Relato de una fantasía

Hola amor:

Sabes, después de leer tu e-mail me he puesto a fantasear. He soñado con ofrecerte algo diferente, algo que no sé si pudiera llevar a cabo en la realidad o sólo así, como fantasía.

Hace días platicamos algo sobre gustos y me decías algo sobre una amiga de tu ex- novia . . . en otra ocasión me dijiste que te gustaban las fotos de lesbianas; y aunque a mí siempre me han gustado los hombres, en esta fantasía, por darte el placer que me inspiras con los sentimientos que has despertado en mí, me he permitido soñar despierta . . .

Amor me de dejado llevar por la imaginación pensando en una noche perfecta para los dos . . . o más bien diría que para los tres

Sí, me he imaginado estando contigo, bailando música suave en medio de un salón de baile de un hotel, después de beber un buen vino. Sintiendo tu cuerpo pegado al mío, tus piernas rozando las mías casi desnudas junto a la tela de tus pantalones, pegándome más a ti con cada movimiento . . . al mismo tiempo que mi cara huele tu cuello, rozándolo con la nariz, dejando que tu olor despierte mis sentidos . . . qué delicia sentir tu olor que va dejando entrar un calorcito en mi cuerpo que se aprieta más al tuyo. Paso la punta de mi lengua trazando un sendero desde tu cuello hasta el lóbulo de tu oreja; me deleito con tu sabor, con el roce de tus cabellos haciéndome cosquillas en la cara.

Mis manos no se pueden quedar quietas, se deslizan suavemente primero por la tela de tu camisa, percibiendo el calor que emana tu cuerpo, tu piel que es recorrida por mis dedos . . . me excito totalmente con solo sentir tu calor, con tus brazos estrechándome, con el sabor de tu piel, pero quiero más, quiero acariciarte cada rincón del cuerpo con mi lengua, quiero que te sientas el hombre más satisfecho . . . quiero hacerte sentir algo de lo mucho que yo estoy sintiendo.

Te pido que regresamos a la mesa y pidamos la cuenta para retirarnos a nuestras habitaciones. Vamos subiendo abrazados, rozando nuestras piernas, besándonos intensamente mientras lenguas juegan la una con la otra, y nuestras manos acarician todo lo que pueden. Te saco la camisa del pantalón, siento urgencia por deslizar mis dedos en tu espalda, en tu pecho, en tu cabello . . . recorriendo con las yemas cada poro . . .

Bajo mi mano a la altura de tu cinturón y siento tu excitación, esto realmente logra acrecentar, si es que lo creía posible, mi excitación, mi deseo de tenerte dentro de mí, de saborearte, de acariciarte.

Al entrar a la habitación hay una chica. No tengo idea de dónde salió pero por su vestimenta es conocedora de las artes sexuales. Realmente me cohibo mucho al principio, pero veo el deseo en tus ojos, la picardía que los hace brillar. Ella se acerca a ti y te besa en la boca, tú le respondes asombrado y yo siento una sensación nueva y rara. Comienzo a pensar en lo que sería para ti ser amado por dos mujeres a la vez, y sabes, el solo imaginar tu cara de satisfacción al sentir dos lenguas cubriéndote me hacen pedirle a ella que se una a mí para saborearte.

Ella accede y me dice en voz baja un plan que se le ha ocurrido. Así que nos acercamos a ti, vamos desnudándote lentamente . . . una se ocupa de desabrochar cada botón de tu camisa, besando cada espacio que va quedando descubierto . . . mientras yo tomo la hebilla de tu cinturón con una mano y con la otra siento tu muslo. Desabrocho tu pantalón, quiero sentir tu piel, muero por probarla pero me contengo, te quito el pantalón y prosigo con los zapatos y los calcetines. Acaricio tus dedos y voy subiendo por tus pantorrillas hasta llegar a tu trusa. Mientras esta chica besa tu espalda yo dejo entrar mis dedos por debajo del elástico, buscando tu miembro que expide ya calor.

Terminamos de desnudarte y te llevamos al baño. Ya tenemos la tina llena de agua tibia para que entres en ella. Es todo un placer ver tu cuerpo desnudo . . . sabes, ansío tocarte, tomo el jabón y comienzo a deslizarlo por tu cuerpo, enjabono cada poro de tu piel mientras tú tratas de acariciarme a mí. Cuando veo que estás bastante excitado llega la chica de nuevo y procedemos a secarte con suaves toallas. Después te llevamos a la cama y te acostamos boca arriba sobre ella.

Ella te dice que ahora no podrás moverte más, y que haremos lo que queramos contigo. Tú prometes no mover tus manos ni tus brazos, pero ella prefiere sacar unas suaves tiras de seda y te ata tobillos y manos a la cama.

Yo voy al frigobar y saco una botella de champagne, fría, burbujeante, deliciosa . . . así como el solo verte me hace sentir . . . me siento muy sensual y quiero demostrártelo; así que voy hasta ti después de abrir la botella y tomar unos sorbos de una copa, dejo caer gotas sobre tu pecho, voy bajando por tu abdomen y cuando llego a tu pene me ganan las ganas de darle un beso, suave, como el aleteo de una mariposa.

Conforme voy dejando caer las gotas la chica va secándolas con su lengua, le paso otra copa y deja caer más en tus tetillas, las chupa suavemente primero y después comienza a succionar. Yo veo como tu pene se mueve con cada succión, así que me acerco a él y lo beso de nuevo. Paso la punta de la lengua por él, remojo mis labios con la bebida y quedan fríos, algo que sientes rico cuando los acerco a ti. Quiero saborearte completamente, sentirte despidiendo el calor del deseo mientras las dos usamos nuestras bocas para recorrerte.

Mi lengua comienza a acariciar la cabeza de tu pene que ahora está roja de la erección y las uñas de mis dedos acarician abajo de tus testículos, subiendo a estos para tomarlos delicadamente en las manos. Al mismo tiempo mi lengua, sincronizada con mis dedos comienza a bajar por tu miembro, te humedece, te prepara para ser absorbido por mi boca. Tratas de empujarlo por mis labios cerrados, como si fueras penetrándome lentamente . . . y así lo siento . . . siento como va invadiendo mi boca, como primero choca con los dientes que se abren ante su magnificencia, ante ese sabor tan delicioso que tienes. Abro más mi boca al tiempo que mi lengua recorre cada parte que va introduciéndose y mis dedos siguen acariciando. Dejo caer más líquido sobre tus testículos para chuparlos y secarlos . . . más bien dejándolos más húmedos por toda la satisfacción que estoy sintiendo. El deseo me consume y a ti te consumimos las dos. Gaby sigue recorriéndote con su boca y con sus manos, y tú no puedes sino sentir.

Te acariciamos de forma lenta y rápida, alternando los movimientos de sus manos y boca con los míos. Sentimos como tu cuerpo va tensándose por el deseo y cuando comienzan a salir las primeras gotitas del transparente líquido de tu pene, vuelvo mi boca hacia ellas y las esparzo en toda mi cavidad. Te tomo con mis manos y te guío hacia lo más profundo de mi intimidad bucal, dejo que vayas deslizándote lentamente y después me retiro hasta que casi salgas completamente, entonces mi lengua te acaricia y mis manos de nuevo te llevan hasta mi garganta. Cada movimiento es más intenso, más rápido así como los movimientos de tus caderas. Las dos estamos completamente absortas en sentirte, en vivir cada uno de tus movimientos, saboreándote . . . hasta que llegas al orgasmo, te dejas ir en mi boca llenándola toda de tu esencia. No retiro mis manos de tus testículos y pene, al contrario, los acuno en ellas absorbiendo su calor. . .

Procedemos a desatarte pero no te dejamos levantarte. Acariciamos de nuevo tu cuerpo comenzando por los dedos, masajeándolos lentamente y después pasando la lengua por ellos. Al mismo tiempo pies y manos, y comienzas a cobrar vida de nuevo. . . sentimos como vas estremeciéndote, como halas a Gaby para acercarla a tu miembro ahora erecto de nuevo, mientras a mi me colocas hincada sobre tu cara. Tu aliento entre mis piernas me hace estremecer.

Siento como me acercas más a tu cara, y con tu lengua comienzas a explorar lo que tienes frente a ti. Tu bigote me hace cosquillas, unas cosquillas deliciosas que me provocan tener una mayor humedad . . . quiero que pases tu lengua por mis labios, quiero sentir tu lengua recorriendo mis partes íntimas, buscando mi clítoris . . . Acercas tus labios a mi clítoris, lo besas, lo acaricias mientras buscas con un dedo la entrada a mi vagina. Te recibo cálidamente pues me vuelven loca tus labios, tu lengua que hace que tiemble de deseo ante tu boca y tus manos. Deseo sentirte completamente, quiero que entres en mí.

Gaby sigue besando y succionando tu pene, te siento realmente excitado, las dos queremos sentirte así que ella se hinca sobre tu estómago y acerca tu erecto pene hacia su vagina. Mientras tú me estás penetrando con tu lengua y tus dedos, a ella con tu pene. Ella va dejándote entrar y salir, una y otra vez hasta que tiene un delicioso orgasmo. Te llena de sus líquidos pero tú sigues en pie. Y así lo deseo, deseo que me penetres llenándome completamente.

Me pongo de espaldas a ti acercándote hasta que tu pene toca mi trasero. Acercas tus manos a mis senos y comienzas a acariciarlos. Me volteas y los llenas de besos, los acaricias con uñas y dientes. Y de nuevo te doy la espalda poniéndome en cuatro, abriendo mis piernas para recibirte. Entras de una sola vez y te quedas quieto, dejando que me acostumbre a ti, pero ya estamos muy excitados y el ritmo sube, sube llevándome hasta las nubes; llevándome al mejor orgasmo de mi vida. Me siento plena . . . Siento todo tu semen llenando mi vagina, tus testículos rebotando contra mi piel, y la base de tu pene acariciando mi clítoris. ¡¡¡Qué delicia!!! Qué sensación más plena y hermosa.

Nos abrazamos y nos quedamos recostados en la cama. La chica ha desaparecido pero nuestra plenitud no. He sentido tu orgasmo y sé que lo has gozado igual que yo.