Las minifaldas de Bibiana
Hace un tiempo estuve un par de meses sin empleo, eso me obligó a permanecer en casa, mientras que Carolina seguía trabajando para sostener el hogar.
A veces uno cree que una mujer como Carolina no trabajara, sino que todo el día estuviera tirando con o sin su marido, pero no, ella tiene una vida normal y debe trabajar como todo el mundo.
Bueno, sigo, decía que tuve que permanecer en casa, me levantaba temprano para hacer el desayuno de Carolina, le alistaba la ropa mientras ella se duchaba y después la despedía, y ahí terminaba mi día laboral… como soy abogado, muchos pueden comprender que me gusta mucho leer, así que pasaba buena parte de la mañana leyendo diferentes textos, novelas, cuestiones legales, teatro..etc. pero llegaba un momento en que me aburría, encendía el televisor y los que viven en Colombia saben lo que es la TV a las 11 de la mañana, telenovelas baratas donde la mansa paloma resulta ser la mas puta, pues se la culean tres, queda embarazada de uno de ellos, y ella ni sabe quien es el padre y después de 400 capítulos se supo lo que todo el mundo sabía desde el primer día, que el padre de pepito era el galanazo que se la comió a la salida del baile de graduación… unos completos petardos.
Pues bien, un día me puse a pasear por nuestro apartamento, me detuve en una ventana, que da al interior del edificio en el que vivimos, y pude conocer a Bibiana, mi protagonista de hoy.
La alcoba de ella daba frente a la ventana en la cual yo estaba ubicado.
De pronto vi que ella estaba saliendo del baño, se acababa de duchar, salió completamente desnuda, gotas de agua, como el rocío, caían de su cuerpo.
Una mujer alta, con unas tetas grandes, pero bien formadas, paradas, con unos pezones medianos rosados, tenía el vello púbico recortado.
Un culo que puede provocar infartos en la calle.
La verdad es que me quedé con la boca abierta de ver que semejante bombón vivía en el mismo edificio que yo…. no tuve más remedio que hacerme una paja en su honor.
Fue delicioso, me imaginaba que estaba poseyendo a esa mujer y que ella gemía y gozaba… la conocía desnuda, así que perfectamente podía saber que escondía…. se comenzó a vestir, lo típico, unas tanguitas muy pequeñas, el hilito de atrás se metía por sus rotundos glúteos, se miraba al espejo para ver cómo le quedaba, pero yo era testigo de que le quedaba de maravilla, un brasier de media copa, que dejaba ver parte de sus hermosas tetas, que las levantaba más de lo que ella naturalmente las tenía.
Así se quedó un buen rato, se sentó arqueando la espalda, lo que hacía que su culo se viera más espectacular y conexo a maquillarse.
Ustedes lo podrán decir, no hay nada más hermoso que una mujer bella maquillándose.
La tanguita resaltaba ese culazo y yo me comenzaba a venir en mis manos, el semen caía sobre la ventana y la pared… era delicioso.
De pronto sacó el vestido que se iba a poner.
Creo que Carolina no usa faldas tan cortas como las de ella, y eso que las de mi esposa son verdaderamente cortas, era una faldita minúscula.
No sé qué opinen ustedes, pero una flaca debe utilizar de esas falditas ultracortas, de esas que no esconden nada, pues son las que mejor resaltan las piernas y lo mejor, resaltan el culo.
No entiendo como hay mujeres que no son capaces de utilizar esas faldas, cuando se les ven tan bien, ustedes me entenderán, hay muchos que me escriben e-mails en los que me dicen que sus esposas son un poco reprimidas, que no son capaces de ser atrevidas.
Lo mejor del atrevimiento es no cortarse un pelo en mostrar que lo que uno hace o usa nadie más lo haría.
Después se calzó unas botas negras a la rodilla, se veía de fenómeno.
Bueno, no puedo negar que la faldita de Bibiana era muy atrevida, agresiva para ser exactos.
Se puso su chaqueta, y se dispuso a salir…. no podía perderme ese espectáculo.
Así que me fui corriendo para la portería del edificio, a preguntarle cualquier bobada al portero, para disimular, medio me peiné, y me la encontré en el ascensor… estaba hermosísima, era una mujer preciosa… las piernas que no eran demasiado gordas se veían de barbie, mi verga se volvió a parar como homenaje a esa mujer… como me encantaría ver como reaccionaban las demás personas, me imaginaba como se escandalizarían de verla, como murmurarían y ella triunfante dejando de lado la vergüenza y mejor aún mostrando que para una mujer hermosa no hay obstáculo… vaya si uno ve a veces mujeres feas, bien feas, que se atreven a ponerse esas prendas reservadas solamente para las mujeres hermosas.
Ella iba hasta el sótano del edificio, en el garaje, así que yo decidí que iría también…. ella salió primero del ascensor, y podía ver como su culo apenas estaba cubierto por la faldita…. quién inventó la minifalda, para darle una medalla universal al merito!!!!
Pues resulta que su auto estaba tenía una llanta pinchada, ella se quedó mirándolo como sin saber qué hacer… yo me acerqué y le pregunté, tienes algún problema, ella me dijo que sí… el sonido de su voz era como de ángel, una voz suave, sensual…. qué excitación la mía.
Le dije que en donde tenía la herramienta y el repuesto de la llanta… ella me dijo que en el baúl del carro, así que ella se fue para atrás del carro, abrió el baúl y se agachó, la verdad no podía evitar concentrar mi mirada… era preciosa su minifalda… y más precioso aún el bultico que se formaba en su pancito, sus nalgas desnudas…. era hermoso ver ese espectáculo.
Ven yo te ayudo… le dije al ver su esfuerzo…. aunque prefería su esfuerzo, que hacía que ella tuviera que agacharse… pero ante todo soy un caballero.
Ella me agradeció con una sonrisa…. que hermosa sonrisa tenía…
Me agaché para poder zafar la rueda, fui quitando las tuercas, bueno… todo el proceso… y ella a mi lado y yo de vez en cuando miraba sus piernas… la falda terminaba un centímetro más debajo de su culito, por eso era la minifalda perfecta….
Muchos de ustedes pensarán que ella en agradecimiento se quitó la tanguita y me la dio húmeda, y que yo me la tiré en ese mismo momento y que el portero del edificio que nos estaba espiando también se la tiró… así son casi todas las historias, pues no, no me la tiré, simplemente le hice un favor, ella me agradeció estrechando mi mano y se fue.
Al día siguiente yo la volví a espiar… nuevamente una faldita ultracorta, nuevamente yo bajé como quien quiere la cosa al garaje, y casualmente me encontré con ella, a ella bajar y al yo subir… le dije bromeando, vamos a ver si otra vez está pinchado tu carro.. la acompañé hasta su carro, en el paseo pude ver que la minifalda de ese día era un poco más corta que la del día anterior, es decir, que dejaba apreciar mejor su culo…. y yo soy de los que piensa que si una mujer tiene un culo lindo no debe ocultarlo.
Bueno, no era mucho más corta, pues eso sería exagerar y nadie me lo creería… era unos milímetros más corta…
Estaba hermosísima, me encantaba verla… yo quería verla, quería admirar sus piernas y su culo rotundo.
Pues al subirse al carro, a ella se le arremangó la faldita dejando ver que su tanguita apenas ocultaba su triangulito de adelante.
El siguiente día me dije, me atrevería a hablar algo más con ella, a preguntarle cosas de su vida, por ejemplo si estaba o no comprometida, era evidente que no vivía con nadie, pero eso no quería decir que no tuviera un novio con el cual compartir su cama.
Me escondí como siempre para verla salir de la ducha, y efectivamente me dio un espectáculo al quitarse su minúscula y transparente pijama, se desnudó dejando sus preciosas carnes al descubierto, yo me la empezaba a masajear para darme una gran paja, pero ella en lugar de entrar a la ducha, comenzó a masturbarse también, se humedeció sus dedos con la boca ( y yo me imaginaba cómo sería una mamada de ella) y después introdujo dos en su chochita, los medita y los acaba y cada cierto tiempo los saboreaba, me preguntaba qué sentiría al saborear sus jugos, sus propios jugos y cómo sería probarlos, no aguanté mucho y me corrí dando un grito de placer.
Ella se retorcía y parecía gemir, con la otra mano se estrujaba las tetas y recorría su vientre, era un espectáculo hermoso, de pronto ella se puso en cuatro y metió por detrás sus deditos, me imaginaba si estaría pensando en otro hombre, que la estuviera enculando, sus dedos se alternaban entre el culo y la chocha, era hermoso ver el bamboleo de sus tetas ante sus propias embestidas.
Por fin se vino y terminó su sesión de placer.
Entonces se fue a la ducha y salió completamente desnuda, sacó una microminifalda y se la calzó, pero esta vez no se puso tanguita ni nada interior, simplemente así, desnuda, húmeda por el agua de la ducha, arriba se puso un top, una chaqueta pequeña y sus botas negras de todos los días, sin medias ni pantimedias, es decir, iba en el fondo desnuda. Yo de ver eso, me volví a hacer una paja con todas las de la ley.
Se dispuso a salir y yo al mismo tiempo, volvimos a coincidir en el ascensor, y entonces me atreví a preguntarle cómo se llamaba, bromeando que nos encontrábamos todos los días y haciendo notar que era una pura casualidad, ella me dijo que Bibiana, le pregunté qué en qué trabajaba, y ella me dijo que era auxiliar contable… yo que soy abogado y le tengo fobia a los números, pensé que cómo era posible que una mujer de ese calibre pudiera estar dedicada a algo tan aburrido como la contabilidad.
Le pregunté si vivía sola, disimulando el que nunca hubiera visto a su esposo, me dijo que era divorciada, y que vivía en el edificio hace relativamente poco, uno o dos meses…
La felicité por su belleza y le dije que la minifalda le sentaba de maravilla.
La acompañé hasta el carro y ella se subió, nuevamente su falda se arremangó, dejándome ver esa preciosa chochita, no rasurada como la de Carolina, pero no llena de pelos, sino recortadita en la línea de un bikini pequeño.
Ella debió notar que yo había visto su chocha, pues me sonrió pícaramente.
Me dio un beso en la mejilla y me dijo que ese día llegaría temprano a casa, que si yo estaba dispuesto, podríamos tomar un café (o tomar lo que en Colombia se llama unas onces), yo acepté.
Ella llegó hacia las tres de la tarde, estaba radiante, me contó que le había salido una asesoría contable con una empresa que importa elementos de seguridad, yo me alegré por ella.
Me contó parte de su vida, que su esposo la había dejado por una mujer que ni siquiera le llegaba a los tobillos en preparación o en belleza.
No se preocupaba de que su falda, al estar sentada, dejará ver prácticamente los flancos de su culo y que a cada movimiento se le viera su chocha radiante, húmeda, abierta… me imaginé que para conseguir el contrato había que tenido utilizar otras armas además de sus méritos profesionales, pero me pareció que estaba bien… ojalá yo tuviera la oportunidad de ofrecerle un contrato… me dije.
Descubrí que ella me provocaba, que me dejaba ver sus delicias como un medio para que me fijara en ella.
Ella debió notar mi bulto entre el pantalón… pero no intenté nada.
El resto del tiempo fue igual, la espiaba, salía a su encuentro, me fijaba en sus minifalditas, un día le pregunté si en su ropero lo único que existían eran las minifaldas, y me dijo que no usaba otra cosa, que sabía que le encantaba a los hombres vestida así.
Ustedes se preguntarán si alguna vez culiamos los dos, la verdad que sí, no una sino varias veces, y también vi muchas veces en qué hombres amanecían en su casa y antes y después de la ducha gozaban de ella, Carolina nunca lo supo, solamente hasta ahora lo está sabiendo, pues le muestro a ella todos y cada uno de los relatos que publicó.
Sé que le encantará, Bibiana sigue siendo nuestra vecina, y quizás ahora que Carolina sabe de su existencia se decida a invitarla a una de nuestras ya regulares sesiones de orgías y tríos…. falta ver que Bibiana también acepte.
De eso me encargaré yo, y les prometo contarles.