Carta erótica a mi madre
Febrero 23, 1999
Mi vida:
En los últimos días, mi deseo de verte se ha vuelto casi dolor. Ya te imaginarás que cada vez que pienso en ti me excito al punto que me tengo que esconder de los demás para que no se note, hasta que me calmo, la mayoría de las veces sólo después de masturbarme acelerando mi imaginación, cerrando mis ojos e imaginando la vista gloriosa de tu culo, expectante de mi verga, mientras tus manos casi desgarran las sábanas de nuestra cama, y tu voz me pide «…dame tu verga divina», «…dame tus mocos deliciosos», imaginando que mi mano es tu vagina, húmeda, tormentosa, caliente y generosa, una vagina de mil orgasmos, de un millón de orgasmos, de tantos que podríamos morir de agotamiento, a no ser por nuestro ocasional jugo de naranja con champaña que felizmente tiene un efecto multiplicador de placer y deseo en nuestro cuerpo, al sentir ese sabor dulce y amargo bajar por nuestro interior, convirtiéndose casi inmediatamente en nuevos y mas intensos orgasmos… Imaginando que mi mano es tu boca deliciosa que chupa mi verga a lo largo y ancho , tragándosela toda, usando tu lengua y tus dientes para darme ese placer de estar dentro de tí, mientras me bebes y me comes, mientras tus ojos, brillando de lascivia, se desorbitan tratando de abarcar mis huevos, mi culo, mi vientre, tratando de no perder detalle del total de mi cuerpo, de ese cuerpo que en cada pulgada, cada milímetro, representa placer para tu cuerpo, como nunca dos cuerpos se habían integrado.
Imagino también que mi mano es tu pecho, donde deslizo mi verga, húmeda de mis mocos y tu saliva juntos, y llego hasta tus pezones, y siento un choque casi eléctrico, que recorre mis testículos, mi culo, mi espalda y llega hasta mi cerebro, haciendo que mis ojos vean estrellas, las estrellas maravillosas de tus ojos, cerca de los míos, casi llorando por causa de esa deliciosa combinación de expectativa de recibirme en ti, y al mismo tiempo en tenerme dentro, pero disfrutando cada momento por anticipado, suplicando de tu propio cuerpo que espere, que espere un poco más, que el placer está cerca que el sufrimiento de la espera es parte del placer… que después de todo este tiempo, esos años, las horas, los minutos y los segundos que parecen siglos se convertirán en nuevos años, nuevas horas y segundos de placer, y que a partir de esos momentos veremos al mundo de otra forma, lo veremos triste, seco, pequeño, mezquino, porque lo veremos desde nuestra altura de placer y amor, mientras cabalgamos en un pegaso enorme, que representa nuestro escape y nuestra comunión, y en su lomo nos amamos, satisfacemos nuestros cuerpos y almas a la vista del mundo, nos comprendemos y nos entregamos para que todo el mundo nos vea y nos disfrute, pero sólo aquellos que piensan y sienten como nosotros pueden vernos, sólo los que han estado donde hemos estado nosotros nos pueden ver, nos pueden tocar, nos pueden acompañar y se pueden integrar con nosotros, pero, infelizmente son muy pocos los que han tenido, y siquiera imaginado, lo que tú y yo hemos logrado, porque tú y yo somos casi etéreos, porque tú y yo casi no pertenecemos al mundo desde que nos entregamos la primera vez, porque si nadie mas se amara en el mundo, el mundo podría vivir únicamente del amor que tú y yo hemos logrado y continuaremos logrando.
Imagino también que mi mano es tu axila, seca y caliente desde la cual mi verga protubera como un tercer seno…te imagino como un cuadro de Picasso, donde las partes íntimas de las mujeres se dispersan en todas direcciones, como queriendo alcanzar al mundo desde su prisión de tela, donde las mujeres tienen tres y cuatro senos, dos y tres vaginas y cientos de manos para acariciar a todo aquel que así lo quiera…y lo merezca. Veo como mi verga entra y sale de tu axila y cada vez está más húmeda, goteando ese jugo que te dará placer y vida…pero mas tarde, mas tarde,…por lo pronto disfrutas la vista de mi verga, tan cerca a tu cara que puedes olerla, casi besarla, mientras sus gotas de jugo salpican tus labios y tu nariz y sientes cómo si fuera plomo derretido que te quema, te perfora y te llena de vida.
De pronto, mi mano se convierte en las plantas de tus pies, haciéndome sentir como si mi verga estuviera descansando sobre hierba fresca de la mañana, el fresco de tus pies invade mis huevos, mi culo, mi vientre y hasta mi cara.
Me sumerjo entre tus dedos, buscando nuevos clítoris en las uñas de tus pies, tus tobillos, tus talones. Tus dedos juegan con la punta de mi verga, abriendo su boca pequeña como lo haces con tu lengua y penetrándola para buscar mas jugo, mas vida.
Cuando caminas por la calle, estoy seguro que hasta eso, hasta el hecho simple y mundano de caminar, te excita, porque sabes que conmigo hasta las plantas de tus pies son órgano sexual, y miras a quienes caminan contigo con una expresión radiante que la gente no se explica.
Cómo podemos explicar a los mortales que al caminar basta acordarnos el uno del otro estamos para experimentar un orgasmo. Y sientes el deseo de quitarte ahí mismo los zapatos y buscar en las plantas de tus pies mis mocos, mi jugo, tu vida…y lamerlos para llevar esa vida a tu vientre y satisfacer tu hambre de mí. Inténtalo, lame los dedos de tus pies, chúpalos y sentirás mi verga en ellos, lleva tus pies hasta tu coño y frótalo con ellos y sentirás mis huevos, acaricia tu cara con tus pies, llénalos de tu saliva e imagina que es mi semen y tállalos en tus mejillas y me sentirás…sentirás cómo te inundo de mocos, como te baño de amor y de deseo.
Mi mano es ahora tu culo. Negro. Misterioso. Palpitante. Ese culo divino que hemos logrado convertir de vergonzoso en glorioso.
Ese culo que por sí mismo tiene funciones de desecho, es ahora la puerta de entrada al paraíso.
Hemos convertido lo que desecha en elixir de deseo, hemos convertido su sabor en poderoso afrodisiaco, que va de tu culo a mi boca y de mi boca a la tuya, para que no quede nada por darnos, para que no nos quede nada de vergüenza en la inmensidad de nuestro amor.
Ahora, cuando estas deseosa de mí, simplemente te disculpas y vas al toilette y te imaginas que estas sentada en mi enorme boca que chupa tu culo y tu mierda hasta hartarse. Sientes un orgasmo por el culo y quedas agotada.
Cuantas veces no has estado ahí, sola, pensando en mí y no has podido evitar que tu mano vaya a tu coño y lo acaricie como si fuera mi boca y no has logrado controlar que tu dedo penetre tu coño y se deleite con tu humedad y quiera más…y más y lo quiera todo hasta que logras un doble orgasmo en medio de aquel aroma afrodisiaco de coño, verga y culo que invade tu olfato. Al volver al mundo, estas radiante y la gente se pregunta ¿Cómo?.
Cada vez me puedo contener menos. Casi puedo sentir el calor y la humedad de tu coño transformado en mi mano, siento ya la presión de mi jugo en el puente entre mis huevos y mi culo, siento que mi culo se arruga, se contrae, reclamando su parte… mojo mi dedo en la punta de mi verga y lo paso después por mi lengua…imagino que vengo de tu coño, con mi verga húmeda y lubricada de tu cascada de amor y no puedo resistir penetrarme el culo… y lo penetro, caliente, palpitante, como a ti te gusta chuparlo, saco el dedo inundado de ese nuestro licor de amor y después de besarlo, acaricio la punta de mi verga y en ese momento ya no soporto más, mis mocos salen en torrente explosivo, abriendo y dilatando mi verga como si fuera tu propia cascada la que sale de ahí…apunto la verga al cielo, como tratando de que mi jugo vuele hacia tí y mi recompensa es mi propio semen volando hacia mi cara, desesperadamente abro la boca como si me faltara la vida y lo aprisiono dentro, saboreándolo como si viniera de ti mientras estas de pie, en la cama, derramando tu cascada en mi pecho y mi boca…y en ese momento escucho tu voz retumbar dentro de mi cabeza…. dame tus mocos, mi vida, dame mas verga mi amor…dame la vida mi cielo…y en los espasmos de mi orgasmo te veo danzar frente a mí, caliente de deseo y desde mi boca te doy mi propio semen, escurrido sobre tu cara, mientras te convulsionas tratando de beberlo todo….
…y vuelta a empezar….
Y cuando ya no puedo mas, cuando mi mano no te puede ya reemplazar, te busco en otras mujeres, en otros culos y otros coños, a veces hasta por partida doble, como ya hemos jugado alguna vez tú y yo y que algún día haremos de verdad.
Y estas ahí cuando Ingrid me chupa la verga y le pido que lo haga como lo haces tú. Y estas ahí cuando Leonor levanta su culo hacia mi verga suplicando «sácame toda la mierda papacito». Y estas ahí cuando Diana me pide «no me la quites nunca», mientras mi verga frota su clítoris. Y estas ahí al momento que María Elena me mete el pezón en le culo. Y estas ahí cuando Leticia se desnuda pieza a pieza mientras se masturba a la vista de mi verga goteando. Y estas ahí cuando Katie se recuesta en el piso y me ordena que la orina toda. Y estas ahí cuando Carmen me chupa el culo, succionando mi mierda y me la trae hasta mi boca. En ese momento siento tu boca junto a la nuestra, recogiendo tu parte de mis entrañas.
Te veo, te hablo, te siento, las hago que griten tu nombre con lascivia y con ardor, «Soy Lili, cógeme hasta que te canses….Soy Lili, méteme la verga por el culo…Soy Lili, chúpame los senos…Soy Lili, me estoy viniendo…Soy Lili átame y viólame…Soy Lili, acaríciame los pies con tu verga…Soy Lili, déjame besar tu culo…Soy Lili, dame de mi propia mierda…Soy Lili, toma de tu propia mierda, papacito…Soy Lili, soy tu vida, soy tu sufrimiento, soy tu alegría, soy tu puta, soy tu madre, soy tu hija, soy tu cielo y soy tu infierno, pero por encima de todo soy tu amante más querida, soy tu amante mas cogida y mas rendida.
Soy tu madre
Ha llegado el momento en que, estando con dos mujeres le he pedido a Diana que tome tu lugar. Al llegar Ingrid reproduje el juego de Cuba. Presenté a Diana con Ingrid como Lili y entre los dos desnudamos a Ingrid, yo la desabotonaba y Lili recogía su ropa y la colocaba en la silla.
Comencé a calentar a Ingrid con besos y caricias en todo el cuerpo, metiendo mi dedo en su coño y luego los dos dedos, como lo he hecho contigo, uno en el coño y otro en el culo.
En ese momento Lili le dijo a Ingrid, «…bienvenida al mundo erótico de Ramón, te esperábamos con mucho ardor» y vino a acostarse junto a Ingrid.
Con mi mano libre metí los dedos igual en Lili, y las dos comenzaron a revolcarse de placer.
Como ya no tenía manos disponibles, comencé a besarles los senos, primero a una, luego a la otra.
Como ellas sí tenían las manos libres, comenzaron a acariciarme la verga. Hubo un momento de titubeo al encontrarse sus manos y se retiraron, para no tocarse entre ellas. Le pedí a Lili que ella me acariciara la verga mientras Ingrid me acariciaba al culo.
Al poco tiempo ya no hubo prejuicio y alegremente pasaban sus manos de un lado a otro y al tocarse simplemente se decían : «Hola».
Esto duró como diez minutos. Yo trataba de que se juntaran mas para poder besarles lo pezones a las dos al mismo tiempo, hasta que lo logré. A partir de ese momento y aunque nunca se tocaron entre ellas con lascivia, ni se hicieron al amor a pesar de mis súplicas, no tuvieron problema para ayudarme a satisfacerlas, cuando se los pedí.
Por ejemplo, hubo un momento en que me hacía falta lubricante después de una excepcionalmente intensa chupada de Ingrid, que me dejó la verga seca.
Tú entonces derramaste saliva en mi verga, para lubricarla, la tallaste con saliva muy bien. Para este momento, Ingrid me la estaba pidiendo y llevaste mi verga hasta el umbral mismo del coño de Ingrid, te diste la vuelta y empujaste mi cuerpo con tu vientre para penetrar a Ingrid.
¡Que delicia mi vida !, saber que me estabas ayudando a sentir placer y al mismo tiempo que ayudabas a Ingrid a recibirme.
En otro momento, mientras envergaba a Ingrid, te sentí que, desde el sillón jadeabas de deseo y estabas a punto de decirme que ya bastaba de envergar a otra, que tú también querías lo tuyo.
Ingrid lo sintió también y me miró como diciendo «…después seguimos, trae a Lili»…y fuí por tí hasta el sillón, Ingrid trajo una toalla húmeda y me limpió para tí y se sentó a limpiarse ella misma, mientras tú y yo nos fuimos a la cama. Una vez ahí, comencé a chupar tu culo. Ingrid se acercó para ver de cerca como mi lengua buscaba tu licor, se sentó en el piso sobre la toalla para ver mejor ya que tú estabas boca abajo y yo estaba encima de tí con mis pies hacia tu cabeza. Los ojos de Ingrid se fueron abriendo al tiempo que se notaba que se le hacía agua la boca ante el manjar que yo estaba engullendo.
Al no saber más que hacer comenzó a acariciarme el cabello por entre tus piernas, cuidando de no tocarte para no incomodarte, y al mismo tiempo para que no supieras que me estaba haciendo algo mientras y te chupaba. Como pude usé mis manos para acariciar sus senos mientras deseaba tener dos vergas para penetrarlas a las dos al mismo tiempo.
Después, me di la vuelta para penetrarte por el culo que ya estaba bien lubricado.
Cuando entré apenas te quejaste y me diste la bienvenida a tu santuario. Ingrid estaba ya muy caliente otra vez y de plano se arrodilló entre nuestras piernas para recargarse en mis nalgas, lo que aumentó la presión sobre ti.
En ese momento reaccionaste, al darte cuenta que estaba encima de nosotros, pero no querías sepárate de mí y lo único que alcanzaste a decir fue: «los dos me pesan mucho». entonces, propuse que nos arrodilláramos los tres y mientras yo bombeaba en tu culo con mi verga, Ingrid restregaba su coño contra mis nalgas, al mismo ritmo, de pronto tu empezaste a pedirme mocos a grito abierto.
Yo quería, y al mismo tiempo no quería dártelos, porque ya sabes que en cuanto me vengo tengo que descansar un poco y no quería dejar de sentir todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Sin embargo, Ingrid, que ya estaba en su tercer orgasmo para ese momento comenzó a gritar «Dáselos…dáselos cabrón…dáselos hijo de tu puta madre, dáselos todos en su culo de mierda, reviéntala de mocos…dáselos hasta que se le salgan por las narices…yo también quiero sentirlos desde aquí…ándale cabrón, coge, escupe, anda, anda» al oír esto tu insististe: ya lo ves?, ella también los quiere, danos vida, danos mocos» …y yo muy obediente te dejé ir el jugo entero, mientras berreabas como loba en celo, «dame mas, dame mas, dame mas».
Los tres caímos rendidos momentáneamente. Tú al frente, todavía con mi verga adentro, yo detrás de tí sobre mi lado e Ingrid detrás mío aún en convulsión. Te giré la cara para besarte con ternura, agradecido por tu comprensión tu ayuda y tu entrega. Después me dí vuelta para besar a Ingrid.
Me levanté para limpiar las dos y así tuve oportunidad de acariciarlas , mas que asearlas, serví unas copas de champaña y descansamos mientras yo las manoseaba a ustedes y ustedes a mí, sintiéndolas calientes y muy dispuestas.
Al cabo de un rato Ingrid se levantó al toilette y yo la seguí para que, como ya hemos hecho tú y yo, me orinara todo el cuerpo con su jugo caliente.
Me orinó la verga mientras yo me masturbaba frotando su orina en mis huevos mientras el resto se deslizaba hasta mi culo, caliente, resbalosa y ahí mismo se la metí por el culo, yo ya estaba repuesto y entre las dos muy caliente, le di algunas bombeadas el el culo y ante sus grititos de placer te levantaste y fuiste hasta nosotros.
Te sentaste en la orilla de la tina mientras yo me la cogía recargada en el lavamanos, goteando una combinación de orina y mierda, ya que comencé a orinarme dentro de ella.
Tu recordaste que ya lo había hecho contigo, mientras te sentaba en el lavamanos del Comodoro, sostenida en mis manos por tus nalgas y recordaste que sentías como si te estuviera descargando una manguera de bomberos dentro de ti.
Regresamos a la salita y tratamos de comer algo, y digo tratamos porque ya me conoces; en cuanto te tengo cerca no puedo mantener las manos quietas, y lo mismo me pasa con Ingrid.
Mojé mi verga en la champaña y te dí a beber a ti, después hice algo que te dió miedo una vez, pero que a Ingrid ya le es familiar. tomé la botella y le metí la boca en el coño, descargándole una buena dosis de líquido dentro de ella.
Después, me recosté debajo de ella y ella se incorporó hasta que la champaña salió de su coño directamente a mi boca. Que delicia.
Ya que tú no quisiste ser mi botella, fuiste nuestra mesa. Te recosté sobre el sillón y encima de ti coloqué las carnes frías, a lo largo de tu cuerpo, desde los pies hasta justo abajo de tus senos, y en tus pezones deposité mostaza en uno y mayonesa en el otro.
Después, con mucho cuidado retiré con una cuchara la mostaza y la mayonesa para untarlas en el pan que estaba justamente encima de tu coño y preparé un bocadillo para ella.
Al principio se resistió un poco, pero después de la primera mordida a insistencia mía siguió gustosa y de hecho tomo una rebanada extra de salami de tu muslo izquierdo y se la comió así, solita, creo que principalmente para significarte su estima por intermedio mío. Yo por mi parte decidí sazonar mi jamón con tu cuerpo y restregué una rebanada por tu coño y tu culito y me la comí sin mas.
Después de la comida descansamos un rato y me dormí, de hecho creo que todos nos dormimos, porque y las tenía abrazadas a las dos a mis lados.
Cuando desperté es porque estabas cumpliendo tu compromiso de que el que despierte primero despertará al otro… me estabas chupando la verga que estaba erecta, no sé si por sí sola o por efecto de tu mamada.
Mientras tú chupabas. me deslicé para chuparle el coño a Ingrid que despertó acariciándome el cabello.
Como no tenía nada que meterse a la boca, (aunque estoy seguro que cruzó por su mente el acercarse a ti y si acaso no besarte el coño, por lo menos tocarte los muslos y tal vez hasta besarlos), metió su dedo en su propio coño y lo chupaba como si fuera una bebita, hasta que alcanzó dos orgasmos.
Yo me dediqué a dedearte el coño con mi mano libre.
Estaba muy preocupado de que seguiría ya que no sabía en ese momento a quien penetrar para no incomodar a la otra, pero me urgía meter mi verga en lo que fuera, una boca, un coño, un culo, restregarla contra unas tetas o meterla en una axila, pisotearla con las plantas de unos pies, unos pies, unos pies… esa era la solución inmediata.
Me separé de ti y de ella, y muy gentilmente, suavemente, las fuí colocando una junto a otra.
Tomé tu pie izquierdo, el del extremo de la cama, y su pie derecho y los coloqué uno en cada lado de mi verga.
Ambas sabían exactamente qué hacer y comenzaron a tallar mi verga y mis huevos con las plantas de los pies, como un molinillo, tu pie moreno, delgado nervioso y el suyo blanco, lleno, de dedos pequeños que no alcanzan a rodear mi verga, mientras los tuyos, largos y finos son casi una mano que la acaricia de arriba a abajo.
Mi dilema se resuelve cuando Ingrid se voltea de espaldas y se queda quieta, para dejarnos coger a ti y a mí.
Ahí mismo abro tus piernas, te traigo hacia mí con tu culo levantado de la cama casi una cuarta.
Te penetro por delante y me dejo caer sobre ti mientras acaricio a Ingrid con una mano, de pronto tu le dices «..voltea y míranos, disfrútanos, siéntenos, quiero compartir esta gloria contigo, ustedes ya lo han hecho antes, pero ésta es mi primera vez, quiero hacerlo bien y disfrutar con ustedes» y mientras hablas, tu aliento se entrecorta se vuelve grito, susurro, lamento, bramido y me los pides, yo estoy ahora de rodillas bombeándote, me los vuelves a pedir. Ingrid voltea y nos mira y al momento de mi orgasmo te zafas, tomas mi verga y la apuntas hacia ella, comienzo a venirme, e escupir mocos sobre su vientre y sus tetas, pero aún alcanza para ti y te derramo el resto sobre tu pecho.
Estoy agotado, me recuesto entre las dos y beso a Ingrid, tú me abrazas desde atrás y la envuelves a ella también, nos juntas para que el beso sea intenso, mientras tu me pasas la lengua por mi espalda.
Me volteo, Ingrid te devuelve la cortesía tomándote por la nuca para acercarte a mí y así besarme con la misma intensidad, mientras restriega su coño contra mis nalgas.
Descansamos…me visto…Ingrid y yo te vestimos ahora a ti, después entre tu y yo la vestimos a ella.
Vamos en el auto, Ingrid maneja, yo voy en medio abrazándolas a las dos, las beso en la boca a una y otra, acaricio sus muslos, no me puedo contener, me saco la verga… y se repite la escena de la carretera de Boyeros, pero ahora participa ella…me toma con fuerza la verga y comienza a masturbarme, tu estas indecisa hasta que ella te dice: «…yo no puedo agacharme, tómalos tú… y Lili se inclina, la boca expectante hasta que Ingrid, que me siente venir te dice «Ahora» y capturas la punta de mi verga que su mano te deja libre y así, mano y verga juntas llenan tu boca, para beberme completo… lamiendo de sus dedos los mocos que escurren, hasta saciar tu sed.
Llegamos…hasta mañana mi adorada mamá