La madre practica sexo con ambos hijos, pero ninguno sabe que lo hace con el otro también

Hace dos semanas (el viernes) íbamos a estar solos en casa mi hijo y yo, de manera que yo ideé un pequeño plan.

Invité a casa a comer a mi hijo mayor y a su novia, Carol.

Llegaron pronto y estuvimos comiendo.

Mi hijo pequeño no tenía clase por la tarde, pues ya han acabado en la Universidad.

Yo había comprado un bikini para la ocasión, pues estaba en pie de guerra.

Era tan escueto, que apenas me cubría los pezones, mientras que la mitad de abajo por detrás era una sola tirita que apenas me entraba entre las nalgas sin taparme nada.

Durante toda la comida yo sentí que me comían a mí con los ojos.

Mi hijo pequeño sólo hacía que tocarme por debajo de la mesa, pues estaba sentado a mi lado.

Sus dedos estaban más tiempo dentro de mi rajita que sujetando su cuchillo.

Claro, sabiendo también cómo es Javi y su novia, notaba sus miradas.

Me comían con los ojos.

Además, los toqueteos de Rafa hacían que mis pezones se endurecieran, marcando la tela del minúsculo bikini.

No sé, pero estaba tan caliente, que estaba dispuesta a hacer cualquier locura.

Tras la comida, pasamos al salón, donde nos sentamos a ver la tele.

Rafa en el sofá conmigo, y Javi con su novia en otro sofá a nuestra derecha (no me gustan los sillones, tengo dos sofás en el salón).

Cuando se levantaron mi hijo y su novia porque iban a la cocina a beber agua, yo le acaricié el pantalón corto a Rafa. «¿estás loca?. Nos pueden ver » me dijo nervioso.

Yo sabía que cuando lleva por casa ese pantalón corto de tela fina, no se pone slip debajo, de manera que sentí su miembro en mi mano.

El contacto consiguió el efecto que yo quería, pues se le puso ligeramente dura «morcillona», como él dice bromeando.

Cuando volvieron los dos, seguíamos viendo la tele.

Yo miré con disimulo a Carol, y creo que ella también observaba el paquete de mi hijo, pues para una mujer una erección no pasa desapercibida, ya lo sabes.

Creo que se empezó a calentar también.

Yo no podía más, pues quería que se desencadenara una tormenta.

Estaba cansada de hacer el amor con mi hijo pequeño y ocultárselo al mayor, y hacer el amor con Javi y su novia y ocultárselo a Rafa, de manera que ese día (el 26), decidí solucionarlo todo.

Le cogí el pantalón a mi hijo y temblándome la mano tanto que casi no me podía mover, se lo bajé.

Su pene saltó libre, semierecto, y en una décima de segundo me había inclinado metiéndomelo en la boca.

Yo cerré los ojos y pensé «que pase lo que sea».

Empecé a chupar lentamente, concentrándome en el pene que tenía en la boca.

Siempre recordaré lo que pasó. Javi estaba hablando de no se qué, pero de repente todos quedaron en silencio.

No se oía ni una mosca.

De verdad, te lo prometo, sólo se oía el chapoteo de su pene entrando y saliendo de mi boca.

«¿Ana, cuál te gusta chupar más, la de Rafa o la de Javi?» me preguntó Carol con toda la mala idea del mundo.

Yo casi agradecí la pregunta, pues sólo tuve que levantar un poco la cabeza sacándome el glande de la boca y decirle «los dos, adoro los dos penes».

Comprendí yo y todos que ahora ya estaba todo descubierto.

Había sido algo tan fuerte, que me sentía mojada sólo de pensarlo.

Mis dedos me temblaban de una manera horrible.

Estaba tan nerviosa, que no podía controlar mis temblores.

¿Te ha pasado alguna vez tener tantos temblores que sientes que te vas a deshacer?.

Así estaba. De repente pensé algo.

Si seguía chupando, no tendría que dar explicaciones ni nada, así que me concentré en mamar el pene que me llenaba la boca.

Todos estaban de nuevo en silencio.

Yo levanté la cabeza un poco y miré a Javi.

Su novia, sentada a su lado, le metía mano en su pantalón corto «¿Por qué no me ayudas Carol?» le pedí.

Ella se levantó despacio, como queriendo hacer durar el suspense, y se aproximó arrodillándose frente a mi hijo menor.

Cuando acercó su cara a la mía, no besamos un instante sabiendo que ellos nos verían y luego empezamos a lamer el pene entre ambas.

Digo empezamos porque mi hijo estalló sin poderse contener más. Cielos. Su esperma salpicaba todo.

Nunca había visto una eyaculación tan copiosa.

Me llenó la boca, echó en la boca de Carol, en nuestras caras, en nuestro pelo, nos puso perdidas mientras gemía de placer como si nunca hubiera gozado.

Luego, las dos nos besamos, lamiéndonos la cara, los labios, recogiendo el esperma y tragándolo en una escena digna de la mejor película X.

Yo me incorporé dejando a Carol con Javi y me acerqué a mi hijo mayor.

El creo que me esperaba, pues ya se había bajado el pantalón y se masturbaba suavemente.

Cuando me introduje su enorme pene en la boca, me morí de gusto.

Tengo que decirte que estaba tan caliente que me corría sólo de chuparles sus penes, sin nada más.

Mientras le hacía la felación, me solté el lacito de la espalda quitándome el sostén del bikini e hice lo mismo con la braga.

Creo que ya estaba fuera de lugar que estuviera vestida, y además sabía que estando culito en pompa, desde detrás donde estaba Carol y Rafa tendría un aspecto más que sugestivo.

No sé cuanto tiempo estuve lamiéndoselo, pero creo que no fueron más de cinco minutos.

De repente dijo gimiendo «oh, mamá, me voy a correr, no te la saques, quiero que te la tragues toda».

Yo seguía lamiéndole el pene sin intención de retirarme.

Entonces sentí cómo estallaba y me llenaba la boca.

Creo que no hay nada más delicioso que el sabor del semen.

Me encanta saborearlo, tengo que confesarlo, sobre todo si es del alguien tan cariñoso como ellos.

Cuando acabé, quedé arrodillada, lamiéndolo despacio, sin prisas.

Ellos dos habían quedado relajados ( claro, imagínate ). «¿Tú también te la has follado?» le preguntó Javi a su hermano. «Por favor, no habléis así » comenté contrariada. » No es nada malo mami.

Es una pregunta dentro de la familia, sí, es tan suave y tan caliente… » yo me sentí morir de vergüenza mientras comentaban delante de mí cómo era haciendo el amor. Imagínate.

Yo caliente perdida, porque aunque había llegado al orgasmo un par de veces, no me habían hecho el amor, y esos dos cochinos comentando con todo lujo de detalles lo que habían hecho conmigo. «¿Y la has sodomizado?» le preguntó Rafa.

Yo sentí que mis nervios estaban al límite » claro, cientos de veces, sobre todo me gusta darle por el culo mientras le está comiendo el chochito a Carol » comentó el muy cochino.

Rafa quedó parado, como estupefacto.

«Cielos, es algo que siempre he soñado con ver «. Comentó mirándome hipnotizado.

«Eso es muy fácil, pues creo que mi novia aún no se ha corrido a gusto» le comentó Javi.

Yo estaba alucinada.

Era una invitación a que lo hiciéramos nosotras dos allí, delante de ellos, sólo para que nos vieran. Carol, has el favor de desnudarte» le pidió Javi.

Ella dudó un poco » es que no puedo… » comentó. El se lo ordenó de nuevo.

Su novia vestía un pantaloncito corto y un top que marcaba perfectamente sus pechos.

Cuando se bajó el pantalón y la braga, quedé sorprendida.

Llevaba algo en el sexo, pues unas correas de cuero subían hasta su cintura enlazándola. Por eso no quería quedarse desnuda. «Quítate el consolador» le pidió él. Carol estaba nerviosa, también le temblaban las manos.

«No, mejor quítaselo tú mami » me dijo.

Yo me acerqué. Su novia estaba de pie, de manera que agachándome, me arrodillé delante de ella.

Le comencé a soltar las correítas nerviosa, y cuando lo estiré, quedé alucinada.

Llevaba dentro de la vagina un consolador de unos veinte centímetros. «me encanta que lo lleve cuando vamos por ahí.

Así está permanentemente caliente » comentó Javi. Era un cochino.

Comentar eso allí, aunque bueno, también habían comentado lo mío.

Cuando lo saqué, noté que estaba empapado.

«Carol, ayúdale a ponérselo a mamá».

Yo me levanté caliente perdida.

No sabía si era demasiado, pero estaba tan excitada, que hubiera hecho cualquier cosa.

Carol me lo apoyó en la vulva y lo introdujo suavemente provocándome un estremecimiento en todo el cuerpo

«No te importará que esté bañado de sus caldos, ¿verdad? «.

Imagina cómo estaba. Me lo sujetó y yo me moría de gusto.

«Nena, siéntate en el sofá…. Ahora mami, arrodíllate y lámela» me indicó Javi.

Su novia estaba sentada en el sofá, abierta de piernas, mostrándome su sexo.

Yo me acerqué como si fuera un imán mirando a mis hijos, me olvidé de ellos y hundí mi cara en su entrepierna.

No solo estaba empapada, sino que su clítoris parecía un garbanzo.

Empecé a lamerla sin prisas, quería hacer durar ese momento horas.

Cada vez que me movía, el consolador se giraba dentro de mi sexo, así que puedes imaginarte como estaba.

La hice gozar de una manera estrepitosa.

Cuando creía que me harían gozar a mí, quedé cortada, pues parecía que habían vuelto su interés a la tele.

Quedé frustrada, malhumorada, pues no me habían hecho el amor ninguno de los dos. «no te preocupes mami.

Esta noche gozarás hasta agotarte » me comentó Rafa como si adivinara mis pensamientos.

Estaba claro que ellos no se había podido poner de acuerdo, pero era como si me quisieran mantener caliente para la noche.