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Regreso a mi ciudad natal IV

Regreso a mi ciudad natal IV

Como ya dije en el anterior relato (Regreso a mi ciudad natal (III), Lucía era una mujer de palabra y no tardó nada en cumplir su promesa.

Cuando regresaron Rafa, Sonia e Isabel nos dispusimos a cenar y todo transcurrió normalmente, hablando, riendo, y cómo no, cenando. Después nos pusimos a ver la tele, y la verdad es que no hacían nada interesante, pero cuando ya casi me estaba durmiendo, Rafa cambió de canal y conectó justo a tiempo de ver empezar una película de terror. La verdad es que la película estaba bastante bien, daba mucho miedo. Decidimos que mejor sería apagar las luces ya que así daría más miedo. Eso fue lo que hicimos.

Nada más apagar las luces me di cuenta de que estaba rodeado. A un lado tenía a Sonia, que con la excusa de que tenía miedo se acercó a mí y me abrazó. Al otro lado tenía a Lucia, que con la misma excusa también se me abrazó. Mi sorpresa fue que ninguna de las dos se extrañó de que la otra hiciera lo mismo.

Enseguida noté que mi polla se empezaba a poner en pie de guerra y no podía aguantarlo. Menos mal que había “confianza”. Entonces noté cómo una mano me empezaba a acariciar la polla por encima del pantalón, y que venía de mi derecha, de donde estaba Lucia. ¿Qué pensarían sus hijos si la vieran?.

Por su parte, Sonia empezó a besarme por la mejilla hasta llegar a mi boca, donde me metió la lengua hasta el fondo, y yo como no soy tonto, aproveché y también le metí la mía. Llegó un momento en el que ya no podía más y decidí pararlas a las dos. Me levanté de repente y dije que iba al baño. Supongo que las dos imaginaron a qué.

Cuando volvía hacia el salón, me crucé con Lucia que se dirigía a su habitación y me paró, me dio un beso en la boca y después dijo:

-No te la machaques mucho que si no esta noche no vas a poder conmigo. -No te preocupes – le contesté yo – Esta noche cuando me digas estaré en tu habitación y te follaré como nunca. Me pedirás que pare. -Ya lo veremos. Te espero a las 2:30 que ya estarán todos dormidos

Tras decir esto siguió su camino, no sin antes pasar la mano por mi paquete. Cuando llegué otra vez al salón, ya no estaba Isabel, se había ido a dormir. Sin embargo estaba Sonia y Rafa, el cual se fue a su habitación también enseguida. Así que nos quedamos solos Sonia y yo. Sonia no tardó mucho en volver a empezar a comerme la boca. Ya no prestábamos atención a la película, sólo nos dedicábamos a besarnos y a sobarnos por todas partes. Por desgracia Sonia decidió que no pasáramos de ahí porque tenía la regla. Así que tras un buen rato de besos, abrazos y demás, la acompañé a su habitación y yo me fui a la mía. En mi habitación me puse el pijama y me dispuse a dormir, no sin antes ponerme la alarma del reloj para despertarme a la hora a la que había quedado con Lucia.

A las 2:25, me desperté gracias a la alarma y me dirigí rápidamente a la habitación de Lucia. Cuando entré, estaba ella tapada con una sabana durmiendo. Me acerqué con cuidado de no despertarla y me di cuenta de que llevaba puesto tan sólo un tanga. Verla así me excitó más de lo que de por sí ya iba. Empecé a besarle las mejillas, la nariz, etc, y por supuesto la boca. También le empecé a meter mano en el momento en el que se despertó y me dijo:

-Qué puntual eres, ¿no? -Para ciertas cosas sí.

Me besó y se levantó de la cama, acercándose a la puerta. Mientras andaba el corto trayecto hasta la puerta, me quedé embobado mirando cómo se movían sus nalgas. Cerró la puerta y puso el seguro. Cuando se giró se me quedó mirando y me preguntó:

-¿Qué te pasa?,¿te gusta mucho lo que ves? – dijo dando una vuelta entera sobre sí misma. -¿Que si me gusta?. ¿Cómo no me va a gustar?

Me levanté de la cama y me acerqué a ella cogiéndole de las nalgas, apretándole contra mí y besándola. Mientras que estábamos así, sonó la puerta y me sobresalté.

-Mamá, soy yo. Ábreme.

Era Rafa, que supongo que venía a repetir lo del día anterior. Yo miré a Lucía. No quería que Rafa me encontrara allí, follándome a su madre, pero Lucia tenía algo muy bien planeado. Me dijo que quería follar conmigo y con su hijo a la vez y que quería que fuera una sorpresa. Para mí desde luego ya lo era, aunque habiendo visto lo de la noche anterior no debía extrañarme. Me pidió que me escondiera en el baño de su habitación, y como la idea me gustaba, así lo hice.

Una vez yo estaba escondido, Lucia abrió la puerta y dejó entrar a su hijo. Este le dio un beso a su madre y se tiró en la cama.

-Mamá, hoy tengo ganas de follar toda la noche. -¿Sí?. Pues yo tengo una sorpresita para ti. -¿El qué?. ¿Qué es lo que me has comprado? -Pues bueno…, es un consolador de tamaño natural y muy realista, parece de verdad. -Siiiii, me muero por que me lo metas por el culo -Pues bien, ya tardamos, voy a por él. Espérame masturbándote.

Yo estaba tras la puerta del baño escuchando todo lo que decían y me estaba poniendo a 1000 por hora. Entonces Lucia abrió la puerta y me cogió de la polla airándome de ella hacia la cama. Rafa cuando me vio puso cara de sorpresa mezclada con alegría.

-¿Te gusta la sorpresa hijo? – le preguntó Lucia -Cómo no me va a gustar, mamá. -Pues si te gusta, ¿a qué esperas para chuparsela?

Rafa no tardó nada en obedecer a su madre y se lanzó a por la presa, que era mi polla. Chupaba con ganas y conseguía metersela toda. Eso no me debía extrañar nada, pues ya lo había conseguido varias veces y por tanto su boca estaba más que acostumbrada.

Mientras que Rafa me hacía una buena mamada, Lucia la tenía cogida por la cintura, sobandole el culo y las tetas, y aprovechando la situación, besándonos. Me estaban dando un gusto que nunca había sentido. Me mamaban la polla mientras recorría el cuerpo de una mujer con las manos y la besaba. Era increíble.

Después de un buen rato así, Lucia decidió que era su turno y que también quería meterse mi polla en la boca, por lo que le quito el caramelo de la boca a su hijo y se lo metió ella. Rafa no se iba a conformar con mirar, así que decidió chuparme los huevos. Entre los dos me recorrían la polla entera, se turnaban para poder recorrer los dos todas las partes de mi falo, que jamás había visto tan grande, necesitaba penetrar a alguien enseguida.

Les separé de mi rabo y se quedaron mirándome extrañados. Me senté en la cama y mirando fijamente a Lucia, le ordené que viniera hacia mí y se sentara sobre mi polla. Ella no puso ningún problema y se dispuso a sentarse sobre mí. Rafa cogió mi polla y ayudó a su madre a introducírsela hasta el fondo de una sola vez. Se quedó mirándome un rato y entonces empezó a subir y a bajar. Yo le cogí de las nalgas y se las apreté mientras le metía otra vez la lengua hasta el fondo de su garganta. Al cabo del rato me di cuenta de que el pobre Rafa estaba a un lado solo masturbándose, así que le mandé que se acercara y le dije a su madre que empezara a comérsela. Lucia así lo hizo.

Mientras Lucia no paraba de botar sobre mí, le estaba comiendo la polla a su hijo. En un par de ocasiones, supongo que debido a lo saltos que daba, la polla de Rafa golpeo contra mi boca. En uno de esos golpes miré a Lucia a la cara y comprobé que no eran involuntarios y que lo que pretendía era que yo también se la mamara a su hijo. De repente paró de saltar sobre mí, se me quedó mirando y me dijo:

-Por favor, hazlo por miiii…

No me podía resistir a esos ojos que me miraban. Empecé a moverme yo para que ella siguiera saltando a la vez que abría mi boca. Decidí que no tenía nada que perder y en parte también me apetecía probarlo. Fue entonces cuando Lucia me metió la polla de su hijo en la boca. Al principio me dio algo de aprensión e incluso arcadas, pero tenía que devolverle las tremendas mamadas que me había dado mi mejor amigo. Estuvimos así unos cinco minutos, en los cuales Lucia me ayudó a mamar también. De pronto, Rafa se puso tenso y yo intuí lo que iba a pasar. Empezaron a salir chorros de leche de su polla directamente dentro de mi boca, y yo decidí que ya que estábamos, no debía perder ni una gota. Soltó por lo menos, 8 manguerazos que yo tragué con algunos problemas.

Cuando Rafa acabó, Lucia no quería perder su ración de leche, así que me empezó a chupar la boca, los restos que habían salido de ella y que Lucia se encargaba de limpiar. Cuando acabó de limpiarme, comenzó con la parte interior de la boca, pasó su legua por todas partes y me la dejó más limpia que antes.

Rafa se apartó y nos dejo hacer a su madre y a mí. Lucia se levantó y me dijo:

-¿Sabes una cosa?. Necesito que me des ya por culo.

Y tras decir esto se puso a cuatro patas en la cama y se abrió las nalgas, dejándome ver su ano totalmente abierto. Yo no la hice esperar y de un solo golpe la penetré, como a ella le gustaba. Con una mano le cogí uno de sus pechos y con la otra le empecé a masturbar su coño. Le daba duramente, sin dejar de masturbarle, hasta que de golpe y de repente sucedió una de las cosas más maravillosas que jamás me habían sucedido.

Yo estaba a punto de correrme, después de todo lo que me habían hecho, y cuando me corrí, ella también lo hizo. Tuvimos un orgasmo al mismo tiempo. Nos pusimos tensos a la vez, y nos abrazamos, yo desde atrás y ella girando la cabeza, y nos besamos. Mientras, Rafa se encargó de limpiarle en culo de leche a su madre.

Tras corrernos, nos tumbamos en la cama y descansamos un rato. Rafa también se tumbó junto a nosotros. Estuvimos hablando de todo un poco, y entonces recapacité y le pregunté a Lucia:

-¿Cómo estabas tan segura de que ni yo ni Rafa nos negaríamos a follar? -Con los dos ya había follado, y sé todo lo que pasa en esta casa, ¿o te crees que no sabía lo vuestro? -Eres demasiado maquiavélica – le dije yo -No, lo que pasa es que soy demasiado puta, y necesito verga todos los días.

Tras decir esto cogió la polla de Rafa y la mía y las empezó a pajear. Rafa y yo nos levantamos y Lucia empezó a chuparnos la polla intermitentemente a cada uno. Cuando no se la chupaba a alguno, se la pajeaba. En un momento dado, cogió las dos pollas y se las metió en la boca. ¡Cómo daba de sí esa boca!, le cabían perfectamente las dos pollas y no tenía ningún problema. A mí me ponía más cachondo aún el roce entre la polla de Rafa y la mía. Lucia lo vio en mi cara y por supuesto en la de su hijo y nos dijo:

-Ahora me vais a hacer un espectáculo gay para mi solita.

No tardamos mucho en obedecerla. Rafa empezó a chuparme los pezones y a bajar hasta mi polla, pasando por todos los rincones posibles. Cuando llegó a mi polla se la metió en la boca y empezó a chupar lentamente, recorriendo todas las venas que me sobresalían con la punta de su lengua. A mí me parecía bastante injusto que Rafa me estuviera dando tanto gusto y él no recibiera nada a cambio, así que le hice tumbar boca arriba y se la volví a meter en la boca. Pero ahora algo había cambiado, yo tenía a nivel de mi boca a su polla.

Ni me lo pensé y empecé a comerme esa verga que cada vez crecía más y más. La verdad es que me empezaba a gustar el sabor que tenía la polla de mi amigo y no quería soltarla ni un minuto. Debía estar gustándole porque de vez en cuando soltaba mi polla para poder suspirar y gemir.

Rafa estaba ya casi a punto de correrse cuando se salió de debajo mío y me pidió:

-Encúlame ahora o creo que me voy a morir.

Se puso en la misma posición que su madre anteriormente, en cuatro patas y con el culo bien abierto (no podía negar que era hijo de Lucia). Yo miré a Lucia y se estaba metiendo tres dedos en el coño. Así que se me ocurrió una idea excelente.

-Te doy por culo, si le comes el coño a tu madre.

Ni me dio tiempo a acabar. Rafa se acercó a su madre y le empezó a comer el coño. Qué imagen mas bonita, madre e hijo follando, y yo follándome a los dos.

Debía cumplir mi promesa y a así lo hice. Me acerque a Rafa por detrás que estaba comiéndole el coño a su madre y le metí poco a poco mi polla por el culo. Mi polla se deslizaba sin problemas por dentro del culo de Rafa y cuando aún quedaban cinco centímetros por meter, empecé a sacársela para luego volvérsela a meter, esta vez toda.

Mientras yo me lo follaba, Rafa no paraba de chuparle el coño a su madre, que estaba disfrutando también con aquella situación. Yo tenía cogido a Rafa por la cintura y miraba a su madre, que me miraba también con una cara de lujuria que nunca en mi vida había visto. Lucia necesitaba verga, pero yo estaba ocupado con el culo de su hijo, así que decidí que por qué no un sándwich.

Paré de empujar y tiré para atrás a Rafa. Sin sacársela del culo, mandé a Rafa que penetrara a su madre por el coño. Lucia abrió sus piernas de par en par y se dejó penetrar por su hijo. Cuando estaba totalmente empalada, nos abrazamos los tres y nos dimos un beso en el que se mezclaron las tres lenguas. Empezamos a follar como locos. Yo era el que marcaba el ritmo y Rafa no podía más que seguirlo. Oía como Lucia no paraba de gemir:

-Seguiiirrr, no pareeeeiisss ahoraaaa. Ahhhhhh. Me voy a volvererrr a corrreeeerrrr…. AHhhaaahhha

Lucia tuvo su segundo orgasmo y justo después Rafa se corrió dentro de su madre. Yo no paré de meter y sacar, no quería parar, necesitaba correrme otra vez, pero tampoco quería hacer daño a Rafa, que ya se había corrido, así que se la saque y aparte a Rafa de encima de su madre, me puse yo en su lugar y entre el esperma de Rafa y los líquidos de Lucia, la penetré. Empujaba todo lo rápido que podía y Lucia seguía sin parar de gemir.

-Noooooo, nooooo es posibleeeee…ahhhhhahhh, otroooo orgasmo noooo…ahhhahahhhhh.

Tuvo otro orgasmo abrazada a mí. La puta se había rendido y tenía orgasmo tras orgasmo, y lo mejor era que era gracias a mí. Finalmente ya no aguanté más y me corrí dentro del coño de Lucia que seguía abrazada a mí sin soltarse y sin dejarme escapar a mí tampoco.

-Ahhhh, toma putaaa, toma toda mi lecheeeee -Siiiiii, quiero toda dentro de miiiii

Cuando terminé de correrme, me mantuve dentro de ella un rato, hasta que mi polla se volvió a su estado normal. Entonces entre Rafa y yo limpiamos el coño de Lucia, para luego pasarle con nuestras bocas algo a ella. Después de esto, nos dormimos hasta la mañana siguiente, en la que…

Continuara…

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