Al fin se lo propuso a su compañera de trabajo que aceptó encantada
La historia que a continuación les relatare sucedió hace algunos días.
Soy un hombre casado por más de 10 años, en los cuales he permanecido fiel a mi esposa para ser sincero en muchas ocasiones había pensado en que se sentiría ser infiel pero jamás me había atrevido a serlo.
He entablado una buena relación con Roxana mi compañera de trabajo y con la cual e platicado en muchas ocasiones de la infidelidad y ella al igual que yo es casada y también siempre a tenido la misma curiosidad.
Aquí empieza la historia.
Un día por la mañana llegó impresionantemente vestida con un pantalón pegado con estampado de leopardo y la blusa de la misma tela pegada a su esbelta figura y la hacían verse espectacular, fue tanta la impresión que causó en mí que sin pensarlo la invite a que nos fuéramos a probar lo que desde hace mucho teníamos ganas y para mi tremenda sorpresa ella aceptó sin dudarlo.
Cómo trabajamos en un centro comercial y era en horas de trabajo le propuse que yo saldría por la puerta de oficinas y que a ella la recogería por una de las entradas a la tienda para no levantar sospechas.
Se subió al carro y nos dirigimos hacia un motel, en el camino recordé que ella en una ocasión me comento que tenia ganas de probar la champaña y me paré en una licorería y compre dos botellas, escogí un motel que en su habitación tuviera jacuzzi.
Durante el camino no pronunciamos palabra tal vez si lo hacíamos nos arrepentiríamos.
Una vez que llegamos a la habitación puse una de las botellas en hielo y la otra la destape sentí que los dos nos encontrábamos demasiados nerviosos y le propuse que nos sentáramos en una pequeña mesa que tenía la habitación y tomáramos un poco de champaña para darnos valor.
Después de tres cuartos de la misma decidí que era momento de empezar a actuar así que me acerque lentamente y le di un beso en esos labios tan carnosos solo de imaginarme como me la chuparia me ponía erecto.
A lo cual ella tuvo una reacción bastante tímida y me pidió que bajara un poco la intensidad de la luz después de eso continué con nuestro beso e inmediatamente sentí como su lengua empezó a reaccionar y se movía lentamente dentro de mi boca pude sentir por fin su sabor que en ese momento me pareció delicioso.
Poco a poco empecé a acariciar sus hermosos senos que dicho sea de paso los tiene de muy buen tamaño, como lo dije me sentía bastante nervioso ya que pensé que en cualquier momento se arrepentiría y romperíamos nuestra amistad, lo cual no sucedió.
Nuestros cuerpos estaban totalmente pegados que pude sentir como se excito al momento que empezó a sentir mi erección, la separe un poco y procedí a quitarle la blusa y empecé a besar su cuello y atrás de sus oídos inmediatamente le quite el sostén y puse toda mi atención en besar esos hermosos senos haciendo que mi lengua recorriera hasta el último rincón deteniéndome por momentos en sus pezones para chuparselos y morderlos, cada vez eran más fuertes y constantes sus gemidos, proseguí en quitarle los pantalones y me encontré con una tanga negra con encaje a través de la cual pude observar como su concha se encontraba totalmente empapada, la acosté en la cama boca abajo y empecé a darle masaje empezando por su cuello y poco a poco fui bajando mis manos hasta llegar a sus nalgas cada vez que pasaba mis manos por su entrepierna sentía como se estremecía, le quite su tanga y mientras le besaba su cuello y espalda empecé a meterle mis dedos en su concha la cual ya se encontraba completamente inundada y comencé a estimular su clítoris y así fue como tuvo su primer orgasmo el cual terminó en un inmenso gemido de placer.
La puse boca arriba y le empecé a pasar la punta de mi pene en su concha, lo cual hacía que ella adelantara sus caderas como pidiéndome que de una vez se la metiera al cabo de un rato le encaje de un solo golpe todo mi pene y empezamos el clásico mete y saca el cual cada vez era más intenso, no se cuanto duró pero me pareció eterno y por fin descargue dentro de su concha húmeda y caliente todo mi semen y ella logró llegar a su segundo orgasmo.
Hasta este momento ella no había pronunciado ni un sola palabra.
La habitación contaba con un jacuzzi a un lado de la cama, me levanté toma la botella de champaña y le pedí que se metiera conmigo me pidió que la esperara un poco se levantó fue al baño y tomo una rápida ducha regresó y se metió al jacuzzi tomamos unos copas mas y la comencé a besar y su respuesta fue más apasionada que al principio, ya había perdido un poco la pena de saber que estaba siendo infiel.
La puse a cuatro patas y comencé a besar sus nalgas, haciendo que mi lengua pasara desde arriba abajo por entre sus nalgas y chupando sus labios vaginales al llegar a su húmeda concha introduje mi lengua y me encontré con su clítoris totalmente excitado y listo a recibir mi lengua, al poco rato logré que tuviera un orgasmo mas, yo ya me encontraba listo para volver a disfrutar de su húmeda concha me levanté y le puse mi pene entre sus nalgas haciéndolo que bajara poco a poco una y otra vez hasta que sentí con un movimiento de ella que ya quería que entrara lo cual hice poco a poco disfrutando como resbalaba dentro de ella y empecé a bombear con fuerza sin darme cuenta que su cara estaba totalmente pegada contra la pared pensé que le estaba haciendo daño y trate de separarla un poco lo cual no me dejo ya que se veía que así lo disfrutaba mas, alternando mis movimientos algunas veces con mucha fuerza y otros muy despacio fue como los dos logramos al mismo tiempo un intenso orgasmo el cual me pareció que no terminaría.
Los dos casi gritamos de placer ya que terminamos al mismo tiempo.
Después de descansar un poco nos metimos a bañar ya que deberíamos de regresar al trabajo, cuando nos estábamos vistiendo me dijo espera te voy a hacer algo que no me gusta pero tu me has dado tanto placer que creo que te lo mereces y acto seguido tomó con su mano mi pene y comenzó a chuparlo desde la base hasta la punta, lo metió dentro de su boca y comenzó a darme una mamada espectacular, en ese momento recordé que ella me había comentado que no le gustaba hacer el sexo oral y que muy pocas veces se lo hacía a su marido, succionaba el pene de una manera que parecía que se lo iba a tragar y cuando sentía que empezaba a excitarme demasiado bajaba su ritmo como queriendo disfrutarlo más tiempo dentro de su boca, y comenzaba a chupar mis huevos, así duró un buen tiempo ya que yo me encontraba un poco agotado pero estaba disfrutando de una de las mejores mamadas que había recibido en mi vida, hasta que sin poderme controlar comencé a disparar mi leche dentro de su boca, y rociando todo su rostro con mi líquido caliente, pensé que se retiraría inmediatamente y no fue así se quedó recibiendo toda mi entrega hasta que sintió que mi pene empezó a desvanecerse.
Inmediatamente nos fuimos a nuestro trabajo pero antes de llegar me dijo que la había hecho sentir como toda una hembra y que había disfrutado como nunca en su vida.
A la fecha han pasado quince días y no hemos platicado nada de lo que sucedió, pero estoy seguro que para los dos fue una experiencia inolvidable.
Hemos continuado nuestra amistad como si nada hubiera pasado y espero que muy pronto nos animemos a repetirla.