Capítulo 17

Ya instalado Alex en casa, comenzó su trabajo en la empresa de lanchas de mis amigos y demonios Andrés y Manuel, llevando la caseta de entrega de las mismas; la verdad es que lo hizo bastante bien.

Fueron pasando los días y aunque procurábamos estar juntos el máximo tiempo posible, yo debía ir con cuidado, de no salir cada noche y tampoco podía, pues me encargaba de mi sobrino (lo cual me encanta), quitando algún día que los demonios nos invitaban a cenar, realmente sus cenas son maravillosas y ahí, dejábamos ir nuestros más bajos instintos.

Al cabo de quince días aproximadamente, de estar en Cadaqués, llamó la madre de Alex, para preguntarle cuando tenía fiesta aprovechando que Andrés y Manuel tenían qué bajar a Barcelona durante dos días, le dieron fiesta a Alex para que pudiera bajar el miércoles y subir el viernes con ellos de regreso. No me hizo ninguna gracia perder de vista a Alex, pero no quedó más remedio.

¿Qué harás en Barcelona? Que: “te conozco bacalao, aunque vayas disfrazao” ¿llamarás a alguna de las perras?

No, no creo, saldré con los amigos a tomar algo y a casa o mi madre se mosqueará.

Si tienes tiempo, machácalas a cualquiera de ellas, incluso a las dos qué faltan, Carmen y Lola. O si no, ve directamente a por Patricia

No sé, si hago algo, te explico luego. Te amo mucho, mi amor

Y yo también Alex, te amo mucho

Serían como las siete de la tarde y le envió un mensaje Patricia, le llamó casi de inmediato

  • Hola mi niño, que alegría y sorpresa ¿cuéntame cómo estás? ¿todo bien?, te he echado mucho de menos
  • Alex: Hola mi zorrita, todo bien, solo es para decirte qué estoy en Barcelona y si quieres y puedes salimos.
  • Patricia: Claro que sí, tenía que salir a cenar con Almudena, porque mi marido está en U.S.A, pero le digo que tengo un compromiso
  • Alex: Espera. No lo hagas, me cayó muy bien, tu hija, salgamos los tres y luego nos despistamos tú y yo
  • Patricia: Fenomenal, le va a encantar, ¿te recogemos en tu casa?, no en Paseo Bonanova en media hora, me cambió y subo

Al cabo de treinta minutos, vi aparecer el Maserati de Patricia, Almudena iba detrás, subí y arrancó después de sendos besos, con metida de mano incluida en el pecho de Patricia y beso con sonrisa de pícara por parte de Almudena.

Me llevaron a cenar al Mirablau, en la zona de abajo qué hay unas tres o cuatro mesas con vistas a Barcelona. Ellas dos frente a mí, yo aprovechaba a casi cada comentario a guiñar el ojo y las dos creían qué era solo para ellas, les estuve explicando mis primeros días en Cadaqués y de golpe, noté la pierna de Patricia apoyarse en mi entrepierna ¿será zorra? Ni con su hija delante. Después de cenar Patricia pidió un gin tonic y Almudena y yo un cubata; estuvimos hablando de nuestra futura residencia en Bilbao y de las lugares y sitios de interés que se pueden visitar, Patricia, nos dijo, que ella procuraría subir a vernos siempre que pudiera, para ayudarnos en lo que fuera necesario (mientras decía esto, no paraba de acariciarme la espalda, pues estábamos en la barra del bar de pie. Yo, aproveché con disimulo para tocarle el culo y como estaba de espaldas a la barra, nadie podía ver mi mano, así que se la metí por debajo del vestido y le metí el dedo dentro del culo, provocándole un espasmo tal qué Almudena percibió, pero que disimuló perfectamente. Pidió qué la excusáramos para ir al servicio, momento que aprovechó Almudena:

  • Alex, o yo tengo alucinaciones por efectos del cubata o mi madre te estaba metiendo mano ¿cierto? ¿te la estás follando?
  • Alex: mira Almudena, te respeto y lo sabes, el otro día pude aprovecharme y no lo hice, pero podía haberlo hecho sin ninguna duda
  • Almudena: es cierto lo que dices, pero al respecto, tengo unas preguntas. Dime la verdad, por favor. Necesito saberlo y no es por mi padre, precisamente que te lo pregunto. Si te interesa el por qué, luego me lo preguntas
  • Alex: creo que tienes todo el derecho a saber la verdad. Sí, me estaba metiendo mano, se ha encaprichado de mí, porque la llevo a experiencias sexuales que jamás había imaginado que existían o se podían hacer, pero…
  • Almudena, me puso los dedos en mis labios y dijo: no sigas, no quiero saber el “pero”, no continues. Es la primer vez en mi vida, que alguien me dice la verdad, sé que no mientes y me gusta, casi tanto como me gustas tú; miró que no viniera su madre y me dio un delicado beso en los labios.
  • Alex: coño, pues es recíproco y la besé de igual forma, nada sexual
  • Almudena: quiero que siempre me expliques tus andanzas.
  • Alex: ¿con tu madre o con las otras también?
  • Almudena: (riéndose a carcajadas), no me jodas que hay más
  • Alex: espera voy a hacer algo y matamos el tema de una vez
  • Jamás saldrá, nada de nada de tu boca, la discreción debe ser total
  • Te guste o te disguste lo qué te diga, será para toda la vida nuestro secreto
  • Me tienes que aclarar tu frase de antes: “Si te interesa el por qué, luego me lo preguntas”
  • Si comenzamos algo, tiene que ser en la máxima de las confianzas

Llamé a Paco.

  • Buenas noches Paco ¿habéis terminado vuestro turno de hoy?
  • Si, precisamente estamos a punto de tomar el coche para irnos a casa (ni Paco, ni Jaime estaban casados) ¿no me jodas qué tienes algo para nosotros dos?
  • Supongo que no vais de uniforme, así que veniros al Mirablau al pie del funicular, entrar, localizarnos, pero no saludéis y pedir algo en la barra.
  • El tiempo de llegar dijeron.

En ese momento, apareció Patricia, radiante y acaparando las miradas de todo el mundo, por su exuberante cuerpo, qué derrochaba además clase a borbotones

  • Patricia: si, que estáis divertidos, ¿de qué va?;
  • Le explicamos que deseábamos irnos pronto a Deusto, para librarnos de nuestras familia tan conservadora y carpetovetónica.
  • Se rió con nosotros; es cierto a veces los padres, somos un poco carcas (el gin tonic, le soltaba la lengua); venga vamos, que es casi la una y es tarde. Justo en ese momento hicieron su aparición al final de la barra Jaime y Paco;
  • Alex dijo: venga tomemos la penúltima. Esos dos granujas (luego me lo dijeron, le sacaban la lengua y se tocaban sus pollas por encima del pantalón), ella, comenzó a ponerse visiblemente nerviosa, Alex, se dio la vuelta disimulando y miró a Patricia de nuevo, asintiendo con la cabeza, autorizándola a ir
  • Perdonar, voy un momento a saludar a una persona, ya vengo
  • Hola chicos, que sorpresa, procurando que no la viera su hija
  • Hemos salido de trabajar. Y a veces venimos a tomar una copa, antes de ir a casa, como nadie nos espera, pues no hay que cumplir
  • Sois unos diablillos, jajaja
  • Tómate algo con nosotros y luego vamos a dar una vuelta
  • Tan excitada estaba ya, que se olvidó de nosotros, al cabo de un momento, se acercó y nos dijo: perdonar, es que me he encontrado a unas amigas y….
  • Alex no la dejó terminar; ningún problema, mira, nosotros tomamos un taxi y acompaño a Almudena hasta casa
  • ¿De verdad no os importa? Para nada mamá, tranquila, Alex me acompaña, como un caballero, jajaja, venga nos vamos, yo llego y me acuesto, te veo por la mañana mamá
  • Menos mal que te he pillado, con lo de acompañarme a casa ¿Qué pasa?
  • Ven, espera y verás. Patricia había regresado junto a los chicos, continuando la conversación, nosotros observábamos desde un punto muy discreto, les hice una seña a los chicos a modo de “adelante”. Empezaron por acariciarle la cintura, cada uno por un lado de ella, no recuerdo cual fue de ellos, que le desabrochó un par de botones y le metió la mano en las tetas y el otro, bajo la falda en el coño; ella ya empezaba a jadear.
  • Vaya, alucino con mi madre, está de foto, la están metiendo mano delante de todo el mundo y se deja, se lo está pasando muy bien parece. Salieron a la calle, se subieron al coche y dentro de él, comenzaron a morrearla, cuando parecía que iba a arrancar para irse, se bajaron de nuevo y enfilaron la subida, hacia la antigua perrera municipal. Nosotros íbamos detrás a cierta distancia, no perdiendo detalle y parando de vez en cuando pues se detenían a morrearse y meterse mano. Almudena seguía alucinando y yo aproveché para ir besándola, nos habíamos calentado también nosotros.

Al llegar a un recodo, yo saqué mi móvil y grabé; le acabaron de sacar el vestido a Patricia, se veía espectacular a la luz de la luna, se lanzó como una posesa a chupar sus pollas, mientras ellos le tiraban del cabello, la zarandeaban y golpeaban sus pechos y los pellizcaban.

  • En un momento Patricia gritó: folladme cabrones, no aguanto más, metérmelas ya de una vez, necesito correrme con vuestras pollas dentro, os deseo, folladme.

Jaime se echó en el suelo y le dijo: móntate a caballo , ella se introdujo la polla de Jaime entera en el coño y comenzó a subir y bajar, Paco la inclinó hacia delante y sin hacer falta lubricarla, se la metió por el culo.

  • Cabrones, romperme, soy vuestra puta, folladme más duro, me encantaaaaaaa, dijo teniendo un orgasmo brutal. Paco y Jaime se corrieron dentro de ella. Siento toda vuestra leche caliente dentro de mí, qué maravilla, es algo celestial

Se levantaron y ella se dedicó a pulir y limpiarles bien sus pollas, lo que provocó que se corrieran de nuevo, pero esta vez en su cara y su boca, tomándose toda la leche sin dejar caer ni una sola gota.

  • Ven zorra, anda vístete, y nos vamos, pero queda pendiente la follada en la cama.
  • Por su puesto chicos, les dijo dándoles mil euros a cada uno: tomad por las molestias, me encanta como me folláis. Muy digna se subió en el coche, sin abrocharse el vestido y arrancó

Luego me contó, que, por el camino, hizo una parada, para tomar un poco más de leche, antes de acostarse, con el vibrador metido en el culo, como le ordené, días antes.

  • Almudena: si me lo dices, te hubiera llamado mentiroso, la has convertido en una auténtica ninfómana
  • Alex: no, para nada, el problema, es que estas damas de la alta sociedad, quieren parecer tan castas, que algunas como tu madre, que tenía dos amantes amigos de tu padre y uno de los entrenadores del club, solo han conocido la postura del “misionero” y cuando se dan cuenta que hay otras situaciones, se desbocan, o sea yo lo que hago es una gran labor de pedagogía y me merezco de momento un beso tuyo. Nos dimos un gran beso, con la consecuente metida de mano por mi parte, pero sin avanzar más
  • Almudena: desde luego te mereces una medalla y una estatua, por tu gran labor social, jajaja

Tomamos un taxi y acompañé a Almudena a casa, despidiéndonos en el taxi, después de haber hecho una obra de caridad, con el taxista, mostrándole los pechos de Almudena.

  • Mañana nos vemos, te llamo, me dijo. De regreso el taxista, no decía nada, solo sonreía.

Al día siguiente, a las diez, me fui a la Farga a encontrarme con Almudena, nos pusimos en una mesa de fuera, algo separada y conversamos:

  • Almudena, ¿estás segura? La grabé anoche, te repito ¿estás segura de cumplir nuestro pacto, sobre todas las cosas? Si, Alex, palabra de honor, nunca saldrá nada de mi boca

Le pasé uno de mis auriculares inalámbricos y puse en marcha el móvil.

  • Su cara cambió de inmediato, por un momento pensé que daría un grito, pero no, ni se inmutó, solo miraba con cara de asombro y me decía en voz muy baja, acercando su boca a mi oído: Si me lo cuentas, te hubiera dicho que era mentira y que difamabas a mi madre, me lo creo por qué lo estoy viendo, es alucinante, como os pedía más y más, increíble. Yo al mismo tiempo le puse mi mano sobre su hombro y ella la recostó, como para ver mejor; cuando terminó dijo: alucinante, simplemente alucinante; gracias por tu sinceridad, cumpliré y de mi boca no saldrá ni siquiera una insinuación. Ya me dirás el tiempo que llevas con ella, no creo que sea mucho, pero sí sé que mi padre tiene una amante desde hace al menos cuatro años, así que se merece los cuernos que le pone mi madre. Bien hecho, por mentiroso.
  • Ahora te toca a ti Almudena, le dije: “Si te interesa el por qué, luego me lo preguntas” dime el por qué
  • El por qué, es sencillo, me gustas y quiero que seamos novios, respondió directamente; me has demostrado que puedo confiar en ti, el otro día podrías haberme hecho lo que te diera la gana y no lo hiciste, me da igual que te folles a mi madre o a cualquier otra, pero quiero que seas mi hombre y yo tu mujer, así de claro y cristalino. Nunca me he acostado con nadie y mucho menos he hecho una sombra de lo que he visto hoy por primera vez en mi vida, soy virgen y quiero que cuando deje de serlo, entregarte a ti mi virginidad, cuando tú quieras
  • Tú también me gustas y sinceridad por sinceridad; yo como ves no soy virgen, pero si he dejado de serlo con una mujer, a la que amo y respeto profundamente, si estás conmigo, nunca me des a elegir entre ella y tú, pues mi respuesta será siempre la misma; tú y ella, las dos. Ella ha sido siempre la mujer de mis sueños desde niño y a ella le entregué mi virginidad y estoy orgulloso de ello. Compartimos los mismos gustos por la dominación de las pijas, muertas de hambre y disfrutamos del sexo enormemente y así es y así será. Si estás de acuerdo, por mi perfecto, seréis las dos mis amores de toda la vida.
  • Por supuesto qué estoy de acuerdo amor mío, seremos un matrimonio de tres
  • Te amoooo.