Querida Jessy

Mi hermana Claudia acaba de cumplir 38 años y parece de 28 es increíble como se cuidado tan bien, pero además creo que hay una componente genética porque tiene un cuerpazo como no te imaginas, unas caderas que miden más de 100 cm. más; tiene un culazo (creo que como el tuyo o más grande) es decir un señor poto.

Bueno, todo eso está bien pero la vez pasada me enteré de una historia increíble.

Ya me estoy convenciendo que esto del incesto lo tenemos de familia.

Resulta que el año pasado su hijo, Christian su único hijo, quien tenía 17 años empezó con molestias de salud.

Mi sobrino siempre ha sido un muchacho muy saludable, le gusta el deporte, practica gimnasia todo el tiempo y en el colegio siempre estuvo entre los primeros alumnos en cuanto a buenas notas Claudia notó que su hijo solito, lavaba muy a menudo sus sábanas, cosa que él nunca hacía antes.

Un día que el chico tenía que ir muy temprano a un examen de la Pre, se quedó dormido y al levantarse escondió sus sábanas y se fue volando a la calle.

Mi hermana decidió de una vez por todas averiguar que estaba pasando y fue a buscar las sábanas, cuando las encontró se dio cuenta que la mitad estaban empapadas de un líquido lechoso que ella identificó inmediatamente con semen; claro el muchacho estaba en toda la edad, pero le sorprendió la cantidad y lo espesa de la «leche» de su hijo.

A decir verdad cuando ella la tocó y vio que se estiraba como chicle y olía muy fuerte, pero lejos de desagradarla la empezó a excitar. Sintió su concha mojarse inmediatamente.

Ella hacía tiempo que se sentía atraída por ese apuesto muchacho quién inclusive había salido mejor que el padre (salió a su tío Pedro).

Por eso el hecho de la excitación no le preocupó ni sintió complejos de culpabilidad ni nada parecido, lo único que hizo fue secarse con papel higiénico su empapada chucha y se fue a lavar las manchadas sábanas.

Cuando regresó su hijo lo confrontó, él al principió no quiso hablar del tema pero después le confeso a su madre que si, efectivamente hacía tiempo que eyaculaba en las noches y que era un fastidio porque tenía que cambiarse a cada rato de ropa.

Ella le preguntó si lo había conversado con su padre pero le contestó que no.

Lo que pasa es que mi cuñado, su padre enda en la calle todo el tiempo, con el bendito trabajo.

Así que ella le dijo que pronto irían donde el médico para saber porque estaba eyaculando tanto.

Felizmente Christian accedió de buena gana.

El día que fueron a la clínica sólo entró a la consulta su hijo y su madre se quedó afuera, ella se moría de ganas por entrar y ver a su hijo como lo examinaban además hace años que no ha vuelto a verlo desnudo.

Cuando terminó la consulta el médico llamó a Claudia y le habló en privado.

Le explicó que su hijo estaba bien y la cantidad de semen que eyaculaba estaba bien teniendo en cuenta el tamaño de su pene.

Su madre no entendió bien y le pidió explicaciones.

El médico le dijo que realmente el muchacho era especial porque según él, con tanta experiencia en la medicina nunca había visto un pene tan grande y grueso.

Bueno debe usted sentirse orgullosa.

Claudia se quedó pensando y luego le pregunto como hacía para que no eyacule tanto en las noches, el médico respondió algo que no le gustó nadita a mi hermana, «que ya tenga sexo con sus enamoradas, eso le hará bien» Claudia sintió celos sin querer.

Ella pensó, este médico está loco yo no lo voy a empujar para que tenga relaciones con chicas, será para que le de alguna enfermedad venérea o de repente tenga hijos no deseados, NO, NO.

Y de verdad Christian en ese tiempo no tenía enamorada y nunca había tenido tampoco.

¿Que crees que hizo Claudia? pues lo mismo que hiciste tú mi querida Jessy, pues apenas llegaron a su casa habló con su hijo y le engañó diciendo que tenía una enfermedad un poco rara y que si se le ocurría tener sexo con alguna chica la podría contagiar y la chica en represalia podía denunciarlo y mandarlo a la cárcel.

Así que, ni se te ocurra tener sexo con nadie.

Su hijo sonrió y respondió, pero mamá con quién voy a estar si ni siquiera tengo enamorada.

Claudia le explicó que la única persona que lo podía ayudar era ella o su padre por tener los mismos genes (que tal idea, no?) pero que su padre por ser hombre no lo podría ayudar porque era una tarea para una mujer.

Christian le pidió explicaciones porque no entendía nada.

Mi hermana, le dijo que necesitaba todas las noches evacuar una buena cantidad de semen para que así en la madrugada no eyacule estando dormido.

El chico le contestó que él hacía eso casi todas las noches pero no funcionaba.

Su madre le dijo: No, Tiene que ser todas noches y tienes que eyacular bastante para que se vacíen un poco tus testículos, además se ve que no te sabes masturbar bien, no te preocupes yo te voy a enseñar. ¿TU? ¿Tú me vas a enseñar a masturbarme?…

Si porque yo soy tú madre y te he parido, te conozco mejor que nadie y no tiene nada de malo que te ayude con algo tan simple y que además te va a ayudar a sanarte.

El muchacho se quedó pensando pero igual se fue a hacer sus cosas. en la noche a la hora de dormir (para buena suerte de Claudia, mi cuñado tenía horario nocturno en la compañía) ella se aprovecho de la inocencia de Christian y le pidió que viniera a su cama para empezar el tratamiento.

No te imaginas la cara de sorpresa y terror que puso Claudia cuando vio la vergaza de hijo.

Es que en realidad era monstruosa, es demasiado gruesa para ser normal.

Al principio mi hermana se asustó y le preguntó pero hijo ¿qué te ha pasado porque tu pene esta así tan hinchado? Mi sobrino respondió que así es su pene y que cuando está erecto se pone más grande y más grueso.

¿Más? pero Christian lo veo y no lo puedo creer tienes un súper pene, entonces por eso eyaculas tanto esperma.

Uhmmmm, Claudia se quedó pensando mientras se mordía sus labios en una acción automática de excitación. Tuvo que disimular porque Christian se dio cuenta.

Hizo que se quitara el pijama y lo sentó en un sillón que ella tiene en su dormitorio, luego se arrodillo entre sus piernas y empezó a masajear tremenda verga, al poco rato tenía que usar las dos manos para rodear todo el tronco, se hinchó tanto que las venas perecían que iban a reventar, su pinga palpitaba como no te imaginas el líquido lubricante que salía a montones, su madre lo usaba como crema para embadurnar toda la pinga y seguirlo pajeando. a los pocos minutos Claudia sintió que el pene estaba a punto de explotar porque se puso morado por la presión de la leche y la ahorcada que le daba su madre.

De pronto un chisguetazo le cayó por la nariz y la boca y los siguientes le cayeron en los ojos así que tuvo que torcer un poco la vergaza de su hijo para que el resto de leche cayera en la alfombra.

Fueron litros, su hijo se quedó extenuado con los ojos cerrados y con una sonrisa de placer en los labios.

Claudia, por supuesto, todo esto la había puesto como loca era una yegua en celo, y al levantarse se dió cuenta que sus medias estaban totalmente empapadas, era su propio líquido lubricante que al estar arrodillada prácticamente se había sentado sobre sus pies y había estado goteando y chorreando su concha.

En su mente pensó, «me tengo que meter esta verga, o muero en el intento» «Que incesto, ni actos prohibidos, ni que estupideces, si Dios le dio tremenda pinga a mi hijo, porque yo no voy a poder disfrutarla, ni loca, ni idiota»

Acto seguido le dijo a su hijo, que ya había botado regular semen pero que faltaba mucho, sino iba a mojar sus sábanas nuevamente, creo, le dijo, que necesita más que una masturbación,

«Espera, tengo una idea si mis manos no han podido sacar más semen te voy a prestar mi vagina, y con ella tu pinga se va a sentir tan bien, que eyaculará, todo lo que falta»

Christian, le dijo «¿pero mamá tú crees que eso está bien?»

Pero hijo sino lo hago yo ¿quien más lo va a hacer?

Agradece que más bien te estoy ayudando, otra mamá se fijaría más en tontos principios morales y no le importaría tu malestar.

El muchacho se dejó hacer y la madre contenta se terminó de sacar el camisón de dormir que llevaba puesto y después de masajear un poquito la vergaza de su hijo, la beso la chupó y la puso tan dura que al hijo ya le estaba doliendo, su madre le dijo:

«Christian por favor tú concéntrate y piensa en otra cosa, que yo sé lo que hago» Claudia a estas alturas estaba como loca, ya no escuchaba razones y se paro y se sentó a horcajadas encima de su hijo, cuando sintió en sus labios menores el glande caliente de la pinga de Christian su concha segregó abundante líquido que cayó y terminó de lubricar el tronco de semejante vergaza, ella empezó a introducírsela y cada centímetro que penetraba creía sentir un orgasmo, el chico se quejó de que la vagina de madre estaba muy estrecha y que le estaba apretando demasiado, ella por su puesto no le hizo caso y siguió introduciéndola hasta que sintió que había llegado al fondo de su vagina ya estaba rozando el cuello uterino, aquí sintió una descarga eléctrica y se vino en un descomunal orgasmo, siguió cabalgando encima de hijo, y a pesar de que la verga sólo le había entrado hasta la mitad, esta visión más lo que sentía la hacía terminar y terminar, en orgasmo tras orgasmo.

En uno de los orgasmos de su madre Christian sintió las contracciones de la concha de su madre y no pudo aguantar más y se vino él en una súper eyaculación que Claudia sintió que se le estaba introduciendo hasta en el mismo útero, ella se vino en tres seguidos fue lo último, porque acto seguido los dos quedaron casi muertos de la fatiga y el agotamiento, pero con una sonrisa de placer infinito en sus labios.

Parece que la sesión y la terapia les gustó tanto a los dos que han continuado haciéndolo casi todos los días, el primer mes lo hacían todos los días pero después Claudia ha tenido que parar porque su pobre concha ya no daba más y se le estaba irritando.

Lo bueno de todo esto es que tanto Claudia como su hijo Christian gozan del sexo y de su propio placer sin prejuicios y sin ningún tabú. ¡Bien por ellos!