Capítulo 1
Después de ver a mi compañero totalmente excitado masturbando su verga hasta llegar al clímax y expulsar una gran cantidad de leche sobre su abdomen, mi mente no podía dejar de pensar en ello, el solo recordarlo me excitaba tanto o más que ver aquellas revistas porno, ahora, mi fijación era más de ver las vergas que aparecían en aquellas revistas y me despertaron el deseo de querer tocar una.
Poco tiempo después de aquella experiencia, mi compañero dejó de ir a trabajar y aquello, muy a mi pesar, no volvió a ocurrir. Sin embargo yo seguía aprovechando las salidas de mi jefe a la hora de la comida para masturbarme y recordar aquella ocasión.
Un día en que estaba con mi afición a mentarme la verga, no me di cuenta que mi jefe llegó, me encontró recostado en su cama con la verga de fuera y sus revistas al lado, fue un tremendo susto en el que solo atine a taparme con la revista y quedar totalmente apenado, no se cuanto tiempo llevaba viendo y solo me miró, sonrió algo divertido y me dijo, «quédate aquí, ahorita regreso». Yo por el susto perdí la erección y sentí una sensación de miedo en el estómago qué nunca había sentido, pensé en que me iba a correr o peor, que le contaría a mis papas.
Me subí el pantalón y ya que estaba hasta el último cuarto del taller, apenas si podía escuchar que hablaba con alguien, yo caminaba de un lado a otro, nervioso y pensando en un montón de cosas, el mundo parecía derrumbarse.
Después de casi 25 minutos de angustia escucho que cierran la puerta del taller que estaba a tres habitaciones de donde yo estaba, las voces ya no se escuchaban, pensé que ya se habían ido pero no, de repente escucho pasos que iban hacia donde estaba yo y nervioso me senté en la silla que está frente al escritorio con la cabeza baja, no me atrevía a voltear a ver a mi jefe, que sin duda vendría más que enojado.
Entró a la oficina y se quedo un rato viéndome, me di cuenta porque solo veía sus pies, no dijo nada, comenzó a avanzar hacia el mueble donde tenía las revistas, escuche cuando lo abrió y entonces dijo.
Jefe- Asi que andas de calenturiento?
Yo no conteste.
Jefe- como descubriste mis revistas?
Volteo y con voz temblorosa tuve que delatar a mi excompañero.
Jefe- Ese cabron, siempre hurgando donde no debe, por eso lo corri.
Ahí pensé que el que seguía era yo. El movió la cabeza, tomo otras revistas que tenia en su mueble, las aventó en la cama y me dijo
Jefe- checa estas a ver si te gustan, voy a bañarme no le habrás a nadie y ahorita te veo.
Se salio al baño con una toalla y utensilios de baño y desapareció, yo me quedé perplejo, que? No me va a correr? No me va a regañar? No entendía lo que pasaba, me quedé un rato tratando de analizar lo ocurrido y seguía sin entender. Voltee a la cama vi las revistas, me acerque y empecé a ojearlas, estas no eran las revistas que había visto antes, estas tenían fotos solo de hombres, algunos desnudos , otros en calzoncillos. Me dio más curiosidad y seguí ojeando otras revistas, en algunas ya se veían hombres con la verga parada y en algunas se veían hombres cogiendo, no pude evitarlo pero ya estaba más que excitado, me embelesaba ver aquellos cuerpos, aquellas vergas paradas, grandes, dormidas, negras, blancas, con grandes huevos, wow que excitado me puse.
No supe cuánto tiempo pasó, ni me acordaba de lo ocurrido con mi jefe, ni me acordaba que el estaba ahí hasta que entro por la puerta, todavía estaba mojado de la cabeza, descubierto el torso y solo la toalla enredada por la cintura. Yo solo lo veía, el como si yo no estuviera, de pronto me preguntó:
Jefe- que, te gustaron las revistas?
Yo, tímidamente respondí con un sí tembloroso.
Jefe- y que te pararon la verga? Y se rio algo fuerte. Yo no conteste pero me sentí avergonzado.
Jefe- No tienes de que avergonzarte, yo a los 14 ya me había comido a dos que tres, incluso no se como no me la arranque de tantas chaquetas jajaja
Esta vez su risa fue más escandalosa lo que hizo que yo me relajará. Yo solo le veia la espalda mientras el se peinaba frente a un pequeño espejo en la pared. Me dijo que era muy natural querer desahogarse, masturbarse que incluso hasta saludable.
La platica seguía asi, relajada, el dándome consejos, o contándome algunas de sus aventuras el ya frente a mi y yo lo escuchaba hasta que puse mi vista en su entrepierna, se le notaba un bulto, no muy grande pero se veía bien, el seguía platicando me pero se dio cuenta que le veía la verga. El volvió a darme la espalda sin dejar de hablar y sin pudor se quito la toalla, dejándome ver sus nalgas y su espalda, el era un tipo no muy alto, algo robusto, pero yo a mis 14 nunca había visto a un hombre mayor que yo desnudo, una sensación extraña me recorrió el cuerpo y más, cuando el volteo y pude ver su verga que colgaba entre sus piernas, no estaba parada ni se veía muy grande pero si gruesa, apenas si se le veían los huevos, sin circuncidar, se veía hermosa. No supe que tanto decía, yo estaba en transe viéndolo y reaccione hasta que subió su mano y se agarró la verga, después se acercó a mí y me preguntó, quieres tocarla? Yo no conteste, solo puse mi mano en su verga y el la dejo para que yo la tocara suavemente, la acariciaba, era tan suave, me dijo pelala, yo obedecí como hipnotizado, no despegaba la vista de su verga qué ya empezaba a ponerse dura, cuando baje el prepucio, se descubrió esa cabeza gorda y rosada, con un enorme ojo en medio que parecía abrirse para verme. Ya no dijo nada, solo se acercó más hasta ponerla frente a mi cara, me agarró de la cabeza y muy sutilmente me acercó a ella, el olor a limpio me sedujo, yo estaba más que excitado y sin que me lo dijera me la metí en la boca, como en las fotografías de la revista, el fue suave, no me apresuró, dejo que yo fuera descubriendo cómo hacerlo, con mi lengua rodeaba la cabeza, sentí como se hinchaba y crecía cada vez más, sin darme cuenta tenía aferrado el tronco con mi mano que poco a poco fue subiendo y bajando, sin prisas, parecía que el tiempo se detenía. Poco a poco fui abriendo más la boca y el empujaba muy suavemente sin meterla toda, lo estaba disfrutando y el también, me lo decían sus gemelos qué poco a poco fueron aumentando, asi como sus movimientos, fueron cada vez más rápidos y más profundos, ya cada vez entraba más a fondo de mi garganta qué tuve que agarrarme de su cintura, de sus nalgas, su piel era suave, nunca había tocado a otro hombre o mujer. Su verga era delgada del principio pero terminaba más ancha así que no me cabía toda, el comenzó a acelerar más el ritmo y llevaba el compás sujetando mi cabeza con las dos manos hasta que sentí como me jalo hacia él, sus nalgas se pusieron tensas, su verga se hinchó más palpitando dentro de mi boca y comenzó a eyacularte dentro de mi boca sin yo poder sacarme tratando toda su leche y dando arcadas llenas de saliva y semen con muchas lágrimas escurriendo por mi cara.
Por fin la saco, toda llena de baba y semen, yo pude respirar al fin, con mi boca dolorida y un sabor delicioso entre salado y amargo, y mi estómago caliente como si hubiera dado un primer trago de alcohol. Se separo de mi agitado y sudoroso, me miró y me sonrió y dijo: vamos a bañarnos ahora te toca a ti.
CONTINUARÁ.