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Hermanitas y educación sádica del ano III

Conecté la corriente programando el transformador de tal forma que descargará alternativamente en una o en otra cerda. Una recibía la descarga y sentía el dolor de ésta, se revolvía y eso tironeaba de los pezones y de los labios de la otra y ese movimiento volvía a castigar a la primera y pocos segundos después la descarga se invertía y el juego se repetía en el otro sentido.

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Le levanté las piernas, las apoyé en mis hombros y dirigí mi glande a su ano, que había untado con saliva, la penetré despacio, muy despacio, hasta metérsela entera y luego empecé a bombear cada vez con más fuerza mientras le mordía los pezones, no rechisto, solo pedía :"Follame más, no pares, ábreme el culo, no te corras todavía"