Mis inicios
Soy Anny y soy Travestí, mi historia comienza cuando contaba con 13 años de edad, por aquel entonces vivía en una vecindad en una colonia popular.
Ese día me estaba bañando en la vivienda que habitaba junto con mi tía y dos de mis primas, ellas son un poca mayor que yo, se abrió intempestivamente la puerta, era mi prima Mary… ¡Perdón pensé que estaba lucero! Me dijo, pero su mirada se posó en mi pene pues lo tenia erecto pues empezaba mi pubertad, yo sin saber que hacer solo medio tape mi desnudez.
Mary me dijo que no tenia por que avergonzarme pues era una cosa muy natural, es mas me dijo, déjame tocarlo y veraz que rico vas a sentir primito.
No solo lo palpo sino que además lambio mis testículos y succiono mi cabeza baja, como ya estaba caliente casi inmediatamente solté un chorro de esperma sobre su cara.
Fue maravilloso, pero en eso que entra mi Tía Rosa, Mary y yo no supimos que hacer, mi tía enfadada le dijo a lucero que se fuera a su cuarto y a mi me indico que me bañara y subiera a la habitación de mis primas Lucero y Diana.
Con una mezcla de incertidumbre y miedo subí a la habitación de mis primas, mi tía era muy estricta así que no sabía el castigo que me iba a imponer.
Al llegar, mi tía estaba sentada en un sillón con un fuete en la mano, sentí pavor pues sabia que con eso le pegaba a mis primas, – ven acércate, creo que estas consciente que lo que hiciste con Mary es malo y merece castigo- Con la cabeza asentí, después de manera muy solemne me dijo que tenía la oportunidad de que no me golpeara, una luz de esperanza vino a mi mente.
Le dije que haría cualquier cosa porque no me golpeara.
Poniéndose de pie y señalando una ropa de mis primas me ordeno que me vistiera, eso o golpes, desde siempre he sido muy sensible de mi piel así que no tenia opción.
Escogí una pantaletita color rosa con olancitos que ya una ves le había visto sin querer desde abajo de la escalera a mi prima Lucy, al desvestirme y empezar a deslizarme los calzoncitos mi cuerpo se puso chinito, enseguida me puse un corpiño del mismo color y por mis pezoncitos se me pusieron erectos, escogí un fondito de satín blanco y un vestido rojo con florecitas y para completar el atuendo mi tía me dio unas zapatillas de medio tacón.
Para terminar me pintó los labios con color carmín, realmente al verme en el espejo me sentí una linda mujercita.
Desde ahora serás una mas de mis hijas y siempre te vestirás así, de este modo veras a tus primas como tu igual.
Así fue como me convertí de un momento a otro en travestí, esto solo lo hacían que lo hiciera en la intimidad pues en el exterior seguía siendo masculino.
Pero… me daba cuenta que mi tía se esmeraba en prodigarme caricias que día a día se iban haciendo mas atrevidas, cabe mencionar que mi tío viajaba constantemente por periodos largos, hasta que un DIA yo creo que no se pudo contener y me agarro mi pene, yo proteste y le dije que no! pues ella misma me dijo que era malo, era tanta su calentura que me dijo que si me dejaba hacer las cosa que ella quisiera me daba la libertad de hacer lo mismo con quien yo quisiera.
Me levanto la falda y por encima de mis pantaletitas empezó a oler mi aroma, mmmmm que rico huele tu pichita, ohh que rico debe ser tenerla adentro…. acto seguido me liberó mi pichita y la empezó a mamar deliciosamente, se enderezó y se desvistió completamente y oh sorpresa!! Debajo de aquel vestido de viuda mojigata estaba una real hembra, sus pechos no cabían en mis manos, sus caderas y pompis estaban perfectas y su triangulito, tupido de lindos vellitos dorados, ¡Anda bésame mis chichis! se acostó en la cama y me hizo recorrer todo su cuerpo, experimente por vez primera el olor y sabor de una puchita y al ver nuestra imagen reflejada en el espejo y ver esa linda nenita haciendo el amor a una dama madura sentía mi pene que ya bastante erecto pedía a gritos realizar su primera penetración.
Mi tía se puso totalmente abierta de piernas y pidió que me le encimará, lo hice y poco a poco le fui introduciendo mi pene era una sensación maravillosa, explote dentro de ella, mmmm rica nenita, mi lindo putito, pídeme lo que quieras bebita, ahhhh me vengo, mi pinche viejo ya no volverá a tocarme mientras te tenga linda princesita putito, en mi mente no sabia si en esos momentos era mujer u hombre pero eso poco importaba, desde ese momento decidí tener una dualidad en mi.
Toda mi vida me he dedicado a complacer a mujeres de todas edades a realizar sus fantasías de hacerlo con una linda mujercita pero con la penetración de un hombre, así mismo me he cogido a un sin fin de hombres TV de closet que quieren realizar su fantasía de ser tratados(as) como toda una dama.