Capítulo 1
La secretaria I
En la pequeña oficina habíamos despedido a la secretaria anterior, y una amiga me recomendó a Odra, la cual al entrevistarla parecía bastante eficiente.
Era una mujer de más de 30 años de alrededor de 1,60 mts y un poco rellenita aunque mantenía una buena figura.
El día de la entrevista fue vestida con un taller y zapatos cerrados lo cual no permitía detallarla demasiado.
Al otro día se presentó a la oficina a las 8:00 am hora de entrada y yo llegué alrededor de las 9:00 am., al llegar me sirvió un café y comenzamos a charlar sobre las labores diarias en la oficina, esta vez iba vestida con falda, la cual dejaba ver unas magníficas piernas y unas sandalias tacón alto que mostraban unos espléndidos y bien cuidados pies.
Durante nuestra conversación no dejaba de observarle los pies, por lo cual en un momento ella me preguntó “ le gustan”, a lo que respondí “usted tiene los pies mas bellos que haya visto en mi vida”, la secretaria ni se inmuto, y en ese momento se puso de pie, y se colocó a mi lado, sin mas coloco su sandalia sobre mi rodilla y me dijo “si quiere ahora puede verlos desde más cerca”, en ese momento y no se por que extraña reacción me arrodille ante ella y comencé a besar sus sandalias y su pie, ella se sentó en mi puesto, parecía que lo disfrutaba, luego me coloco el otro pie en mi cara y comencé desesperadamente a besarlo.
Al cabo de un rato, ella me dijo “ya basta, insecto, debes tomarlo con calma de ahora en adelante si quieres volver a besarlos tendrás que hacer todo lo que te ordené”, a lo cual respondí por supuesto.
“Durante las horas de oficina nos comportaremos normalmente, aunque debes mostrar respeto absoluto hacia mí, debes llegar antes de las 8:00 am preparar el café y traerme algo de desayunar, y después de las 5:00 pm cuando termine la hora de trabajo, debes estar presto a recibir mis órdenes, por lo cual vendrás de rodilla hasta mi escritorio como un perro y comenzaras a lamer mis zapatos y mis pies”.
“Tendrás que llevarme todos los días a mi casa como mi chofer y satisfacer mis demandas sexuales cuando te lo pida, entendiste”, si Odra.
En ese momento soltó una cachetada que se estrelló en mi rostro y me dijo en privado me dirás “AMA” y en la oficina señora Odra.
Así comienza esta historia que continuará posteriormente.