me dirigí al cuarto de servicio, en donde desplegué la tabla de planchar y comencé a planchar un pilón de ropa que yacía arrugada a mi lado. Aun no había finalizado mi tarea cuando sentí al amo salir de su ducha. Como no me dio ninguna orden seguí en concentrada en mi tarea.
Unos instantes mas tarde, sentí que alguien estaba detrás mío a un escaso medio metro y que había llegado allí sin que yo me diera cuenta.
En ese momento sentí la voz de mi amo que me dijo: No te des vuelta Angela sigue planchando. Tras lo cual sentí que su mano se metía por debajo de mi falda y sus dedos humedecidos se metían en mi culo. -Sigue planchando, Angela -fue la nueva orden, así mientras seguía con mi tarea sentía como me penetraba primero con uno, luego con dos y posteriormente con tres dedos.
El dolor era terrible, pero el placer también era incomparable, mi miembro comenzó a ponerse erecto. Cuándo vio esto mi amo me dijo_ así que estas caliente putita?. Recuéstate sobre la tabla de planchar boca abajo. Orden que obedecí al instante.
-Abre las piernas
Y allí comenzó a penetrarme nuevamente pero esta vez con su espectacular miembro, sus embestidas eran increíbles, brutales por momentos, yo sentía que mi culo se partía en dos y un inmenso placer que acompañaba ese dolor.
Una vez que mi amo consideró saciado su placer sexual (después de 5 eyaculaciones con limpiada de su verga a cargo de mi sumisa lengua, me dijo quédate quieta Angela no te muevas, quédate recostada en la tabla.
Tras lo cual me ató a ella y cuando estaba completamente indefenso ante mi amo, sucedió algo que en ese momento me pareció terrible pero que ahora le agradezco infinitamente.
Tomo la plancha que aun estaba enchufada, la puso al máximo y luego la posó con toda su fuerza sobre mi culo desnudo, ante lo cual mis gritos y sollozos no se hicieron esperar.
Perdí el conocimiento.
Pero cuando volví en mí, aún sobre la tabla, mi amo me dijo: muy bien Angela puedes descansar hoy, te felicito ya tienes la primera marca que indica tu pertenencia absoluta tu amo.
Y se retiró.