Su tez blanca y repleta de pequeñas pecas, el parecido con la belleza escultural de su madre, sus pechos firmes y pequeños, y su poca experiencia en cuestiones de sexo la convertían en el objetivo de muchos de los chicos del instituto.
Para cuando lo que voy a contar ocurrió yo ya había dejado de plantearme si mi madre sufriría o no, ya que ni mi hermano ni mi padre parecían estar muy afectados por el tema.
No soy ninguna enferma y gozo de mi sexualidad; así que si eres una persona mojigata, síguete de largo y no leas esto; pero si te encanta el sexo, mi historia te va hacer vibrar.
Me llamo Juan y soy un padre de familia de 45 años. Mantengo una relación con mi mujer de lo más satisfactoria, pese al tiempo transcurrido en nuestro matrimonio.
Todo comienza porque tengo una hermana menor la cual tiene 20 años pero muchos dice que se ve más grande por lo que llegan a pensar que es mayor que yo, además de que físicamente así lo demuestra.
Tengo 28 años y estoy casado desde hace siete años con una mujer excelente, no me puedo quejar, pero el asunto es que su hermanita de 18 añitos me tiene loco.
Cuando me aproximaba a la casa vi las luces encendidas y pensé que mis suegros había llegado de vacaciones por lo que solo pasaría a saludarles, al llegar note que el carro que se encontraba era el de mi cuñada una chica rubia bronceada de 20 años delgada pero con senos grandes y firmes y un culito paradito y respingón.
Cierto día a decir verdad en mi cumpleaños 17 mi mama me organizo una fiesta en mi casa, para esto yo ya tenia bastantes amigos y amigas lo que antes nada de nada, en fin, en esas fiesta también había familiares tíos, tías, primos, etc.
Luego de mucho discutir con ella sobre la publicación de mi segundo relato, y tomando en cuenta la gran cantidad de correos que recibí, me he decidido a contarles lo que ocurrió en mi segundo encuentro con mi tía.
Primero fue un shock para mi, pero luego viendo como ella comenzaba a meter sus manos dentro de su pollera eso me volvió mas loco que nunca y comencé a moverme mas rápido dentro de mi hermana.
Por la noche, no podía dormir, pensaba en lo que habíamos hecho, mis pensamientos viajaban de que era algo malo y pecaminoso, hasta el temor de ser descubiertos, y al mismo tiempo imaginaba como volver a hacerlo sin que nadie se enterase, nuevamente llore por lo bajo, eso era algo que no debería repetirse.
La historia comienza cuando estudiaba secundaria siempre fui muy asediada por los chicos pero la verdad es que a mí no me llamaban la atención para nada eran muy tontos, siempre estaba sola en todo momento ni siquiera con las chicas me gustaba estar solo me ponía a leer cualquier cosa mi rutina diaria era de la escuela ala casa y así diario era mi vida muy aburrida.
A la mañana siguiente me desperté con el sol dándome en la cara, nunca había dormido mejor. Me giré y vi a mi madre al lado de la ventana dándome la espalda, el sol bañaba su cuerpo desnudo dándole un tono cobrizo.
Sus pechos se notan a distancia, son bastante generosos y siempre los noto muy firmes y bien posicionados, muy deseables con sus pezones bien definidos, que cuando hace frío deja ver unas puntas muy sexy de verdad.
Quiero aclarar que ya había visto en revistas y películas a una mujer pero nunca en vivo y en directo. Mi corazón latía a 1000 por horas y estaba super excitado cuando bajo la parte de delante de la tanguita me llevo la sorpresa de mi vida.
Quedó la cosa en que después de una maravillosa noche de amor, embriagados de placer nos quedamos dormidos los dos, ya comenté que para ambos, la cosa no resultó ni mucho menos fácil es decir, yo la invite a mi casa, y verla a diario hizo que volvieran a mi aquellas fantasías
Todo empezó cuando yo estaba en 3° de secundaria y me encontraba ,en ese entonces con mi mejor amigo Carlos, a lo largo del año fuimos conociendo dos chicas no muy lindas pero eran realmente buenas.
Tras la experiencia relatada en otro capítulo anterior dedicado a mi especial familia, por fin se presenta la ocasión de experimentar con mi hermana, las mismas o parecidas sensaciones que ya había tenido con mi madre, como relataba en la historia aludida.
Todo comenzó hace tres años, les diré que tengo 33 años y la señora tiene 47 años, ella es una mujer que esta buenísima, es bajita y blanca, tiene unas tetas grandes y un culo enorme, además de que su cintura en estrecha, en fin la señora tiene lo suyo, creo que si la vieran por lo menos se imaginarían muchas cosas con ella, pues es muy sensual.
Los siguientes días fueron un tormento para Teresa, se sentía inquieta, nerviosa, más cuando su mirada se cruzaba con la de Beto, entonces su nerviosismo contagiaba su cuerpo.
Mi madre es una mujer guapa a sus 40 años, es menuda (1´55m y 45kg más o menos) y tiene el pelo negro y corto. Sus ojos son negros y profundos, la nariz pequeña y los labios carnosos y sensuales.
Destapé el hueco que comunicaba a la habitación de mi mamá y sorpresa!!! estaban las dos desnudas- que par de cuerpos tan deliciosos, no pensé que mi madre estuviera así de bien, parecían hermanas (mi madre se casó muy joven y embarazada de ella). Estaban probándose la lencería mas erótica que hayan visto mis ojos.
El día empezó temprano, pues mis cuñados y esposa se irían de paseo a la isla de Ixtapa, volverían casi con la puesta del sol, nos quedaríamos mi suegra y yo, mis planes eran de pasar el día en una tumbona, bebiendo lo que los meseros me ofrecieran y comer del bufet del hotel.
Yo había agarrado la costumbre de masturbarme en las noches también, en una ocasión que no recuerdo porque mi hermano no estaba, mi mamá paso al cuarto como de costumbre para ver si estaba dormido, yo tuve que dejar de hacer lo que estaba haciendo, por temor a que ella me viera así, ella se sentó a los pies de mi cama y esta vez hizo algo totalmente diferente, ella me empezó a acariciar las piernas y los pies y a decirme palabras cariñosas, como es de suponerse, yo fingía que estaba dormido,