Me masturbaba a menudo pero no era suficiente, necesitaba un hombre, sentirme deseada y querida. Como dije estaba bien físicamente así que notaba las miradas de compañeros y hombres por la calle, aunque yo soy recatada en el vestir.
Un poco perdido, pero sin dudarlo, fue al cuarto, yo estaba sentada en el borde de la cama, con mis piernas desnudas, y mi sujetador a punto de estallar, mis pezones estaban muy excitados y me los acariciaba con una mano, mientras mi lengua asomaba y se relamía de gusto de lo que me iba a comer.
Jose Luis me siguió buscando y continuamos así como dos años, después lo deje porque me di cuenta que mi marido no se lo merecía que lo amaba a el, tengo un marido súper especial, el me ama, hace por mi todo por que yo este feliz
No puede aguantar más de 10 minutos empujando una y otra vez, y tuve una corrida tan abundante, ya que hacía algunos días que no me masturbaba, que el sofá negro de cuero resplandecía y brillaba con el espeso y límpido material acuoso, mezclado con el líquido que expulsaba Caro.