Compartiendo a mi amante con un amigo
Me llamo Carlos y la experiencia que ahora les relato me sucedió hace dos meses, y les aseguro que fue una experiencia real.
En la actualidad tengo 40 años, soy casado y trabajo en una institución pública de Venezuela la cual se encarga de dar créditos a los pequeños comerciantes de la región donde vivo.
A diferencia de otros relatos que he leído donde se involucra a la esposa del narrador, aquí no esta involucrada la mía, sino una amiga y compañera de trabajo con la que mantengo relaciones íntimas desde hace cuatro años.
Aunque nuestros encuentros no son tan frecuentes como quisiéramos, puedo decirles que desde el principio siempre nos hemos llevado muy bien.
En mi trabajo estoy encargado del área de informática, mientras ella es la secretaria de la presidencia.
Aunque nunca lo hemos admitido, todos nuestros compañeros de trabajo juran que ella y yo nos entendemos más que unos simples compañeros de trabajo y a pesar de ello varios de nuestros compañeros hombres siempre la andan acosando y hasta en dos oportunidades ella me ha confesado que una de las chicas se le ha insinuado.
Por la gran confianza que tenemos entre nosotros hemos hablado de ello y lejos de incomodarnos la situación realmente nos ha gustado y cuando tenemos la oportunidad de irnos a la cama hablamos sobre eso, lo que hace que tengamos orgasmos muy placenteros.
Ella se llama Ana y tiene 38 años de edad, es una mujer trigueña de cabello muy largo y ensortijado el cual le llega a las caderas, aunque rellenita conserva unas curvas bastantes acentuadas, de 1,70 de estatura, caderas y nalgas grandes y firmes que impactan al verla pasar, piernas que invitan al placer desde sus pantorrillas hasta sus gruesos muslos que no dejan de ser impresionantes y que normalmente están a la vista ya que le gusta vestir de minifalda aunque de manera muy elegante.
Si bien sus senos no son tan grandes, parecen dos pequeños melones siempre erguidos por su firmeza y atentos a las miradas que le hacen en todo momento por los descote que usa a menudo.
Sus labios por lo general los lleva de rojo y normalmente usa zapatos de tacón alto.
Como pueden imaginarse, realmente es una mujer muy sensual y excitante, lo que hace que siempre alguien se le acerque con algún detalle.
En fin, vamos a los hechos que nos interesan.
Cuando tenemos oportunidad de tener sexo, nos vamos a un motel en las afueras de la ciudad donde vivimos y ahí nos convertirnos en dos amantes que sólo quieren gozar de buen sexo, sobre todo yo, ya que a semejante mujer me entran ganas de hacerle de todo y ella lo acepta todo.
Hemos practicado el sexo en toda su variedad de posiciones, practicamos el sexo oral, vaginal y anal, además en los momentos de más lujuria he podido meterle mi mano casi completa en su sexo, lo cual la vuelve loca.
Debo decirles que mi verga no llega más allá de 20 centímetros de largo en plena erección y 4 centímetros de grueso, mientras que ella tiene una vagina que necesita más de eso para poder llenarla completamente.
Siempre empezamos con diferentes juegos mientras disfrutamos de unos videos xxx que se muestran en las habitaciones del motel.
Todo esto nos calienta aún mas.
En muchas oportunidades, cuando en las películas se muestran escenas donde la mujer esta con dos o más hombres, nos excitamos al máximo y me pongo a fantasear sobre como ella se comportaría en una situación como esa.
Así se lo he dicho y al principio se mostró reacia a considerarlo ya que como ella dice: «no tengo ojos para otro hombre, sólo para ti».
Pero poco a poco se hace a la idea de compartirla y su excitación sube aun más, incluso tiene sus primeros orgasmos con sólo imaginárselo y sin llegar a la penetración.
Debido a esto y al hecho de pensar que es una mujer extremadamente sensual con la que se puede experimentar el sexo sin tabúes para ser disfrutado por ambos, la he llevado al tema de los intercambios cosa que en la actualidad y mucho antes de nuestra experiencia conversamos con total confianza y normalidad.
Entonces sucedió lo inevitable… decidimos llevar nuestra fantasía, o quizás deba decir la mía, a la realidad.
Sólo faltaba un amigo o compañero de trabajo que se ajustara a nuestras exigencias.
Debía ser de nuestra mutua confianza y sumamente discreto.
Debido a estas dos cualidades que exigíamos, descartamos rápidamente la posibilidad de involucrar a un compañero de trabajo, por lo que decidimos que debía ser un amigo de alguno de los dos o de ambos.
Esta posibilidad no le atrajo a ella y me pidió que encontrara yo a esa persona y si ella al conocerlo le atraía, me lo haría saber.
Como yo estaba entusiasmado con la idea del trío, me dedique a buscar la persona que podría ayudarnos a cumplir esta fantasía y le comenté sobre un amigo soltero del que ya le había hablado en otras oportunidades y que vive en una ciudad vecina.
A ella esta idea le gustó por lo discreto que podía ser una ciudad distante y por la posibilidad de pasar todo un día conmigo lejos de nuestros hogares, por lo que me puse en contacto con mi amigo Junior, que así se llamaba él.
Le dije que el día sábado estaría en su ciudad y que me gustaría pasar a saludarlo pero que iba acompañado con una amiga.
Él en ese momento no hizo ningún comentario, pero al verme llegar con semejante mujer me dijo que ya se había supuesto a lo que iba. Pero él realmente no sabía el verdadero motivo que nos llevaba a buscarlo.
Emprendimos el viaje a eso de las nueve de la mañana del día sábado y llegamos a nuestro destino una hora y media después. Inmediatamente fuimos a la casa de Junior y lo encontramos listo para salir ya que se había presentado un problema en el hotel donde trabaja como encargado del sistema de comunicaciones que usa el hotel y que pone al servicio de todos los huéspedes alojados.
Al presentarlos me di cuenta que mi elección había sido la correcta ya que ella, como habíamos quedado anteriormente, me lo confirmó con un guiñar de ojos.
Al observar que a ella le había gustado Junior, por lo menos físicamente, y a Junior le había gustado ella, por las continuas miradas que él le echaba a toda su anatomía, estuve seguro de que ese día iba a pasar lo que queríamos ya que del resto lo haría mi amigo sin darse cuenta.
Esto último lo pensé ya que mi amigo es un gran conversador y anima cualquier tema, cosa que le gusta a las mujeres.
Ya hecha las presentaciones, Junior nos dijo que se ausentaría y que volvería pronto, por lo que podríamos quedarnos en su casa y dispusiéramos de ella como si fuera nuestra.
Esto último lo dijo con una entonación de picardía que no pasó desapercibida por Ana, la cual sonrió de una manera seductora devolviendo la picardía. Así nos entregó las llaves y partió.
Al quedarnos solos, no puedo negar que me sentí un poco frustrado, pero ella al instante dijo:
Bueno mi amor, no dejes que esto te incomode, aprovechemos este momento que me tienes excitada desde que salimos y ahora al conocer a tu amigo he sentido como se me humedece aun más la cosita.
Estoy segura que pasaremos momentos excitantes.
Esta manifestación hizo que mi verga despertara de pronto, por lo que la tome por los hombros y la acerque a mi.
Si cariño, tienes razón, las ganas que tengo de ti hacen que te quiera violar aquí mismo.
Entonces hazlo que me muero de las ganas de que me revientes con tu verga, que me hagas tuya, que me poseas por todas partes, por favor no me hagas esperar más.
Entonces, haciéndome eco de sus palabras la besé en los labios con pasión y ella respondió de igual manera.
Si así, me gusta cuando me besas, me gusta cuando me siento tuya, anda poséeme, déjame ver esa verga que tanto me gusta – decía mientras me la acariciaba por encima del pantalón.
La seguí besando en sus mejillas, su cuello, por su escote que tanto me vuelve loco, mientras que ella no paraba de masajear mi verga que intentaba salirse de su prisión.
Se separó un instante de mi para solo para quitarse los últimos botones de su camisa y dejar a mi vista aquellos senos hermosos ya que no esta estaba usando sostén, sus pezones estaban de punta e hinchados como no recuerdo habérselos visto.
Realmente estaba muy excitada.
Me lancé a chupar sus pezones, morder sus tetas, mientras ella gemía de placer y de dolor ya que le hacía daño también.
Estábamos como dos adolescentes en su primera vez, pero con la locura y malicia que te da la experiencia de años de placer.
Mientras estábamos unidos por la pasión caminamos como pudimos hasta un sofá ubicado en el medio de la sala y ahí caímos como dos locos llenos de lujuria.
Le empecé a acariciar sus piernas mientras ella trataba de sacarme la franela que yo llevaba.
Estaba descontrolada.
Se veía en su rostro la extrema excitación.
Me separe de ella solo un poco para que lograra su objetivo mientras yo mismo procedía a sacarme los pantalones.
Cuando lo conseguí ella misma me bajó los interiores lo que hizo que mi verga saltara hacia adelante, ella la tomó en sus manos y como una salvaje empezó a hacerme la mejor mamada que me habían hecho.
Ella estaba furiosa y su mamada era fuerte y rabiosa.
Si déjame chuparte, así, así
Si, chúpalo todo, es tuyo. Trágatelo.
Podía jurar que mi verga estaba más grande que de costumbre. Mientras como pude logre llegar con mis manos hasta su concha, que estaba como siempre afeitada sin rastros de vellos, y me sorprendí por lo mojada que estaba.
Nunca antes lo había estado de esa forma.
Eso me hizo que la separara de mi verga, no sin antes sentir una protesta por parte de ella, para terminar de quitarle la faldita que llevaba puesta y sus bragas.
Entonces nos terminamos de acostar en el sofá para dedicarnos a un 69 fantástico.
Aaaahhh, coño que mojada estas puta. Así te quería sentir. Estas así porque sabes que te vamos a coger dos machos. Dímelo, dímelo, te vamos a coger por tu concha, por tu culo, por primera vez vas a sentir dos vergas para ti sola en tu boca, anda dímelo.
Si papi, hoy me cogerán dos, mamaré dos vergas, me van a partir el culo, aaahhh, siiii asiii, sigue sigueeee que voy a llegar siiii siiiiiii aaaahhhhh, coño coño estoy llegando, dame tu leche ahora dámela aaaahhhh
Si ahí te vaaa, trágatela toda, siente la leche en tu boca, ahiiii llegoooo tómala.
Que rico que ricoooo, ahhhggrr me estas ahogando, eres un cabrón, quieres que cojan a tu mujer, y a mi me gusta ser tu puta, si que ricoooo.
Estabamos tan excitados que llegamos rápidamente al orgasmo. Al rato me dijo:
Fue fantástico. Coño no pensaba que podía gozar de esa manera.
Si, fue fenomenal – le dije – Y aun no esta servido el plato fuerte. Así que debemos ahorrar nuestras energías para cuando vuelva Junior.
Si, pero ahora quiero que me cojas por atrás, lo necesito en mi rabo, no me lo niegues por favor.
No me lo creía, pero por lo morboso del momento mi verga empezó a despertar de nuevo. Tenía años que no me reponía tan pronto.
Ella empezó a pasarme la lengua por la punta de mi pene hasta que se decidió a tragársela por completo.
Si Ana mámala, trágatela toda, prepara mi verga para tu culo. Ese culo sabroso que ahora es mío y pronto será de otro. Siiii asiii.
Yo estaba tan arrecho que no me fije de sus intensiones.
Por primera vez sentí su lengua recorrer mi ano y debo confesar que por lo excitado que estaba no me molestó, incluso llegó a gustarme cuando ella quiso penetrarme con su lengua.
La mire y ella tenía una mirada que no le conocía.
Estaba llena de lujuria y su labios dibujaban una sonrisa de niña mala.
Aunque tenía a la vez un destello de dulzura. La verdad es que no se que me gustó más, si lo que estaba haciendo con su lengua o su cara de puta caliente con su macho.
Si papi déjate hacer, tenía ganas de hacértelo hace mucho.
Hoy va a ser el principio de nuevos juegos – y me dijo algo que me hizo temblar de excitación – hoy vas a perder tu virgo del culo. Hoy te voy a coger yo también. Ese culo va a ser mío.
Por un momento pensé que había sido un error todo esto, pero su lengua me hizo aceptar la situación, por lo que opté por abrir mis piernas y me abandoné a sus deseos.
Ella lo entendió así y luego de lubricarme con su saliva me penetro con un dedo. Al principio y por lo nervioso que estaba me dolió un poco la penetración, pero debo admitir que enseguida empezó a darme gusto. Así me escuché decirle – uuhhm dale, dale más, mete otro dedo que me está gustando.
No se hizo rogar y metió otro dedo. La perra lo estaba disfrutando mientras se metía sus dedos en su concha y así tuvo otro orgasmo más fuerte que el anterior y quedo casi desfallecida en un extremo del sofá. Yo me levanté y le dije:
Coño, casi me hiciste acabar por el culo, no pensé que era tan sabroso.
Ja ja ja, eso me encanta – me dijo – pero no creas que se me ha olvidado la petición de que me partas el culo. Así que empieza ya – me decía mientras que se ponía en cuatro y me daba la espalda apoyándose en el espaldar del sofá.
Yo que permanecía aún con la verga bien arrecha, no me hice rogar y viendo esas nalgas que me invitaban a abrirlas me dispuse a meter mi cara entre ellas. Así le hice una chupada de recuerdo.
Así mi nene, chupa chupa ese culo que te ofrezco – me decía – prométeme que me lo vas a partir, rómpelo que es tuyo.
No esperé más y coloque la punta de la verga en ese hoyito que tanto placer me ha dado y empuje violentamente. Casi se lo metí hasta la mitad.
Coñooooo, aaggggrrrr, como me duele, sácalo sácalo que me duele aggggrrr
Esta vez no, esta vez te violo puta, sufre ahora que me lo estabas pidiendo. Querías que te lo rompiera, así que aguanta como la perra que eres.
Siiii siii soy tu perra cógeme rómpeme asiii sigue no importa que me duela empuja más hazme sentir toda tu verga.
Tu verga que es mía. Goza de este culo.
Así asiiii bebé que sabroso me coges. Nunca te dejare, esa verga es ricaaa.
Así seguí bombeando por un rato hasta que no aguantamos más y terminamos en un orgasmo que se confundió con nuestros gritos de placer.
Al sacársela se volteó y se dedico a limpiarme la verga, ahora con más tranquilidad que antes. Estaba agotada igual que yo.
Quedamos en la posición en que estabamos por unos minutos hasta que la conciencia volvió a nosotros.
Mi vida, nunca antes me habías cogido así, eres una bestia, me has dejado muerta de cansancio – dijo cuando pudo reaccionar.
Si, igual te digo. Pero por ahora debemos descansar. Recuerda que Junior podría volver en cualquier momento.
Y que importa, así podríamos comenzar desde ahora.
Por ti no lo dudo, pero en lo que respecta a mi te aseguro que necesito un descanso. Ya que de otra manera no se si cumpla con lo que se te pueda ofrecer.
Ya sabes lo que se me ofrece, compartir con dos machos apuestos y con dos vergas a mi disposición.
Por eso te lo digo. Si sigo así solo podrás contar con un macho y un mirón, ja ja ja. Porque no creerás que aunque no te responda me voy a perder la función.
Ja ja ja. Vamos a ducharnos y aprovechemos la ausencia de Junior para salir. Quizás encontremos algo que nos haga la tarde aun más interesante.
Así que nos dispusimos a arreglarnos para salir a recorrer la ciudad y recuperar las fuerzas agotas por los momentos pasados.
Luego de almorzar en un conocido restaurante de la ciudad, fuimos a recorrer una playa muy concurrida, pero por el calor decidimos regresar a la casa y ahí esperar a Junior, no sin antes visitar algunas tiendas para damas donde Ana adquirió unas prendas intimas que no quiso enseñarme diciéndome que me aguardaba una sorpresa.
A mi se me ocurrió la idea de obsequiarle uno de esos juguetes sexuales que había visto en una oportunidad anterior que visité la ciudad.
Así que fuimos al Sex Shop y aunque un poco cortados entramos y ella se decidió por un consolador de unos 25 centímetros de largo por 6 centímetros de grueso.
Esto me hizo pensar y decirle que efectivamente necesitaba una verga gruesa y larga que estuviera a su disposición, y ella respondió que la mía era la que le gustaba pero que era una ventaja contar con una como esta para sus momentos de soledad.
Regresamos a casa y Junior aun no había llegado, por lo que opté llamarlo a su celular y me comunicó que se había retrasado por una complicación en el equipo pero que ya tenían el repuesto necesario y que estaba por terminar.
En ese momento se me ocurrió decirle si podíamos llegarnos al hotel y que cuando terminara no tendría que venir a casa sino que allí mismo, como se trataba de un hotel con buenos ambientes y a la orilla de la playa, nos tomáramos unos tragos y veríamos luego que se nos antojaba.
A esto no se negó, por lo que fuimos en su búsqueda.
Eran las 3:15 p.m. cuando llegamos al hotel.
En la recepción le pedimos a una joven que avisara al Sr. Junior Jiménez que habíamos llegado y que estaríamos en el bar del hotel.
Así nos dispusimos a tomarnos unos tragos mientras hablábamos de cosas triviales y un poco del trabajo.
No fue sino hasta una media hora después que mi amigo se presentó pidiéndonos disculpas.
Fue Ana quién le respondió diciéndole «No hay nada que disculpar, somos nosotros los que te pedimos disculpas por ocupar tu tiempo que seguramente ya lo tenias comprometido».
Muy cierto Junior – agregué yo – estamos abusando de tu tiempo. Si tienes algún compromiso por favor no lo dejes por nosotros…
Esperen, esperen. Primero no tengo ningún compromiso previo y segundo estoy realmente encantado de poder compartir esta tarde con ustedes.
Además para hoy solo había pensado en pasar una tarde en casa y acostarme temprano ya que la noche de ayer fue un poco movida. Le celebramos la despedida de soltero a un compañero de trabajo.
¿Una despedida de soltero? – preguntó Ana – ya se como son las despedidas de soltero de ustedes los hombres. Los novios siempre terminan montándoles los cuernos a la novia… si es que no lo han hecho antes.
¿Ah si, acaso las despedidas de la novia no son también muy creativas? – preguntó él mientras el camarero se acercaba con una nueva ronda de tragos.
Ja ja, en honor a la verdad he asistido a unas en que se han presentado situaciones, que ni que les cuento.
Y así, entre bromas y tragos fuimos hablando de varios temas. Estábamos todos muy abiertos a hablar de cualquier tema. A decir verdad, Junior era un anfitrión perfecto.
Cuando sentíamos que agotábamos un tema, él muy discretamente lo cambiaba, hasta que como siempre sucede caímos sin darnos cuenta en materia de sexo.
De esta manera fuimos entrando en calor y las miradas entre Ana y Junior se hacían más frecuente.
De pronto, mientras el nos contaba una de sus experiencia con una chica que estuvo a punto de cazarlo y convertirlo para siempre en un hombre casado, sentí una de las manos de Ana posarse sobre mi muslo y subiendo hasta mi entrepierna.
Ahí la dejo comenzando a darme pequeños pellizcos con las puntas de sus dedos en la cabeza de mi verga que ya estaba deseosa de salir a la guerra.
También yo me lancé a colocarle una de mis manos en su muslo desnudo.
Ella entendió aquello y abrió un poco sus piernas, solo lo que la falda le permitía. Le acariciaba los muslos mientras que ella le daba suaves apretones a mi verga y se recostaba en mi hombro.
Ya Junior tenía que sospechar que algo pasaba debajo de la mesa ya que la respiración de ella se hacía cada vez más agitada. Poco a poco fui subiendo mi mano hasta sus bragas pudiendo sentir lo mojada que estaba.
Me atreví a mover y poner a un lado sus bragas para poder tocar su clítoris, cosa que hizo que ella cerrara sus piernas dejando mi mano atrapada entre ellas.
Permaneció así mientras cerraba sus ojos por unos instantes.
De pronto me apretó la verga tan fuerte que casi di un brinco, cosa que trajo como consecuencia que Junior me mirara con una sonrisa de entendimiento. En eso Ana se levantó diciendo que iba al servicio.
A Junior casi se le salen los ojos cuando ella se puso en pie, ya que llevaba la falta tan arriba que casi se le veían sus bragas.
Ella casi con descaro y sin inmutarse se arreglo la falda mientras lo miraba como retándolo.
Esa situación me pareció una de las más morbosas en la que he estado.
Mientras que ella se alejaba mi amigo no pudo despegar su mirada de aquellas caderas y muslos que tanto me habían llenado de pasión.
Vas a perder la mirada – le dije.
Coño pana, que mujer, de donde la sacaste. Con una mujer así me cuidaría hasta de mis mejores amigos. Así que no te descuides hoy.
¿Qué?, ¿Te ha impactado verdad?.
Y a quién no Carlos. Dime, que tal es?
Bueno, como amiga excelente, muy discreta, sin exigencias, en resumen sin complicaciones. Como hembra, es una mujer exigente en la cama, muy fogosa, muy caliente, le gusta todo. De verdad que es excelente.
Como te envidio amigo, con una esposa como la que tienes, tan dulce y tan hermosa, y además con este monumento de mujer.
Apostaría a que en este poco tiempo has pensado en tirártela.
Bueno chico, somos hombres o no. Además somos amigos o no?. A ti te lo confieso con mucha confianza. Ana ha despertado en mi unas ganas morbosas de acostarme con ella. Con tu permiso claro.
Ja Ja, pues atrévete a ver si se anima y nos alegra la tarde a los dos. Además, de alguna forma debemos pagarte tu hospitalidad.
Coño, me lo dices en serio?, ten cuidado que me animo y hago lo que nunca he hecho a un amigo… cobrarle un favor. Luego no te arrepientas.
No te preocupes. Además debo confesarte algo. En algunas ocasiones hemos hablado de formar un trío, ya sea con otro hombre u otra mujer. ¡Ojo! No es que seamos bisexuales, pero nos ha dado mucho morbo pensar el ello.
Pues debo decirte que esa mujer se merece eso y mucho más.
Pues atrévete a ver hasta donde es capaz de llegar. Por lo que he logrado observar creo que le has gustado.
Seguimos hablando del tema mientras ella seguía sin aparecer, cosa que se nos hizo un poco extraña. Diez minutos más tarde la vi aparecer con una sonrisa de satisfacción que me hizo sospechar el motivo de su tardanza.
Ok, dejemos el tema por ahora que ella viene – dije yo.
Podemos irnos a casa a ver que sucede.
Ok le propondremos irnos a ver si está de acuerdo. Ahora calla.
Hola chicos, ¿me extrañaron?.
Pues debes admitir que tu tardanza no fue normal, tomando en consideración que no hay muchas personas presentes en ese momento.
Los caballeros deben entendernos a nosotras las damas.
Necesitamos tiempo para relajarnos y ponernos atractivas para ustedes. – afirmación que me hizo corroborar que su prolongada ausencia se debió a que su supuesta relajación no fue otra sino una masturbación en solitario. – Se sentó en su silla no sin antes obsequiarme un corto beso con la boca abierta mientras su mirada se dirigía a Junior.
Estaba claro que el plato estaba servido, solo faltaba degustar de tan exquisito manjar.
Junior nos propone dirigirnos a su casa y ahí seguir con este momento agradable. ¿Qué te parece? – Le pregunté.
Por mi encantada.
Entonces vamos – dijo Junior mientras le hacía una seña al camarero para que anotara el consumo a su cuenta.
Hagamos una parada en algún bodegón para hacer unas compras – propuse yo.
Ok – respondieron los dos.
Como Junior andaba en su carro, le dije a Ana que lo acompañara mientras yo los seguía, cosa que aceptaron sin protesta.
Así yo le daba la oportunidad a él para que calentara más el ambiente … si esto era posible todavía más.
En el camino al bodegón pude notar a través del parabrisas del carro de Junior, que tenían una conversación muy animada y que ella se acercaba mucho a él mientras Junior le pasaba el brazo por los hombros.
Hubo un momento en que solo lo vi a él, por lo que supuse que algo caliente estaba sucediendo.
Cuando llegamos al bodegón pude notar que él hacía un gesto como acomodándose el pantalón.
Esto hizo que mi verga diera un salto al pensar lo que estaría sucediendo en ese vehículo.
Cuando él y yo nos bajamos para hacer las compras la miré a ella y me respondió la mirada con una sonrisa y un beso.
Mi pana, te felicito por esa mujer. Es todo una hembra. Me tiene empalmado – dijo él al acercarnos.
Ya veo que has avanzado bastante. Te lo dije, es una magnifica mujer en todos los sentidos.
Si, ahora se a lo que te referías.
Hicimos las compras y regresamos a nuestros vehículos. Me dirigí primero hacia el carro de él y vi que Ana tenía la falda bastante arriba.
Ella, aprovechando que Junior guardaba los víveres y las bebidas en el baúl de su carro, la subió un poco más pudiéndome enseñar su coño sin bragas y me dijo que estaba así desde que salió del servicio en el hotel.
No pude evitar darle un beso que me supo a liquido preseminal, cosa que me hizo decirle «estas descontrolada, así es como me gustas, que seas una hembra hambrienta de sexo». Junior entró al auto y yo me despedí – «nos vemos en la casa» – les dije -. En el trayecto a su casa no observé otra cosa que bromas y risas entre ellos.
Entramos y nos dirigimos a la cocina con las compras, destapamos una botella de Whisky y nos servimos unos tragos.
Propongo un brindis – les dije
Muy bien – respondió Ana – por que lo hacemos.
Me parece oportuno hacerlo por ti. – le respondió Junior – Por una mujer hermosa, capaz de hacer sentir a los hombres que si existen mujeres de verdad, capaz de recordarnos el hecho de que no estamos solos.
Uuuy gracias cariño – le respondió ella acercándose a él dándole un beso en los labios.
Muy bien, has acertado en tu apreciación – dije yo – Pues yo brindo por Ana, por una mujer que me ha llevado a los extremos de la pasión, por una mujer que me ha hecho traspasar la barrera de la realidad para sumirme en los rincones más exquisitos de su cuerpo.
Papiii, no seas así, que va a pensar tu amigo de mi. No le creas Junior, no creas que soy una fierecilla ja ja.
Bien ahora me toca a mi brindar. Brindaré por ustedes, dos caballeros que se esfuerzan y logran que una mujer se sienta amada, deseada, seducida e indefensa.
Gracias a ustedes por este momento. – dijo esto último dándome un ardiente beso de lengua que significo el preámbulo de lo que iba a ser aquella tarde.
Mientras que seguíamos besándonos Junior se dispuso a colocar una música suave que hizo que nos relajáramos aun más. En el ambiente se respiraba mucho morbo.
Mi amigo se dedico a mirar como ella y yo nos comíamos a besos. Dejamos los vasos en la mesa del comedor para estar más cómodos. Estábamos tan excitados que nos olvidamos de la presencia de Junior. A él esto no le importó.
Ella estaba desesperada por sentirse penetrada por una verga, sin importar su dueño. Le empecé a subir a subir su falda mostrando sus grandes y firmes nalgas en toda su extensión, ya que como recordarán no llevaba bragas. De pronto escuchamos decir:
Niños, acuérdense que de no mostrar la carne ante un hambriento.
Acércate, ven acércate, también comerás de estas carnes, seré hoy de ustedes dos. Quiero que me coman completa, quiero sentirlo a los dos, ven aquí.
Mientras ella decía esto, yo le iba quitando su blusa y él se iba sacando su herramienta de su pantalón.
Cuando se la vi note que era como la mía, solo que un poco más gruesa. A ella esa visión le hizo ponerse más arrecha y se lanzó por la mía que aun estaba dentro de mi pantalón.
Nosotros terminamos de desvestirnos mientras ella seguía solo con su falda en su cintura. Parecía una diosa hecha para el amor, hecha para el sexo.
Ella se arrodilló ante nosotros y como si se tratara de un ritual empezó a besarnos nuestras vergas una a una, alternándonos entre besos y chupones, nos sopesaba las bolas mientras nos mordía el glande y nos recorría con su lengua nuestros troncos.
La verdad es que en aquel momento se había convertido en una puta mamadora. Solo existían para ella aquellas dos vergas que le prometían una tarde de placer. Así siguió durante unos quince minutos, ya que cuando intentábamos levantarla, ella se negaba aferrándose a aquellos mástiles como si de ello le dependiera la vida.
Por nuestros gemidos ella comprendió que estábamos próximos a eyacular como producto de aquella estupenda mamada que estábamos recibiendo. Por lo que, muy a pesar de ella se levantó y nos dijo:
No se atrevan a acabar ahora, cómanme toda, si así sigan que me vuelven loca, cójanme toda, clávenme sus vergas, mámenme la tetas, pártanme el culo. Háganme sentir la mujer mas puta del mundo.
Quiero ser de ustedes. Siii asiiii, aahhh que bueno es esto, no quiero que se acabe nunca.
Si mi reina, te daremos todo el gusto que quieras, eres toda una puta caliente. No te salvaras de que te rompamos toda – le dije yo.
Siii cójanme, ahora quiero esas vergas dentro de mi. Por favor háganlo ahora.
Si, te cogeremos como quieras, déjame mamarte y devolverte el favor que me diste antes – le dijo Junior, lo que me confirmó lo que había sucedido en el carro de él.
Si Junior siii, tienes una verga sabrosa, que rica la tienes. Cógeme por favor.
En eso Junior la levanta y la coloca sobre la mesa, le abre sus piernas y mete su cara entre ellas, empieza a echarle una mamada de campeonato.
Asiiii, que rico lo haces, sigue asiii siiii ooohhh ahhhhh, mamaaaa mámala toda. Así es como me gusta, que rico lo haces, oooohhhhhh aaaahhhh me vas hacer llegar me corroooo siiiii estoy llgandoooooo, tómala todaaa.
Explotó en un orgasmo ruidoso que retumbaba las paredes, fue apoteósico verla llegar de esa manera. Mientras yo continuaba chupando sus senos, mordiendo sus pezones, acariciaba sus piernas mientras las abría más para poder ver bien la lengua de Junior como entraba y salía de su concha.
Era una imagen difícil de olvidar, ella desparramada en la mesa con sus piernas abiertas a la merced de dos machos que se disputaban por hacerla gozar.
Enseguida pidió más. Pedía que se la metieran.
Métemela por favor. Quiero sentir tu verga dentro de mi. Hazlo ahora. No me hagas esperar más
Junior no se hizo esperar más y de una sola estocada se la hundió hasta las bolas.
Si ahí la tienes, gózala toda, trágatela completa. Que rico se siente, la tienes tan calienteeeee
Siiiiii, maaas maaas que ricooo coño dame duroooo ah ahhh uuhnnnn cógeme cógeme fuerte siii asiii siiii.
Veía como la verga de Junior entraba y salía en su húmeda cueva mientras ella gritaba que se la clavaran más.
Yo le arrime como pude mi verga a su boca y ella al sentirla la abrió y se la tragó. Ahora tenía a dos machos dentro de ella.
La estábamos cogiendo como nunca lo había sentido. Yo me movía dentro de ella como lo hacia Junior en su coño.
De pronto ella tenso su espalda.
ahhhh otra vez llegoooo ahhha uup uuhmmmm siiiiiii aaahggr. Me vengooooooo. Ahhhhh
Si ahí te va también mi leche tomalaaaa estoy llegandoooo ahhhh – Junior acabó dentro de ella
Ahhhh como te siento tu leche que rica essss, se siente calientica. Ahora tu papi, acaba en mi boca, la quiero en mi boca
Si ahí te vaaa – estaba teniendo el mayor orgasmo de mi vida. Le agarré los cabellos y la hice tragarse toda mi verga.
Le llegue directamente en la garganta produciéndole que casi se ahogara, pero no desperdició nada, se la tomo completa.
Cuando dejó de brotar leche de mi verga, ella se encargó de limpiarme todo rastro de semen que podía haber en mi pene. Luego se bajó de la mesa y se arrodillo frente a Junior para repetir la limpieza en él.
Guaooo eso si que estuvo fantástico. Nunca había gozado tanto – dijo Junior – Eres toda una hembra Ana. Me has dado el mayor polvo de mi vida. – Decía mientras le besaba los labios.
Pues déjame decirte que ustedes me han hecho sentir la mujer más feliz del mundo. Esto es la primera vez que lo siento. Dudo que algún día pueda mejorarlo.
Pues en eso te equivocas. No ha hecho nada más que empezar.
Todavía nos quedan una horas para partir. Eso quiere decir que por otras horas seguirás siendo nuestra hembra. Además aun no he probado ese sabroso coño que tienes.
Me debes eso ja ja. Y por otro lado debemos darle ración doble a tu culo. Ese no se me escapa. Quiero que Junior también lo pruebe y sepa lo que es cogerse un buen culo.
Si, tienes razón, Junior debe romperme el culo también. Si no esta escapadita no estará completa.
Pero antes sirvámonos otros tragos que lo estoy necesitando. Luego me daré un baño que quiero darles un numerito sorpresa. Digamos un obsequio especial a Junior como gratitud por esta tarde que me están dando los dos.
Así que los dejo solos por un momento y ya vuelvo. Descansen un poco que vuelvo en unos minutos.
Así Junior y yo quedamos solos por un rato conversando sobre lo sabrosa que es Ana y lo que estábamos pasando. Yo no aguanté más y le dije a mi amigo que siguiéramos la juerga en el baño junto a Ana.
Cosa que le complació y hacia allá nos dirigimos no sin antes servirnos otras bebidas.
Entramos al baño sin tocar y lo que vimos nos paralizó. A través de la transparencia de la puerta de la ducha pudimos ver su silueta.
Estaba de espalda a nosotros mostrándonos sus anchas caderas con unas nalgas grandes y redondas que terminaban en dos muslos verdaderamente hermosos, gruesos, firmes y largos.
Su pequeña cintura en comparación con el resto de su cuerpo y su espalda casi oculta en su totalidad por un abundante cabello que terminaba en el nacimiento de sus nalgas.
Verdaderamente una diosa hecha para el amor y el sexo. Abrí deslizando la puerta hacia un lado y ella volteó sorprendida.
¡¿Qué hacen aquí?¡, les dije que esperaran afuera.
Lo siento nena, pero no he aguantado las ganas de verte así – le dije – Nos tienes como dos adolescentes calientes y hambrientos de ti.
Veo que aún andan con ganas. – dijo ella sonriendo y bajando su mirada hasta nuestras vergas – Eso me gusta. Esta bien, entren a ver si el agua fría les calma un poco.
Pues te diré que necesitaremos algo más que agua fría – aseguró mi amigo.
Si Ana, ahora al verte así no evitaras que te comamos aquí – le dije.
Entonces no esperen más. Bañémonos juntos. – invitó ella.
Mientras ella tomaba el jabón y empezaba a enjabonar mi pecho, junior se le acercó por su espalda y la abrazó desde atrás haciendo que su tranca se colocara entre sus nalgas sin llegar a entrar entre ellas.
Oohhh que rico es sentirla así.
Yo, me pegué a ella por delante logrando que estuviera pegada a dos vergas que intentaban abrir paso entre sus carnes. «uuhhmm siii, que rico se siente esooo» decía ella mientras contorneaba sus caderas para sentir mejor el roce de aquellas dos vergas.
Así seguimos restregándonos entre los tres, teniéndola a ella en el medio. Mientras Junior le besaba el cuello yo me dedicaba a sus senos, se los volvía a morder como había hecho antes.
Aaaahhh, sigan así. Como lo disfruto. Que bueno se siente esto. No paren.
Bajé una de mis manos hasta su concha y con un dedo le frotaba su clítoris, mientras que con la otra seguía acariciándole sus senos.
A todo esto Junior separó sus nalgas para poder meter su tranca entre ellas y luego me acompañó a acaríciale la parte delantera de su cuerpo.
Eran cuatro manos las que recorrían aquel cuerpo deseoso de caricias mientras el agua caía sobre él.
Yo la besaba en sus labios y ella me entregaba su lengua la cual chupaba con pasión. Así estabamos cuando ella se volteó para corresponderle las caricias a mi amigo.
De esta manera Junior y yo intercambiamos de posición. Ahora era yo quien le separaba sus nalgas para ocupar el lugar que Junior había dejado.
Seguimos jugando de esta manera hasta que presioné sus espalda para que su culo quedara en posición y dispuesto a la penetración que deseaba hacerle.
Si papi, hazlo ahora, cógeme con fuerza. Ven Junior que quiero hacerte una mamada – dijo ella mientras se inclinaba apoyándose en los muslos de él y procedía a tragarse aquella verga que tanto placer le dio momentos antes.
Ya en posición detrás de ella tome mi tranca en mis manos y apunté hacia su concha que estaba empapada de jugos que se confundían con el agua de la ducha.
Queriendo prolongar el placer al máximo, se la fui metiendo poco a poco, centímetro a centímetro mientras ella masturbaba con una mano la verga de mi amigo y le daba fuertes chupadas a su glande.
Siii asíi, papi cógeme asiii. – decía ella entre chupadas.
Ahhh que bien la chupas. Eres una excelente mamadora de vergas. Si sigues así voy a llegar en tu boca.
De pronto empecé a penetrarla con fuerza haciendo que Junior se apoyara en la pared para no perder el equilibrio. Cada empuje que le daba hacía que ella se tragara un poco más la verga de él y mis bolas golpeaban con fuerza sus nalgas haciendo un sonido de chapoteo por el agua de la regadera.
Aahhh, agghhh agghhh, arrrggg – solo se le escucha decir por la verga que tenía en su boca.
Si nena siii, aguanta y siente como te cojo, que buenas estas ricura, sii dame tu cosa que tanto me gusta, esta caliente como siempre. Sigue chupando mientras te cojo. Siii siii asiii.
Se saco por un momento la verga que tenía en la boca para decirme.
Si cabrón, cógeme duro, dale duro a ese coño, reviéntalo como sabes hacerlo sigue sigue asiiii.
Junior la tomo por los cabellos y le obligó nuevamente a meterse la verga en la boca.
Calla mujer calla y sigue mamando. Hazme llegar en tu boca, saborea mi leche que esta por salir y tu Carlos, sigue empujando que esta perra quiere verga, dale duro para aprenda a coger, dale duro que desde hoy no se va a poder sentar.
Yo seguía en mi afán por metérsela cada vez más. Le metí un dedo en el culo y empecé un mete y saca con el dedo que parecía otra verga que la penetraba. Estábamos frenéticos los tres.
Siii siii sigue ábreme el culo, coño que rico sigue sigue asíiiiii.
Aaahhhhh agggrrrr – Junior empezó a descargar sus bolas en la boca de ella.
Ana no fue capaz esta vez de tomar toda su leche y tuvo que sacarse la verga de la boca para no ahogarse. Los últimos disparos de leche de Junior fueron a parar en la cara de ella, en sus cabellos y en sus senos.
Aaaahhhh siii me vengo, estoy llegandoooo, dame dame mássss, cógeme cógeme que me vengooooo, aaaaahhhhh, aaagggggg – gritaba ella mientras tenia otro orgasmo fabuloso.
Tomaaa tómala toma mi leche. Siéntela caliente como te entra. Asiii asiii ricura que sabroso está tu concha. Que rico se siente tu culoooo.
Estallamos los dos en un orgasmo simultaneo que casi nos hizo caer al piso. Regué su cosa y sus nalgas con mi leche.
Después de limpiar la verga de Junior se arrodilló frente a mí y me quitó los últimos rastros de mi llegada ya que una buena parte se la había llevado el agua que aún caía en nosotros.
Coño Ana eres una mujer fabulosa, no me extraña que Carlos esté tan prendado de ti. Verdaderamente eres grandiosa
Uf, gracias por tu cumplido Junior. Pero eso se lo debo a ustedes. Me mantienen excitada. No sé si será por la novedad de tener sexo entre tres, pero desde que llegamos no he dejado de estar excitada. Todo se lo debo a ustedes.
No Ana, lo que pasa es que eres una mujer muy sensual e insaciable. Necesitas desfogarte. Sabía que estabas necesitando una relación como esta. Aunque me ha gustado mucho esta experiencia, me duele comprobar que no soy suficiente para ti.
No, no digas eso. No es verdad. Eres lo mejor que me ha pasado. Pero debes admitir que esto ha sido y sigue siendo excitante y no he logrado contenerme.
Me da mucho morbo. Pero ahora que les parece si seguimos con el baño. Necesitamos descansar. Recuerden que les prometí un numerito y los quiero a los dos en óptimas condiciones.
Seguimos sus consejos y continuamos bañándonos entre bromas y risas, procurando que las caricias fortuitas que nos hacíamos no causaran que nuestro libido volviera a despertar. Todo en procura de mantenernos en forma para ese numerito que tanta curiosidad nos causaba a Junior y a mí.
Al rato estabamos mi amigo y yo en bermudas y franela en la sala de su casa tomándonos unos tragos mientras que Ana descansaba y recuperaba sus fuerzas durmiendo en la habitación de huéspedes.
Pasaron casi tres horas mientras él y yo hablamos de nuestras familias, nuestros trabajos y los planes que tenía él para futuro, ya que al contar con 36 años le decía que debía enseriar su vida para dedicarse a una mujer y pensar en formar una familia.
También tuve que llamar a mi esposa y disculparme por la tardanza, diciéndole que Junior y yo habíamos quedado en vernos y que estábamos en su casa tomándonos unos tragos y jugando a las cartas con un grupo de amigos de él.
También le dije que si se me hacía muy tarde me quedaría a dormir y regresaría al día siguiente temprano.
Claro que no le gusto mucho aquello pero estuvo de acuerdo ya que a ella, como es natural, no le gusta que maneje bebido y mucho menos de noche.
Así estábamos cuando vimos aparecer a Ana que tan solo llevaba puesto un diminuto pantalón que apenas le tapaban sus nalgas y un sostén de esos que resaltan el busto haciendo que sus senos quisieran escapar de tan apretado encierro.
Era una visión que levantaba el ánimo a cualquiera.
Nos levantamos de nuestros asientos y fuimos a su encuentro.
Hola, estas bellísima. ¿Has disfrutado de tu merecido descanso? – le pregunté.
Hola guapos, que hora es.
Las ocho querida – le respondió Junior.
¡¿Las ocho?!. ¿Porqué no me despertaron antes?. Ya tenemos que irnos y les había prometido algo.
No te preocupes amor. Si lo dices por mí ya lo arreglé todo. Llamé a casa y dije que volvería mañana. Así que tenemos el resto de la noche para nosotros. Ahora, si lo dices por ti, puedes llamar tu también.
No, no. Lo digo por ti. Pero no está demás que yo llame a mi casa. Deben estar preocupados.
De esta manera también ella se comunicó con su familia y les dijo que se quedaría en casa de una amiga dando una excusa parecida a la mía. «Somos dos sinvergüenza» – pensé para mis adentros.
Bien, arreglada la situación y todos de acuerdo, voy a buscar otro vaso para Ana, así se pone a tono con nosotros – dijo Junior.
Bien pensado, veo que me llevan alguna ventaja.
Ella se sentó a mi lado mientras que Junior lo hacia en frente de nosotros. Hablamos de temas de relativa importancia, pero la presencia de Ana y su poca vestimenta hacía que no apartáramos la vista de su bella anatomía.
Decidí acostarme en el sofá donde estaba, apoyando mi cabeza en las piernas de ella, posición que me daba una buena vista de sus senos erguidos.
De vez en cuando volteaba mi rostro hacia ella y le mordía su vientre. Ahora el incómodo era mi amigo, a quien ya se le veía un bulto enorme dentro de sus bermudas. Ana empezó a acariciarme mi cabello mientras tomaba un sorbo de su trago y tomando un trozo de hielo con sus labios lo paso a mi boca con un gesto muy sensual.
Seguimos con este juego un buen rato mientras éramos observados por mi amigo quien por momentos se acariciaba su verga por encima de su ropa.
Ana, como para hacer que Junior se excitara más, acerco su mano hasta mi entrepiernas tocándome mi pene, primero por encima del bermudas para luego meter la mano dentro de él y acariciarme directamente sin ningún obstáculo ya que no llevaba interior.
Así siguió por un buen rato mientras hablaba de cosas sin importancia y fijando la mirada en el mano de Junior que la tenia dándole fuertes apretones a su verga, pero aún sin sacarla.
Entonces Ana le hizo un gesto a Junior para que le enseñara lo que su mano apretaba y éste ni corto ni perezoso saco la verga que estaba como un mástil.
Ella procedió a hacer lo mismo con la mía la cual estaba empinada y apuntando al techo, realizando un movimiento suave de sube y baja con su mano, cosa que me dio mucho placer.
Veo que los dos están con sus pistolas preparadas para disparar. Parece que buscan al culpable de un delito, ja ja ja – bromeó ella – Pero deben contenerse ya que les prometí algo y quiero cumplirlo. Así que, como veo que ustedes están deseosos de más acción y yo estoy que hiervo, me voy a preparar, pero antes…
Parándose se dirigió hasta mi pene, arrodillándose lo tomo entre sus manos y se lo trago por breves momentos dándoles suaves chupones y pasando la lengua por todo su tronco. Inmediatamente se levantó y se fue hasta donde se encontraba Junior y procedió a hacer lo mismo con él, para luego irse hasta la habitación donde había descansado.
Al quedarnos solos Junior y yo nos vimos las caras con expresión de curiosidad y le dije:
Así es ella. De repente te sorprende y hace una de las suyas.
Pues estoy seguro que será una grata sorpresa y espero no tarde mucho por que me tiene caliente. No termino de sorprenderme con ella. De verdad que está exquisita.
Bueno, no nos queda otra cosa sino esperar.
Aprovechamos para servirnos otros tragos mientras esperábamos a que Ana volviera a aparecer.
Cuando al fin lo iba a hacer, nos pidió que nos pusiéramos de espalda a ella y que no volteáramos hasta que ella lo dijera. Ahora si que nos picó el mosquito de la curiosidad, pero decidimos hacerle caso. Después de todo a una mujer así nada se le podía negar.
Escuchamos mientras llegaba y al estar justo a unos tres metros detrás nuestro, dijo:
Ahora sí caballeros, pueden mirar.
Al mismo tiempo volteamos los dos y casi caemos de la impresión.
Que mujer, que hembra, que diosa. Si la visión de antes fue extraordinaria esta era excepcionalmente maravillosa, soberbia. Ante nosotros se encontraba una mujer digna de las mejores y excitantes películas pornos.
Aquellos modelos de mujer que se veían en esas películas estaban inexorablemente opacadas por esta realidad de mujer que teníamos al frente. Permítanme describirla:
Su Cabello parecía húmedo por la gelatina que se había colocado.
Lo llevaba compartido en dos y se lo pasaba desde atrás hacia delante en partes iguales por cada uno de sus hombros.
A diferencia de lo que era su costumbre, maquilló su rostro con mucha delicadeza, la pintura que usó para sus labios era casi del color de los mismos, usando también un delineador que los resaltaba y la hacia ver muy sensual.
Por toda vestimenta estaba usando un ajustado sostén blanco de encajes diferente al que usó antes.
Este le resaltaba aún más los senos y solo escondían sus pezones y una parte de sus aureolas que tenían un color casi rosado.
Usaba unas bragas que hacían juego con su sostén y casi no tapaban la rajita de su concha, pero que por atrás no se metía entre sus nalgas logrando esconder parte de ellas dejando el resto a la imaginación.
Verdaderamente exquisita. Usaba además un fabuloso liguero y unas medias también de encajes que le llegaban hasta la parte alta de sus muslos. Estas últimas prendas de un color rosado muy pálido.
Y para rematar unos zapatos de tacón alto también rosados los cuales ya se los había visto en otras oportunidades. Parecía una niña en un cuerpo de mujer.
Nos quedamos como de piedra observándola. Paralizados ante tanta belleza.
Pero lo que más nos impresionó fue el hecho de que esa niña llevaba en sus manos aquel juguete que en horas de la tarde compramos en el sex shop. ¡Un consolador de 25 centímetros de largo!.
Y claro, el resto de sus vestimenta fue comprada por ella esa misma tarde y ahora comprendía cual era esa sorpresa que me tenía guardada.
Nuestra única expresión en ese momento fue quedarnos sorprendidos como dos niños a los que se les hace el regalo más esperado. Junior y yo nos vimos las caras y parecía que nos preguntábamos: «¿Qué busca esta mujer?.
Como si no supiéramos la respuesta.
¡Ana, estas, estas hermosa! – casi tartamudeaba mi amigo.
¡Pero mujer, ¿Qué intentas, acaso no has tenido bastante?. Pero ¿Qué haces con esa cosa en las manos?. – reaccioné preguntándole.
Ana soltó una alegre carcajada, convencida de que su apariencia había surtido el resultado esperado por ella.
Pero muchachos, díganme, acaso no les gusto, acaso no les parezco atractiva… si no es así me quito esto ahora.
No, no no – dijimos los dos.
Estas muy bien así. Nunca pensé que nos sorprenderías de esta manera.
Está claro que querías impactarnos y si, lo has logrado. Pero acláranos algo. ¿Qué coño haces con ese pene plástico en las manos – volví a preguntarle.
Ah, ¿esto? – preguntó alzándolo más allá de su cabeza – Pues se me ha ocurrido invitar a este «amiguito» que recién he conocido y que me parece que podría ser de gran ayuda. ¿No les parece?.
No se nos ocurrió otra cosa que hacer silencio antes sus intenciones que hasta ahora nos aclaraba aquello del numerito que tenía para nosotros.
Ahora chicos, en que habíamos quedado antes de ausentarme, ah pero por favor sírvanme otro trago que lo estoy necesitando.
Esta vez fui yo quien fue en búsqueda de la bebida que solicitaba. Una vez servida nos fuimos a ocupar los puestos que antes teníamos, pero ella le pidió a Junior que se sentara a su lado.
De manera que los tres ocupamos asientos en el sofá de la sala quedando ella entre nosotros dos.
Cada uno de sostenía un vaso en una mano, pero ella a diferencia de nosotros sostenía en la otra aquel miembro de plástico que tanto nos llenaba de curiosidad.
Hablamos un rato de lo hermosa que ella se encontraba mientras, piropeándola, con nuestras manos libres le acariciábamos sus partes visibles.
Poco a poco empezamos a sentir que el libido comenzaba a florecer en nosotros. Ella apurando el trago vació el vaso y luego lo colocó en la mesa de centro lo que la hizo levantarse un momento e inclinarse de espaldas ante nosotros, cosa que aprovechamos para darle un par de palmadas en sus duras nalgas.
Volvió a sentarse mirándonos de una manera muy sensual.
Nosotros dejamos nuestros tragos y nos dedicamos a besarla entre los dos. Mientras la besábamos le acariciábamos cada centímetro de su cuerpo. Ella alternaba sus besos girando su cabeza hacia cada uno de nosotros.
Sus besos eran cada vez más calientes y su respiración se entrecortaba a ratos.
Estaba yo besándola en los labios mientras Junior le comía a besos uno de sus senos y le acariciaba el otro.
Cuando mi mano buscó su entrepierna noté algo extraño entre sus muslos.
Ella estaba acariciándose por encima de las bragas con aquel falo que no soltaba. Me miró directo a los ojos y los volvió a cerrar.
Ella estaba masturbándose con el pene de plástico. Junior, quien estaba abandonado en los senos de ella, no se había percatado de ese detalle, por lo que le toqué un hombre para que viera lo que ella estaba haciendo.
Ella continuaba con los ojos cerrados concentrándose en su placer y nosotros desde ese momento nos dedicamos a observarla como gozaba con ese inmenso pene.
Ella, al dejar de sentir las caricias de Junior en sus senos, les dedico a estos suaves apretones con su mano libre. Sus gemidos en aquellos momentos no eran fuertes pero si continuos.
Así continuó por varios minutos hasta que su mano, la que poseía en los senos, la llevó también a su vagina para colocar hacia un lado sus bragas mientras separaba las piernas.
Empezó a frotarse el clítoris con aquel pene de manera muy suave, se los pasaba por los labios vaginales los cuales se encontraban brillantes por el líquido que manaba de su interior.
Mientras mi amigo y yo solo le acariciábamos sus hombros como para que sintiera nuestra presencia, pero sin querer desconcentrarla de lo que estaba haciendo.
Aquella imagen nos tenía fascinados. Seguía acariciándose sus senos a la vez que le daba pequeños pellizcos a sus duros pezones que los tenia más parados que nunca.
De pronto abrió más las piernas y se echó hacia delante dejando sus nalgas fuera del mueble para facilitar la penetración que se había empezado a hacer. Pensé que por lo grueso del dildo se le iba a ser difícil la entrada.
Pero no fue así, por lo lubricada que estaba la punta entro con relativa facilidad y los primeros cuatro centímetros desaparecieron en ella haciendo que un pequeño grito se confundiera con sus gemidos.
Así empezó aquella fantástica penetración que hacia desaparecer el pene entre sus piernas. Llevaba adentro casi diez centímetros cuando lo sacó casi en su totalidad para volverlo a meter al instante.
En ese mete y saca siguió por cinco minutos mientras sus gemidos se hacían más fuertes y continuos.
Las penetraciones se hacían cada vez mas fuertes y profundas. Tenía adentro más de quince centímetros y todavía se lo empujaba más.
Se lo sacaba y se lo metía y en cada metida se tragaba tres o cuatro centímetros más. De esta manera se lo fue tragando todo poco a poco delante de nuestros sorprendidos ojos. Jamás pensamos que se lo podía meter de esa manera.
Mientras sus gemidos se acrecentaban, movía sus caderas en forma rítmica y las rotaba como si tuviera encima de ella un macho que se la estuviera cogiendo.
La brusquedad de sus movimientos casi le hacen caer al piso. La sostuvimos entre los dos y rápidamente la acomodamos a lo largo del sofá mientras ella seguía sosteniendo la verga que tenia entra las piernas para que no se le saliera ni un centímetro.
Así, al estar en una posición más cómoda, abrió más sus piernas y las penetraciones se volvieron más violentas empezando a gritar por el orgasmo que se le venía.
De pronto se puso tensa a la vez que daba un largo suspiro cerrando sus piernas de manera que el dildo quedó aprisionado en aquella cueva que se lo tragaba hasta el final. Parecía convulsionar por los continuos orgasmos que se estaban produciendo uno tras de otro dentro de ella.
Pasaron otros minutos hasta que ella volviera poco a poco a la calma hasta que abriendo los ojos nos miró dibujando en su rostro una sonrisa de satisfacción y procedió a desencajar de su cuerpo aquello que tanto le dio placer. Lo primero que dijo fue:
Uf, denme algo de beber, estoy agotada.
Esta vez Junior no le preparo un Whisky, sino que fue a la cocina y regresó con un vaso con agua para Ana quien bebió todo el contenido.
Necesitaba esto. Gracias. Esta era la sorpresa que les tenía, aunque no me imaginaba que iba a ser así de agotadora. ¿Que me dicen, les ha gustado?
Ni que decirlo, creí que ibas a desfallecer – le dije.
Coño Ana que susto me diste. Pensé que te ibas a hacer daño con eso – señaló Junior.
No fue así. Todo lo contrario, sentí mucho placer créeme… Pero ustedes chicos, que me dicen de ustedes. No puedo dejarlos de esa manera – se refería a nosotros señalando nuestras vergas que, aunque no estaban en plena rigidez, se notaban a través de nuestras bermudas con ganas de guerra.
No te preocupes por ahora. Limítate a recuperar tus fuerzas que te aseguro que la noche es larga y algo se nos ocurrirá para devolverte este espectáculo que nos has ofrecido. ¿Cierto Carlos?.
Cierto – respondí – Pero te pido que te conserves como estás. Esta noche quiero hacerte el amor así.
No era mi intención cambiarme. Pero debo recuperar la frescura de antes. Espérenme que me arreglo. – se levantó y se dirigió al aseo.
Nosotros quedamos solos de nuevos y Junior fue a la nevera para servir más hielo para acomodar nuestros tragos. Al regresar me dijo:
Esto si que no lo esperaba. Una hermosa mujer gozando en nuestra presencia y nosotros con las vergas a mil y sin poder hacer nada ya que una verga artificial estaba tomado nuestro lugar.
Aunque sé de sus gozadas en solitario, jamás le había visto hacerlo. Eso me demuestra que aún me queda mucho por conocer de ella – continué yo.
Esta situación no ha hecho más que aumentar más mis deseos por ella. No aguanto más a tenerla en mis brazos y cogerla como debe ser. Pero esta vez será en la comodidad de la cama. Se me ocurren muchas cosas para hacerle.
Pues yo estoy que reviento y ahora más con esta conversación. Eso que nos mostró fue la punta del iceberg. Ahora es que nos quedan horas de cogidas con Ana. Lo que me preocupa es mañana cuando mi esposa me pida que la coja. No sé si le pueda corresponder. Esta mujer nos va a exprimir.
Seguimos con el tema mientras tomábamos los tragos a la vez que sobábamos nuestras respectivas vergas por encima de los pantalones.
Ana se presentó ante nosotros y se veía recuperada. Estaba tan radiante como antes. Se renovó por completo … al menos eso es lo que apreciábamos.
Como si hubiera adivinado las intenciones de Junior, nos dijo que nos esperaría en la habitación y que no tardáramos. Nosotros optamos por quedarnos un poco más en la sala. Nuestra intención era que ella se impacientara lo que haría que, cuando estuviésemos a su lado, sintiera más las ganas de poseernos. Pero hay que admitirlo, los impacientes éramos nosotros.
Al fin, cuando terminamos nuestros tragos nos dirigimos a la habitación de huéspedes y la encontramos acostada de lado de espalda a nosotros.
Nos deleitamos por un momento de la vista que nos ofrecía. Estaba vestida tal como nos había dejado, incluso llevaba puestos sus zapatos por lo que, como les dije antes, parecía una modelo sacada de una película porno.
Nos acercamos a la cama rodeándola cada uno de nosotros por lados diferentes, ella permanecía con los ojos cerrados como si estuviera dormida lo que la hacía más indefensa ante dos machos que tenían como única intención saciar con ella sus más bajos instintos.
Al sentarnos en la cama ella abrió los ojos y se volteó quedando boca arriba extendiendo sus brazos hacia nosotros.
Son unos chicos malos, me hicieron esperar mucho.
Pues ahora nos tienes aquí dispuestos a hacerte gozar – le dije.
Si, nos tienes a tu entera disposición. Tu única alternativa es vivir el placer que te vamos a ofrecer. – le ordeno Junior.
Pues aquí me tienen. Seré su esclava por el resto de la noche.
Empezamos por acariciarle la parte superior de sus senos que, estando acostada, parecían mas grande y desbordantes. Luego, mientras Junior se dedicaba a la parte superior de su cuerpo yo me encargue de bajar hasta la parte superior de sus muslos besándoselos por su parte interior.
Ella había tomado la precaución de usar un perfume que tanto me gustaba y que me llenaba de excitación.
Era un aroma dulce e inconfundible que usaba en su sexo.
Le abría las piernas acercándome a su sexo mientras mi mirada se dirigía hacia lo que Junior le estaba haciendo. En ese momento el ya le había sacado sus senos del sostén lo que producía en ella gemidos de placer.
Ella metía en su boca uno de sus dedos y se lo chupaba como si se tratara de un pene. Le hice a un lado sus bragas y abrí al máximos sus piernas, ahí introduje mi cara para hacerle una profunda mamada. Se retorcía de placer por las chupadas que le estaba haciendo mientras que Junior se levantaba y se quitaba su bermudas. Cuando lo hizo su verga saltó hacia fuera mostrando una erección bárbara.
Ana estiró la mano hasta él y le agarro la verga con firmeza para luego comenzar a masturbarlo lentamente. Lo atrajo hacia su boca empezando a hacerle una mamada de campeonato.
Yo seguía con mi lengua dándole suaves lengüetazos a su clítoris. Su placer aumentaba cada segundo.
Si asiiii mámala, chúpala toda dame gusto – decía ella
Ana sigue mamándola, trágatela toda con tu boca – dijo Junior mientras se sentaba en el pecho de ella con una pierna a cada lado de su cuerpo.
Mientras penetraba aquel sexo con mi lengua, me dispuse a sacarme los bermudas como pude. Ya mi verga estaba que no aguantaba más por lo que haciendo una gran esfuerzo me separé de su sexo para luego disponerme a penetrarla.
De esta manera me coloque de rodillas entre sus piernas colocando sus tobillos en mis hombros y agarrando mi pene lo coloque en la entrada de su coño abierto. De un solo empujón la penetre lo que hizo que apretara con fuerza la verga que tenía en su boca.
ughh, ughh, agrr – era lo único que brotaba de su garganta.
Junior estaba moviéndose como si la estuviera culiándo por la boca y ella se ahogaba cada vez que él le llegaba profundo. Mientras, yo seguía dándole con fuerza en su coño con mi verga. Así estuvimos dándole por varios minutos. Ella dejo caer sus pies apoyándolos en la cama y subía sus caderas para sentir más la penetración que le hacía. Cuando yo estaba por llegar al orgasmos me detenía para hacer más duradero el placer. Luego volvía a bombear esa concha que estaba tan mojada que mi pene resbalaba en ella con mucha facilidad. De vez en cuando se sacaba la verga de Junior de la boca solo para decir «MÉTELA, MÉTELA MÁS, DAME DURO, ÁBREME TODA, COJEME FUERTE, ASII ASIII, ME GUSTA COMO ME COJEEEENN, QUE VERGA MÁS SABROSAAAA…». Mientras Junior sacaba y metía su verga de la boca de Ana, yo la metía y sacaba de su concha caliente y sentía como ella trataba de tragarme con ella.
Al rato cambiamos de posición. Yo me acosté de espaldas y fue ella quien se puso en cuatro empezando a hacerme una fantástica mamada. Se la tragaba completa para luego sacársela casi completa, solo mantenía adentro el glande deteniéndose ahí para chuparlo con deleite. Mientras Junior, viendo el culo que se mostraba empinado, se colocó detrás de ella y se la metió de un empujón por el coño.
Siii, métela, métela, es tuyo también ese coño, más, más, asiii que rico, como me hacen gozar – decía ella a la vez que se sacaba mi verga de su boca – Aaahhh, ah ah, siiii asiiii, ricoo ricoooo. Dale duro que siento que me llega, llego, llegoooo, ahhhhh.
Si mi amor, comete esta verga. Tu coño esta sabroso y calienteee. Como me tragas, eres toda una puta, que rico te cojoooo.
Mientras yo pistoneaba su boca veía como Junior la tomaba con fuerza por su cintura y se afincaba en ellas para que la penetración fuera más fuerte y profunda. Esa visión hizo que mi leche subiera y estallara en un orgasmos fabuloso como nunca antes. Junior se unió a nosotros y los tres llegamos casi al mismo tiempo. Aquello se convirtió en un ambiente donde solo se escuchaban gemidos y gritos. Ana tenía un orgasmo tras de otro. Estaba gozando como nunca lo había hecho. Parecía volverse loca. Sus movimientos hicieron que mi verga saliera de boca recibiendo parte de mi leche en su cara, cabellos y senos. Lo mismo sucedió con Junior. Le regó parte de su leche dentro de su concha, mientras que el resto fue a parar a las nalgas y a los muslos de ella.
Caímos rendidos en la cama mientras nuestras respiraciones seguían aceleradas. Nadie hablaba. Nos mirábamos y comprendíamos lo mucho que habíamos gozado. Después de un buen rato los tres estábamos boca arriba con Ana en el medio de nosotros.
Hoy me he sentido una verdadera puta. Ustedes me han tenido caliente todo el día. – decía ella mientras tomaba en sus manos nuestras vergas y las masturbaba suavemente haciendo que se empezaran a despertar de nuevo.
Coño, parece que no has tenido suficiente – le dije.
Pues no. Quiero aprovecharlos al máximo. Quiero sacarles hasta la última gota de leche. Respondió mientras se giraba hacia mí ofreciéndole su trasero a Junior.
Guaoo, que culo tan sabroso tienes Ana. Un culo así merece una buena cogida. – Le dijo mi amigo.
Pues trátalo bien que es todo tuyo.
Así empezamos de nuevo. Parecía que aquella noche no tendría fin. Ella se comportaba como una yegua insaciable.
Manteniéndola entre nosotros, Junior y yo nos volteamos hacia ella. Baje una de mis manos hacia su coño que estaba empapado por la corrida anterior y por lo nuevos jugos que fluían de ella. Estaba tan lubricada que le metí tres dedos sin problemas a lo que ella respondió con un nuevo quejido de placer.
Mientras sucedía esto, Junior le atacaba por la parte de atrás con uno de sus dedos. Intentaba metérselo en el culo con cuidado. Yo lo ayude pasando un poco de sus jugos hacia su hoyito trasero, lo que hizo que inmediatamente el dedo de Junior se hundiera el él con facilidad. Ella movía sus caderas hacia delante y hacia atrás buscando una mejor penetración de ambos. Pude sentir como mi amigo metía otro dedo dentro de ella quien no paraba de gemir y pedir más. «Si, cójanme, si aaahh, asii asiii, que sabroso se sienteee, más más más, si cójanme entre los dos, se siente ricooooo.
Así seguimos dándole por unos minutos. Pero yo no quería llegar así ni quería que ella lo hiciera. Se me había metido en la cabeza hacerle algo que ella nunca había sentido y en lo cual yo nunca había participado. Quería hacerle junto con Junior una doble penetración y esta era la oportunidad.
Entonces yo me volví a acostar de espalda tirando de ella para que quedara sobre mí. Quería ser yo la que la poseyera por su concha ya que así le vería su cara que me imaginaba que sería todo un poema de placer. Mi verga estaba ya en plena en plena erección y ella la sintió en su vientre.
Si papi quiero que me la metas hasta adentro – Decía ella mientras pasaba cada una de sus piernas a cada lado de mi cuerpo para luego dejarse caer sobre mi verga que estaba por reventar – aaahhhh siiii que sabrosooo.
Si mami trágatela que es tuya. Deja que te entre toda. Siente mis bolas que te las voy a meter también.
Así empezó a cabalgar sobre mi sin subir pero con movimientos circulares que hacían que mi verga entrara lo más profundo dentro de ella. Volteó su cara hacia Junior y lo vio parado a su lado con la verga empinada la cual agarro y se la mamo. Yo le pellizcaba sus pezones los cuales estaban rojos de tanto ser chupados y mordidos. Seguimos moviéndonos los tres por unos minutos.
En un momento que Junior le sacó la verga de su boca, yo aproveche para empujarla hacia mí de manera que su culo quedara empinado hacia arriba. No me importó que momentos antes Junior ocupara la boca de ella con su verga y empecé a darle un beso largo y profundo con mi lengua. Su boca le sabía a semen como en la tarde. Le agarré sus nalgas con cada una de mis manos y se las separé, lo que hizo que mostrara su hoyo en todo esplendor.
Junior, al mirar aquella acción me miro a los ojos y yo le hice una señal que él entendió a la perfección, por lo que al momento fue a colocarse detrás de ella arrodillándose y sumergiendo su cara entre esas nalgas que lucían alucinantes.
Ana, al sentir a Junior detrás de ella dio un respingo y empezó a mover sus caderas con más fuerzas.
Si si, chupa chupa que me gusta asííí, mete tu lengua en mi culo aaahhh siiii.
Cuando Junior dejó de chupar ella volteó y le dijo:
No pares sigue no pares.
Entonces ella vio las intenciones de mi amigo cuando él le mostró la verga en sus manos y apuntándole al culo.
¿Qué me van a hacer?. Me quieren reventar el culo mientras me cogen el coño. No, nooo, nunca lo he hecho así. Por favor nooo.
Si, déjalo hacer. Hoy te vamos a coger entre los dos y a la vez. Vas sentir dos vergas dentro de ti – le dije yo.
Si mami veras que te va a gustar esto. Veras que lo gozaras. Déjame metértela – decía Junior mientras empezaba a empujar su verga dentro del culo de ella.
Aaahhhgggrrr aahhgggrrr, me duele me duele, esta bieeeenn hazlooo con cuidado aaahhgggrr. – su voz se le escuchaba gruesa, estaba sufriendo por la doble penetración.
Si mami siii solo un poco mááásss. Carlos sosténle las nalgas. Manténselas abiertas mientras yo empujo.
Si, métesela bien adentro. Rómpele el culo que lo esta pidiendo. Así así. Métesela bien adentro mientras yo le parto el coño. Que sabroso.
Aahhhgrr siii uuhhhmmm que gustooo poco a poco por favor suavesito nene. Que gusto me estas dando. Aaahhh siiii uuuhmm. Siii dame mááásss.
Si mamita. Ves como te gusta esto. Goza como nunca que te estamos cogiendo ricoo.
Ella gemía ahora que el gusto le había llegado y yo pude ver en su cara de lujuria una expresión que nunca le había visto. Definitivamente era una sesión que nunca olvidaríamos.
Si Junior dale duro a esta perra que lo esta necesitando. Asii asii te quería verr. Con esa cara de puta. Si si mami muévete que me matas de placer – decía yo.
Si si si siiiii asíii que gusto que gusto cójanme cójanme duro ayy aayyy que rico. Siento que me parten en dos. Aaayyy aayyyyy – Gritaba ella al borde del orgasmo. Aaahhhhh ahhhhh ahhh aaahhgggrrr, que ricoooo estoy llegaaandoooo
Mientras ella llegaba con un orgasmo estruendoso Junior arreciaba los empujes en su culo y yo le daba cada vez más fuerte en su concha. No se si el orgasmo de ella fue solo uno muy largo o fueron varios que se confundieron en uno. Lo cierto es que quedó entre nosotros dos como un cuerpo inerte que aun sentía las fuertes embestidas de dos machos que disputaban por cogérsela. Así estuvimos moviéndonos un rato más con ella entre los dos sin que respondiera a nuestros empujes.
Casi simultáneamente llegamos al orgasmo regándola dentro de su culo y su concha y al igual que ella nos quedamos exhaustos por la gran cogida que acabábamos de echar.
Quedamos rendidos sin separarnos aún pero yo sentía como mi verga salía de su cueva poco a poco.
Por fin caímos vencidos por el esfuerzo de todo el día.
No nos quedaban fuerzas para seguir con aquel maratón de sexo.
Sin darnos cuentas quedamos dormidos hasta casi las siete de la mañana del domingo. Junior fue el primero en levantarse y fue a darse una ducha en el baño de la habitación mientras ella y yo seguíamos en la cama dormidos.
Al rato me desperté por el ruido que hacía el agua al caer y desperté a Ana con un beso. Luego de un pequeño morreo decidimos seguir a Junior y nos duchamos juntos los tres.
Jugamos un poco y ella nos hizo una mamada de despedida y agradecimiento por tarde y la noche anterior que le habíamos hecho pasar.
Nosotros sellamos la despedida masturbándola con el pene de plástico que previamente busqué en la habitación ya que nuestras vergas aún no estaban en optimas condiciones.
Como a las 8:30 de la mañana emprendimos el viaje de regreso a nuestros hogares.
De esta manera, créanlo o no, Ana y yo disfrutamos de nuestra primera experiencia compartiendo el sexo con un tercero.
Hasta ahora, dos meses después de lo sucedido no lo hemos vuelto a hacer de este modo, pero ahora nuestros encuentros se han hecho más frecuentes y los disfrutamos mucho más.
A mi amigo lo he vuelto a ver un par de veces aunque no hemos tenido la oportunidad de conversar del tema ya que siempre he estado acompañado por mi esposa.
Ana y yo estamos convencidos que esa experiencia la volveremos a tener. Sólo falta la oportunidad y la persona adecuada.
Lo que más me gusta es que ella se ha empeñado en devolverme el favor, es decir si ella tuvo dos machos a su disposición, me dice que ahora soy yo el que debo tener el máximo placer con dos hembras calientes como ella.
De verdad que suena bastante interesante.
Por ahora me despido, esperando que esta experiencia les haya gustado. No les prometo que siga escribiéndoles nuestras vivencias ya que no me considero buen escritor ni soy aficionado a ello, pero debo admitir que por lo excitante de lo vivido quise compartirlo con ustedes. Por su puesto con el permiso de ella quien me ayudó a redactarla.