Mi Sobrino V
Por fin había ocurrido lo que me temía mi sobrinito me la había metido hasta las entrañas, yo tenía el culo escocido, estaba literalmente destrozado, aquellos dos días mi nivel de excitación había superado todo lo imaginable ya perdía la cuenta de las veces que me había corrido , y tal como me dijo Ana aquello era duro pero ya tenía ganas de repetir.
Mi sobrina me dio una pomada milagrosa que me aplicó ella misma y casi me animó de nuevo. Ana y Javi estaban estirados a mi lado poco más o menos igual de hechos polvo que yo, eran las ocho de la tarde y sonó el móvil, era mi mujer, coño ya no me acordaba de ella, me llamaba para decirme que subía con el autobús de línea pues mis cuñados no podían venir por un escape de agua en la tienda.
Me vestí y la fui a buscar a la parada, me preguntó que cómo lo estábamos pasando a lo que respondí que maravillosamente y la informé de que Ana también estaba con nosotros me contestó:
– Mira que bien cuantos más seamos más nos reiremos. – Rosa que así se llama mi mujer es de mediana estatura morena y a sus 41 años está de buen ver, un culito no muy grande , piel suave, guapa de cara y unos pechos poderosos que a pesar de la edad llaman la atención por lo firmes y duros que están , será el gimnasio y lo que se cuida.
Íbamos en el coche hacia casa y me la miraba pensando que si se enterase de lo había pasado, me daba un poco de miedo pues mi sobrino era muy joven y se le podía notar o escapar algo, Rosa es muy lista y sabe que yo soy un poco viciosillo. Con Rosa mantengo unas relaciones sexuales correctas, nos lo pasamos bien aunque de una forma un tanto convencional, ella no es muy dada a cosas raras, así de entrada aunque a decir verdad, cuando entra, entra y se transforma en una folladora en condiciones, así que no me puedo quejar , pero en 16 años de matrimonio todo está inventado y hacerlo con la mujer de uno no es como para tirar cohetes.
Llegamos a casa y Ana había preparado la cena así que nos sentamos y cenamos, charlamos animadamente en la mesa, no sin alguna tímida insinuación por parte de Ana y Javi, como:
– Tiíta el tío está como un toro, lo aguanta todo. Mi mujer ajena a aquella historia respondió: – – Así que habéis esquiado a tope los tres solos ¿eh? . – Yo les miraba acojonado pues el juego de palabras se me antojaba peligroso, en ese momento dije:
– Sí, sí a tope pero estoy reventado y mañana seguimos, así que a la cama. – Rosa me miró con cara de extrañeza pues suelo acostarme tarde pero no dijo nada , nos levantamos y nos fuimos al cuarto. La casa estaba en silencio, mis sobrinos dormían, Rosa y yo en la cama no podíamos dormir y me dijo si quería que preparase una yerbas para dormir, yo le contesté que para mí no, entonces ella se levantó y fue a la cocina algo le debió caer quizás una cuchara que hizo ruido, al poco escuché una puerta y pasos era mi sobrino yo le oía hablar en la cocina llevaban bastante rato cuando mi mujer se acercó a nuestra habitación y miró por la puerta entreabierta para comprobar si yo dormía, yo me quedé inmóvil así que pensó que yo estaba durmiendo y con cuidado cerró la puerta y volvió a la cocina. Yo entonces me levanté extrañado me acerqué a la cocina desde la oscuridad de fuera ellos no me podían ver, pero yo a través de la ventanita del pasaplatos los veía perfectamente.
Me extraño que Rosa que es muy mirada para estas cosas sólo llevaba una fina camisa de dormir que sólo le tapaba poco más que el culo, marcando todas sus formas incluidos sus grandes pechos, a Javi todo esto no le había pasado desapercibido intentaba disimular pero los ojos se le iban continuamente hacia los pechos de mi mujer que marcaban unos pezones amenazantes.
No era normal aquella actitud por parte de Rosa, quizás consideraba que Javi era un crío, entonces me percaté de mi mujer dejaba ir fugaces miradas hacia la entrepierna de mi sobrino, pensé no es posible y cambié de posición para ver a Javi mejor, y lo vi claro debajo del pantalón del pijama marcaba como de costumbre aquel falo enorme y mi mujer se había percatado, por lo tanto quizás no era tan inocente su actitud y el hecho de ir medio desnuda no era casual, deriva de cabrearme pero no , al contrario aquello me estaba poniendo cachondo, pensé se quedaría en un juego tonto pero me excitaba, Entonces Rosa dijo:
– Voy a preparar las hierbas de una vez. – Se giró se puso de puntillas para coger un bote del estante alto , la cara de Javi cambió pues al estirarse Rosa dejó ver una pequeña parte de su culo, sin bragas, como no llegaba a coger el bote le pidió ayuda: – Javi, coge este por favor que yo no llego, se puso detrás de ella y le preguntó: – – ¿Cuál? este respondió con un pequeño suspiro pues mi sobrinito en la acción «inocentemente» la había rozado con su aparato, Rosa se agachó y abrió un armario inferior para coger el azúcar, pero Javi hábilmente no se había movido con lo cual cuando mi mujer aún sin levantarse se giró se encontró delante de su cara con el bulto enorme de mi sobrino que a esas alturas ya estaba bastante excitado y no lo disimulaba tenía su ojos clavados en las tetas Rosa que al agacharse las había dejado a la vista. Yo estupefacto ante la escena esperaba de un momento a otro que mi mujer le soltase algún improperio a Javi, y así fue el improperio fue: – – Caramba sobrinito sí que te alegras de verme. Javi respondió : – – La verdad es que me alegro muchísimo.
Y al tiempo que decía esto su polla pegaba latigazos por debajo del fino pantalón, no por mucho tiempo pues Rosa que no dejaba de sorprenderme se la cogió sacándosela y diciendo:
– ¡Qué preciosidad , vaya tamaño! , y se la metió en la boca y empezó a chupar y pasar la lengua de arriba a abajo masturbando y relamiéndose con la espléndida polla de Javi, yo no daba crédito a lo que estaba viendo, era mi mujer que chupaba frenéticamente como una puta ,de rodillas mientras mi sobrino le magreaba las tetas diciendo : – – Son el mejor par de tetas que he visto, Rosa le respondió al tiempo que se levantaba: – – ¿así que te gustan mis pechos, eh? – Desabrochando los botones de la camisa invitó a Javi y Javi aceptó sumergiéndose en las tetas de mi mujer que chupaba con fuerza y mordisqueaba los pezones arrancando a Rosa más de un gemido de placer, ella tumbada hacia atrás recostada en la encimera y sin soltar la polla de Javi que se restregaba por su sexo desnudo y húmedo, mi sobrino estaba como loco no sabía qué hacer chupaba sin cesar , le mordía el cuello mi mujer se dejaba hacer de todo yo estaba alucinado y haciéndome una paja, claro. Javi se separó y se estiró en el suelo con su mástil tieso que pronto tomó mi mujer y metiendoselo de nuevo en la boca empezó a chupar desesperadamente al tiempo que le ponía su sexo en la boca a mi sobrino, que sin soltar las preciadas tetas lamía el húmedo coño de Rosa provocando un orgasmo salvaje, hasta yo desde mi posición de observador podía distinguir los brillos que producían los jugos que desprendía el sexo de mi mujer, fue entonces cuando Javi dijo:
– Tía para que me corro.
Ella paró al instante se giró le puso los pechos en la boca, a lo que mi sobrino respondió cogiendolos fuertemente con las dos manos y chupaba y succionaba como un loco, Rosa jadeaba y sonreía de placer mientras se dejaba acariciar el sexo por la erecta polla de Javi, hasta que no pudo más y tomándola con una mano se metió prácticamente de un golpe aquellos 28 cm de carne soltando un apagado grito, empezó entonces a cabalgar como una posesa encima de Javi cogió un trapo de cocina para morderlo y saltaba arriba y abajo dejando casi salir toda la polla de su coño para volver clavársela hasta el fondo, era una locura y yo totalmente abstraído por aquella increíble escena no me di cuenta de que Ana que había oído ruidos se había levantado viendo el festival que había montado se arrodilló a mi lado sin darme yo cuenta, me la cogió y empezó a chupar casi suelto un grito del susto pero en fin no se podía pedir más, dentro de la cocina seguía la fiesta Rosa había tenido su segundo orgasmo y estaba estirada encima de Javi jadeante y con convulsiones con su miembro aún dentro de ella, Javi posiblemente por el cansancio de esos día aguantaba mucho y no se corría con lo cual invitó a mi mujer a ponerse a cuatro patas y sin más se la metió por detrás en su vagina la tenía tomada por las caderas y le metía un dedo por el culo a lo que ella sorprendentemente no se quejaba , la embestía acompasadamente los pechos de Rosa se balanceaban al compás de las largas entradas y salidas y con voz baja y entrecortada decía :
– Fóllame así, reviéntame como si fuese una guarra. – No me podía creer que fuera mi mujer la estuviera diciendo eso. A lo que Javi replicó:
– Sí te voy a reventar tía. – Cogió la margarina y empezó a embadurnar su ano y su polla , Rosa preguntó:
-¿Qué haces? .
-Tranqui tía relájate y disfruta.
Metiendo la punta de su polla por el culo de Rosa que gemía de dolor, pero aun así con sus manos se abría las nalgas para facilitar la entrada, era una viciosa espectacular y estaba guapísima, yo le hice un gesto a Ana para que se levantase y viese aquel espectáculo y así lo hizo pero en el momento que Javi le clavaba hasta el fondo toda su polla, Ana me miró y poniéndose delante mío se agachó, pero esta vez dándome la espalda y dejado a mi vista su precioso trasero en pompa, pasé mi mano por su entrepierna mojada e introduje mis dedos en su mojado coño mientras seguía observando cómo mi sobrino que con sus manos asidas fuertemente a la cintura de Rosa le estaba dando una soberbia enculada a mi mujer que se retorcía locamente como una perra en celo, mientras seguían las embestidas yo decidí cambiar los dedos por mi polla y de un golpe ensarté a Ana que clavó sus uñas en mis piernas, y la follé salvajemente mientras observaba como Javi se follaba el culo de mi mujer, yo estaba loco de excitación y a punto de correrme cuando Javi empezó a jadear y a convulsionarse, Rosa se dio cuenta y se retiró rápidamente girándose un poco hacia él y dejando ver un ano completamente dilatado como nunca lo había visto.
De rodillas y abierta de piernas metiendo los dedos de una de sus manos por su vagina y masajeándose el clítoris le cogió con la otra la polla a Javi masturbándole y metiéndose todo aquel cipote en la boca hasta que se corrió dentro y fuera salpicado su cara , ella seguía meneándosela con su boca abierta y la lengua fuera a pocos centímetros dejado que las salpicaduras la manchasen completamente y extendiendo el semen por su cara restregando la polla chorreante y lamiendo toda la leche como si se acabase el mundo, yo al tiempo que veía tal escena me corría en el coño de mi sobrina y antes de que nos descubriesen nos retiramos rápidamente a nuestra respectivas habitaciones.