Puri y Nuria eran primas. Habían sido muy amigas de niñas, pero se habían separado cuando los padres de Nuria se fueran a trabajar a Irlanda, por eso cuando Puri volvió a ver a Nuria en la puerta de su casa no la reconoció, pero Puri la reconoció a ella. Le dio un abrazo y dos besos y le dijo:

-¡Hasta en bata de casa y con el cabello revuelto eres la más bonita del pueblo!

Puri, que era morena, de estatura mediana, con todo más que bien puesto, cuando se separó de ella y vio a aquella rubia de ojos azules, con piernas interminables embutidas en unos jeans y con cuerpo de infarto, pensó que la había confundido con otra.

-¿Nos conocemos?

Nuria, sin dejar de sonreír, le respondió:

-Yo creo que sí, prima, vengo a darte una visita.

Puri solo tenía un primo y una prima, Adán y su hermana Nuria, y aquel pibón no era Adán.

-¡¿Nuria?!

-La misma que viste y calza.

Le devolvió el abrazo, la sonrisa y los dos besos.

-¿Con qué milagro te cambiaron el color de los ojos y del cabello?

-Con lentillas y con tinte.

-Pues te ves de maravilla. ¿Cuándo has regresado?

-Ayer por la tarde, casi de noche. Oye, si tienes compañía masculina, me voy.

-¿Lo dices por qué estoy despeinada?

-Lo digo porque estás despeinada, por esa bata tan corta que llevas, y porque los abuelos me han dicho que por las tardes estás sola en casa.

-Pues no, no tengo compañía, estoy sola, lo que pasa es que estaba tomando la siesta.

Se hizo a un lado para que Nuria entrara en la casa, luego caminando hacia la cocina, siguió hablando.

-¿Has venido con tus padres y con tu hermano?

-No, he venido sola.

-Has crecido una barbaridad, casi me quitas una cabeza, y eso que yo llevo tacones más altos que los tuyos.

-La comida irlandesa, supongo.

Al rato Puri había hecho café.

-… Mis padres aún tardan en volver de trabajar.

-¿Y tu hermano no está trabajando?

-No, ayer lo echaron del trabajo… ¿Tienes prisa?

-Ninguna. Le dije a los abuelos que llegaría tarde.

Puri se agachó para coger una cucharilla que le había caído al piso y Nuria le vio el coño.

-En ese caso nos podemos contar miles de cosas.

-Sí, podemos.

Puri vio que Nuria, antes de sentarse a la mesa, había juntado las piernas y había tapado su entrepierna con las dos manos, se acercó a ella y le preguntó:

-¿Qué escondes ahí?

-Nada.

-Algo escondes. Ponte en pie.

Nuria se había puesto colorada. Se levantó con las manos en la entrepierna.

-Es que… Mejor me voy.

Nuria quiso marcharse. Puri se puso delante de ella.

-Tú no te vas a ninguna parte. ¿Eres una cleptómana?

-No.

Le quitó las manos de la entrepierna y vio un bulto.

-Juraría que puse solo dos pocillos en la mesa.

Nuria volvió a tapar el bulto con las dos manos.

-No es un pocillo, prima, es que…

Puri ya se estaba poniendo nerviosa.

-¡¿Qué?!

-Que tengo un secreto que solo saben mi madre, mi padre y mi hermano.

-No me vengas con cuentos irlandeses.

-No es un cuento.

-¿Qué es eso que llevas debajo del pantalón?

-No te lo puedo decir, ya te he dicho que es un secreto.

Le echó la mano al bulto y sacó conclusiones.

-Llevas puesto un arnés con polla. Una amiga mía tiene un arnés con un pene y no se pone recto solo, lo has puesto tú para provocarme. ¿Me equivoco?

-Sí, te equivocas.

Puri no la creía.

-Sabías que estaba sola.

-¿Y qué?

-Que venías a verme, preparada para follar.

-No es un arnés con pene lo que llevo puesto.

-¿Si no es un arnés con polla, quéEes?

-¿Te acuerdas de que nunca hacía pis contigo?

-Sí, me acuerdo.

-Pues era porque soy diferente.

Puri se lo tomó con calma.

-No creo que fueras lesbiana de niña.

-Yo creo que sí lo sabes, un arnés con polla solo se compra para una cosa, para follar a otra mujer.

-Estás patinando.

Puri se puso en la punta de los pies y le dio un pico.

-¡¿Qué haces?!

-¿Averiguar si estoy patinando?

-¿Eres lesbiana, prima?

Le dio otro pico.

-Depende del momento, cuando estoy con mi novio, no. ¿Follamos?

Nuria no le iba a decir que no.

-¿Y si llega tus padres?

Puri pensó que la había pillado.

-¿Ves como no estaba patinando? Venías a ver si pillabas, y vas a pillar.

-No he venido a seducirte.

Le dio la razón para contentarla.

-Vale, no venías a seducirme, pero lo has hecho. ¿Follamos?

-No me has respondido a lo que te he preguntado.

-¿Qué me habías preguntado?

-¿Y si llegan tus padres?

-Ya te he dicho que tardarán en regresar del trabajo.

Le dio otro pico. Nuria bajó la cabeza y le facilitó la labor.

-Tienes los labios más suaves con los que me he topado.

Le metió la lengua en la boca y se comenzaron a besar de veras. Nuria, visiblemente nerviosa, le dijo:

-Se va a enfriar el café.

-Mejor eso a que te me enfríes tú.

Puri se abrió la bata. Estaba desnuda, un coño peludo, y unas tetas medianas y redondas, con areolas color carne y finos pezones, quedaron al descubierto.

Le cogió la mano y se lo llevó al coño, Nuria lo encontró mojado.

-¿Te estabas masturbando?

Puri le lamió los jugos de los dedos.

-No me hagas mentir. Coge mis tetas, magréalas y cómelas.

Nuria agarró las tetas por debajo, y mirando para ellas, se las magreó y se las mamó con maestría. Puri volvió a sacar conclusiones.

-Tú has comido más tetas que yo.

-Son las primeras, pero he visto algo de porno.

Siguió devorándole las tetas hasta que Puri le dijo:

-Ahora quiero saber si la polla de tu arnés es más gruesa que la de mi arnés.

-¿No decías que el arnés era de tu amiga?

-No te iba a decir que era mío. Quiero verla.

-Te vas a llevar una sorpresa.

-No creo.

Se puso en cuclillas, le bajó los pantalones y las bragas al mismo tiempo. Una polla de carne y hueso, descapullada, salió disparada hacia arriba. Vio sus huevos y le dijo:

-¡Coooooñoooo! Tienes polla y huevos.

-Ese era mi secreto.

Empuñó la polla, una polla normalita, de unos trece centímetros y tirando a delgada, y luego de echar la piel que le cubría la cabeza, se la lamió y se la chupó.

-Tienes una polla deliciosa.

Empujó la polla contra el cuerpo de su prima y luego le chupó los huevos. Después subió lamiendo la polla. Al llegar arriba chupó el glande de nuevo y Nuria se corrió en su boca. Puri se tragó la leche, después se puso en pie, la besó con lengua y a continuación, le preguntó:

-¿Ha sido tu primera mamada?

-Sí, es mi primera vez con una mujer.

-¡¿Aún no la has metido en ningún coño?

-Ya te he dicho que ha sido mi primera vez con una mujer.

-¿Lo has hecho con un hombre?

-No.

-Pues tienes que probar polla y coño para saber qué es lo que más te gusta. Para empezar, vas a probar mi coño.

La cogió de la mano y la llevó a su habitación. La cama estaba sin deshacer, o sea, que allí no había estado tomando a siesta. Nuria le preguntó:

-Con lo caliente que estabas… ¿Dónde te estabas masturbando? Aquí no fue porque la cama no está deshecha.

-No me estaba masturbando, tomaba la siesta en la habitación de mi hermano.

-A las seis de la tarde?

-Sí, a las seis de la tarde.

-Si tú lo dices…

-Sí, lo digo, y deja de hacer preguntas.

La desnudó al lado de la cama.

Tenía las tetas medianas, con areolas oscuras y pequeños pezones, luego tiró la bata al piso, se echó boca arriba sobre la cama y le dijo:

-Arrodíllate entre mis piernas.

Nuria se arrodilló entre las piernas de su prima. Puri flexionó las rodillas, se abrió de piernas, abrió el coño con dos dedos de su mano izquierda, y con el dedo medio de la mano derecha, señalado y tocando le iba a dar una lección de coño-anatomía, vale que esa palabra no existe, pero creo que la entendéis.

-Este es el clítoris, estos los labios vaginales, esta es la vagina, y el ojete ya lo conoces. Los labios se lamen y se chupan, el clítoris se lamen y se chupa y la vagina y el ojete se follan con la lengua y con los dedos.

Dejó que acabara de hablar y luego le dijo:

-No hacían falta las explicaciones, ya te he dicho que he visto algo de porno.

Nuria le preguntó:

-¿Por dónde te gusta que te empiecen a comer?

-Por donde quieras.

Puri quitó los dedos del coño y Nuria comenzó lamiendo los labios del coño y metiendo y sacando la lengua de la vagina.

-¿Te gusta así, prima?

-Sí.

Siguió trabajándole el coño, Puri, con los ojos cerrados, le dijo:

-Joder, comes el coño de maravilla, tú has comido más coños que yo.

No le dijo que no. Le levantó el culo con las dos manos y turnó las folladas del coño y del ojete con su lengua juguetona. Puri comenzó a gemir con ganas. Nuria vio que era hora de atacar el clítoris, se lo lamió, se lo chupó, y Puri comenzó a correrse como una pendeja.

-¡¡Me corro, me corro, me corro!

Nuria, sintiendo los gemidos de placer de su prima, y viendo cómo se convulsionaba, se puso tan perra que, al dejar de convulsionarse, le enterró la polla en el coño. Mientras se la enterraba se corrió dentro de ella. Puri abrió los ojos.

-¡Me vas a dejar preñada!

Nuria, corriéndose en el fondo del coño, no oía nada.

-¡Quítala!

Nuria no solo no la quitó, sino que, al acabar de correrse, le dio con saña y en nada se volvió a correr. Puri ya no dijo nada cuando le volvió a dar a mazo, porque empezó a correrse ella. Nuria, al sentir como se convulsionaba, la besó y se corrieron juntas.

Al acabar de correrse le dijo Puri a Nuria.

-Si eres fértil puede que me hayas dejado preñada.

-No soy fértil, mis espermatozoides son muy débiles. ¿Seguimos?

-Antes dime una cosa. ¿Eran las primeras tetas y el primer coño que comías?

-¿Tú qué crees?

-Que no, y que ya te la habían mamado antes y que me has mentido todo el tiempo. ¿Me equivoco?

-No, no te equivocas. ¿Seguimos?

-Sí estás dispuesta a llevar una sorpresa…

-Me gustan las sorpresas.

-¿Aunque sean fuertes?

-¿Quieres que te la meta en el culo?

-Me encantaría que me la metieras en el culo, pero la sorpresa es otra.

-Sea la que sea, quiero que me la des.

-Cierra los ojos.

Cerró los ojos, y los que estaban escuchando en la habitación de al lado entraron en la que estaba ellos. Descalzos y desnudos fueron al lado de la cama. Él era Aurelio, el hermano de Puri, era muy guapo, alto rubio, con buen cuerpo y tenía una polla algo más delgada y algo más pequeña que la de Nuria. Ella se llamaba Diana, era rubia, preciosa, tenía el coño peludo y sus tetas eran grandes y tenían las areolas marrones y ricos pezones.

Era una amiga de Puri con derecho a roce. Aurelio, sonriendo, le dijo él:

-Hola, prima.

Nuria abrió los ojos, vio a su primo y a la joven. Se sentó en la cama, se tapó con la almohada y le dijo a Puri:

-Si me hubieras dicho que la sorpresa era esta, me hubiese ido.

-Si te lo hubiera dicho ya no sería una sorpresa.

Diana se sentó a su lado, y le dijo:

-Mi fantasía más recurrente cuando me masturbo es que se corren dentro de mí.

Aurelio, de pie, y con la polla morcillona, le dijo:

-La mía es hacer una mamada y tragarme la leche.

Puri le dio un pico y le dijo:

-Estás muy solicitada. ¿Tendrás leche para tres?

Nuria no le respondió a la pregunta, pero ató cabos.

-¡¿Cuándo llamé a la puerta estabas follando con tu hermano y con esa chica?!

Puri tiró de ironía.

-No, estaba haciendo calceta.

-¡Qué fuerte!

A Aurelio se le acabó la paciencia.

-Lo fuerte viene ahora.

Le quitó la almohada de encima, la echó hacia atrás, la agarró por las muñecas, la quiso besar con lengua y Nuria le hizo la cobra. Puri le agarró la teta izquierda, la apretó y se la mamó. Diana le hizo lo mismo con la teta derecha. Aurelio, viendo que no quería que la besara, le soltó las muñecas. Nuria siguió en la misma posición. Aurelio fue a por su polla, la empuñó, la meneó y meneándola, se la mamó. La polla se le puso dura como una roca. En muy poco tiempo, Nuria, se puso como una moto y se lanzó al vacío.

-Besarme.

La besó Puri, la besó Diana, se besaron entre ellas, le metieron las dos la lengua en la boca… Aquello era pura lujuria, lujuria que fue en aumento cuando Nuria se corrió en la boca de su primo y este se tragó la leche.

No se sabía si estaban más perras Puri y Diana o si estaba más perro Aurelio. Puri le puso el coño en la boca a Nuria y Diana le comió las tetas a Nuria mientras esta se frotaba el coño contra la lengua de Nuria. Aurelio le levantó las nalgas y le metió la cabeza de la polla dentro del culo. La polla de Nuria, que estaba doblada, se puso tiesa al momento, y tiesa siguió mientras le folló el culo.

Al rato, Aurelio se corrió dentro del culo de su prima y Nuria se corrió en su boca.

Al quitarle la polla del culo, uno, y el coño de la boca, la otra, Diana montó a Nuria. La folló despacito, a medio gas y al final, a toda hostia. Pasado un tiempo, con el culo y las tetas volando, sintió como el coño se le iba llenando de leche. Los ojos se le cerraron, comenzó a sacudirse y le bañó la polla con una tremenda corrida.

No les dio tiempo a más, ese día, y no le dio tiempo a más porque los padres de Puri y de Aurelio podían llegar en cualquier momento.

Los espermatozoides de Nuria funcionaban. Cuando supieron que estaban preñadas Nuria ya había vuelto a Irlanda.

Quique.