Capítulo 1
- Verdad o reto IV
- Verdad o reto III
- Verdad o reto II
- Verdad o reto I
Ahora era el turno de Sara, que cogió una de las tarjetas, sin decir nada. Estaba deseando un buen reto, igual que yo. Después de nuestros manoseos, teníamos unas ganas descomunales de corrernos. Sacó una carta rosa y con una sonrisilla, dijo:
—Fóllate a alguien de este grupo, chico o chica, pero mientras te folla, tiene que tener un consolador dentro.
—Guau, vamos fuerte— Dijo Javi.
—¿Algún voluntario? — Dijo Sara, mirándome, no me podía negar.
—Yo. — Lo dije casi por impulso, la idea de estar siendo penetrado por un consolador me atemorizaba un poco, pero no podía rechazar la oportunidad de follarme a Sara.
—Fantástico ¿Alguna ha traído algún consolador? Aunque también podemos utilizar un plátano si quieres.
— Javi me dijo que trajera uno, por si acaso salía en algún reto, toma—. Dijo Laura, sacando un pene de goma de su bolso, morado y con las venas bien marcadas.
—Gracias y ahora, para ser más justos, voy a escoger un nombre al azar para que se folle a Aarón—Cogió un papel de la caja y lo leyó en voz alta: “Carlos”.
Mierda, hubiera preferido cualquiera de las chicas para algo así.
—Me estáis vacilando, ¿no?
—No te quejes tanto, anda, ¿o prefieres que te folle él a ti? Por mí, sin problemas—. Carlos enmudeció. —Eso pensaba, venga Aarón, ponte a cuatro.
Nos fuimos otra vez al cuarto de Javi para estar más cómodos y me puse a cuatro patas encima de su cama, tal y como me había ordenado Sara, que se puso detrás de mí y se puso a recorrer mis partes con su lengua, salivando en exceso para ir repasando mi ano mientras me iba aplicando el lubricante de Javi. Después, Carlos se colocó a su lado, me abrió el culo con ambas manos y me soltó un escupitajo que Sara aprovechó para ir metiéndome un dedo, hasta el fondo, lentamente.
—Aaaah—. Empecé a gemir y Sara vio la oportunidad para meter un segundo dedo, sentir cómo se movían sus dedos dentro de mí me estaba volviendo loco.
Carlos siguió escupiendo dentro de mí, mientras que fue bajando una mano al coño de Sara y otra a mi rabo, para jugar con los dos a la vez. Aunque no lo reconociera, Carlos estaba encantado con la situación.
Después del tercer dedo, Sara decidió que era hora de pasar a la acción, le dio un par de mamadas al pene de goma y me lo fue acercando, dando pequeños golpecitos en la entrada de mi ano.
—¿Estás listo? —Me preguntó. Le respondí que sí, y enseguida empezó a introducírmelo poco a poco, asegurándose de que me encontraba cómodo. Al principio dolía un poco, sobre todo por la falta de costumbre, pero pasado un buen rato, estaba encantado con el pene saliendo y entrando dentro de mí.
—Muy bien Aarón, lo estás haciendo genial —. Se me acercó al oído y me susurró—Ahora fóllame bien duro, me muero de ganas de sentirte dentro de mí. —Me dio un beso y se colocó debajo de mí, haciéndome sentir el roce de sus manos sobre mi espalda.
Yo estaba muy nervioso, jamás había hecho algo así nunca, pero Carlos me fue ayudando, se aseguró de que la tuviera bien dura, dándole unos ligeros apretones a mi polla mientras me besaba el cuello, me puso un condón que Javi le dio y fue guiando mi miembro, haciendo varias caricias en su coño, hasta que empezó a empujarme, desde atrás, con el dildo.
Era indescriptible la sensación de estar abriéndome paso a través de Sara mientras Carlos me empujaba por detrás agarrándome de la cintura con una mano, pero sentía que podría desmayarme allí mismo.
—Dame más fuerte Aarón. Ah — Y Carlos empezó a aumentar el ritmo de la penetración, como si se lo hubieran dicho a él, empujándome mucho más fuerte y rápido contra Sara. Empecé a dejarme llevar y a aumentar el ritmo mientras la besaba y le acariciaba los senos.
Sara y yo no parábamos de gemir, haciendo que aumentara la excitación de toda la sala, que ya estaban empezando a meterse mano.
—Joder chicos, me estáis poniendo muy pero que muy cachondo. Aarón, por favor, déjame follarte, haré lo que sea.
La oferta de Carlos me pilló completamente por sorpresa, por una parte, estaba tan cachondo que deseaba ser follado por una polla de verdad, pero por otra, estaba completamente en shock. Así que decidí que lo mejor era dejar esa decisión a Sara, al fin y al cabo, era su reto.
—Nada me encantaría más que verte siendo follado por un hombre Aarón. No tengas miedo. Hemos venido aquí a divertirnos. — Sara tenía toda la razón, así que acepté la oferta de Carlos, ya decidiría qué hacer después con ese “lo que sea”, pero nos íbamos a divertir y mucho.
Hicimos una pequeña pausa para que Carlos empezara a metérmela, con la ayuda de Sara. No se sentía tan diferente después del dildo, salvo por el calor y que los movimientos eran mucho más naturales, sin duda, esto era mucho mejor que una polla de goma, además, ahora tenía las manos de Carlos recorriendo mi cuerpo empujándome contra él hasta que fue cogiendo ritmo y volvimos a por Sara.
—Creo que ahora te quiero mucho más Carlos—le dijo María y se empezaron a reír todos, por un momento, me había olvidado de que existían.
Carlos había perdido ya toda la vergüenza que tenía, besando y lamiéndome el cuello y jugando con mis pezones. No me daba tregua, haciéndome sentir cada centímetro de su polla para enviar toda esa fuerza a Sara, a través de mí.
Un rato más tarde, Sara se cansó de esa postura y me tumbó al borde de la cama, haciendo que Carlos me sujetara las piernas y empezó a saltar encima de mí, dominándome completamente. Carlos no tardó ni un segundo en reanudar la marcha, haciéndome gritar.
—Dale más fuerte, Carlos, parte en dos a ese maricón. —Gritó Laura, con las manos de Alejandro recorriendo su cuerpo. El resto también lo estaba pasando bien, a su manera.
Carlos se puso mis piernas en sus hombros y puso sus manos sobre las tetas a Sara, acariciándole suavemente los pezones mientras me hacía sentir su polla al completo con cada embestida. Estaba tan cachondo con la escena que a pesar de mis esfuerzos no podía resistir mucho más la follada que me estaban dando entre los dos.
Sara le cogió una mano a Carlos y se la puso sobre su clítoris, haciéndome sentir el contacto de mi polla con sus dedos.
—Ah, sí… —Sara estaba siendo la primera en correrse, aumentando la fuerza que ejercía sobre mí y llenando mi polla con sus jugos. Cuando terminó, se colocó a mi lado y nos besamos hasta que le pedí que me la chupara, porque también me iba a correr.
—AAA — Gemimos los dos a la vez mientras sentía cómo me llenaba con su semen y yo llenaba la boca de Sara con el mío. Fue una sensación inolvidable. No sé cómo, pero cuando Carlos se retiró, apareció Laura justo después para limpiarlo, recorriendo mi interior con su lengua mientras Sara hacía lo mismo con mi polla, eliminando cualquier resto de semen que haya podido pasar por ahí y exprimiéndome al completo.
—No dejas de superarte Carlos, no sabía que te gustaban tanto los hombres, te lo tenías muy bien guardado—. Le soltó María, que se acercó a él y le dio un beso.
—Bueno, podría dar para una verdad del juego, pero da igual, hace unos años, unos colegas y yo estábamos viendo una peli porno en casa de un amigo y a alguien se le ocurrió masturbarnos, luego lo fuimos haciendo entre nosotros y al final se nos fue un poco de las manos. Me daba un poco de vergüenza reconocerlo porque no sabía cómo te lo ibas a tomar.
—Me has puesto como nunca, toca. —Y le bajó su mano hasta su sexo, para que comprobara el nivel de su excitación, aunque por la mancha que había en sus pantalones, puedo decir que no era poca. — Tú no te preocupes por eso.
—Muchas gracias María, de verdad—Y se dieron un beso.
—Tú tampoco te preocupes por eso Aarón — Me dijo Sara, de broma, antes de darme un beso para hacerme probar un poco de mi propio semen, estaba bueno. Sabía que no había otra cosa que pusiera más cachonda a Sara que dos hombres follando entre ellos.
—Al final creo que va a ser mejor que hagamos los retos aquí, para no tener que estar yendo y viniendo, ¿no creéis? — Todos le dimos la razón a Isabel, que le pidió a Javi que fuera al salón a por las cajas para continuar con el reto.
—El siguiente afortunado será… — Dijo Sara, haciendo una pausa interminable para aumentar la tensión y jugar con nosotros. — Alejandro, quiero que elijas a una tía para que haga lo que quiera contigo, hasta que se corra.
—Vale, pues elijo a Isabel.
—Muchas gracias Alejandro, te lo recompensaré, eso seguro.
Alejandro se tumbó en la cama y se quedó a la espera de Isabel, que agarró el dildo, lo lubricó con su propia saliva y lo fue insertando dentro de Alejandro, que ya estaba empezando a gemir.
—Aaaa, no pierdes el tiempo, cabrona. —Dijo Alejandro, que ya estaba empezando a ponerse duro con los movimientos de Isabel.
—Javi, ¿todavía quieres seguir vengándote de Alejandro?
—Pues claro, ¿que tienes pensado?
—Ven acércate— Y le ofreció su puesto, permitiendo a Javi vengarse todo lo que quisiera. —María, ven tú también. La desnudó y la colocó sobre la boca de Alejandro, que se puso a explorar su interior sin que nadie tuviera que decírselo.
—Muy bien, tenía ganas de hacer esto desde que vi ese pedazo de polla por primera vez. — Isabel se desnudó y se puso encima de Alejandro y fue bajando, poco a poco, entre gritos y gemidos. Al principio le costó metérsela entera, pero luego pude ver una faceta de Isabel que jamás me hubiera imaginado.
Era como si estuviese poseída, subía y bajaba sin parar a una velocidad inhumana, ocasión que Javi aprovechó para aumentar el ritmo del dildo mientras Laura lo manoseaba. Ver aquello estaba haciendo que me pusiera duro otra vez, cosa que Sara notó enseguida.
Pude notar, mientras Sara y yo nos manoseábamos, cómo Isabel reducía un poco el ritmo para bajar y empezar a comerle el coño a María, junto con Alejandro, ahora era ella la que gritaba al sentir ambas lenguas dentro de ella, compenetrándose.
—Aaah, cabrones, vais a hacer que me corra enseguida. Pero eso a Isabel no le importaba, se levantó y acercó a María contra ella para empezar a chuparle las tetas. Isabel no paraba de hacer gemir a María con su boca, estaba como pez en el agua, dominando la situación en cada momento.
Al agacharse otra vez, Isabel dejó completamente expuesto su culo, lo que hizo que Javi empezara a azotarlo, haciendo que Isabel soltara un gemido y acto seguido empezó a recorrerlo con sus dedos.
María no tardó mucho en hacer que Alejandro e Isabel se bebieran los fluidos de su orgasmo, entre jadeos, no dejaron escapar ni una gota.
—Laura, ¿te puedes encargar tú del dildo? — Le preguntó Javi.
—Sí, claro, ¿qué vas a hacer?
—Espera y verás, se va a cagar.
María se fue a descansar, sentada encima de Carlos y Javi le intercambió el turno a Laura. Todos pudimos ver, mientras se iba acercando a Alejandro, cómo se iba desnudando, dejando la ropa por el suelo hasta revelar su polla en completa extensión. Se sentó al lado de él y le colocó la polla sobre los labios.
—Eh no, no, ni se te ocurra Javi.
Alejandro giró la cara, pero Javi estaba dándole pequeños golpecitos en la mejilla y en la boca.
—No querrás perder el reto, además, no te quejabas tanto cuando yo tuve que masturbarte.
—Pero esto es muy diferente a una paja, Javi.
—Me da igual, te recuerdo que yo mando y ahora te vas a comer la polla de Javi. —Dijo Isabel.
—Que os den. — Pero Alejandro empezó a abrir la boca y a chupar la polla de Javi.
Ver cómo se comían la polla de mi amigo me estaba poniendo más caliente aún, a pesar de las quejas de Alejandro, no lo hacía nada mal, seguro que no era su primera vez. Teniendo a Javi en completa disposición, para vengarse, Alejandro fue jugando con el culo de Javi.
—Cabrooon, mira cómo me estás poniendo, la chupas de escándalo, ah, métemelo—Dijo Javi, que no podía esperar a que Alejandro recorriera su interior con sus dedos. Isabel tampoco perdió oportunidad de devolverle el favor a Javi y se sumó al dedo de Alejandro.
—Ayy, seguir así, joder —Dijo Javi que no paraba de mover su culo para disfrutar de la boca de Alejandro y los dedos de Isabel.
—Aaa, Alejandro, dios, este pollón me está reventando. —Dijo Isabel, que se apoyó sobre su pecho para follárselo con más fuerza, mientras Laura por detrás acariciaba sus pechos y su clítoris. —aaa, síiii—. Y empezó a gritar y a gemir cada vez más mientras se corría.
Isabel se separó de Alejandro y empezó a besarse con Laura, a la vez que sus manos no perdían ocasión de explorar sus cuerpos.
Javi se separó de Alejandro al acabar el reto, ya que no tenía pinta de querer soltarle.
—Parece que ya no te quejas tanto, ¿eh? —Dijo Javi.
—Bueno, yo también he tenido mis experiencias. —Dijo Alejandro, que se levantó y tiró a Javi sobre la cama.
— ¿Qué haces?
—Ahora te toca a ti Javi, esto te pasa por ponerme tan cachondo, te vas a cagar.
Alejandro ni siquiera se molestó en decir en qué iba a consistir el reto cuando se colocó encima de Javi, impidiéndole pedir explicaciones mientras Isabel y Laura miraban anonadadas. Con rapidez, Alejandro pasó de la boca al cuello, haciendo que Javi soltara un gemido. Siguió descendiendo lentamente, por sus pezones, su ombligo, hasta llegar a su polla.
Alejandro tenía una mano rodeando la base de su pene, que seguía al máximo después de la mamada y otra jugando en sus huevos.
—¿Quieres? Solo tienes que pedírmelo— Mientras iba jugando con su lengua y la punta de su polla.
—Chúpamela, Alejandro, por favor. —Notaba a Javi un poco avergonzado, pero extremadamente cachondo.
—No te oigo, dilo más fuerte. — Y le dio un lametazo, como si fuera un helado.
—CHUPÁMELA, JODER.
—Así, sí. — Y empezó a devorar, lentamente, todo su miembro, mientras no paraba de mirarle a los ojos. Se la sacó y le dio un par de lametones, desde la base, para recorrer toda su polla y volvió a comérsela, con ritmo y pasión. Ver la cabeza de Alejandro subir y bajar sobre la polla de Javi hacía que no pudiese separar los ojos ni un momento.
Isabel, aprovechando la ocasión para devolverle el favor a Alejandro, se puso detrás de él para introducirle un par de dedos en el culo, haciendo que sus gemidos quedaran ahogados por la mamada.
—Ostia puta Alejandro, como sigas así, igual me caso contigo y todo. Siguee, ah — Javi no paraba de gritar y de gemir y revolverse.
—Tranquilo, que ahora viene lo mejor de todo. — Dijo Alejandro, que empezó a echar lubricante sobre su polla y el ano de Javi.
—Eeeh, Alejandro, vale, estuvo mal lo que hice, lo siento, pero eso no tío, eso ya es pasarse.
Alejandro se acercó al oído de Javi y le susurró:
— Tranquilo Javi, tú confía en mí, ni lo vas a sentir, relájate y verás que lo vas a disfrutar como nunca. — Le dio un beso en la boca y volvió a bajar hasta su polla, dándole chupones en el glande, esta vez mientras le introdujo un dedo en el culo, lentamente.
—Ah, Alejandro, cualquier cosa menos eso, por favor. — Pero mientras decía eso, Javi levantó la cadera en un acto reflejo, introduciéndosela hasta el fondo a Alejandro, que lo interpretó como una señal para introducirle otro dedo mientras le acariciaba los mulsos, haciendo que Javi se sacudiese todavía más.
—Siempre puedes abandonar, Javi, yo estaría encantada de recibir todo ese pedazo de polla. —Dijo María, que se colocó detrás de Isabel y empezó a comerle el coño a Laura.
—Me vas a volver loco, que maravilla. — Javi no paraba de retorcerse como si le hubieran dado una descarga eléctrica.
—Pues no te acostumbres, que ahora viene lo mejor— Lo cogió por la cadera y lo puso a cuatro sobre la cama, obteniendo total control sobre su ano, al que no paraba de estimular con sus dedos y con su saliva.
— Aarón ven aquí. — Me dijo Alejandro, mientras iba frotando su polla contra el culo de Javi. Al acercarme, Sara fue detrás de mí, sobándome el culo. Alejandro se me acercó y me susurró: “Verás, quiero enseñarle a esta zorrita que no puede jugar conmigo. ¿Te apuntas?”. Me dio un beso y comenzó a sobarme la polla mientras Sara afirmaba rotundamente por mí, estaba ardiendo.
— Muy bien, pues colócate en frente de él y haz que se concentre bastante en tu polla para que no se entere de lo que le viene por detrás.
Ni acabó de decirlo y Sara ya me estaba arrastrando hacia la cama, apartó la almohada de un golpe, me colocó en frente de Javi y empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos y su boca. No tuve tiempo para pensarlo ni un segundo. Javi siempre ha sido uno de mis mejores amigos y ahora lo tenía ahí arrodillado y mirándome desde abajo con la boca abierta, suplicante, no sabía qué hacer.
Sara era capaz de ver perfectamente la duda en mi rostro, pero también era capaz de ver que me moría de ganas de probar la boca de Javi, y como nada le gusta más a Sara que dos hombres teniendo sexo, colocó mi glande en los labios de Javi, que empezó a limpiarme el líquido preseminal dándole lametazos mientras que Sara, con un dedo dentro de mí, iba haciendo que me abriera paso a través de mi amigo hasta que terminó de devorarme al completo la punta de mi polla (creo que voy a volver adicto al placer anal).
—Tranquilo Aarón, que no va a pasar nada. — Dijo Sara, acariciando mis testículos y haciendo fuerza contra mi próstata mientras la boca de Javi seguía hasta tragarse mi polla por completo y dando comienzo una mamada que me estaba poniendo cachondísimo.
Yo no podía contenerme, así que le agarré la cabeza a Javi y fui aumentando el ritmo de mis embestidas contra su boca hambrienta, no podía parar de gemir cada vez que se la sacaba y la recorría con su lengua.
Mientras tanto, Alejandro ya había empezado a restregar su polla contra el ano de Javi y lentamente fue penetrándolo hasta más o menos por la mitad, pero los gritos de Javi me indicaron que ya no podía más, así que se me ocurrió una idea.
—Alejandro, para —Dije, me acerqué a él y le susurré — Creo que tu polla es demasiado grande para Javi, déjame a mí, por favor, me muero de ganas de follar a Javi.— Alejandro me miró sorprendido, pero después de un rato de pensarlo me susurró— Vale, está bien, pero estoy muy cachondo, tengo la polla al rojo vivo gracias al culito de Javi, así que quiero algo a cambio— Y mientras lo decía, me agarró del cuello y me acercó hacia él, me dio un beso y mientras nuestras lenguas jugaban pasó una mano por debajo de mis huevos y empezó a introducirme un dedo en el culo, deslizándolo suavemente, hasta el fondo. Mi respiración se aceleraba mientras me arqueé involuntariamente contra su mano para que siguiera explorándome el ano con esa destreza. Joder, sabía jugar con mi punto débil y ahora estaba completamente a su merced.
Alejandro paró nuestro beso y se acercó a mi oreja para preguntarme — ¿Y bien? — Pero como todavía no me había decidido, se puso a chuparme el lóbulo de la oreja y el cuello mientras su dedo hacía más fuerza contra mi punto débil, poniéndome a mil por hora. Con un ligero movimiento de caderas, le dio una embestida Javi, haciendo que gritara aún más y poniendo su cabeza a escasos centímetros del coño de Sara, que se había quedado sentada viendo como Alejandro me dominaba por completo.
—Vale, vale, acepto. Pero quiero que Javi le coma la polla a Carlos, si esto es una venganza, habrá que hacerlo bien, no?
—Me parece bien. — Dijo Alejandro, que empezó a retirar su polla del culo de Javi, no sé si era por la presión, pero Alejandro no mentía, estaba al rojo vivo y era enorme, no sabía dónde me había metido.
—Hijos de puta — Dijo Javi, pero en el fondo agradecía haberse librado de Alejandro.
Carlos fue corriendo a ocupar el puesto de Sara, desesperado por metérsela a Javi hasta el fondo, pero empezando suavemente. Yo le pedí ayuda a Sara y poco a poco se la fui metiendo a Javi, que después de la polla de Alejandro, entró sin ningún problema. Estar dentro de Javi era increíble, nunca pensé que llegaría a tales extremos y menos para hacerle un favor, que me cobraré con intereses, pero que empecé con un azote en el culo y como ya no se podía quejar, empecé a masturbarle lentamente y le apreté bien los huevos, para fastidiarle un poco.
Sara se ocupó de dilatarme el ano lo suficiente para que pudiera meterme el pollón de Alejandro, aunque después de Carlos, ya estaba bastante dilatado, todavía tenía bastante miedo.
—No te preocupes Aarón, te va a encantar — Me dijo Alejandro, acercando su polla a la entrada de mi ano bajo la atenta mirada de Sara, que no paraba de salivar, lubricar y guiar la polla de Alejandro para que todo fuera bien.
Sentí cómo chocó contra mi ano, introdujo el glande y lo fue sacando y metiendo lentamente, para que me acostumbrara a su polla.
Carlos estaba en verdadero éxtasis y sin darse cuenta, empezó un sensual movimiento de caderas contra la boca de Javi, lo que hacía que sus embestidas me empujaran aún más hacia Alejandro, que seguía atravesándome cada vez más profundo, no mentía, su polla estaba ardiendo y me estaba encantando tanto que no pude evitar gemir.
—¿Ves? Te dije que te iba a encantar. — Dijo Alejandro, aumentando levemente el ritmo, acariciando mis pezones y llevando una mano a mi boca para que le chupara los dedos antes de llevarlos al coño de Sara y deslizarlos suavemente, de atrás hacia delante mientras gemía y se mordía el labio intentando que Alejandro se los metiera, sin ningún éxito. Cuando sentía que Alejandro ya estaba llegando a su fin, la agarró del culo para apretarla contra él y se fundieron en un beso entre caricias y gemidos. Sara fue bajando por su cuello para sentir la presión de sus dedos contra ella. Alejandro siguió evitando metérselos y como venganza, Sara cogió el consolador que Isabel le había introducido, pero que dejó olvidado cuando se puso a comer el coño de Laura, junto con María y se lo introdujo todo de un solo golpe hasta que los huevos de plástico tocaron los de Alejandro.
—AAAH, zorra—Sara comenzó un mete y saca lo más rápido que podía— para, para, me vas a hacer acabar y ni he empezado.
—Pues méteme los dedos, capullo.
Y dicho esto, Alejandro me la metió hasta el fondo al mismo tiempo que le introdujo los dedos a Sara. Empezamos a gemir los dos a la vez mientras estábamos siendo follados por el mismo chico. Me hizo sentir un poco incómodo, pero extremadamente cachondo, era como si estuviésemos conectados. Sara y yo nos miramos con una mezcla de lujuria y diversión, riéndonos al unísono a medida que Alejandro nos manejaba a su antojo.
María, Isabel y Laura, cansadas de comerse el coño, decidieron unirse a nosotros. Isabel se colocó detrás de Carlos, quien todavía estaba ocupado con la boca de Javi, e introdujo sus dedos en él, gimió encantado. María encontró su camino hacia Sara y comenzó a jugar con los pechos de la chica mientras le besaba el cuello y se unía a Alejandro en la tarea de masturbar a Sara y Laura se ocupaba de María.
Alejandro comenzó a azotarnos con fuerza, haciéndonos gemir como si fueran gritos.
—Cabrooon —Grité a pleno pulmón, pero Alejandro solo sonrió y nos dio otro azote antes de comenzar a moverse aún más rápido.
—¡Aguanta, Aarón! —me gritó Alejandro, que siguió aumentando la velocidad, indicándonos con sus gemidos que no iba a aguantar mucho más.
Y en venganza, Sara comenzó a mover el consolador dentro de él con mucha fuerza, haciendo que Alejandro moviera más fuerte los dedos dentro de ella. Alejandro gritó entre dolor y placer, y pocos segundos después, sentí cómo su cuerpo se tensaba mientras llegaba al orgasmo. Su polla palpitaba dentro de mí mientras me agarraba y me follaba tan fuerte que hicimos que Javi se tragara hasta el fondo la polla de Carlos. Lo único que podía hacer era apretar mi ano más fuerte alrededor de él mientras me iba llenando con su semen.
—Ha estado increíble, el mejor polvo de mi vida, sin duda, todo gracias a tu culito, Aarón— Dijo Alejandro, dándome un último azote y retirándose para que Sara procediera a limpiarme el semen de Alejandro con su lengua, abriendo bien las piernas para que María le comiera el coño.
—No tan rápido, Alejandro— Dijo Javi, que había conseguido liberarse de la polla de Carlos y parecía un poco enfadado— Seguro que has disfrutado mucho, pero ahora soy yo quien tiene el reto.
Javi se separó de mí y se levantó, cegado por la venganza, con su polla al máximo, moviéndose arriba y abajo mientras se acercaba a Alejandro, que intentaba recuperar el aliento.
—Cabrón, espérate un poco, ¿no? Que me acabo de correr.
—Siempre puedes retirarte— Se burló Javi, que ya había cogido el lubricante y empezó a aplicárselo a Alejandro.
—Ni muerto—Respondió Alejandro, mientras los dedos de Javi se deslizaban por sus nalgas hasta la entrada de su culo, que seguía sensible después del orgasmo. —Aaa, a ver cuánto aguantas tú. — Y le apretó el culo a Javi para introducirle un dedo, devolviéndole la jugada.
Javi gruñó, pero no iba a ponérselo tan fácil a Alejandro, así que lo agarró, lo tumbó contra la cama y le abrió las nalgas, dejándonos a todos una vista de su culo, completamente expuesto. Le soltó un escupitajo que entró casi perfecto y empezó a introducirle el miembro, poco a poco, mientras Alejandro se mordía el labio para no gemir.
—¿Te gusta? — Dijo Javi, mientras le daba azotes a Alejandro, que no podía evitar gemir y gritar.
—Te vas a acordar de esto—Dijo Alejandro, que empezaba a acostumbrarse y a hacer movimientos para que entrara mejor el miembro de Javi.
Llevaban un ritmo lento, pero constante, con cada embestida, Javi introducía más su polla dentro de Alejandro hasta que, después de un rato, consiguió meterla por completo, ante nuestras atentas miradas y la dejó ahí, recordándole a Alejandro quién manda.
La vista de María comiéndole el coño a Sara y la de Javi follándose a Alejandro me estaban dejando a más no poder, así que aproveché que Javi estaba ocupado para acercarme a él.
No pareció darle importancia hasta que le besé el cuello y deslicé una mano por su espalda hasta su trasero, deteniéndome en su entrada.
—Aarón… —se giró para ver quién era y le planté un beso que no rechazó.
—Tú calla y disfruta—Dije mientras introducía lentamente un dedo dentro de él. —Ese culito es maravilloso, no voy a dejar pasar la ocasión
Y fui acercando lentamente mi polla a su entrada, que entró sin esfuerzo alguno y que como no quería distraerse mucho de su tarea de dominar a Alejandro, empezó a bombear enseguida. Ahora gemíamos los tres sin parar.
Sara se acercó a mí y comenzó a besarme, acto seguido le puse una mano en mi culo, para que lo explorara. Ella sonrió, cogió el consolador con el que se había corrido Alejandro y me lo introdujo sin decir nada, haciéndome gemir aún más fuerte.
—Muchas gracias Sara, pero ¿no preferirías estar con Isabel o con María? —Dije, acercando un par de dedos a su coño.
—No digas tonterías, anda, además, sé que te debe de quedar poco y no hay nada que me ponga más que follar a un hombre, sobre todo si se está follando a otro— Y me dio un beso que hizo que se me derritiera el corazón.
Muy a mi pesar, Sara tenía razón y después de un rato ya tenía ganas de acabar dentro de Javi, así que le indiqué que me iba a correr dentro de él y volví a besarme con Sara. Estaba tan cachondo que aceptó sin problemas y apretó su culo alrededor de mi polla, lo que hizo volverme loco mientras le embestía.
—Qué locura Javi—Dije, entre jadeos. —Ahora entiendo por qué Alejandro quería follarte— Y le di un azote en el culo.
—Eres un cerdo—.
Me giré para observar qué estaba haciendo el resto y pude comprobar que tampoco se aburrían: Carlos se estaba follando a Laura a cuatro patas mientras le comía el coño a María y esta se lo comía a Isabel.
—Esto es el paraíso—comentó Sara, siguiendo mi mirada y sonriendo. María y Laura estaban muy concentradas en lo suyo, pero Isabel nos estaba observando. No pude evitar mirarla, tenía la piel sudorosa y los labios húmedos de la excitación.
—Vamos a ayudarlas —sugirió Sara, dirigiéndose hacia ellos.
Me saqué el consolador y se lo metí a Carlos, que lo agradeció con un gemido mientras Sara se colocaba detrás de Isabel y para acariciar sus tetas. Podríamos haber estado así toda la noche, pero a los pocos minutos los gemidos de Laura nos indicaron que se estaba corriendo, lo que Sara aprovechó para cambiarle el puesto.
Carlos se alegró un montón con el intercambio, se cambió el condón y empezó a follarse a Sara bruscamente, agarrándola de las caderas para introducirle todo el miembro, provocando unos gemidos que hacían que me muriese de envidia mientras Laura fue a ocuparse de Javi y Alejandro.
A los pocos minutos, la cara de Isabel indicaba que se iba a correr, así que me coloqué detrás de ella para besarle el cuello mientras mis manos buscaban sus tetas y su clítoris.
—Aaa, Joder, María—gimió Isabel, mientras se corría con fuerza.
Isabel me agradeció con un beso y se fue junto con Laura a explorar el ano de Javi, pero este puso a Alejandro a cuatro patas y le ordenó que le mamase la polla, cosa que hizo encantada.
—Cabrón, eso es jugar sucio—. Dijo Alejandro, que comenzó a gemir cuando la boca de Isabel empezaba a tocar su polla.
—Lo siento Alejandro— Dijo Isabel— pero tranquilo, que lo voy a hacer muy lento para que no te corras. — Le dio un beso y volvió a su polla, haciéndole suaves caricias con su lengua y sus labios para que Alejandro le ganara a Javi.
Ahora María era la siguiente, me coloqué encima de ella y empecé a chuparle un pecho mientras que con una mano le acariciaba el otro. Tampoco duró mucho más, y entre gritos y jadeos, se fue dejando llevar hasta acabar en la boca de Sara, que seguía lamiendo y chupando sin parar y cuando acabó, se colocó detrás de Carlos para follarlo con el consolador. Me acerqué a Sara, su cuerpo cubierto de sudor y sus ojos brillaban con un resplandor de satisfacción, indicándome lo caliente que estaba. Comencé a acariciar y besar sus pechos mientras Carlos seguía embistiéndola por detrás con fuerza.
Se mordió el labio inferior, en un intento de contener los gemidos y me besó. Pero no duró mucho. El ritmo frenético de Carlos y su miembro golpeando en lo más profundo de ella hicieron que sus piernas se tensaran y su cuerpo temblara con un orgasmo que la dejó sin aliento.
—¡Dios, Carlos! —gritó, aferrándose a mí mientras convulsionaba por las olas interminables de placer.
Carlos todavía no había terminado cuando Sara se apartó, agotada, así que arrastró a María consigo y se colocó delante de Alejandro.
—Sois unos degenerados—Dijo Alejandro, con una media sonrisa.
—Lo siento Alejandro, pero no aguanto más y le hiciste una mamada increíble a Javi, quiero probar esa boca — Acto seguido, Carlos empezó a acercar su polla contra la boca de Alejandro hasta que sus labios rodearon su miembro y comenzó a subir y bajar suavemente hasta que lo devoró por completo.
—Aaaa, es incluso mejor de lo que me imaginé—Dijo Carlos, agarrándole la cabeza a Alejandro y aumentando el ritmo mientras María hacía lo propio con el consolador.
Después de descansar un rato junto a Sara, fui directo a por el cuello de Javi, subiendo hasta llegar a su boca y empezar a explorarla con la mía. Javi, sorprendido al principio, terminó rindiéndose a mi avance y correspondió al beso con igual intensidad.
Sara, por su parte, se unió a Isabel en su mamada, poniéndose a su lado y procediendo a chuparle los huevos y lamerle el tronco a Alejandro. La otra se concentraba en el glande, mientras una mano se iba deslizando por su muslo hasta la entrada de su coño. Isabel gimió y empezó a tragarse esa polla mientras ya comenzaba a calentarse.
Mis manos siguieron explorando el cuerpo de Javi hasta que vi lo que Sara le estaba haciendo a Isabel, así que, le hice lo mismo a ella, con mucho cuidado, ya que se acababa de correr, pero con el mismo resultado.
Pese a todos sus esfuerzos, Carlos le dijo a Alejandro que solo podría aguantar unos segundos más, Alejandro, tan cachondo como estaba, no le importó, se agarró a los muslos de Carlos, que se dejó hacer, le indicó a María que aumentara la velocidad del consolador y empezó a chupar con aún más fuerza y más velocidad que antes, recibiendo toda su corrida en su boca.
Los gritos del orgasmo Carlos llenaron toda la habitación y todos nos giramos para ver cómo se corría en la boca de Alejandro, que iba tragando todo lo que pudo hasta que unas gotas se escaparon de sus labios y fueron a los huevos de Carlos, que fueron comidos en un instante por Isabel, para no dejar escapar nada de su semen.
—¡Joder, Alejandro, eso ha sido… increíble! —Dijo Carlos, desplomándose sobre la cama—Me has dejado reventado.
—Ha sido un placer— Dijo Alejandro, con una sonrisa burlona—Ya solo quedas tú Javi, si te rindes, no seré tan duro contigo en el siguiente reto.
—Ni hablar—Dijo Javi, agarrando a Alejandro y levantándolo contra él y azotándolo— Se te va toda la fuerza por la boca y no vas a durar nada.
—¿A sí? Ya verás, el primero que se corra tiene que ser el esclavo sexual del otro durante una semana.
—Hecho, te vas a arrepentir. Laura, chúpasela como tú sabes, por favor. —Dijo Javi, que empezó a besarle y a chuparle el cuello a Alejandro, con el objetivo de aumentar su excitación.
—Vale, pero si ganas, quiero participar y ser la que mande por un día.
—Trato hecho.
—Hijos de puta, AH— Dijo Alejandro, que no le dio tiempo ni de acabar la frase cuando Laura ya se había colocado delante de él, empezando a recorrer su miembro con su boca, haciendo varias paradas para concentrarse en el glande, succionándolo, antes de engullir esa verga por completo. —Aarón, si me ayudas, te dejo participar.
Por mucho que fuera mi amigo, no podía decir que no a la oferta de Alejandro, pero sus gemidos y quejas indicaban que no iba a aguantar mucho más contra Laura, que era toda una profesional, así que me acerqué a Javi por detrás con el consolador de Carlos y se lo introduje lentamente, con la intención de que el movimiento del consolador contra su próstata lo hiciera correrse antes.
—Aarón para—gimió mientras el consolador avanzaba, se acercó a mí y me dijo— Por favor, necesito ganar, no puedo dejar que Alejandro me folle cuando le salga de los cojones.
Yo me reí, Javi tenía toda la razón, debería haberlo apoyado, pero no iba a dejar que mi trato con Alejandro se echara a perder por nada.
—Vale—Le susurré y me detuve— Pero quiero algo a cambio, algo mucho mejor.
—De acuerdo, seré tu esclavo durante un día. — Dijo, deslizando un dedo por la entrada de mi ano, estuve tentado de aceptar, pero se me ocurrió una idea mejor.
—Durante un mes, pero será de común acuerdo y cuando puedas, cervezas y follar, te encantará. —Le chupé el cuello y avancé un poco el consolador, dejando claro que no iba a aceptar un no por respuesta.
—Dios sí, suena estupendo, me moría de ganas de devolverte la follada. Pero para.
Le saqué el consolador y fui a por Sara, que rápidamente entendió lo que quería hacer. Me pegué contra Alejandro y comencé a chuparle un pezón mientras Sara me seguía el juego, después, subí hasta su cuello y le coloqué una mano en mi culo.
—Fóllame—Le susurré—Quiero volver a sentir esos dedos dentro de mí mientras te corres.
Alejandro no dudó ni un segundo e introdujo dos dedos dentro de mí y de Sara, a la vez, lo que hizo que ambos empezáramos a gemir en su oído, sobre todo cuando me metió el dedo hasta el fondo, que empecé a decirle de todo, aumentando aún más su excitación y haciéndole perder el reto.
—Mierda, no puedo máaaas. — Dijo, mientras descargaba todo su semen contra la boca de Laura, que salía a borbotones, Alejandro se había vaciado por completo en cuestión de segundos, pero su cara indicaba que se estaba muriendo de placer. — Joder, al menos ha merecido la pena.
—Ya lo creo, nunca había tragado tanto semen— Dijo Laura— Me lo voy a pasar muy bien durante la semana.
El resto limpiamos los restos de semen de la boca de Laura y después, estábamos tan cansados que nos fuimos a dormir. María y Carlos se fueron al cuarto de los padres de Javi, Alejandro, Laura e Isabel durmieron en el salón y Sara, Javi y yo nos quedamos solos en su cuarto, la una con un consolador en la mano y el otro con una polla palpitante apuntándome y mirándome con deseo, ya que todavía no se había corrido y estaba deseando hacerlo dentro de mí.
Solo puedo decir que no me dejaron dormir ni en toda la noche, ni en todo el mes.