Capítulo 2

Capítulos de la serie:

Elena recogió su mesa y salió por la puerta en dirección al sitio donde había quedado. Primero tomó un café en el bar de la esquina, pero el corazón le iba a mil. Salió y esperó poco tiempo, enseguida apareció Ramón con su taxi. Elena subió en el taxi.

  • Ponte esa capucha. Toma esta es tu tanga, la tendrás que entregar tú personalmente.
  • ¿Y la capucha?
  • No has de saber dónde vamos. Si no quieres ponértela, bájate del coche.

Elena se puso la capucha y así a oscuras empezó a pensar qué sería de ella. Sabía que Ramón la miraba y por eso abría sus piernas para que la viese bien. Notó como el coche paraba y una mano entró entre su tanga, para introducirse en su coñito.

  • Serás puta, estás empapada.
  • Ramón metió dos dedos en el coñito de Elena y sacándolos, los chupó haciendo ruido
  • Chuppp, chupp, Hummmm que bien sabes. Por qué no puedo, que, si no, te follaba aquí mismo.

Ramón sacó su polla y la puso en la boca de Elena. Esta abrió su boca e introdujo dentro la polla. Ramón la agarró del pelo en dos pequeñas coletas e introdujo su polla fuerte en su boca. Elena paladeaba esa polla con gusto. Era una buena polla y le llegaba hasta la garganta. Siempre le habían gustado las pollas grandes y venosas y esa cumplía ambos requisitos. Le pasaba la lengua por el capullo y metía y sacaba su boca de esa preciosa polla. Ramón ya no aguantaba más y sujetando la cabeza de Elena, le dio varios empellones que terminaron en arcadas de esta, hasta que apretando su cabeza se corrió en su garganta.

  • Siiiii, putaaaa, siiii, que bien la chupas, siiiii, no me has dejado ni una gota. Siiiiii. Asiiiii, siiiii, liiimpiala bien

Elena se relamía, mientras terminaba de tragar la abundante corrida de Ramón y limpia los restos de su polla.

Por fin llegaron a la mansión y Ramón la ayudó a bajar del coche. La acompañó dentro de la casa y tras llevarla por un largo pasillo la dejó en medio de una habitación. Elena escuchó una voz varonil, fuerte y segura. Alguien se acercó a ella.

  • Dame esa tanga y desnúdate
  • Peroooo, yo ya he cumplido con mi palabra.
  • ¿Qué piensas, zorrita, que te vamos a dar treinta mil euros por unas braguitas? Ni que fuesen de la Perla. Desnúdate cojones, si no quieres que me enfade.

Elena ahora mismo era un mar de jugos, ese trato la estaba poniendo a mil. Empezó a desnudarse muy lentamente. Se sacó la camiseta por el cuello y danzando fue desabotonando su falda hasta dejarla caer por sus piernas haciéndola llegar al suelo. Pasó las manos por detrás de su espalda y liberó los corchetes del sujetador, para sensualmente dejarlo caer al suelo. Acarició sus pechos y pellizcó sus pezones. Estaba realmente excitada y prueba de ello era que, si no fuese por su tanguita, sus piernas tendrían un reguero de jugo. Sujetando la tanguita por los lados, metió sus dedos y la fue enrollando para terminar sacándola por sus pies. Ya estaba totalmente desnuda.

  • Quítate la capucha, putita.

Elena se quitó la capucha y ante ella aparecieron cinco tíos con las pollas en la mano. Les llamaremos por número, ya que sus nombres han de permanecer en el anonimato.

  1. Era un hombre rubio de unos cuarenta años con un muy buen cuerpo y una polla de unos dieciocho centímetros y bastante gordita.
  2. Era un hombre bajito, rechoncho y panzudo. Su polla era más pequeña y delgada que la de número 1
  3. Era un chico atlético de no más de uno sesenta de altura. Con una buena polla más de veinte centímetros y gordita.
  4. Era en apariencia moro y tenía una impresionante polla de más de veinticinco centímetros, pero finita. Y, por último
  5. Este era un impresionante negro con todos sus músculos marcados y una terrible polla de más de veinticinco centímetros y un importante grosor. El número 5 parecía llevar la voz cantante.
  • Ven aquí putita y chúpame la polla, ¿vamos a qué esperas?

Elena se acercó a él y postrándose de rodillas cogió esa polla con sus dos manos y la acercó a su boca. La fue midiendo con sus labios y con su lengua. Saboreaba cada parte de esa tremenda polla.

  • ¿Qué cojones haces? Abre la boca puta.

Y de una se la metió, no más de un poco del capullo, pues con su grosor poco más podía pasar. Elena la sorbía con sus labios y la repasaba con su lengua. Por su parte, el número 5, empujaba con fuerza su pelvis contra la boca de Elena.

  • Vamos, que tenemos que probar todos, esa boquita.

Número cuatro entró en acción metiendo también su polla en la boca de Elena. Esta al ser más delgada entraba con mucha facilidad.

  • Ven aquí putita, ven que te voy a traspasar la garganta.

Y así lo hizo, con un golpe de cadera, traspasó la garganta de Elena y mantuvo ahí su polla. Elena no podía respirar e intentaba zafarse de ese abrazo que la estaba dejando sin fuerza. Número 4 soltó un poco y Elena echó su cuerpo para atrás en busca de aire. Pero no había inhalado la primera bocanada de aire, cuando otra vez esa polla traspasaba su garganta. Pero esta vez un río corrió entre las piernas de Elena anunciando su orgasmo.

Número tres se puso entre las piernas de Elena y se encargó de recoger en su boca todos los líquidos que Elena había soltado. A su vez se centró en su clítoris.

Número dos la follo por detrás, mientras número3 la comía el coño. Los otros tres acariciaban su cuerpo. Número 1 se acercó y sujetando por el pelo a Elena la acercó a sus huevos y la dijo.

  • Vamos puta, chupa, chúpame los huevos. Vamos coño chupa de una puta vez.

Acercaba su cara a sus huevos y le restregaba estos por la cara. Elena cada vez estaba más excitada, se estaba poniendo a mil y el orgasmo lo tenía próximo.

  • Vamos Puta, ensaliva bien mi polla que te la voy a meter hasta el esófago. Sii, asiii, siiii, ensalivame bien.

Número 5 levantó en vuelo a Elena y le clavó su polla en el coño. Sólo pudo entrar el capullo, pero con esto bastó para que Elena tuviese un imponente orgasmo que la dejó temblando sobre la polla del negro. Número 4 aprovechó para acercarse por detrás y meter su polla por el culo de Elena. Esta abrió la boca buscando aire. Nunca había sido doblemente penetrada y menos por semejantes pollas. Notaba como dentro de su coño la polla del negro entraba y salía rozando las paredes de su coño, dilatando la como nunca lo habían hecho. A la vez sentía como la polla del moro la quemaba en el culo y como ambas pollas se frotaban en la fina tela que separaba sus agujeritos. Elena estaba en éxtasis cuando una polla entraba la otra salía y así estuvieron un largo rato hasta que ambos se corrieron en su interior.

Elena en ese momento se agarró fuerte al cuello del número 5 para así poder disfrutar de un impresionante orgasmo que casi la deja en la inconsciencia. Ambos hombres se retiraron de ella dejando que unos buenos chorretones escurrieran por su cuerpo.

Elena era incapaz de ponerse en pie. Número dos abrió las piernas de Elena y se colocó entre ellas. Metió su pequeña polla en su coño y empezó a bombear. Para Elena fue un alivio, ya que esa pequeña polla calmaba todo el roce que le habían propuesto las otras dos. Número dos se corrió enseguida, tener esa preciosidad entre sus piernas ya era un lujo para él.

Número tres el más bajito, tumbó a Elena de lado y levantando su pierna izquierda le metió la polla por el culo el semen del moro propició que la polla entrase de una hasta el fondo de su culito. Viendo lo bien que había entrado, puso a Elena a cuatro patas y empezó a follar con fuerza su culo. Le agarró por sus brazos y la follo muy, muy fuerte. Elena chillaba como una loca, presa del dolor y del placer. Ese anal le estaba matando. Eso era lo que ella quería y lo que su marido no le daba.

  • Fóllame fuerte cabrón, más fuerte, ¿no sabes más? y el chaval aceleró el ritmo, lo aceleró tanto que la polla se le salió haciendo que Elena se revolviera rápido para volverla a meter con celeridad.

El chaval la daba tan fuerte que el culo la estaba ardiendo. El chico empezó a azotarla sin compasión y esto hizo que Elena tuviese un terrible orgasmo que terminó con ella desmayada en el suelo. Ya solo faltaba número uno. Este espero que Elena se recuperara y poniéndola en cuatro la traspasó el coño. Este también la daba bien fuerte y la azotaba, mientras sus cuerpos hacían música. El negro aprovechó para poner su polla en la boca de Elena. La fuerza de número uno, hacia que la polla del negro la entrara casi hasta la garganta. Este también la follaba la boca.

Número uno cambió la posición con número 5 y este, número cinco de una metió más de media polla en el coño de Elena, está profirió un grito entre dolor y placer que número uno aprovechó para meter su polla en la boca de Elena hasta traspasar su garganta. El negro cada vez metía un poco más de polla hasta tenerla toda dentro. Aquí empezó a moverse al principio muy despacio.

Mientras metía su polla Elena abría su boca y el número uno entraba hasta su garganta. Ya no pudo más y descargó en la garganta de Elena, que casi se atraganta por tal cantidad de esencia derramada. El negro iba aumentando poco a poco la cadencia de sus embestidas hasta hacer de estas una follada salvaje.

Elena empezó a correrse una y otra vez intentando salirse de la polla del negro, pero era imposible, Elena tenía un orgasmo detrás de otro hasta que perdió la consciencia. Se despertó llena de semen, le habían rociado bien y de sus agujeritos salía gran cantidad de este líquido. En una mochila estaban los treinta mil euros.

Icharlines54@gmail.com