Capítulo 2

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No nos lo podíamos creer. Nos miramos y nos desnudamos en una pispa y salimos al comedor. Al llegar dijimos ·sí, nos la hemos tirado nosotros, junto con algunos camaradas, y por cierto Silvia aquí tienes tu parte acordada…” Le daba $4,000. Me contó que la convenció diciéndole que nos había cobrado $500 a cada uno y que se lo daría todo. Por supuesto yo no diría nada, pues recibí mil pesos además de disfrutar de privilegios que no podrían tener los demás.

Silvia se sorprendió, pero yo creo que lo hizo más porque su madre veía que era puta que por el hecho de que saliéramos en bolas a follar con su madre.

“…Y para ser sinceros estaría de lujo cogerte a ti también mamá ¿Qué dices mil por los dos?” Le dijo Mauricio envalentonado. Claudia, su madre nos sonrió y nos dijo que nos sentáramos en el sofá con ella, donde comenzó a mamarnos las vergas. Ordenó a Silvia desnudarse de nuevo y que nos lamiera por donde nos mancháramos por el sofá. Luego se le ocurrió a Mauricio que hicieran un 69, mientras enculábamos cada uno a una de ellas. Así se hizo, se la metí yo a Silvia, mientras Mauricio lo hacía con su madre, a la vez que ellas se lamían la concha. De vez en cuando sacábamos las pollas para que pudieran mamarlas, y volver a bombear los culos. Luego Mauricio y yo alternamos las posiciones y yo me tiraba a su madre y él a su hermana. Así estuvimos un rato, hasta que nos íbamos a correr, a lo que nos paró Claudia para que pudiéramos hacerlo en su boca. Luego Silvia y Claudia se fundieron en un beso con esperma alucinante. Yo creía que todo era un sueño, pues es difícil de creer, pero lo estaba viviendo y en persona.

Al día siguiente, Mauricio tuvo muchas ofertas para cogerse a su hermana. Hubo uno incluso que estaba dispuesto a pagar hasta 5, 000 pesos. Era el hermano de uno de los que estuvieron allí y decía que conocía a Silvia desde la secundaria y que se la quería follar desde que la veía hacer ejercicio en shorts cuando iban a deportes. El tema había corrido por toda la zona: la hermana de Mauricio era puta. Al final se armaron dos grupos, uno para el sábado, de 7 personas (sin incluirnos) y otro para el domingo de 5 (también sin nosotros) además de 5 chicos que querían la experiencia individual a los que les cobramos 2, 000. Al tipo de los 5.000, como tenía tantas ganas le aceptamos la oferta, y al resto, pues lo de siempre: 1,500, lo que suponían 33,000 pesos, ¡Impresionante!. Mauricio me dio 3.000 pesos por ayudarle a recoger después de la orgía y por captar gente. A Silvia le daría 20.000, pues le dijo que él se quedaría con algo, y se dispuso todo para las orgías: muebles cubiertos con sábanas, condones y llenamos el refrigerador con cervezas para que se pusieran a tono.

La sorpresa que me llevé, es que nosotros estaríamos en uno de los cuartos, esperando para que terminaran, mientras Silvia y sus clientes se divertían en la sala. Yo pensaba pues que estaríamos viendo la tele, o pajeándonos mientras oíamos la fiesta, o, lo más seguro, que participáramos, pero no fue así. Claudia estaba allí con nosotros y, mientras 7 tipos se tiraban a su hija, ella estaría oyéndolo a la vez que nos divertíamos con ella Mauricio y yo.

Lo que estaba pasando en la fiesta del comedor era fascinante, podíamos verlo por las cámaras portátiles que Mauricio me había pedido que instalara para vigilar que Silvia estuviera segura, se lo estaban pasando en grande. La habilidad Silvia para satisfacer a un grupo nutrido de hombres en Gang Bang era fascinante, parecía una película porno profesional, Silvia recibía a cada uno en lencería blanca medias y tacones oliendo a vainilla y melón, cada vez que llegaba un chico le ofrecía una cerveza mientras ella bebía de la suya . Como las cámaras eran mudas solo de se oían más que gemidos y gritos venir desde la sala- comedor. Y esta vez habíamos sido previsores y en el sofá pusimos una sábana para no mancharlo más, pues costó lo suyo limpiar todo lo de la vez anterior. A pesar de lo interesante que pudiera ser como se cogían a Silvia nosotros estábamos entretenidos con Claudia, mientras, nos las mamaba, sin usar las manos. La teníamos de rodillas con las manos en la espalda, mientras veíamos la orgia de la sala en la pantalla. Luego la hicimos darse la vuelta para jugar con sus agujeros, la pusimos de perrito en cuatro patas para disfrutarlos mejor.

Era realmente impresionante la elasticidad de los agujeros de Claudia. Mauricio y yo pensamos que de seguro le entraban las dos pollas por los dos lados así que nos pusimos manos a la obra, o mejor dicho vergas. Mauricio se tumbó en el suelo ya que no había ni cama ni sofás en esa habitación, sólo sillas y una mesa, además de la tele empotrada en la pared y un mueble donde estaba un viejo aparato de DVD-blueray. Claudia se sentó encima de la verga de su hijo , y yo por detrás empecé a meter mi miembro por su chocha que estaba toda mojada. Al principio costó un poco agarrar el ritmo, pero ya he dicho que su elasticidad era increíble, y no tardamos en coger el ritmo y conseguir un vaivén acompasado. Claudia gemía mientras intentábamos apagar sus gritos llenando su boca con nuestros dedos e incluso Mauricio la besaba como si no fuera su madre.

Luego cambiamos de agujero y le tocó al ano ser torturado. En la misma posición y de la misma forma operamos en la caverna trasera. Esta vez fui yo quien se acostó en el piso y ella se sentó de espaldas a mí penetrando lentamente su ano, y cuando hubo entrado a la mitad Mauricio apunto su pene en el ano de su madre. Claudia gozaba y gemía como nunca había escuchado, sus quejidos de dolor se iban convirtiendo en gemidos de placer, al sentir dos vergas dentro de su delicioso culo. En esa posición podía atacar con mis manos sus grandes y aun firmes pechos mientras ella seguía comiéndose a besos la lengua de su hijo, Mauricio como si de cualquier otro se tratara. Cuando ya habíamos agarrado ritmo y los gemidos de Claudia eran más fuertes por el placer que sentía nos dimos cuenta que empezó a temblar como si la hubiesen electrocutado, y ambos descubrimos que Claudia sentía más placer por el ano que en alguna otra parte de su cuerpo.

La seguimos embistiendo en equipo con dobles penetraciones durante un rato y luego cambiábamos de posición yo me senté en una de las sillas y Claudia puso de pie y se doblo para chuparme la verga mientras Mauricio la seguía sodomizando mientras la sostenía de las muñecas, los movimientos de la lengua de la madre de mi amigo eran magistrales. Recorría mi pene con su lengua desde los testículos y luego de golpe la metía hasta la garganta casi sin arcadas, se veía que tenía experiencia en hacer gargantas profundas.

Luego ella se sentó en mi pene frente a mí y recorría mi pecho, mi cuello y mi cara besándome y dejándome sin aliento mientras yo acariciaba su espalda y le comía los pechos. Por otro lado Mauricio estaba en el piso recostado con su verga aun parada y como pude acomode a Claudia de forma que ella le chupara la verga a su hijo mientras yo la follaba en cuatro patas con el culito levantado y el ano abierto y rojo.

Después de eso Mauricio coloco a su madre para que se sentara de espaldas a el y con sus piernas separo las de Claudia invitándome a penetrarla por su húmedo y ardiente coño, cosa a la que no me negué y la penetre de golpe, ambos acompasamos nuestros movimientos y supimos que le arrancamos otro orgasmo pues empezó temblar como un ataque epiléptico.

Nos lo estábamos pasando en grande. Y con los movimientos de los músculos vaginales y anales de Claudia y sus gemidos Mauricio y yo nos empezamos a correr en su interior, primero yo descargue mi semilla en su coño, pues me movía con mayor facilidad, y poco después Mauricio inundo el culo de su madre con su leche. Luego le dijimos a Claudia que recogiera el semen que salí de sus agujeros y se lo comiera. Era impresionante lo putas y obedientes que llegaban a ser las mujeres de la familia de Mauricio. No se quejaban de nada, y además estaban abiertas a todo (y a todos). Luego, mientras Claudia nos recuperaba limpiando nuestras pollas con su boca nos dijo:

-¿No creen que yo también sería una buena puta chicos? ¿¡Puedo atraer tantos clientes como Silvia y en mi trabajo hay al menos 4 o 5 que les encantaría cogerme.

-Tenemos que ampliar un poco el campo de clientes, pero podría ser buena idea. –le dijo Mauricio- Te vamos a organizar un Gang Bang como a Silvia a ver cómo te va con grupos ¿te animas?

Para probarla pensamos en meterla cosas por el culo. Empezamos con los puños. Uno le entraba con bastante facilidad, y joderla brutalmente era increíble. La metíamos el puño y se lo sacábamos como el que bombea agua de un pozo. Luego, Mauricio hizo la misma operación en su coño, y así hicimos un sándwich de fisting. Luego, estábamos tan calientes que prácticamente, con mamar nuestras pollas un rato no excesivamente largo nos corrimos en su boca. Nos esperaba con la boca abierta, mientras le manchábamos la cara y el pelo, acertando gran parte de las eyaculaciones en su boca abierta mientras su coño seguía derramando jugos.

Con todo lo entretenidos que estábamos, llego Silvia que ya había terminado con su fiesta particular. Venía igual que la otra vez, chorreando semen como si saliera de la ducha, pero en vez de agua semen. Claudia no esperó un instante y se abalanzó a lamer el cuerpo de su hija, por las tetas, la cara hundiendo mutuamente sus lenguas en la boca de su contraria y mezclando todos los tipos de esperma que tenían. Mientras con las manos le hurgaba en su agujeros, mientras Silvia habría el culo de su madre, mostrándonos todo su esplendor dilatado.

Luego se fueron a la ducha juntas donde siguieron con su particular baboseo y limpieza con las lenguas seguro estaban las dos tiradas en el piso de la ducha comiéndose sus coños llenos de leche de diferentes machos porque hasta la sala se acuchaban, además del ruido del agua, gemidos y ruidos de succión; mientras tanto Mauricio y yo alucinábamos de cómo había que dado la sábana del sofá. Estaba chorreando leche pero de forma escandalosa. No hicimos más que cogerla y directa a la lavadora, fregamos el suelo y listo. Cuando salieron del cuarto de baño Mauricio le dio su parte del dinero a Silvia, y nos fuimos a casa con las dos en el coche de Claudia, obviamente les íbamos metiendo mano por el camino.

Al llegar Mauricio me dijo que por qué no me quedaba con ellos. El caso es que se sacaba bastante lana con lo que hacíamos, y como no me llevaba bien con mi padre ya que soy huérfano, le dije que sí, le propuse que a lo mejor podría mos tratar de incluir a mis hermanas, una mayor que yo y otra menor, Mauricio estuvo de acuerdo, así que en esa misma semana me iría con ellos y así podría disfrutar de Claudia y Silvia cuando quisiera.

-Oye, y con Oscar tenemos que hacer algo, porque menuda cabronada nos hizo, aunque luego saliera bien.- me comentó molesto Mauricio- Pero para ser un tipo con novia formal, él que la quiere tanto, habría que devolvérsela ¿no?-

-Sí, podríamos intentar meter a su novia Denisse al negocio, y también a su madre, aunque tendríamos que ampliar el campo de clientes.

-Sí, su novia está bien buena, Espera: ¿La madre de quién? ¿La de Oscar o la de Denisse?

– Yo pensaba en la de Oscar. Ya ves que está bien buena y operada- dije pensando en ambas mujeres maduras- Pero las dos están rebuenas ¿Y si las metemos a las dos? Sí logramos convencer a Denisse ella nos puede ayudar con su mamá ya ves que son muy unidas y las dos están igual de buenas por esas mamadas de la vida sana, dieta alcalina, veganas, ejercicio, yoga y todo eso-

-Yo sé cómo convencer a la novia de Oscar. Es bien puta, caliente y le encanta andar exhibiéndose.- aseguro Mauricio.

-Y yo sé cómo hacer que Erika, la madre de Oscar, acepte la proposición de formar parte del grupo, es una Puta interesada.

A Mauricio le daba igual lo que pensaran su madre y hermana, Cada uno sabía cómo agregar, por lo menos, a una mujer más al negocio. También decidimos que Silvia se quedara en casa de su madre, y que vendiera su departamento en la ciudad, así perderían la pista la mayoría de babosos que se la habían cogido. Lo haríamos todo la casa de Claudia, convenía más por lo retirado, así podríamos ampliar el campo de clientes, y organizar mejor los precios por servicios. Además irían las dos semidesnudas o completamente en cueros en casa y con poca prenda y sin ropa interior para salir a la calle y que haríamos que cuando convenciéramos a mis hermanas, Denisse, Sandra y Erika (la novia, suegra y madre de Oscar respectivamente) se vinieran a vivir a la casa de campo de la complaciente familia de Mauricio también.