Mi Sobrino VII

Después de lo ocurrido en el lavabo nos quedamos todos mirándonos, sobre todo mi mujer y yo pues Rosa estaba claro que pensaba que durante esos días se había perdido algo. Decidimos irnos a la cama pero para mi sorpresa Rosa dijo:

– A la cama si, pero yo me voy con Ana. – Coño, me quede parado, y dije: – Vale, vale vamos Javi le dije. Nos metimos en la cama y Javi me comentó: -¿Tío crees que estas dos volverán liarse? -No te quepa la menor duda- respondí yo.

Desnudos, sudorosos y agotados nos pusimos a dormir, estaba yo durmiendo cuando noté en mi culo algo que lo apretaba, me desperté y mi sobrino que dormía se había puesto con su pene detrás de mí, retiré el edredón y de nuevo vi el cuerpo de Javi ante mí con su verga fláccida pero con su tamaño especial.

Otra vez me estaba pasando, a pesar del cansancio y del empacho de sexo la visión de aquel cuerpo atlético me estaba poniendo en marcha de nuevo, entonces empecé a hacer lo no hubiera pensado nunca, empecé a besar el torso firme de Javi lamiendo poco a poco, mordisqueando sus tetillas, él seguía durmiendo pero mis caricias hacían que se moviese, fui bajando y subiendo desde las ingles hasta el cuello, su cuerpo era perfecto, duro y suave.

Bajé por las piernas y el inconscientemente las abrió, delate mío quedó su polla que poco a poco iba creciendo, estaba recostada hacia un lado, yo empecé a pasar la punta de mi lengua por su glande y siguiendo por todo su pene, lamiendo asimismo los testículos, la polla de Javi se ponía dura, la tomé con mis manos y ya decididamente empecé a chupar, esta vez a diferencia de las anteriores lo hacía disfrutando de cada instante y de cada centímetro, sin prisas, tragándome todo aquel cipote en toda su extensión, tocando con su glande mi garganta.

Era fantástico, Javi durmiendo y su polla tiesa como un palo empapada de mi saliva, seguí chupando lentamente de arriba abajo mientras rozaba mi pene con la sábana, cada vez sentía más gusto y mis roces y mamadas tenían más fuerza pero siempre lentamente, ensimismado y disfrutando del momento casi no me di cuenta de que los huevos de Javi se ponían duros y sus piernas aún dormido se tensaban y sin más aquel glande bañado en saliva dentro de mi boca empezó a chorrear leche como de costumbre en grandes cantidades, en mi garganta, pero esta vez la fui tragando y saboreando lentamente, succionando y exprimiendo despacio hasta sacar la ultima gota, al tiempo que yo me corría sobre la sabana, Después de limpiar como pude todo me puse a dormir sin que Javi se despertase.

A la mañana siguiente noté aún medio dormido cómo alguien me estaba comiendo la polla seguí con los ojos cerrados pues pensaba que era mi sobrino que al igual que hiciera yo unas horas antes estaba disfrutando en solitario de mi polla, pero no, en ese momento noté que era otra boca y abrí los ojos, la que estaba amorrada era mi mujer y mi sobrino detrás de ella estaba propinándole un soberana comida de coño a Rosa, Ana para no ser menos tenía dentro de su boca la polla de Javi, fantástico pensé yo, vaya rueda, estiré de las piernas a Ana hasta que coloqué su sexo en mi boca, ella con una pierna totalmente estirada al aire dejaba ante mi su lindo y mojadísimo coñito que no dude en empezar a lamer, sus labios primero para a continuación introducir mi lengua todo lo que podía en su vagina, para más tarde con su clítoris duro e inflamado mordisquearlo con suavidad y firmeza al mismo tiempo, arrancando verdaderos alaridos de placer, gritaba sin complejos con la polla de su hermano dentro de la boca mientras tenía un orgasmo que no se acababa nunca y por supuesto acompañado de una erupción de flujo que en cantidades bestiales vertía sobre mi boca y cara.

Rosa alucinando seguía su mamada levantando la vista mirando cómo mi boca y el coño de Ana se fundían en un charco, supongo que fue precisamente los gritos Ana los que desataron los orgasmos del resto, así mi mujer empezó a gritar también y menear como una zorra su culo en la boca de su sobrino mientras casi me muerde la polla yo me corrí salpicando toda su cara, boca, ojos, nariz, pelo, la cara de Rosa era un charco de mi semen que relamía como podía con su lengua, al mismo tiempo Javi levantó su cara sacándola del sexo de mi mujer, la tenía completamente mojada, me miró a mí y a continuación miró a su hermana que tenía su pene en la boca, cerró lo ojos y explotó en la boca de Ana, ésta masturbando la polla de Javi dirigió los chorros de leche hacia su cara y sus pechos inundándolo todo, Rosa sin perder tiempo y con su cara empapada de mi corrida empezó a restregar su cara contra las tetas de Ana embadurnado sus cuerpos, mientras Javi con su polla aún medio dura se la metió a Rosa y mientras ésta mordisqueaba los mojados pechos de Ana para ir bajando hasta introducir su lengua en el mojadísimo sexo y como una loca lamer, morder y succionar el coño de Ana hasta producirle un orgasmo, otra vez a gritos, gritos que se mezclaban con los de mi mujercita que con el rabo de Javi entrando y saliendo salvajemente de su vagina, él la tenía tomada por las caderas y la embestía golpeando con su cuerpo el culo de Rosa, sus pechos balanceaban al compás cada vez más fuerte, la cara de Rosa ya era una mezcla de placer pero también de dolor, pero a pesar de ello no paraba y ayudaba con sus movimientos a las embestidas, entonces Javi empezó a gritar: así puta, así, no pares guarra, eres la mejor mientras aceleró al máximo sus movimientos, parecía una ametralladora, Rosa estaba desmontada y Javi la tomó por el pelo con una mano, mientras con la otra le daba golpes sobre sus nalgas, cada vez más fuerte, Rosa gritaba de dolor y placer, intentaba deshacerse de Javi y dominar la situación pero no podía, yo miraba sorprendido mientras Ana me la meneaba con una mano y con la otra se pajeaba, Javi como loco seguía azotando el culo de mi mujer, entonces Rosa empezó a gritar: – Pégame más fuerte hijo de puta, más fuerte, más, fóllame más fuerte so cabrón, reviéntame el culo. – Javi se la sacó y apuntó al ano de Rosa y sin más se la clavó hasta el fondo, el grito de Rosa fue desgarrador, mi sobrino sin hacer caso siguió su follada, a Rosa le caían las lagrimas pero su cara aunque reflejaba el dolor mostraba también el absoluto placer que sentía, pues sus orgasmos se seguían continuadamente, Javi soltó un grito e inundó el culo de mi mujer con unos espasmos que me creía que se moría, mientras la mano de Ana empezó a mojar con los borbotones de semen de mi polla. Jamás pensé que mi mujer llegara a hacer lo que había hecho, casi rozaba lo masoca , esta vez sí iba a necesitar la pomada milagrosa en cantidades industriales.