Capítulo 16
Sobre las once y media, llegó Alex con sus padres y su hermana a Cadaqués, llamaron por teléfono a mi padre y este les indicó, como llegar a casa, que está frente a la playa. Mi madre hizo los honores, como anfitriona, los recibió en la puerta, invitándolos a entrar. Yo por mi parte, mientras mis padres, mostraban la casa a los padres de Alex, yo le acompañé a una de las invitaciones de invitados, que están situadas en un anexo independiente de la casa; apenas entrar, casi sin dar tiempo a cerrar la puerta, nos dimos un abrazo y un profundo beso; madre mía ¡qué ganas teníamos los dos de estar juntos!
Regresamos junto a los demás, para compartir conversaciones con nuestros padre, centradas en lo bella de la casa y de Cadaqués, principalmente. Salimos todos a dar una vuelta por el pueblo, pues el servicio externo (parrilleros y camareros), que había contratado mi madre, ya estaba preparando el fuego, disponiendo las mesas para la barbacoa que comenzaría aproximadamente a las dos de la tarde.
Fueron llegando todos los invitados, quienes fueron recibidos por mis padres, mi hermana (mi cuñado, no se puso a recibir, para evitar preguntas incómodas, por la ausencia de Héctor) y yo como anfitriones.
Y como no, los dos sicarios de Satán, que, rápidamente se apropiaron de Alex y estaban partiéndose de la risa sin mí.
Comimos y reímos no más que otro cualquiera de los invitados, pero nos lo pasamos en grande.
Mi madre como anfitriona: quiso hacer un anuncio y al mismo tiempo un regalo fantástico para mí:
¡Queridos amigos: nuestra familia, ¡ha decidido retomar la costumbre, que abandonamos hace muchos años de celebrar de nuevo la fiesta de entrada del verano en nuestra casa! ¡a partir de este año! Esperamos reunirnos todos de nuevo el año próximo. Un brindis por la familia ¡el pilar de la vida!
Y cómo no: ahí comienza la historia, de mi vida con Alex, una vida fantástica, plena de amor y comprensión.
Queridos lectores: después de conversar profunda y seriamente con mi amiga, a quien he estado escuchando atentamente en su cambio de vida, hemos reflexionado, bajo el prisma de que confiese, para seguir continuando y narrando sus experiencias con Alex, que las situaciones y hechos (que son absolutamente ciertos), si bien se iniciaron cuando Alex tenía diecisiete años y ella cincuenta y dos , realmente actualmente, él tiene veintitrés y ella cincuenta y ocho y siguen juntos. Así que, a partir de ahora, la narrativa será actual, con recuerdos de experiencias de años anteriores. Gracias por la comprensión.
Ese día de la fiesta, estuvimos comiendo bebiendo y riéndonos los cuatro continuamente; nosotros tres, presentábamos y poníamos al corriente a Alex, de quien era quién de la fiesta, más cuando, los que los presentaban, eran Andrés y Manuel, quienes además de empresarios en diferentes sectores, son personas muy respetadas, por su clase social y títulos nobiliarios, algunos de ellos con Grandeza de España. Mi padre desde lejos, me miraba, dando su aprobación con su mirada, por nuestra forma de actuar respecto a Alex.
Cuando habíamos terminado la ronda de presentaciones, hicimos un apartado nosotros cuatro y nos pusimos a buscar candidatas. Llegamos a la conclusión de que podían, haber cuatro o cinco y más concretamente dos: Analía y Luz, ambas de aproximadamente unos cincuenta y ocho años, casadas con cinco hijos la primera y cuatro la segunda, miembros del Opus Dei, ellas y sus maridos. Aprovechando que en un momento dado nos agrupamos de nuevo, Alex (se había informado bien el puñetero), preguntó sobre el retablo, estilo barroco de la iglesia (es el mayor de su clase en Europa) y que, si había algo o alguien, que le pudiera explicar sobre la historia de él.
Ambas, le dijeron que con mucho gusto lo harían, pues las dos aparte de amigas, estudiaron historia del arte y qué, con sumo placer, podrían aprovechar la misa de ocho y así de paso le explicaban; por supuesto que todos dijimos de ir.
A las seis y media, acabó la fiesta y los invitados se marcharon, incluidos los padres de Alex, no sin antes recordarle cuales eran las normas de comportamiento y más.
Minutos antes de las ocho, entramos en la iglesia, donde ya estaban Analía y Luz, nos situamos en el mismo banco todos en la zona media, nos saludamos discretamente y Analía le indicó, que se situara entre las dos para explicarle, así lo hizo.
Pasados unos minutos, después de comenzar la misa, Alex les iba preguntando alternativamente, en voz muy baja, tanto que tenían qué acercar sus oídos a Alex, para escucharlo (nosotros no nos perdíamos detalle, vaya jeta le estaba echando al asunto), cada vez que hacía una pregunta, tocaba al principio el brazo de una o de la otra; un par de veces más y paso del brazo a tocarles la cintura, ante la sorpresa de ellas y por último, ya dejó sus manos fijas en la cintura, bajando sus manos hacia la zona del culo. Sorprendentemente, ninguna hizo nada (simplemente, miraron que nadie estaba observando, detrás no había nadie)
Menudo diablo, me dijo Andrés. Alex comenzó a dar círculos con sus manos en el culo de cada una, sin que por pudor u otro motivo, dijeran o hicieran nada, para evitarlo; de ahí pasó a presionar sus nalgas, ya sin disimulo, provocando una aceleración en sus respiraciones, durante todo el transcurso de la misa, hasta que terminó.
Cuando salimos, Alex les agradeció las explicaciones sobre el origen y la historia del retablo y de paso nos preguntó a nosotros, si había algún sitio para ir a tomar algo después de cenar, que le apetecía salir un rato solo a pasear, para asimilar su nueva andadura en Cadaqués.
Le recomendó Manuel, Can Shelabi y el Café de la Habana, dándole detalles de los dos, pero sobre todo el Café de la Habana;
- Súper: iré después de cenar, sobre las once
Nos fuimos a cenar los cuatro juntos, ni que decir hay que las risas y burlas, fueron constantes, dado que no habíamos perdido detalle.
- Andrés dijo: no vendrán.
- Manuel: ¿Qué te apuestas a qué si?
- Yo: ya se verá, pero al menos una aparece, no se cual.
Sobre las once Alex, se dirigió al Café de la Habana y sorpresa, ahí estaba Luz, nosotros llegamos un poco más tarde, cuando ya llevaban un rato. Luz, comentó, que como ella ya conocía a la dueña, había venido, por si nosotros no acompañábamos a Alex, para presentárselo y terminó su copa rápidamente y se despidió.
- Alex: voy por ella, esta después de lo que me ha dicho, no se me escapa, venir detrás a distancia y mañana os cuento.
Alex la alcanzó, casi llegando a Llané Petit y la llamó:
- Luz, espera, continuemos hablando. Ella se detuvo a esperarle y continuaron andando hacia Sa Cueta.
- Alex: ¿por qué no te has quedado ahora?
- Luz: es qué tengo que regresar a casa, es tarde
- Alex: no digas cosas que no son, te has marchado por qué te ha dado miedo
- Luz: pues sí, miedo y vergüenza, de que me vieran en el bar contigo a solas, ¿Qué habrán pensado?
- Alex: nada, lo que has dicho simplemente, pero creo que, ese no ha sido el motivo, le decía Alex, mientras se apoyaba en la barandilla y reparaba que había una escalera, para bajar hasta la orilla. Ven bajemos y así hablamos tranquilamente, sin que nadie nos vea
Bajaron la pequeña escalera y nosotros los observábamos y escuchábamos desde arriba discretamente
- ¿Qué es lo que te ha dado miedo?
- ¿Te parece correcto, que me hayas tocado en la iglesia? Si alguien llega a vernos me muero de vergüenza, Dios mío
- Pero nadie se ha dado cuenta, eso es seguro, más no he podido evitarlo, además estoy seguro que te ha gustado, eres una mujer muy hermosa, perdóname, por lo que te diré ahora: lo volvería a hacer una y otra vez.
- Eso está mal, soy una mujer respetable y casada, me he asustado mucho, no soy ninguna mujerzuela, nunca me ha tocado nadie, que no sea mi esposo, decía visiblemente nerviosa, tanto qué comenzó a llorar de angustia.
- Alex le dijo: ven, perdóname y dame un abrazo,ella lo abrazó llorando, me has puesto muy nerviosa, mientras le iba cuchicheando al oído, no me puedo creer que exista una mujer como tú, nunca había visto a ninguna igual, ella seguía llorando en silencio, mientras él le acariciaba el cabello con una mano, respiraba profundo junto a su oreja y comenzaba a darle suaves besos en la oreja y en la mejilla, con la otra le iba desabrochando el nudo del vestido que llevaba, procurando no se cayera todavía. En un momento determinado, pasó de la mejilla a darle suaves besos en los labios;
- Luz se separó un poco diciendo: esto no está bien, es pecado. Alex: el pecado es tenerte tan cerca y no besarte como estoy seguro que nadie te ha besado nunca; la respiración de ella se iba acelerando, sin duda estaba mojándose, experimentando una situación que nunca había vivido. Ella no respondió y él, siguió besándola cada vez con más energía, buscando qué abriera la boca; cuando lo hizo, Alex, le introdujo toda su lengua, hasta que no podía más adentro, ella le correspondió inexpertamente pero lo hizo, en ese instante, pasó a acariciarle el pecho, primero suavemente y luego con energía, dejándole caer totalmente el vestido y quedando desnuda frente a él, se quedó paralizada, pero en lugar de taparse o separarse, se abrazó a él, creyendo así tapar sus vergüenzas.
- Alex, por favor, nunca he sido infiel a mi marido.
- Pues ¿no crees qué tu cuerpo dice lo contrario? Le metió la mano dentro del coño y estaba chorreando de excitación, la beso y le dio la vuelta, la tomó de la mano (él mientras se había quitado el pantalón) mira toca. Tocó y se asustó, pero no apartó la mano, mientras Alex la besaba y mordía, desde atrás en el cuello y oreja y con otra mano le presionaba el pecho fuertemente y con la otra, le introducía los dedos en su coño peludo. Tienes qué afeitarte, no puede ser qué una señora como tú, lleve el coño como las criadas, tú eres una señora, aféitate. Ya con pérdida total de control de la situación respondió:
- Lo haré
- Si lo haces me encantará comerte el coño y a ti te encantará que lo haga y me pedirás más, experimentarás los placeres de la vida y mucho más; mientras le dio la vuelta de nuevo y agachándola, puso su enorme trompa frente a su cara: chupa, chúpamela, abre la boca, te mueres de ganas de hacerlo; le presionó en las mejillas, hasta qué la abrió y le metió la polla tan adentro, que le dieron arcadas, acompañando Alex, su cabeza con movimientos que demostraban que le estaba follando la boca, tienes una boca deliciosa;
- Nunca lo he hecho; pues a partir de ahora lo harás, ¿te enteras?
- Si, lo haré.
- La chupas de maravilla, mejor que cualquier puta ¿lo sabías? Luz, ya no necesitaba qué Alex, le mantuviera los movimientos de su cabeza, ya había tomado con las dos manos la polla de Alex y estaba desatada chupando. Tienes unos pechos que parecen melones, mientras le tiraba de ellos, retorciéndole los pezones. Me encanta que seas tan zorra, en cuanto mañana te afeites, te como yo el coño, verás las estrellas del placer qué tendrás.
- Dios mío qué me pasa, le entró una agitación, estamos seguros que ese, era el primer orgasmo de su vida, seguro, seguro.
- Alex la seguía golpeando y le decía: pienso hacer que te pases todo el verano follando, porque se nota que no has follado en mucho tiempo o nunca.
- Con mi esposo, hacíamos el amor, solo para tener hijos, nunca lo hemos hecho por sexo, es pecado;
- ¿Tú dices pecado? Si así fuera, Dios no nos habría dado la capacidad de tener un placer como el que tienes tú ahora; mientras Alex, se corrió en su boca y en su cara abundantemente. Ahora chupa de nuevo y me la limpias con la lengua, trágatelo todo y déjala bien limpia zorra. Luz, limpió con esmero y pasión toda la polla de Alex y cuando terminó, él le dio un profundo beso en la boca al mismo tiempo que de nuevo pellizcaba sus pezones.
- Bueno, tengo que irme, pues xxx o sus padres se mosquearan si el primer día llego tarde, mañana te veré y aféitate bien toda esa mata de pelos que llevas, no quiero ver ni un pelo ¿entiendes?
- Ella resignada: sí lo haré, te lo prometo.
- Hasta mañana zorra mía, ¿entiendes lo de zorra mía? ¿verdad cariño?
- Sí, cariño lo entiendo.
- Pues eso, a partir de ahora eres mi zorra, que te quede claro y si no vienes yo iré a buscarte a tu casa. Anda dame un buen morreo que me voy. Alex, se vistió y subió las escaleras, donde más adelante lo esperábamos nosotros. Ni que decir hay la larga lista de nuestros comentarios mientras regresábamos a casa
- Esas beatas son las más difíciles al principio, pero de caer, claro que caen; decía Andrés
- Manuel, si no te llegas a ir, te encadena para que no te escapes, jajaja
- Yo: seguro que este ha sido el primer orgasmo de su vida, ya verás como te lo dice.
- Alex: creo que sí, que ha sido el primero de su beata vida. Esta es candidata a los colegas del Club o peor a los dos moros de Roses, vamos que la pongo a zorrear, es más qué claro.
En fin, así hasta que llegamos a casa. Primero fuimos a la caseta de invitados
- Yo: Si te la llegas a follar, te corto las pelotas
- Alex: ni por asomo, a lo sumo la culeo, pero mañana puede no, pero a lo sumo en tres o cuatro, días esta folla por todos los agujeros, te lo aseguro
Alex y yo, hicimos el amor dulce, maravillosamente y apasionadamente, llegando al unísono los dos al orgasmo, que nos dio a los dos una exaltación de placer. Me levanté a eso de las tres de la madrugada y me marché muy a mi pesar a la casa, dándole un profundo beso: hasta mañana mi amor.