Fiestecita a tres
Me llamo Emilio tengo 17 años, soy alto, mido 1,82, tengo el pelo y los ojos castaños y de complexión fuerte.
Tengo novia y se llama Elena. Ella mide 1.75 tiene los ojos claros y el pelo oscuro sus tetitas están muy bien sujetas y un culo para comérselo.
Esta historia empieza una tarde de viernes, este día era especial para nosotros por que se queda mi casa sola y podemos practicar sexo hasta extenuarnos, pero ese día Elena estaba con la regla y obviamente no se podía hacer nada, yo me había echo a la idea, pero después de una semana sin mojar y el escote que mi novia portaba dejando ver ese precioso canalillo no pude resistirme y al rato tenia una erección gigantesca.
Mi novia se dio cuenta enseguida y me dijo que bajara eso pero como todos sabemos hay partes de nuestro cuerpo que no podemos controlar y empecé a buscarle las cosquillas con la intención de terminar con una mamada o por lo menos una pajilla.
Empecé sobandole el culo, para dar rápidas pasadas con la mano sobre su sexo. Enseguida note que se mojaba y ella empezó a dar caricias por ciertas partes de mi cuerpo que me ponían muy cachondo.
Le desabroche la blusa y quedaron al aire aquellos enormes y redondos pechos con sus pezones erectos y duros.
Yo me tumbe en el sofá, ella se bajo hasta mi entrepierna, me bajo la cremallera del pantalón y coloco mi pene entre sus tetas con un movimiento de arriba abajo que me producía una sensación bestial.
Así seguimos un rato, pero sonó como alguien entraba por la puerta pero no me dio tiempo de decírselo a Elena cuando mi hermana Raquel de catorce años estaba plantada
en el marco de la puerta mirando el panorama que allí se le presentaba. Mi novia no siquiera se había dado cuenta y ahora me estaba haciendo una gran mamada con sus carnosos y rositas labios.
Y allí estaba yo, mi novia pegándome una mamada y me hermana mirando la escenita, pero ocurrió algo raro no me sentía avergonzado, al contrario estaba todavía mas cachondo y con una sola mirada le dije a mi hermana si le apetecía unirse a la fiestecita.
Cuando termine de decir esas palabras me quede de piedra viendo como Raquel se quitaba su blusa y me mostraba unos pecho firmes y duros con unos pezones duros y muy redonditos, jamás pensé que mi hermana pudiera tener tales pechos para su edad.
A continuación se quito sus pantaloncitos de deporte y me dejo ver uno chochete rasurado y seguramente muy mojado.
Ella se acerco a mi y mi novia volvió la mirada hacia arriba y al vio toda desnuda y mojada y le ofreció mi pene. Empezó a chuparmela como nadie lo había echo jamás de arriba a abajo, frotándome con su húmeda lengua, ella también se agitaba de placer ya que Elena había comenzado a lamerle el coño, me habían dicho que era bisexual, pero no me lo había creído hasta ahora y me gustaba.
Ahora me hermana Raquel estaba subida y empezó a sentarse muy lentamente, me dijo que la primera vez que iba a meterse algo tan grande.
Yo no hice nada sino que fue ella sola la que poco a poco se sentó hasta tener toda mi polla dentro de si, comenzando a dar botes y gritos de un manera bestial mientras mi novia jugaba con sus tetitas.
Así estuvimos un buen rato hasta que le dije que se apartara que iba a correrme y ella se aparto y coloco su boquita a la altura de mi pene mientras me seguía masajeando hasta que explote en una bestial corrida en toda su boca, se volvió hacia mi novia y le planto un gran beso llenándola entera de mi semen.
Este viernes fue el primero de unas interminables noches de pasión a tres que aun después de 1 año todavía dura y durara.
A raíz de esto me sucedieron otras diversas historias con amigas de mi novia, de mi hermana, etc. Pero eso os lo contare otro día.