El Chantaje II

Desperté a la mañana siguiente y me encontré con las manos esposadas delante de mi cuerpo y los pies enganchados con un caño metálico que me separaba las piernas. Cuando me vio despierto me enganchó una cadena desde el caño hasta mi cuello de forma de mantenerme de rodillas. Después me tiró unas fotos y me presentó una jovencita . En las fotos aparezco yo teniendo sexo con esta menor de edad. Mi esposa ya me había demandado un par de veces por golpes aunque todo era falso. Si me llegase a demandar esta jovencita iba a ir a la cárcel directo por más de 8 años.

– Firma esto y por ahora vas a ir bien- me dijo Camila (mi esposa)

Eran cheques que no veía bien pero que seguramente me dejaban sin un centavo. Me negué. Mi esposa hizo unas llamadas y al rato apareció una de sus amigas y un hombre que no sé de dónde lo habría sacado. Sin perder tiempo me aceitaron el culo y Sandra (su amiga) me encajó un falo plástico descomunal hasta el fondo. Yo lancé un grito pero rápidamente taparon mi boca con unas bragas. Sandra siguió bombeando antes mis quejas, me estaba destrozando el culo, sentía gotas de sangre corriendo por mis piernas y eso excitaba más a Sandra. Mi esposa se limitaba a estar sentada dando ordenes, diciendo cosas como:

– Más adentro, No pares o ¿Te está gustando mi amor?

En un momento me asusté cuando dijo » ¿Te acordás lo que sufrí ayer? Bueno, vos vas a sufrir el triple»

Unos segundos después el hombre saco a la luz su enorme polla y comenzó a golpear mi cara con ella.

– Trágatela, y disfrútala – me ordenó mi esposa. Yo me negué y ella agarró mi dedo anular izquierdo con su mano y comenzó a torcerlo hasta que abriese la boca, cosa que no hice. Sin más ni menos me lo partió. Fue el mayor dolor de mi vida y peor fue ver su cara sonriendo ante mi sufrimiento.

– – Enseguida abrí la boca y permití que aquel falo me penetrase. Entró directamente hasta mi garganta y el tipo comenzó a cogerme por la boca como si fuera un culo. Mientras mi esposa se sentó a caballo sobre mi espalda y me movía mi cabeza hacia y fuera del falo. Sandra continuaba bombeando cuando el hombre terminó dentro mi boca. Tuve que tragar una parte pero escupí lo que pude.

– – – Limpialo del suelo – fueron las ordenes de mi mujer

– – Yo volví a negarme y sin advertencia rompió otro de mis dedos, el índice de la derecha esta vez. Yo volví a pegar el grito en el cielo y comencé a lamer el semen del suelo. Ella lo pisaba y me hacía lamer el semen de sus pies.

– – Al rato el tipo comenzó a coger a mi esposa delante mío mientras yo tenía a Sandra sobre mi cabeza, viéndome obligado a chuparle el coño. Parece como si no se hubiera bañado en un tiempo largo porque tenía un olor fuerte y semen impregnado en sus labios. Mientras mi esposa gritaba como una perra, no paraba de gemir y orgasmear al igual que Sandra que llenaba mi cara de jugos. Cuando el tipo iba a terminar me la metió en la boca y volvió a terminar sobre mi garganta. Esta vez previendo el futuro, intenté tragar todo lo que pude. Finalmente el tipo se fue y quedaron sólo ellas.

– – Me llevaron al baño, abrieron el inodoro y me mostraron la materia fecal dentro del mismo.

– – – Vas a tener que comer mi mierda desde ahora, y quiero que a cada mordisco digas mmmmmm- me ordenó mi esposa.

– – Me volví a negar pero estaba vez no fue un dedo el que sufrió. Camila me agarró los testículos con sus dos manos y comenzó a apretarlos con todas sus fuerzas. Parecían que iban a explotar, estaban todos colorados, yo me contorsionaba y gritaba como un condenado, Sandra agarró un pedazo de mierda con no sé qué y me lo metió en la boca mientras gritaba tapándolo posteriormente con una cinta.

– – Comencé a sentir arcadas pero no podía vomitar porque mi boca estaba llena. Tuvo que tragar pero enseguida vomité en mi boca y tuve que seguir tragando. Terminaba vomitando por la nariz por una cuestión natural del cuerpo. La sensación era horrible. Mientras, Sandra y mi chica se reían a carcajadas y se manoseaban sin parar. Tardó más de 15 minutos en terminar ese suplicio.

– – Después me metieron en la bañera y me lavaron con una manguera y pasta dentífrica mi boca y cara. Me acostaron en la bañera y Sandra me obligó a penetrarla, mi esposa mientras estaba sentada sobre mi cara, derrochando todos sus jugos en mi boca. Camila se movía frenéticamente, tenía toda mi nariz dentro suyo, olía y degustaba todos sus fluidos. Al rato orgasmearon las dos casi al unísono.

– – – Es hora de lavártela – me dijo Camila.

– – Sandra me agarró el miembro con fuerza de forma de agrandar la cabeza y Camila lo empezó a fregar con una esponja dura. El dolor era indescriptible, sentía que me estaban desgarrando la cabeza del miembro y Camila no paraba. La excitaban mis gritos y lo hacía con más ganas y fuerza mientras Sandra la incitaba a no parar. Estuvo así un par de interminables minutos. Después me taparon la boca y Cami se sentó otra vez sobre mi cara mientras Sandra se metió mi testículo izquierdo en la boca.

– – – Empezá, hacelo fuerte y no pares hasta que te diga- dijo Camila

– – Sandra comenzó a morderme el testículo, yo me contusionaba y gemía mientras mi esposa se masturbaba con mi nariz y los movimientos desesperados de mi cara. Sandra no paraba – ¡Más fuerte! ¡Cómetelo! – le gritaba Cami que estaba en la cima el placer. Al rato le pidió que cambie de testículo y el suplicio comenzó otra vez. Mi chica se orgasmeó 3 veces sobre mi cara. Una hora después me tiraban a la calle con una valija. Ya no tenía nada, ni plata, ni casa ni nada.