Celia cree que su sobrino Enrique puede ser un gran hipnotizador. Él vive rodeado de mujeres a las que adora: su madre, su hermana y sus primas. Celia usará todas las armas disponibles para tentarlo y llevarlo a su máximo potencial.
Celia cree que su sobrino Enrique puede ser un gran hipnotizador. Él vive rodeado de mujeres a las que adora: su madre, su hermana y sus primas. Celia usará todas las armas disponibles para tentarlo y llevarlo a su máximo potencial.
Celia cree que su sobrino Enrique puede ser un gran hipnotizador. Él vive rodeado de mujeres a las que adora: su madre, su hermana y sus primas. Celia usará todas las armas disponibles para tentarlo y llevarlo a su máximo potencial.
Cuando Cristina relaja levemente su cuerpo y, jadeante, sigue el móvil con la vista, sus ojos y su boca se abren de par en par. En la pantalla está su hermana, dando una calada al cigarrillo con el cielo de fondo, en la terraza de nuestro dormitorio... "¿Qué hace la guarra de mi hermana?"
Mi capullo resbalaba por la raja de Cris, que latía con una invitación palpable, más llamándome que cediendo a una presión que aún no ejercía. Ella intentaba protegerse, extendiendo la mano para coger mi polla por la base, como si pudiera sostener mi peso entero con ese gesto...
Sus tetas vuelven a estar libres, frente a mí, levemente húmedas de su propia saliva. Su coño mojado aún atrapado entre las piernas cerradas. La miro a la cara mientras me saca la polla y la agarra. Ya sabe lo que quiero, no he tenido que ordenárslo, así que empieza a masturbarme lentamente.
Y siempre he disfrutado mirar a Cris. Obviamente, ella lo sabe. Pero gozo más aún de verla sabiendo que puedo observarla detendamente en vivo y desenvolverla cuando me dé la gana.
Cuando se le escapa un gemido y chupo más fuerte y empiezo a darle lametones largos de nuevo, apretando en el pezón. Le azoto el culo y la miro. Estás gimiendo fácil, putilla. Ha sido buena idea, la de Carmen: “espera a pillarla in fraganti, y ahí le das”...
Le junto las tetas para chupar ambos pezones lo más cerca posible, mientras ella acompasa el movimiento de sus caderas a las mías. Está dejándome su humedad en el pantalón, la siento en el tronco de la polla a través de la tela...
Las tetas de Cristina se aplastan a su vez una contra la otra, ondulando rápidas como flanes, presionadas por su brazo izquierdo. Su mano está dentro de su pantalón, entre sus piernas, y sus nudillos se dibujan en la fina tela, mientras se masturba.
El búnker ya no es seguro para Astrid y Lars y deben idear un plan de escape. Mientras se piensan como enfrentar al peligro más temido, Astrid confiesa una de sus fantasías más perversas.
El miedo a lo que hay afuera rompe todas las barreras, y los hermanos dan rienda suelta a sus más oscuras fantasías y perversiones, sabiendo que probablemente deban quedarse en ese búnker toda la vida.
Pasan los días y los hermanos empiezan acostumbrarse a la nueva rutina. Sin embargo descubren que no están solos en ese paraje desolador. Lo que van a encontrar los hace unirse de una manera que nunca hubieran imaginado
Astrid y Lars continúan encerrados en el búnker. Mientras intentan adaptarse a la nueva rutina empiezan a hacer descubrimientos inquietantes sobre lo que ocurrió en Suecia. Al mismo tiempo, también inician un camino de exploración y aprendizaje muy alejado de una relación fraternal.
La joven Astrid recibe un llamado alarmante. Con desesperación toma a su hermano y llegan a un búnker oculto en el medio de un bosque Sueco. Mientras las bombas atómicas caen sobre el territorio, los dos tienen que aprender a convivir solos en una intimidad inquietante.
Clara lleva a su sobrino a pasar un fin de semana en la playa con la esperanza de mejorar la relación, pero pronto los dos descubrirán que ese viaje los cambiará para siempre.
Me volteé recargándome en la pared y dándote la espalda e instintivamente me incliné solo un poco; lo suficiente para poder levantar y parar mi trasero, pues sabía lo que querías. Sabía que querías darme nuevamente por atrás...
Mientras nos besábamos me acomodé y con mi mano derecha tomé tu miembro aún erecto y lo acomodé en la entrada de mi sexo y lo introduje. Lentamente empecé a bajar mis caderas al tiempo en que tu pedazo de carne se iba internando en mi interior...
Tras la muerte de su hermana, Clara recibe a Leo en su casa. Juntos deberán esforzarse para adaptarse a una nueva rutina, mientras descubren que una tensión erótica subyace detrás del dolor por la pérdida.
Me sumerjo en un laberinto de culpa y deseo al descubrir cómo Arturo mi hermano somete a nuestra madre a actos cada vez más degradantes, desde mamadas forzadas hasta el uso de un dildo, la línea entre lo correcto y el placer se difumina.
Todo empezó cuando acompañé a mi mamá a una reunión en la escuela de Arturo. El profesor y el director nos dijeron que mi hermano tenía problemas serios, que era agresivo y no se llevaba bien con los demás. Mi mamá, siempre tan dedicada, decidió hacer lo que fuera necesario para ayudarlo, incluso si
Para un joven solitario, perdido en la violencia de un colegio de los '80, la música es el único escape posible. Su enigmática profesora le enseñará a tocar, pero la partitura más peligrosa y transformadora será la que compongan juntos.
Cerré los ojos y lo besé. Correspondió mi beso apasionadamente, el cual, pausó por unos instantes y en un movimiento, dejó caer su peso y atravesó mi ser y se hundió hasta lo más profundo, llevándose consigo el velo virginal que hasta ese momento fue el guardián de mi inmaculada inocencia.
Una masajista erótica es impulsada por una peligrosa curiosidad. Decidida a impartirle una perversa lección a su hijo, lo lleva a la intimidad de su consultorio donde sucederá algo que cambiará a ambos para siempre borrando todas las fronteras entre ellos.
Lentamente empezó a subir sus manos, de mis muslos pasaron a mi cintura… lentamente recorría mi cuerpo y mi corazón empezaba a exaltarse. Siguió subiendo hasta que llegó a mis pechos... Cuarta parte de mi historia real acerca de mi despertar sexual. Cada vez más cerca a mi primera relación sexual.