Capítulo 10
Lo primero de todo es manifestar a los valencianos que lean mis relatos mi más sentido pésame y mandarles, desde estas líneas, toda la fuerza y el ánimo para que se recuperen lo antes posible y que vuelvan a ser lo que siempre han sido: una importante parte de España en todos los sentidos.
Força València, Visca València
…La postura en la que los 3 estábamos gozando se prolongó durante un buen rato, la polla de Carlos me tenía empalado, dándome un placer intenso a la vez que la lengua de Leylak se enredaba con la mía, y sus manos junto con las de Carlos, me pajeaban y acariciaban mis pelotas.
Durante un rato estuvimos en la misma postura, Leylak sentada sobre la cara de Carlos, yo sentado sobre su polla y las manos de ambos pajeándome y acariciando mis pelotas. Leylak se levantó y, en la otra parte de la cama se colocó tumbada boca arriba mientras yo seguía con la polla de Carlos clavada en mi culo. Carlos me miró y me sonrió, su cara mostraba el tremendo placer que estaba disfrutando.
Me incliné sobre Carlos, me agarró de la cintura y nos comimos las bocas, notaba su polla muy dura dentro de mí y como mi ojal se abría y cerraba elásticamente con cada movimiento que yo hacía. Acabé levantándome, me coloqué de rodillas junto a Carlos mientras Leylak se acariciaba el clítoris con una mano y con la otra abría los grandes labios vaginales y se introducía un par de dedos por el coño. Agarré la polla de Carlos, efectivamente la tenía muy dura, notaba sus venas en mi mano, el calor que emitía, la rigidez de su miembro en mi mano me excitaba mucho. Nos seguimos besando, él agarró mi polla y empezó a meneármela mientras yo hacía lo mismo con la suya.
Al cabo de unos minutos, soltó mi polla y se incorporó, miró a Leylak a la cara, fue bajando su vista por sus grandes tetas y su vientre hasta llegar a su coño, se puso de rodillas entre sus piernas y levantó un poco las caderas de ella mientras ésta abría más las piernas y agarraba el nabo de Carlos para metérselo en el coño. Carlos, de rodillas aún, embestía con sus caderas el coño de Leylak, sus tetas se movían con un movimiento de vaivén que me hipnotizaba.
Me dirigí hacia ella y me senté sobre su vientre mientras notaba como Carlos me besaba los hombros, metí mi polla entre sus tetas y me puse a hacerme una paja cubana, mi polla entre sus tetas aparecía y desaparecía mientras su boca entreabierta dejaba salir su lengua que, de vez en cuando lamía mi capullo. Noté como Carlos introducía un dedo en mi culo, aquello me puso a mil. Me pajeaba con semejantes tetas mientras él me follaba el culo con un dedo, que en poco tiempo fueron dos y a los pocos minutos, tres. El placer que sentía era tremendo, Carlos jadeaba, Leylak gemía y yo…yo hacía ambas cosas, gemía y jadeaba, sin dejar de mover mis caderas por la paja cubana y por los dedos de Carlos dentro de mí. A mi espalda notaba los suspiros de Carlos mientras se follaba a Leylak, los resoplidos me daban en la espalda aportando algo de frescor al calor que había en la habitación, a pesar de tener el aire acondicionado en funcionamiento.
Leylak comenzó a gemir más fuerte, movía todo su cuerpo mientras Carlos aceleraba el ritmo de penetración, se agarró las tetas y comenzó a apretarlas contra mi polla con energía.
Entre aquello y lo que me estaba haciendo Carlos por detrás, notaba como mi orgasmo empezaba a manifestarse, a querer sacar la leche que tenía dentro y verterla por la cara y el pecho de Leylak. Me puse a gemir y a mover mis caderas con fuerza, notando como mi leche subía hacia mi polla, mis gemidos se hicieron más fuertes, los dedos de Carlos se movían más rápidos aún. Leylak me miró
-Vamos cabrón, suelta lo que tienes ahí -me dijo mirando la punta de mi capullo- Me voy a correr también.
En cuanto dijo aquello, me detuve por un segundo para ver como de mi nabo salía un primer trallazo de leche que caía en la boca y barbilla de Leylak, los siguientes trallazos le llenaron el pecho hasta que me agarró la polla y se la metió en la boca. Movía su lengua limpiándomela hasta dejarla totalmente limpia.
Carlos iba sacando sus dedos de mi ojal mientras que aceleraba sus movimientos, me giré en el momento que sacaba su polla del coño de ella y comenzaba a salir leche, leche que se posó en mi vientre y comenzó a escurrir hasta llenar el vientre de Leylak.
-Dios, qué maravilla Carlos -dijo Leylak con la respiración alterada aún- Nico, vaya dureza tienes en la polla, creo que me van a salir ampollas en las tetas…jajajaja
-Sí que ha sido una maravilla de paja -le dije mientras extendía la leche de Carlos por el vientre de ella- Tienes unas tetas maravillosas…y además naturales ¡Qué más se puede pedir!
-Jajajaja, y el coño que tienes es una auténtica maravilla -soltó Carlos inclinándose para besarme-
-¿Desde cuándo estáis juntos? Sabes lo que me excitan los bisexuales, Carlos -preguntó Leylak acariciándome el culo mientras Carlos y yo seguíamos besándonos- Parece que lo has hecho a posta…¿hasta cuándo os quedáis en Tánger?
-No te emociones Leylak -le contestó Carlos- esta tarde a nos volvemos en el barco de las 16:30…tenemos que estar allí antes de las 21:00
-No, saldremos en el barco de las 17:30 -rectifiqué a Carlos- Nos cambiaron el billete, ¿no recuerdas?
-Pero cogeremos el barco que teníamos de primera -me dijo Carlos con una sonrisa de medio lado- Déjame hacer las cosas bien…
-Nico -me dijo Leylak- veo que eres nuevo en las sorpresas de Carlos, acostúmbrate a esos cambios… Ni sé ni quiero saber en lo que está metido, pero esos cambios son normales en él, al menos aquí en Marruecos, por tu cara veo que en España no hace esas cosas…jejejeje Aunque para tu tranquilidad, todo lo que hace en Marruecos es legal, tengo amigos en altos círculos policiales y me han dicho que todo está bien…así que no es un tema de narcotráfico ni tráfico de personas…Fue lo primero que hice cuando empezó con esas, digamos “reacciones distintas de lo esperado”.
La yema de uno de sus dedos ahora me acariciaba el ojal mientras con la otra acariciaba una de mis nalgas.
-¿No me decías que no tenías ningún tipo de relación fuera de tu matrimonio? -le pregunté a Carlos- Veo que eso es otra “reacción distinta de lo esperado”
-A ver -contestó Carlos- Leylak no es una relación como tal, cuando nos quedamos, quedamos para follar, ella lo necesita y yo también, ¿verdad Leylak?
-Eres un cabrón, Carlos -dijo Leylak- pero es la verdad Nico, me encantan mucho las pollas, y la de Carlos me pone a mil…Ya veis, solo hablar de ello se me está mojando el coño.
Carlos abrió los labios vaginales de ella y yo metí un dedo, lo saqué brillante y mojado y se lo metí en la boca a Carlos que lo lamió con muchas ganas. Aproveché ese momento para girarme y besar a Leylak mientras me tumbaba junto a ella, mi polla empezó a agrandarse pero sin ponerse dura, acababa de correrme al igual que Carlos que estaba entre las piernas de ella, acariciando su coño con los dedos mientras que su lengua acariciaba el clítoris. Pero su polla estaba igual que la mía.
-Bueno, parece ser que tendré que echar mano del air jeruk -dijo Leylak bajándose de la cama-
Carlos sonrió y me miró, nos acomodamos el uno al lado del otro contemplando el cuerpazo de Leylak, sus tetas grandes pero perfectas que desafiaban a la fuerza de la gravedad, sus piernas imponentes y largas sin final, su culo espectacular, redondo, duro y apetitoso y su coño, su coño depilado con unos labios vaginales grandes y algo colgones los superiores.
Los tenía para cogerlos entre los labios de la boca y tirar de ellos. Cogió su bolso, un bolso grande, y sacó un termo grande, metálico. Fue al baño y cogió los dos vasos de cristal, en ellos vertió el líquido que tenía la botella, echaba un poco de humo pero dejó un olor dulzón a canela, naranja…que aromatizó toda la habitación. Nos acercó los vasos a Carlos y a mí, lo probamos y estaba riquísimo, sabía a naranjas, a canela, y a más cosas que no podía descifrar pero que dejaban un sabor increíble.
-Venga, tomad la viagra marroquí…jajajaja -dijo Leylak tomando un poco en la taza que hace de tapón del termo- Se llama air jeruk, le dicen la bebida del amor, dicen que es afrodisíaca.
Se arrodilló delante de los dos y agarró nuestras pollas mientras bebíamos. Los dos a la vez estiramos nuestras piernas para que se colocase mejor e hiciese lo que quisiera con nuestras pollas, pero esperábamos que fuese algo espectacular como parecía que sería. Acercó su boca a mi nabo y comenzó a lamerlo, primero lo chupaba como un crío toma un helado, después con la punta de la lengua la pasaba por el frenillo mientras acariciaba mis cojones con una mano, con la otra masturbaba a Carlos.
Se metió el capullo entero en la boca sin parar de mirarme a la cara, con una sonrisa de excitada que estaba logrando que la polla se me pusiera dura.
Le agarré la cabeza y moví mis caderas notando como entraba toda mi polla en su boca, seguía mirándome cuando bajó la mano con la que me acariciaba las pelotas y comenzó a tocarse el coño. Sacó mi polla de su boca y se metió la de Carlos, para ese momento los dos teníamos ya las pollas duras.
Con la mano con la que se tocaba comenzó a pajearme, notaba sus dedos brillantes y mojados sobre mi polla ya bastante dura y soltando líquido preseminal.
Con la posición en la que estaba, arrodillada con el pecho pegado a la cama mientras le comía la polla a Carlos, me levanté y me coloqué detrás de ella, su coño estaba muy abierto, como su culo, pero su coño brillaba por sus flujos.
Acerqué mi boca y con mi lengua recogí esos flujos sabrosos, calientes, excitantes, salados… ella suspiró. Con mis dedos abrí el coño, atrapé con mis labios sus labios vaginales superiores y tiré de ellos, noté como se mojaba más aún y suspiraba con su boca llena por la polla de Carlos.
Subí mi boca hacia su ojal, pasé la punta de mi lengua por él, estaba abierto, metí un dedo y se abrió sin ninguna dificultad, metí un segundo dedo y su ano se abría sin ningún problema. Me incorporé y coloqué mi polla en la entrada de su coño mientras le metía un tercer dedo en el culo. Con un movimiento de mis caderas, le metí la polla en el coño y comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás.
La agarré de las caderas y ella levantó su pecho de la cama, momento que aprovechó Carlos para agarrarle y acariciarle las tetas mientras metía su polla completamente en la boca de Leylak.
Yo apretaba mis caderas contra sus nalgas, notaba su coño empapado, como me apretaba la polla con las paredes vaginales queriendo ordeñármela, los movimientos de mis caderas aceleraron, su cabeza se movía al mismo ritmo que mis golpes de cadera y, por la cara de Carlos, sabía que la mamada que le estaba dando era de las que hacen historia.
Carlos me guiñó un ojo mientras su respiración se aceleraba, por su cara sabía que se iba a correr, así que aumenté mis movimientos y ella aumentó el volumen de sus gemidos.
-Me voy a correr, zorrita -dijo Carlos muy excitado- Ni se te ocurra dejar de mamar lo que tienes en la boca.
-Ummmm, ummmm -soltó Leylak- Ni aunque me lo mandes dejo de comerte esta delicia, cabrón. Quiero tomarme tu leche. Dame fuerte Nico, estoy a punto.
Aceleré más aún los movimientos cuando Carlos soltó un gemido tremendo.
-Traga cabrona…me estoy corriendo -le dijo aguantándole la cabeza entre sus piernas- Joderrrr
Saqué mi polla del coño de Leylak y me coloqué junto a Carlos, los dos abrieron las bocas y sacaron sus lenguas, puse mi polla sobre la lengua de ella y solté el primer trallazo, no salió mucho, pero lo que salió se lo tragó, después pasé la polla a la boca de Carlos que recibió el segundo y tercer trallazo, con poca bastante poca leche y acabó limpiándome la polla con la lengua. Los tres caímos sobre la cama intentando recuperar el aire, estábamos agotados.
Al cabo de los minutos nos duchamos los tres juntos, la verdad que Leylak, además de ser muy guapa era una auténtica diosa. Acabamos de vestirnos y salimos del hotel los tres, nos dirigimos hacia el puerto, faltaban 45 minutos para que el barco zarpara. Leylak se despidió de nosotros en la entrada al puerto, me dejó una tarjeta con su número de teléfono.
-Toma Nico, en cuanto puedas guarda mi número en tu teléfono -me dijo besándome en los labios suavemente- Me encantaría repetir contigo a solas o acompañados.
-No te preocupes Leylak -le dije- Te tendré en mis contactos, te lo prometo.
-Bueno Leylak -dijo Carlos- Volveremos a vernos con total seguridad, ya vamos hablando.
Ella saludó con su mano y se alejó andando mientras nosotros entrábamos en la zona portuaria y nos dirigíamos a la estación marítima. Una vez en ella, buscamos en las pantallas el amarre del barco y nos dirigimos para embarcar. Ya dentro del fast ferry, nos sentamos relajados.
-Lo primero que quiero que sepas -me dijo algo serio- y no quiero que armes ningún revuelo es que Leylak es una agente del DSM (Direction de la Securite Militaire), el servicio de contraespionaje militar de Marruecos… Lo que pasa es que le encanta una polla más que a un tonto una tiza, y si son dos pollas mejor que mejor.
-Hala, me siento como metido en las historias de James Bond sin quererlo, joder -le respondí bastante agobiado- Debería habérmelo imaginado, si ando con espías…lo normal es que todos lo sean…menos yo. Por cierto…¿dónde has dejado la pistola? Porque el arco de seguridad no ha pitado.
-Jajajaja buen apunte -me dijo riéndose- La dejé bajo el colchón de la habitación. Tranquilo, cuando Marcos vaya al hotel, le dirán que nos cabíamos de habitación y seguro que rebusca hasta encontrarla. La he dejado cerca del borde, en cuanto meta la mano la tocará. Por otro lado, no soy un espía no pertenezco al CNI, ni al MEAT, ni al CITCO, CCN, ONS ni ONIC, simplemente soy un agente de la Guardia Civil, dentro del SIGC…
-Me he perdido con tantas iniciales -le corté- Pensaba que solo era el CNI…
-Jajajaja, hay algunos organismos más, los que pertenecen a cada cuerpo militar -me dijo riéndose- Pero dejémoslo así, que como dicen los espías: contra menos sepas, mejor para ti.
-Qué cabrón eres -me reí- De todas formas, ¿puedes decirme porqué nos hemos ido tan pronto? Marcos nos dio el billete de vuelta para las 17:30, podríamos haber aprovechado más con Leylak…qué buena está la jodida.
-Si nos hubiésemos venido a la hora que nos indicaron no hubiésemos venido solos -me contestó Carlos- y, en cuanto llegásemos a la Aduana de Tarifa nos hubiesen metido para dentro…El estado es muy curioso y siempre quiere saber, si tiene la oportunidad, para qué hemos ido a Tánger, y yo no le voy a dar ese gusto.
-No, no, por supuesto -le dije- el gusto se lo das a Leylak
-Y a ti -me respondió rápido- no lo olvides…
-Lo confirmo, eres un cabrón -le dije entre risas- ¿Por qué no me dijiste que follabas con Leylak siempre que podías, cuando hablamos en su momento de si alguna vez habíamos engañado a nuestras mujeres?
-Simplemente porque no la engañé -me respondió- digamos que eran órdenes de arriba.
-¿Cómo? -me giré bruscamente hacia él- ¿Me estás diciendo que tus jefes te ordenaron que follaras con Leylak sabiendo que estás casado?
-Igual no lo crees, pero así es -me dijo con esa sonrisa que él sabía que me desarmaba- No sé si lo entenderías…
-Bueno, cuéntame y después te digo -le contesté mirándolo fijamente- Esto me interesa bastante.
-Verás, todo lo que te voy a contar es confidencial, ni puedes ni debes decírselo a nadie, ¿de acuerdo? – comenzó diciendo mientras asentí con la cabeza- Leylak es una agente del servicio de inteligencia marroquí pero a la vez es la cabecilla de una organización que trafica con droga, concretamente con hachís. La estábamos siguiendo en Tánger porque sabíamos que era la cabecilla de la organización de narcotráfico, el CNI nos pasó un dato de que pertenecía a la inteligencia marroquí, contraespionaje para ser precisos. Y aquí viene lo gordo, la propia inteligencia marroquí pidió al CNI que siguiera controlándola por el tema del narcotráfico, pensaban que yo era un agente del CNI. En resumidas cuentas, el CNI presionó al SIGC para que yo siguiera controlándola pero más de cerca, mucho más de cerca. Las palabras de mis jefes fueron: Tienes que saber de ella hasta si usa tanga o bragas y el color de éstas todos los días, o si no las lleva, cuando tiene la regla, los días que no, si duerme desnuda o vestida…ya nos entiendes. Y básicamente hasta ahí te puedo contar.
-Te ha faltado: “sin que peligre tu vida” -le dije ya algo más asustado- Creo que no quiero saber nada más, bueno estoy seguro de que no quiero saber nada más, pero algo me dice que seguiré enterándome de más cosas.
Atracamos en Tarifa sobre las 17:40, pasamos por la aduana sin ningún problema, recogimos el coche y nos marchamos a casa, tenía muchísimas ganas de llegar, ducharme y relajarme hasta que llegaran las mujeres en el tren. Teníamos que ver como íbamos a tratar todo esto.
Una vez llegamos a casa me dirigí a mi dormitorio, Carlos me siguió. Comencé a desnudarme y se me quedó mirando, me quité la camiseta, me desabroché el pantalón que cayó hasta las rodillas, me senté en la cama para quitarme los zapatos, me levanté y terminé de quitarme pantalón y slips. Una vez desnudo, me dirigí al baño, necesitaba una ducha con urgencia. Carlos me cortó el paso, se me quedó mirando, acarició mi cintura y me besó en la boca.
-No me seas cabrón, Carlos -le dije con mi boca pegada a la suya- Quiero ducharme y si echamos otro polvo, los huevos se me van a meter hacia dentro de lo exprimidos que me los dejas.
Le toqué el paquete que estaba un poco abultado, me besó de nuevo y me abrazó.
-Vale, vale -me dijo- capto el mensaje, pero quiero ducharme contigo. Es que me pone a mil verte desnudo.
Se desnudó delante de mí, creo que lo hacía para excitarme, cosa que estando yo desnudo no hizo falta que lo dijera, se veía a simple vista, consiguió que mi polla se levantara y, claro la suya no tenía flaccidez alguna.
Se le notaban las venas de la polla, el capullo de color morado…me estaba excitando demasiado pero teníamos bastantes cosas que aclarar pendientes aún. Decidí girarme e irme a la ducha, Carlos se vino detrás acariciando mis nalgas. Entré primero en el plato de ducha, abrí el grifo y comenzó el agua tibia a caer, en ese momento Carlos ya estaba pegado a mí, nuestras pollas se tocaban duras y calientes.
-Joder Carlos tenemos cosas aún por tener claras y creo que lo que menos nos conviene es ponernos a follar, que ganas no me faltan, ya lo ves -le dije totalmente excitado señalando mi polla empalmada- Pero debemos centrarnos en lo que nos viene ahora.
-Perdóname, tienes toda la razón -me dijo separándose un poco- Te veo en bolas y solo quiero follarte y que me folles.
-Me pasa igual -le dije- Pero hoy vienen Irene y Carmen, tenemos que tener claro cómo vamos a proceder con ellas. Y te prometo que en cuanto podamos, aunque tengamos que coger un hotel, nos damos por el culo mutuamente.
Lo besé y me salí de la ducha, él se vino detrás, nos secamos y salimos al salón. Nos estábamos acostumbrando a ir desnudos por la casa, el vernos nos excitaba y eso se notaba en nuestras pollas. El teléfono de Carlos empezó a sonar, miró la pantalla y me la enseñó, era Carmen. Descolgó y lo puso en manos libres.
-Hola mi vida -le dijo- ¿Cómo va la cosa, por dónde vais? Estamos Nico y yo en su casa, os vamos a recibir con una cena como la que os merecéis, tengo el teléfono en manos libres por lo mismo, para seguir preparando cosillas.
-Hola Carlos…hola Nico -dijo un poco seria- no tengo ni idea de por dónde vamos, solo sé que llegaremos dentro de dos horas y media nos están diciendo, por cierto, no venid a recogernos que nos llevan hasta la casa de Irene y Nico, ¿de acuerdo? ¿qué tal estáis?
-Estamos bien Carmen -le dije- Aquí preparando algunas viandas para cuando lleguéis, Irene está contigo, ¿verdad?
-Sí, aquí estoy -me dijo Irene- Con ganas de llegar ya…a ver que sorpresa nos tenéis preparada…
-Pues hasta que no lleguéis, no sabréis nada -le contestó Carlos- Ya cuando lleguéis veréis os sorprenderemos, al menos eso creemos. ¿Quién os trae? Si se puede saber, claro.
-O igual nos sorprendéis vosotras -solté- Todo es posible.
-Verdad -dijo Carmen- a lo mejor os sorprendemos nosotras, jejeje. Nos lleva un Uber que hemos pillado junto a otra compañera, que le pilla de camino a casa de Irene, así que tendréis más tiempo para la sorpresa. Bueno, cuelgo que perdemos cobertura. Un beso enorme, ciao.
-Adiós -dijo Irene-
-Bueno, a ver qué sorpresa nos dan -le dije- y les damos, porque ni idea de qué le vamos a preparar.
-¿Recuerdas el restaurante colombiano? -me preguntó- podemos pedir comida y que nos la traigan, creo que por Glovo podemos hacerlo, así nos libramos de cocinar, ¿te parece bien?
-De lujo -le contesté- Llámalos tú y pides lo que tomamos la otra vez, pero para cuatro esta vez.
Carlos llamó al restaurante y tenían servicio a domicilio, así que estaríamos más tranquilos ahora, pidió la comida y le contestaron que estaría en casa en una hora aproximadamente.
Me senté en el sofá y Carlos a mi lado, nos miramos y le puse la mano en la parte interna del muslo, comencé a pasar la mano, acariciándole, de la rodilla hasta la parte que los huevos se pegan al muslo, metí los dedos por debajo de los huevos y su polla comenzó a ponerse más gorda y más grande.
-Eres un cabrón -me dijo- me estás calentando y me hace falta nada para que lo consigas.
-Jejeje, me encanta ver como se te empalma la polla -le dije sin parar de mover la mano- Cuando te miro y veo como te cuelga, como al andar se mueve tu polla y tus huevos, si te miro por detrás me encanta ver el cimbreo de tus nalgas…me escitas muchísimo.
-Ummm cabrón -me dijo señalando a mi polla- ya veo que te gusta mi nabo por la reacción del tuyo.
Le agarré la polla mientras me giré para comerla la boca, la notaba dura en mi mano, latiendo y caliente. Pasé uno de mis dedos por la punta de su capullo y arrastré una gota de líquido preseminal con él, me lo llevé a la boca y lo lamí.
Me levanté y me arrodillé entre sus piernas, su cara lo decía todo. Se acomodó en el sofá y agaché mi cabeza buscando con mi boca esa maravilla que Carlos tenía entre las piernas, puse mis labios sobre su capullo y lo besé, pasé mi lengua por la punta, la bajé hasta el frenillo para volver a subirla de nuevo. Volví a bajar, pero esta vez, con la punta de la lengua, recorrí todo el perímetro del glande, la cabeza del nabo. Lo metí en mi boca y comencé a mamar. Carlos respiraba más agitadamente, mientras yo me excitaba más con su polla en mi boca.
La saqué de la boca y giré la cabeza, quería lamer todo el tronco de su polla y eso hice, bajaba y subía mi cabeza por él mientras con mi lengua la saboreaba.
Notaba todas las venas en mi lengua, la rigidez de su polla, el calor que irradiaba…con mi mano libre le acariciaba las pelotas, pelotas que notaba hinchadas a pesar de haber descargado ese día dos veces y casi seguidas. Levantó las caderas para dejar su culo libre, por lo que uno de mis dedos empezó a acariciarle el ojal. Pasaba la yema del dedo por el ojal, notando lo caliente que estaba, lo presionaba y notaba los latidos en él, se abría un poco y metí la primera falange del dedo. Carlos suspiró en ese momento, su polla emanaba más líquido preseminal que mi lengua recogía.
-Anda -le dije- prueba de mi boca el sabor de tu polla.
Me levanté un poco para besarlo, y me besó con mucha pasión, su lengua entraba en mi boca buscando mi lengua, se enredaron ambas dentro y fuera de la boca, tomaba todo el sabor de su nabo en mi boca, lamía y relamía mis labios, aspiraba mi lengua con sus labios queriendo arrancar el sabor dulzón de su polla en mi boca. Mientras lo pajeaba sin descanso hasta que volví a arrodillarme delante de él. Era como arrodillarme ante un dios, adorarlo, en este caso era adorar a una diosa, la diosa polla. Un falo bien duro, vigoroso, con unas venas totalmente marcadas y manando néctar de la misma diosa.
Volví a metérmela en la boca y, apretando mis labios contra su tronco, pasaba la lengua por el capullo mientras subía y bajaba mi boca. La respiración de Carlos se hizo más intensa cuando aceleré el movimiento de mi cabeza.
Me la saqué de la boca y me puse a pajearlo, quería verlo disfrutar desde ese punto de vista. Desde abajo y con su polla cerca de mi cara mientras mi mano lo pajeaba. Daba la sensación de sometimiento hacia él, cosa que en verdad no era falso, estaba sometido a él siendo consciente de ello, y orgulloso también por qué no decirlo. Levantó sus caderas y le metí un dedo de nuevo en el culo, él gimió más aún.
Mi polla estaba segregando precum en grandes cantidades, estaba muy caliente, así que hice lo único que necesitaba en ese momento.
Me levanté y me senté sobre la polla de Carlos, me clavé su nabo sin pensarlo, su polla se abría paso, con algo de dolor pero me daba igual, necesitaba tenerlo dentro y eso estaba haciendo.
Cuando su polla entró completamente, me quedé parado unos minutos para que mi esfínter se acomodara a el grosor de su polla, aunque el esfínter es elástico hay que dejar un tiempo prudencial para que dilate sin prisas.
Una vez que el poco dolor había pasado me puse a subir y bajar, frotando con mis paredes anales su polla, me agarró la polla y se puso a pajearme mientras su boca se comía la mía. Las lenguas se enredaban, los labios se frotaban entre ellos, su polla me perforaba hasta el alma, su mano se deslizaba sobre mi polla envuelta en el líquido preseminal. Y ante semejante espectáculo no quedaba otra que soltar el esperma y eso hicimos.
-Ummm cabrón cómo me pones -me dijo Carlos entre suspiros- Voy a correrme
-No se te ocurra sacarla -le dije subiendo y bajando con más ímpetu- Córrete dentro
En cuestión de segundos, sus gemidos se convirtieron en jadeos, notaba su polla como si tuviese espasmos y de pronto noté como mi culo se llenaba de algo caliente mientras Carlos no paraba de besarme ni de pajearme.
En cuanto acabó de correrse y notando su polla dentro, noté como una corriente de placer se dirigía de mi culo a mis pelotas, y de mis pelotas a mi vientre, de mi polla salió un primer trallazo que nos dio en el pecho a los dos, los siguientes no tengo ni idea de donde cayeron, solo quería clavarme más su polla, no parar de besarlo y que su mano acelerara el movimiento, cosa que hizo.
-Dios santo -le dije una vez recuperado el aire- esto cada vez sube de nivel, jajaja
-Ya te digo -contestó Carlos- si pienso en sexo, pienso en ti, ni en Carmen, ni en…Leylak…
-Uyy, creí que ibas a decir ni en Irene -le dije riéndome- Estaría bien, eh?
-Jajajaja -se río Carlos pero algo serio- ¿Estaría bien que pensase en follarme a tu mujer?
-Bueno, si lo hubiese pensado no me habría sentado mal…creo -le contesté con sinceridad- No lo sé, pero creo que no me hubiese disgustado.
-Me gustaría follarme a Irene -me soltó de repente- ¿Cómo te ha sentado?
-Bueno -le dije- la verdad no me ha provocado nada. Joder, si nos follamos el uno al otro, nos hemos follado entre los dos a Leylak…Lo que no sé es que después de lo visto, igual a mi mujer no le importaría, parece ser que folla con los demás más que conmigo.
-Jajaja lo mismo le pasa a Carmen -me dijo- Por lo que hemos visto folla más con los dos ancianos que conmigo.
Me levanté colocando mi mano en el ojal y me fui al baño, cuando salí Carlos estaba en el mismo lugar, se había limpiado la polla con una toallita húmeda y ya estaba de nuevo sentado en el sofá. Me senté a su lado y me besó en la boca.
-Quiero follarme a Carmen -le dije sin venir a cuento-
Me miró y comenzó a reírse, una risa contagiosa sin poder pararla. Al verlo así, me contagió la risa y me puse a reír también, estuvimos un ratillo así hasta que nos fuimos calmando. Era una mezcla de incertidumbre por lo que podía pasar y de nervios por lo que pasara.
-Creo que en cuanto lleguen tendrán que aclararnos algunas cosillas -me dijo-
Ding,dong, sonó el timbre de la puerta, nos miramos.
-Abre -me dijo mientras me lanzaba un pantalón de deporte y se ponía otro- ¿quién será?
Me puse el pantalón y abrí sin mirar por la mirilla de la puerta, era la comida del restaurante colombiano, me dio varias bolsas con la comida y las bebidas, le pagué y se marchó.
-Debemos relajarnos joder -dije un poco irritado- así no podemos vivir.
Carlos se acercó, me besó y me quitó las bolsas de la mano para llevarlas a la cocina. Colocamos todo sobre la mesa de la cocina y nos pusimos a prepararlo todo, faltaba poco para que Carmen e Irene llegasen.
Las cervezas al frigorífico, la comida que debía ser caliente, metida en ollas preparadas para darles un calentamiento y tenerlas listas, la comida fría dispuesta en fuentes, la mesa puesta en el salón, con cuatro cubiertos, las copas de vino tinto y blanco…todo listo para el gran momento, la llegada de las mujeres.
Decidimos vestirnos, así que fuimos al dormitorio y nos vestimos allí, otra vez ponernos la ropa interior… mientras nos vestíamos rajábamos sobre la ropa y sobre lo bien que estábamos desnudos los dos, a nuestro aire. Ya añorábamos el ir desnudo y eso que estábamos recién vestidos y aún nuestras mujeres no habían llegado.
Mi teléfono sonó pasados bastantes minutos, era Irene. Miré a Carlos nervioso, me hizo un gesto con la cabeza para que lo descolgara.
-Hey, holaaa ¿por dónde vais? -le pregunté sobreactuando- ¿Habéis llegado ya a la estación?
-Hola mi vida -me contestó con cierta alegría- Sí, sí, por eso te llamo. Tened todo preparado que llevamos un hambre… vamos a coger ya el Uber con Lorena, a ella la dejamos de camino y Carmen y yo seguiremos hasta la casa. En 15 o 20 minutos llegaremos. Te dejo que entro ya en el coche, un beso enorme…Ah Carmen le manda otro a Carlos… y Lorena os manda uno para cada uno de vosotros, jajajaja. Nos vemos en un ratillo, mi amor. Hasta ahora.
-Hasta ahora Irene -le contesté y colgué-
-¿Quién es Lorena? -me preguntó Carlos- ¿La conoces?
-Por lo que nos dijo, es una compañera de trabajo de ellas -le contesté pensando que ese nombre no me sonaba de que me hubiese hablado otras veces de ella- Pero no recuerdo que la haya nombrado nunca…o sí. No lo sé, y esto me saca de quicio. Igual es verdad y es su compañera de trabajo, creo que somos un poco mal pensado…
-¿Mal pensados Nico? -me preguntó Carlos algo alterado- ¿Qué somos un poco mal pensados? Solo te recuerdo que nos han chantajeado, nos han usado como esclavos sexuales, han venido a hablar con nosotros mostrando un arma, por otro lado unas tipas valencianas se acostaron con nosotros e intentaron entrar en mi casa no sabemos con qué motivos…¿y me dices que somos un poco mal pensados? No me toques los cojones, Nico.
-Tienes razón, tienes razón -le dije disculpándome- perdóname, pero no estoy acostumbrado a esto. La tensión de algo que no controlo y sobre todo, que no estoy acostumbrado a vivir situaciones similares puede conmigo…y otra cosa…ahora mismo me encantaría tocarte los cojones y comértelos.
Le dije aquello mientras le pasaba la mano por encima de su paquete, que respondió con unas leves sacudidas.
-Vale, perdóname tú -me dijo dándome un beso en los labios- también estoy algo nervioso. Vamos a echarnos un vino mientras esperamos, ¿te apetece? Sorpréndeme con uno de los vinos que tienes en la vinoteca.
Fui a buscar un vino para la ocasión, pero como estaba el tema no sabía si la ocasión merecía un buen vino o un vino de los que hacen que los invitados se vayan… opté por la primera opción. Me decidí por una botella de vino de Navarra, un “Santa Cruz de Artazu Crianza 2020”, nunca lo había probado pero las críticas eran tremendamente buenas. Lo descorché, lo decanté en un decantador de cristal y, esperé un par de minutos para servirlo en un par de copas, las llevé al salón y le tendí una a Carlos.
-Por nosotros -dije alzando mi copa hacia la de Carlos- porque lo que tenemos siga funcionando.
-Por nosotros -me respondió él chocando levemente la copa contra la mía- Seguiremos disfrutando de lo que tenemos.
Probamos el vino, realmente las críticas se habían quedado cortas, muy cortas. Sin querer parecer impertinente, le venía genial el calificativo de sublime.
-Joder -me dijo Carlos- ¿por qué no me has dado éste antes? Está de vicio, no me extrañaría que alguien se haga adicto a este vino.
-Nunca lo había probado -le contesté- pero la verdad es que está increíble.
¡Ding dong! Sonó el timbre de la puerta y me dispuse a abrir, por detrás de la puerta las oíamos hablar, pero me dio la impresión de que oía una voz más, una voz que no podía identificar. Abrí la puerta…
Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.
¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!
Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com
Saludos.
Vantheway