Nuestra fantasía

Me llamo Marco y ella Mª José, y aunque estamos casados para situaros en lo que voy a contar tengo que puntualizar que ella no es mi esposa ni yo su marido.

En realidad ella es mi secretaria y para complicar más la situación las dos parejas vivimos en la misma urbanización y hemos salido alguna que otra vez los cuatro juntos.

No voy a contar como nos liamos porque el tema da para otro relato, pero debido a lo comentado anteriormente, el buscar sitios para vernos a solas ha sido de lo más laborioso que teníamos que hacer.

Solemos quedar en esos apartamentos que alquilan por horas y en donde en alguno somos tan buenos clientes que nos dan un trato especial según nuestros gustos.

Antes de comenzar para poneros en antecedentes os diré que Mª José según dice no soporta a su marido y sexualmente le repele, se considera estrecha y pasiva al hacer el amor, yo por mi parte me considero muy liberal y empeñado en hacerla gozar totalmente a ella.

Quien por cierto es preciosa y tiene un cuerpo maravilloso, por lo que no es de extrañar que su marido la desee follar siempre que pueda y sea objeto de deseo para algunos en la empresa y en su entorno de amistad.

Un día de los que estábamos en uno de esos apartamentos y llevábamos un rato dedicado a nuestros escarceos, me sitúe en una de mis posiciones favoritas estando ella tumbada boca arriba, desnuda claro y yo con mi cara entre sus piernas y mirando como me ofrece su rajita totalmente para mi deleite, observé que mientras me dedicaba a acariciar y comerme su rajita y según se iba poniendo a cien, sus dedos de forma casi instintiva se abalanzaban sobre sus pezones y comenzaban a tocarlos y presionarlos como si necesitase mas participantes en su cuerpo.

Así fue cuando empecé a pensar que ese tipo de situaciones podrían gustarla, cuando se lo comente, me lleve la sorpresa de que entendía que yo quería un trío con otra mujer y aunque pensé de esa forma cuando lo plantee, cambie criterio y la dije que el trío sería con otro hombre, lo cual no pareció disgustarla.

Pasaron unos días y volví al tema en otra ocasión y justo cuando estaba muy cachonda y totalmente receptiva a todo, entonces su respuesta fue que si pero que no la gustaría que la tocara ni follara otro hombre, mi respuesta fue muy convincente y desde entonces el tema entendí que quedo consentido para su realización.

¿Que conteste? Muy fácil que estaba tocando y follando a su marido cosa que no la gustaba aunque tuviera que hacerlo y con el trío estaría yo con ella.

A partir de ese día y cuando hacíamos el amor, solíamos fantasear con hacer un trío, fantasía que desaparecía en el momento en que terminábamos la faena.

Un día fue muy especial, ya que además de nuestras fantasías con un trío, Mª José le puso nombre y apellidos; el de un ex suyo de toda la vida.

Yo la decía mientras follábamos las cosas que iba haciendo su amigo, lo que la ponía muy cachonda y le acabé diciendo que le llamara para planteárselo, yo sabía que se habían dado sus móviles y aunque ella insistía en que no sentía ya nada por él yo notaba algo, pero estaba claro que no se atrevía a proponérselo por más que fuese participando en nuestra fantasía.

Así que me decidí por ser yo el que lo organizara sin decirla nada, y no con su ex, sino con mi hermano gemelo con el que solo tenia contacto esporádicos, pero que conociéndole sabría que podía contar con él.

Se lo plantee aceptándolo al momento y solo quedaba poder realizarlo y que Mª José no se echara atrás al dejar de ser una fantasía, por si acaso prepare un plan que afortunadamente salió tal y como lo planee y os cuento.

Reserve nuestro apartamento para 3 horas y quede con Luis (mi hermano) en que le daría un toque al móvil indicándole la habitación y la hora que debería llamar a la puerta.

Ese día Mª José estaba contentísima porque se rompía una racha sin poder estar juntos por motivos de curre, llegamos a las 5.00 y en diez minutos ya estábamos mas que liados y ella ya estaba receptiva a cosas y aproveché para preguntarle si había sido mala, cosa que entendía de maravilla y contesto que si que se había portado mal, es decir que había follado con su marido, y por lo tanto la dije que tenía que castigarla y la ordene como castigo el taparla los ojos con un pañuelo y atar sus manos a los barrotes de la cama cosa que nos encantaba hacer de vez en cuando, teniéndola así aproveche el momento para mandar el mensaje a Luis.

En esta situación la seguí poniendo a tope haciendo tiempo hasta la llamada en la puerta que se produjo en cinco minutos, ella no se sobresaltó más de lo normal ya que no era la primera vez que pasaba, la dije que no se moviera, en broma claro, y fui a abrir la puerta disimule como si fuese el encargado que preguntaba si queríamos champán lo cual rehusé al tenerlo ya, y volví hacia ella, mientras tanto y sin meter ruido Luis se desnudo y se preparo para seguir mis directrices.

Me puse de nuevo en mi postura favorita tumbado entre sus piernas abiertas y con mis dedos separando sus labios para que mi lengua pueda chupar y mordisquear su puntito llevándola a su éxtasis y fue entonces cuando Luis llevó una de sus manos a sus pechos y empezó a acariciarlos y a darles pequeños pellizcos en los pezones, lo cual la excitaba de manera inusual y vi en su cara una expresión de sorpresa que elimine diciéndola «ya tienes tu trío cariño disfrútalo», me pidió que la quitara el pañuelo para ver quien era, la dije que esperase un poco ya que antes teníamos que jugar a las adivinanzas, porque tenia ganas de comprobar si era capaz de reconocer mi polla como ella me aseguraba siempre, empezamos Luis y yo a pasarla nuestra polla por sus tetas.

Fuimos subiendo a su cara, sus labios y a su boca, primero la mía y después la de Luis, y llego el momento de preguntarle de quién era la polla que estaba chupando y relamiendo por sus bordes y la verdad acertó pero no sé si fue por pura suerte, seguimos tocándola y yo comiendo su puntito hasta que alcanzó un maravilloso orgasmo increíble en el que sus gemidos y gritos nos asustaron por su energía.

Entonces la desate, estaba claro que la gusto porque una vez desatada se giro y empezó a chupar mi polla mientras Luis se acercaba por detrás de ella y la cogía las tetas con las dos manos. Se acostó y nos pidió que la chupáramos toda.

Yo me dedique a sus tetas y Luis a su coño.

Tenía que ser toda una sensación sentir una boca nueva chupando su coño y otra sus tetas y ella viéndolo todo.

Creo que iba a explotar, pero en ese momento se levantó Luis, encaró su polla en su coño y sin pensarlo un momento empezó a meterla lentamente en su coño.

Yo seguía trabajándola las tetas y creía que iba a perder el conocimiento de puro placer.

Luis empujaba despacio y se notaba como entraba y salía del coño totalmente dilatado aquella polla nueva y diferente.

Me acerque y metí mi polla en la boca. La tenía más dura que nunca. Luis la dijo: «¿Quieres que te folle yo el culo?». «Si, por favor» contestó casi sin aliento, pero yo me adelante y les dije que ese agujero era solo mío, como ella me decía siempre que entraba yo por ahí y prefería que lo mantuviéramos así.

Tal y como estaba de mojada no hacía falta buscar ningún lubrificante, la impregne todo el agujero del culo con los dedos que acaban de estar en su rajita llenándose de su jugo maravilloso y jugué un rato metiéndolos y sacándolos hasta que dilató lo suficiente mientras ella se entretenía chupando de nuevo la polla de Luis.

Me acosté en la cama boca arriba. MªJose, de espaldas a mí, se sentó encima y la metí mi polla en su culo hasta el fondo.

Estaba muy dilatado y podía haber metido cualquier cosa. Mientras, Luis se acercó a ella y la metió de nuevo su polla en la boca. El placer era indescriptible.

Parecía estar ya mareada de tanto placer y entonces saco la polla de su boca y le dijo a Luis: «fóllame, por favor, fóllame».

Se puso delante de ella.

La miró.

La chupó un poco el coño y empezó a meter su polla a la vez que tenía la mía en su culo.

El placer fue indescriptible.

Estaba siendo follada por dos pollas a la vez.

Estuvimos en esa posición hasta que Luis estuvo a punto de correrse.

Sacó su polla de su coño y la metió rápidamente en su boca saliendo al momento un gran chorro de leche en su garganta, mientras otro gran chorro de leche entraba dentro de su culo.

Estaba totalmente abandonada en los brazos del placer.

Después de limpiarnos un poco, nos dimos un profundo beso y despedimos a Luis mientras nosotros nos quedamos acurrucados descansando y escuchando de sus labios sin parar «ha sido lo más maravilloso que he gozado nunca, gracias cariño», como os podéis imaginar lo que sucedió ese día lo hemos utilizado para ponernos cachondos en múltiples ocasiones durante nuestros encuentros.