Capítulo 2
- La guerra del diablo I
- La guerra del diablo II
- La guerra del diablo III
- La guerra del diablo IV: Los fabricantes de sueños
- La guerra del diablo V: Encuentros
- La guerra del diablo VI: Coincidencias
- La guerra del diablo VII: Carne de cañón
- La guerra del diablo VIII: Sueños oscuros
- La guerra del diablo IX: Bajo estas calles
«-Yo… Sumo sacerdote del gran Dios Thot … se que contradigo las órdenes de mi señor Horus al escribir la historia de …. y de la maldad que trajo por el Nilo.
Pero los dioses me han inspirado el deseo de escribirla. Que se haga la voluntad de los dioses.
Cuando ascendió al trono Menes el grande llegaron noticias de que en la ciudad de Elefantina, se hallaba sumida en la desesperación a causa de la muerte de su rey, quien dejó como su sucesora a una extraña mujer llegada del corazón mismo de Etiopía.
Esa extrajera no era negra como sus esclavos, pero tampoco era de sangre egipcia…
Fue entonces que los dioses me revelaron que un grave peligro se gestaba en Elefantina… mi señor mandó a Abydos, general y guerrero de su confianza a investigar….
Llegamos a Elefantina y fuimos recibidos por… sacerdotisa de… rumores de cosas extrañas… gente negra pero diferente a los etíopes o los nubios… rasgos desagradables… altos y delgados… ojos grandes y vacíos…. Abydos ha desaparecido… se dicen cosas sobre ella…
Construye algo un gran obelisco negro de una piedra que nunca había visto… gritos en la noche… muchos han desaparecido… ¡Ayúdame poderoso Thot!… ¡Debo saber!…
En la última luna al pie del gran obelisco, la vi desnuda entre los negros… muchos extranjeros de tierras más allá del Sol…
Viejas que cantan y tocan una música espantosa, que más parece el aullido de bestias…
Ella comenzó una danzar horriblemente seguida por ellos… una gran fogata donde arrojaron a varios hombres con los cuerpos labrados… solo los dioses saben que son esos símbolos…
Ella baila desnuda y se toca con descaro… sus ojos brillas como el sol negro… sus cabellos es un ramal de víboras… uno de los extranjeros la azota mientras baila, su sangre resbala por sus pechos y sus espalda, hasta sus piernas pero nada la detiene.. danza cada vez más salvaje…
Una de las viejas toma algo del suelo… ¡Es un niño!… ¡OH! ¡THOT! ¡¿En que se ha convertido esa bruja?!…destrozo a los niños… estrellándolos contra el obelisco y abriendo sus cuerpos con largas garras… seis doncellas de unos… bailan con «Eso»… las penetra con largas serpientes que salen de su cuerpo… ellas gimen y se abrazan a «Eso»… sus almas comidas por «Eso»…
Ella es una cosa con piel de mujer… debo decirlo a mi señor… ¡CAE SANGRE DESDE LAS ESTRELLAS!… ¡ALGO CAMINA EN EL VIENTO!… ¡OH DIOSES PROTEJAN A ESTE INFELIZ MORTAL!… ¡EL BAJO POR SUS OFENDAS!… ¡SU PODER ES CAPAZ DE LEVANTAR TODO EL DESIERTO Y APLASTAR LAS CIUDADES DE LOS HOMBRES, PERO NINGUNO CONOCERÁ LA MANO QUE GOLPEA NI EL ALMA QUE DESTRUYE!… ¡PORQUE EL MALDITO VAGA DESCONOCIDO Y SIN CARA ENTRE LAS ESTRELLAS!….
Capítulo II (Al caer la noche.)
Tokio Japón.
-¡¿El padre de Ami?!- exclamó sorprendido Artemis, el gato blanco de la luna, cuando su compañera Luna le contó lo que había pasado con Serena esa tarde. -Fue lo que Serena me dijo.- afirmó la negra felina. Ambos gatos se encontraba sentados en el tejado de la casa de Serena. Las sombras de la tarde comenzaban a hacerse más intensas y las estrellas se volvían visibles en el firmamento.
-Es sorprendente.- comentó Artemis reflexivo.-En todo el tiempo que tenemos de conocer a Ami nunca habíamos sabido nada de su padre.-
-No exactamente.- corrigió Luna.- En una ocasión Ami nos dijo que su padre era un artista de cierta importancia y que su gusto por pintar paisajes lo hacía viajar constantemente. Esa fue la causa de que los padres de Ami se separaron. Desde entonces él solo se había comunicado con ella a través de cartas.
-Bueno.- dijo el gato blanco.-En todo caso no es extraño que la visite. Después de todo es su hija.-
-¿Así nada más?.- inquirió Luna.- ¿Después de tantos años?
Artemis miró a su compañera, parecía ansiosa y preocupada, mientras cambiaba de lugar por sexta vez desde que comenzaron a platicar.-Luna.-dijo mirándola fijamente.-¿A dónde quieres llegar?- Luna no le contesto. Sus ojos miraban fijamente hacia las estrellas, como si fueran ellas quienes tuvieran la respuesta.
-No lo se.- respondió al fin.- Es solo que Serena ha tenido unas pesadillas espantosas desde hace varios días, y ahora Ami se porta extraña y su padre esta de vuelta… No se que pensar.-
-¿Acaso crees…que hay alguna relación entre una cosa y otra?.- murmuró Artemis.-
-No lo se.-respondió Luna.-Pero ¿No es raro que las chicas se hayan separado tanto en tan poco tiempo?. Antes salían juntas después de clases ó los fines de semana. Ahora creó que ha pasado más de un mes sin que sepamos nada de Rei y de Lita. Aún Mina se ha vuelto distante.-
-Así es la vida.- replicó Artemis tratando de tranquilizar a su amiga.-Recuerda que ahora son chicas normales. Cada una tiene metas distintas, es natural que ya no pasen tanto tiempo juntas.-Luna miró a su compañero y amigo, deseaba sentirse tan segura como él- Espero que tengas razón.-
Mientras tanto ,en la escuela Jubba, Serena permanecía silenciosa, sentada en su silla escolar; luciendo demacrada y ojerosa. Sus compañeros la miraban curiosos preguntándose en voz baja cuál sería la causa de ese fenómeno.
Pero ella estaba demasiado ausente como para darse cuenta de eso. Se sentía perdida, aturdida y sobre todo inquieta. ¿Qué estaba pasando?…
Ni durante sus peores batallas la habían asaltado pesadillas como las que ahora la atormentaban. Además, ¿no se suponía que ya no habría más enemigos ni batallas en su futuro inmediato?. -¿Me estaré volviendo loca?- pensó.
Mientras meditaba sobre Ami y sus horribles pesadillas.
En ese momento la llegada de Mina la sacó de sus reflexiones.
La princesa de Venus era la antítesis de Serena, ella lucía radiante, fresca y con una sonrisa de oreja a oreja que iluminaba todo el salón de clases.
Serena la miro llegar hasta su lugar.-¡Hola Serena!.- dijo con su característico entusiasmo.
-Adivina que me ha pasado esta mañana.- dijo como una niña traviesa que desea contar una hazaña. Serena no estaba de humor, pero aún así hizo la pregunta esperada.
-¿Qué te pasó esta mañana Mina?.- sin prestar atención al desgano de su amiga Mina estalló en una carcajada escandalosa y tomando a Serena de las muñecas la hizo levantarse. -¡LO LOGRE!.- gritó al tiempo que comenzaba un alocado baile de victoria. Una gruesa gota de sudor apareció en la cabeza de Serena al darse cuenta de las miradas de sus compañeros.
-¡LO LOGRE!… ¡LO LOGRE!- repetía Mina si parar.
-Mina…- dijo Serena tratando de atraer la atención del huracán rubio.
-¡LO LOGRE!…¡LO LOGRE!…
-¡Mina!…-
-¡LO LOGRE!.. ¡LO LOGRE!…
-¡MMMIIINNNAAA!.- el grito de la princesa de la luna puso fin al desenfrenado baile de su amiga quien la miró sorprendida. Serena sintió sus mejillas arder de vergüenza al percatarse de que ahora todos creerían sin duda que las dos estaban locas.-¿Qué fue lo que lograste?- pregunto al fin en voz baja. Por toda respuesta Mina saco de su mochila un sobre color azul y se lo extendió. Serena lo tomo y abriéndolo leyó la carta que contenía.
-«Señorita Mina Aino:
Nos sentimos muy complacidos en informarle que es usted una de las finalistas del concurso «Soy una estrella» ya que su calificación ha sido la más alta en toda el área de Tokio. Por lo cual le suplicamos acudir a nuestras oficinas centrales para darle los detalles sobre la segunda parte de nuestro concurso.
Atentamente:
Takechi Kayoe. Director artístico.»
-¡¿Soy una estrella?!- dijo Serena sorprendida.
-Es un concurso en el que me inscribí el mes pasado.- explico Mina.- Es patrocinado por la agencia de modelaje y actuación Aldebarán.-
-¿Aldebarán?… ¿Qué es eso?- preguntó Serena.
-Ay Serena que ignorante eres.- reprocho Mina frunciendo el ceño.- Es una nueva compañía de modelos que en solo un año se ha hecho de un gran prestigio en el medio artístico.
Ahora están planeando el lanzamiento de una figura juvenil y para eso hicieron un concurso.¡Esta vez nada impedirá que la diosa del amor Mina Aino se convierta en una estrella!- dijo la princesa de Venus al tiempo que colocaba su mano izquierda sobre su brazo derecho, en señal de decisión.
Serena miró a Mina emocionada, era reconfortante ver a amiga tan cerca de alcanzar su gran sueño. Recordó que la última vez que tuvo una oportunidad, durante el ataque de Sailor Galaxia, tuvo que dejarla ir. Por esa razón Serena decidió no contarle nada de la extraña aptitud de Ami ni de sus sueños . Después de todo eran solo sueños. ¿O no?
Las horas corrieron y las chicas volvieron a sus casas.
Esa noche el sueño fue extraño desde el principio. Fue como caer dentro de una oscuridad más allá del tiempo y del espacio.
Luego llegó la luz, una luz totalmente alienígena fruto de tres grandes soles que se levantaban moribundos en el horizonte.
Su rayos rojizos contrastaban con el verde intenso del paisaje, formado por altos árboles de ramas torcidas, cuyas hojas se movían aunque no se sentía ningún viento.
Bajo esos árboles solo existía la oscuridad y un helado silencio interrumpido solo por el ruido del viento contra los ásperos troncos.
Pero pronto se dejó escuchar otro sonido, como un trueno que resonara cada vez más fuerte. Ella pudo sentir la presencia de algo muy grande, enorme, algo que la sacudió hasta lo más profundo de su ser. ¡De pronto lo sintió pasar sobre ella! Sus ojos miraron desesperados a la muralla de penumbras que se levantaba a su alrededor.
Pero solo le pareció distinguir algo así como las patas de una increíble cangrejo.
Entonces oyó otro sonido, algo parecido al canto de los insectos pero con un volumen que lo hacía casi insoportable.
Sintió pasar junto a ella más siluetas, considerablemente más pequeñas que el gigante, pero no por ello menos inquietantes.
Sin previo aviso una de ellas se hizo visible a sus ojos, un chica, vestida de blanco y llevando en las manos una estatua que parece despedir su propia luz, verde-azulada, había algo familiar en esa figura y ella la siguió.
Por momentos cree que la alcanzara… por momentos casi la pierde de vista.
Al fin se detiene, una gran ola de luz roja le hiere los ojos; están en un claro en medio de la jungla.
En el cielo se deslizan cosas parecidas a murciélagos, pero más grandes que cualquier ave que halla visto.
Al bajar la vista de los cielos se topa con otra visión, un gran coloso de incalculables dimensiones, cubierto por un inconcebible manto de color verde, que gira sobre su propio eje en un baile paquidérmico.
De pronto el coloso se detiene y abre su inmenso manto, al instante los «pájaros» descienden hacia él, su cuerpo está cubierto por incontables senos hinchados donde se amamantan tanto los terrores de los cielos como las sombras que trepan desde sus enormes patas.
Ella no puede resistir, es abominable ver a aquella cosa, aquella cosa de piel amarillenta y venas púrpuras, pero entonces algo la obliga a mirar de nuevo.
La silueta blanca está ahí, arrodillada ante las patas del coloso.
A su alrededor las otras figuras forman un circulo y entonan un canto que le crispa los nervios, a pesar de que no lo entiende.
Asombrada mira como la blanca silueta se va elevando poco a poco, hasta llegar por encima de los abultadas y concurridas ubres de esa cosa, hasta alcanzar la cabeza encapuchada del coloso, por un momento flota ante ella, casi como si danzara para él.
Entonces algo sale de la oscuridad de la capucha, desde abajo le parece que es una gran serpiente pero hay algo raro, es como si tuviera un ¿hombre? adherido en la punta. Luego sale otro y otro más todos rodean a la blanca figura y entonces puede escuchar sus murmullos en las alturas.
-Únetenos.- dicen con voces que suenan como chapoteos.-¡ÚNETENOS!- mientras hablan aquellas extrañas cosas rodean el cuerpo de la chica, lentamente jalaron los extremos de la blanca túnica y tiraron de ella, la tela cedió pronto y el bello cuerpo desnudo quedó expuesto.
Más tentáculos serpenteantes salieron de la negra faz de aquel gigante, pero estos estaban terminados en grotescas y rojas cabezas de penes, algunos sujetaron las muñecas y otros los tobillos de su víctima.
La cual semejaba una marioneta manejada por diabólicos hilos.
Desde abajo Serena miró cómo los tentáculos comenzaban a deslizarse por el cuerpo blanco de la chica, escurriendo una negra saliva sobre su cuerpo.
De pronto uno de ellos se lanzó contra la entrepierna de la chica y penetro en su vagina de un solo golpe, la chica se convulsionó entre los tentáculos que la sujetaban, su espalda se arqueó y un grito de dolor rasgó la pesada atmósfera de aquel paraje alienígena.
Pero aquel acto apenas comenzaba otros tentáculos negros, hinchados y bulbosos, luchaban por entrar en el ano de la infeliz y en su boca; mientras el que había penetrado por la vulva crecía aún más, aumentando de grosor a cada instante.
Al fin los otros dos tuvieron éxito, el ano de la chica se dilato tremendamente dejando escapar incluso el excremento de los intestinos. Mientras que el otro entraba sin piedad hasta los pulmones de la chica.
Esta se movía en todas direcciones, manipulada por los negros pólipos, al tiempo que las otras extremidades, terminadas en horribles cosas semejantes a hombres se deleitaban arrancando pedazos de carne.
La sangre caía como una lluvia roja.
Al fin aquellas extremidades infernales comenzaron a retornar a la oscuridad que guardaba la capucha verde.
Entonces, un segundo antes de que la chica desapareciera en las tinieblas, Serena pudo ver su rostro. La visión la hizo gritar con el alma desgarrada.
-¡MMIINNNAAA!- Serena despertó llorando, aterrada y casi enloquecida. A su lado Luna la miraba sorprendida y terriblemente asustada. Sus padres volvieron a acudir a su cuarto, extrañados y preocupados por esta segunda crisis. Les tomo el resto de la noche calmar a su hija.
Ciudad Gótica:
Las sombras de la noche caían pesadamente sobre Ciudad Gótica. Sin embargo eso no era relevante para los miembros de la junta directiva de Wayne Corp.
Quienes desde las cuatro de la tarde se encontraban en un importante junta presidida por el propio Bruce Wayne, quien encontraba esa parte de su rutina por demás fastidiosa, habían pasado horas escuchando nuevos ideas para el desarrollo de nuevos productos que mantuvieran a la empresa a la cabeza en el mercado.
-Señor Wayne..- dijo tomando la palabra Harry Fraizer, ejecutivo a cargo del área de electrónica.- Necesitamos un nuevo producto que nos permita asumir de nuevo el liderazgo en el mercado. Tengo aquí una serie de propuestas que nos podrían…- en ese momento una voz interrumpió al viejo Frizer.
-Si me permite señor Wayne…- todos miraron con dureza al joven Leo Ruffin, el más joven en la mesa con escasos 28 años, pero este los ignoro con el natural descaro de la juventud.- No tengo una propuesta… ¡Tengo la solución!.- sin esperar aprobación de nadie el impulsivo joven se levantó de su silla y con grandes zancadas llegó hasta la puerta de entrada. La abrió y con un además casi teatral invito a alguien a entrar. Todos quedaron sorprendidos, no porque fuera una persona conocida, sino porque era la mujer más bella que cualquiera hubiera visto.
Era alta, de cabello dorado sujeto en un severo peinado de salón, ojos verdes y rasgados, su bella figura resultaba encantadora con aquel traje sastre en color azul marino cuya falda hasta la rodilla solo dejaba apreciar sus bien torneadas pantorrillas.
Cortésmente la recién llegada hizo una caravana y siguió a Leo hasta la cabecera de la mesa donde el señor Wayne se puso de pie para saludar a la extraña dama.
-Un placer Señorita…-
-Akiko.-dijo la ejecutiva mirando con desdén al joven millonario. Luego se volvió hacia el resto de los ahí reunidos y los saludo con una caravana. -Buenos días caballeros. Mí nombre en Akiko Kouyo y representó a la compañía Takoika de Japón.
-¿Tako que?.- murmuraron los ejecutivos. Leo Ruffin miro sonriente a sus colegas y zalameramente les ofreció una explicación.- Se trata de un gran emporio japonés. Más grande que nosotros o Lex Corp. Ahora quieren entrar en el mercado americano y quieren nuestra ayuda.
-¿Y que es lo que quieren vender?- pregunto Bruce interesado.
-Esto.- respondió la chica sacando un pequeño paquete de su porta folios, mismo que ofreció al señor Wayne. Bruce lo tomo y vio dentro de el un diminuto chip de computadora, semejante a un insecto de múltiples patas metálicas, tras admirar la pieza la entregó a otro de los ejecutivos que la examinaron, aunque en realidad ninguno sabía lo suficiente, con excepción de Bruce, como para juzgar su verdadera calidad. Mientras tanto la mujer continuó su discurso.
-Lo que tienen en sus manos es un prototipo de nuestro chip WA-329, capaz de aumentar la velocidad, eficiencia y capacidad de cualquier computadora en un 100%. También puede ser usado en aparatos de comunicación espacial y submarina aumentando la eficacia en un 90%.- los ejecutivos miraron incrédulos el pequeño artefacto.- ¿Puede darnos un ejemplo?- solicitó el viejo Fraizer.
-Actualmente una comunicación entre Marte y la Tierra se toma 30 minutos entre mensaje y respuesta. Con el chip WA-329 esperamos lograr una comunicación en tiempo real.-
-Imposible.- exclamó otro de los ejecutivos. Una acalorada discusión estalló en la sala entre los que estaban listo para aceptar y los que se resistían a ello. -¡Orden caballeros!.- pidió severamente Bruce Wayne poniéndose de pie. Luego, con el chip de vuelta en su mano, encaró a la joven japonesa.
-Señorita Kouyo. ¿Ya se han comprobado todas las «bondades» de este producto?.-
-Como dije antes.- respondió la chica. Lo que tienen ante ustedes es solo un prototipo.-
-¡Lo sabía!.- gritó casi triunfal el viejo Fraizer. -¡Solo nos esta vendiendo promesas!. ¡Tal vez incluso trata de estafarnos!- un murmullo se dejó escuchar por todo el lugar. Leo sudaba frío por el curso que habían tomado las cosas. Pero Akiko permaneció impasible soportando las miradas acusadoras de los ejecutivos. Con firmeza se volvió hacia Bruce y le retiró el paquete con el chip de las manos, para colocarlo de nuevo en su portafolios.
-Bien caballeros.- dijo con dignidad.- Si me disculpan tengo una cita muy importante en Metrópolis.- Con una leve caravana la chica emprendió el camino hacia la salida.
-¡Espere!. Grito Bruce. Ella se detuvo pero no se volvió. -El señor Fraizer no quiso ofenderla. Simplemente estamos sorprendidos de que quiera compartir con nosotros algo como ese chip.- la chica se volvió lentamente, y hablo en tono conciliador.- En realidad esperamos que con su cercanía a los programas de exploración espacial y militar de su país nuestro chip pudiera entrar libremente en su mercado.-
-Las ganancias serían fabulosas.- dijo entusiasta el joven Ruffin.- Imaginen la revolución que podríamos provocar en el campo de la electrónica. ¡el cielo es el límite!.- Durante las siguientes dos horas la junta se convirtió en un debate sobre los beneficios y los riesgos de aquella oferta. Al final fue Bruce quien decidió llevar a cabo una prueba de mercado antes de decidir. La señorita Akiko pareció poco satisfecha pero aún así acepto. Más tarde, cuando terminó la junta, Leo Ruffin y la señorita Akiko Kouyo se reunieron en el estacionamiento de las empresas Wayne.
-¡Estuviste fantástica!- exclamó al verla a solas.- ¡Wayne casi comió de tu mano!¡Puedo escuchar el sonido del éxito!- Akiko lo miro fríamente, sin dar muestras de gusto por el éxito obtenido.- Qué raro.- dijo sarcástica.- Yo solo pude escuchar el sonido de tus rodillas temblando.- Ruffin perdió la sonrisa pero antes de que pudiera hablar ella lo aplasto con una mirada larga y fría.- Además no vi esa influencia en la junta directiva de la tanto me hablaste.- Ruffin se sintió cada vez más pequeño.
-Oye… bueno… tengo enemigos… algunos más poderosos que yo…. pero Wayne siempre me escucha.- mintió tratando de impresionar a la chica. Esta no le respondió. Simplemente caminó hacia su Jaguar y lo abordó sin mirarlo. Leo sintió que perdía a su «socia» y acercándose, casi como un perrito faldero, le preguntó. -Estamos juntos en esto ¿Verdad?.- Ella lo miró burlona y, sonriendo enigmáticamente, le respondió.
-Hasta el fin del mundo Leo… ¡Hasta el fin del mundo!- Sin mas arranco de motos y se fue. Leo camino de regreso al ascensor del estacionamiento. De pronto sintió miedo de estar ahí solo.
Al mismo tiempo, varios pisos arriba, Bruce Wayne examinaba el complejo microcircuito. ¿Realidad o fraude? no lo sabía, pero tenía el presentimiento de que había algo más, mucho más, de lo que la señorita Akiko les había dicho. En todo caso Batman tenía varios lugares que visitar esa noche, así que tomando su abrigo se dispuso a regresar a la mansión Wayne, y a la baticueva.
En algún lugar.
Aquella fiesta de estudiantes estaba tocando a su fin. Casi todos se habían ido, excepto lo borrachos que esperaban que alguien los llevara de regreso a casa. Entre ellos estaba Li-Shen, veinticinco años, estudiante de intercambio procedente de Corea, quien pacientemente esperaba a que su amigo Ash ,también de veinticinco años, terminara de despedirse.
-Vamonos Shen.- dijo Ash.- Mañana tenemos que jugar ¿recuerdas?. Ambos pertenecían al equipo de fútbol americano, eran grandes y fuertes, y no tenían apuro por estudiar. Shen se apoyo en su amigo y ambos salieron del departamento donde se había celebrado la fiesta. Tomaron el ascensor y bajaron hasta el estacionamiento. La fría atmósfera del estacionamiento despabiló un poco a Shen permitiéndole llegar por su propio pie hasta el auto de su compañero de farra. Los dos estudiantes se pusieron los cinturones de seguridad y Ash puso en marcha el motor. Sin embargo, no bien habían avanzado un par de metros una figura se cruzó en su camino forzando a Ash a pisar el freno de repente.
-¡¿Qué demonios?!.- exclamaron ambos mirando hacia el frente del automóvil. Furioso Ash se bajó del vehículo e increpó al inconsciente que se les había atravesado en el camino.-¡Oye que te pasa!… ¡¿No sabes caminar o estas loco?!- al mirar claramente a la persona parada frente al carro Ash se sorprendió. Se trataba de una chica, más joven que él o Shen, vestida con un entallado vestido rojo que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. Llevaba unas altas botas del mismo color con altos tacones de aguja. Ash la miro intrigado tratando de determinar su edad, aunque el maquillaje lo hacia difícil.
-Buenas noches.- dijo la chica misteriosa.- Espero no haberlos asustado.- la evidente burla hizo que Ash reaccionara.- ¿Cuál es tu juego amiga?- interrogó sin dejar de mirar aquel cuerpo juvenil y hermoso.
La chica caminó hacia él lentamente, con un ritmo cadencioso que hacía ondular su bella figura, y al llegar a su lado se le acercó como una gata en celo.- Solo quiero divertirme.-dijo la chica acariciando el amplio pecho del jugador.
-Vaya.- dijo Shen bajando se auto.- Y, ¿Quién es esta preciosidad amigo?- el joven coreano miraba fijamente las formas de la chica de rojo.
-Alguien que busca diversión.- respondió la chica con coqueta aptitud.- ¿Le entran chicos?.-los dos jugadores intercambiaron una mirada. Instantes después el auto de Ash salió del estacionamiento y se perdió en la oscuridad de la madrugada. Más tarde el trío de amantes entraba al departamento de Ash. Un lugar modesto pero acogedor provisto de sala, cocina y una habitación confortable. Al entrar Shen abrazo a la chica de rojo y la beso apasionadamente estimulado por su belleza, y por el alcohol que había ingerido en la fiesta.
Ella le correspondió con igual ansia mientras Ash encendía la luz del departamento. Por un momento contempló a su amigo y a la chica misteriosa, a plena luz era evidente que era casi una niña, pero la moral no era su especialidad así que se encogió de hombros y se sirvió un trago de licor.
Las manos ansiosas de Shen corrieron el ziper del vestido rojo y este cayó suavemente sobre el piso, la chica río quedamente mientras se zafaba del joven coreano y comenzaba a girar graciosamente sobre sus talones, dejando que los dos jugadores admiraran su belleza de ninfa. Era pequeña y un tanto delgada, de largas piernas juveniles y pechos delicados, su rostro era hermoso aunque tenía una cierta malignidad. Impaciente Shen comenzó a despojarse de su ropa a toda prisa, Ash lo imitó aunque sin premura.
Shen, ya desnudo, tomo a la chica de la mano y la condujo hasta la habitación. Una vez ahí volvió a besarla mientras sus manos acariciaban las bellas nalgas, ella a su vez tomó su erecto miembro con una mano y empezó a masajearlo casi con desesperación. El joven sonrió al tiempo que tomaba asiento en la cama y guiaba a la chica hacia el interior de sus muslos.-Vamos linda.- murmuró excitado.- Dale al buen Shen una rica mamada.- La chica lo miró divertida y accediendo a sus deseos comenzó a chupar el pene del joven. Este se estremeció y se recostó sobre la cama. -Eso es linda, así… despacio…- decía el joven coreano acariciando con sus manos la cabeza de la chica. En ese momento Ash entró en la habitación y por un roto se limitó a frotar su miembro mientras contemplaba aquella escena. Sus ojos estaba fijos en las apetecibles nalgas de la chica.
Lentamente se acerco a la pareja y se arrodillo detrás de ella. Sin miramientos guió su miembro en la vulva de la chica.-Aaaaaaggggg- gimió esta cuando la verga del joven Ash entro en ella. El joven futbolista se convirtió en una maquina de placer, lanzando briosas estocadas contra las suaves nalgas de la chica, arrancándole gemidos de gozo; con ambos brazos se aferraba a la cintura de la chica al tiempo que contemplaba como ella chupaba la verga de su amigo. -¡Uuuuummmm!… ¡Me van a volver loca!.- dijo soltando un momento la carne del joven coreano. Cosa que Ash aprovecho para besarla en la boca, el que hubiera estado mamando el miembro de su amigo no pereció importarle. Sus manos se apoderaron entonces de los bellos senos para arremeter con más vigor contra la vulva húmeda de la chica.
-¡Hey Ash no seas egoísta!.- se quejo Shen al verse abandonado. Ash y la chica se miraron y llegaron a un acuerdo silencioso. Así, Ash dejo libre a su presa y se tendió de espaldas sobre el piso de la habitación. -Vamos cariño… es todo tuyo-dijo Ash tomando su pene en una para invitar a la joven a reanudar la acción. La chica no se hizo del rogar y se monto sobre el joven deportista, empalándose suavemente, guiando el falo con una mano al interior de su sexo.- ¡Aaaaaggggg!… ¡Qué rico es!… ¡Si!… ¡Si!..- el cuerpo de la chica se estremeció más al sentir como los labios del chico se apoderaban de su pechos para chuparlos y morderlos como frutos maduros. Mientras tanto Shen se levanto de la cama y, comprendiendo los planes de su compañero, se coloco ante las nalgas de la chica y comenzó a pasar su lengua por el entre pliegue de las hermosas nalgas, deteniéndose a ratos en el mismo centro para horadarlo con la punta de su lengua. La chica gimió al sentir aquella pequeña lanza punzando en su ano.
-¡Ooooohhhh!… ¡Kami!… ¡No paren!…- decía la chica al tiempo que sus caderas subían y bajaban buscando la penetración de falo de Ahs y la caricia de la lengua de Shen. Finalmente el joven coreano considero que era su oportunidad y rápidamente coloco su pene en la entrada posterior de la chica. La cual no se dio cuenta hasta que Shen empujo su miembro dentro ella, su cuerpo se tensó al máximo, era como si la partieran en dos; sus ojos se llenaron de lágrimas y por un momento trato de escapar. Pero los dos amigos la amortajaron impidiéndole escapar.
-¡Aaaaaaggggg!… ¡Brutos!… ¡Salvajes!…- se quejó con voz ronca.- ¡Aaaahhhhh!…. ¡Me están matando!.- pero los jóvenes no le hicieron caso. La gran verga de Shen siguió hundiéndose dentro de ella hasta quedar clavada del todo. Por un momento el trío se quedó inmóvil. Luego Ash reanudó sus embestidas, al tiempo que volvía a morder los suculentos pechos de la chica, Shen por su parte besaba la nuca y acariciaba las orejas de la joven. De esta forma el dolor inicial comenzó a ceder.-Resiste… resiste… lo vas a gozar.- murmuraba Shen en los oídos de la chica. Ciertamente el dolor fue disminuyendo paulatinamente, en parte por que Shen permaneció quieto, esperando el momento para atacar. El cual llego cuando la chica gimió por el roce de Ash en su vulva. _¡Asi!… ¡No pares!.- fueron las palabras mágicas que esperaba para comenzar a moverse, primero lentamente, hasta sincronizarse con la verga de su amigo, entonces ambos la embistieron con fuerza, lanzando estocadas que iban directo a lo más profundo de su ser. Era monstruoso ver como una verga salía del ano casi totalmente, como este se quedaba abierto con los bordes encendidos, para luego volver a hundirse en esa funda prohibida. Al tiempo que la otra hacia lo propio con la vulva casi desprovista de vello púbico, era como ver a una criatura alimentándose por dos bocas al mismo tiempo.
-¡Aaaaggggg!… ya… ya… me esta llegando… ¡No paren!… ¡No paren!…- exclamo la chica al sentir como sus entrañas se deshacían en un caudal de líquidos ardientes que escurrían hasta el piso. Los dos jugadores también sentían los mismo y en un momento supremo hundieron sus miembros al mismo tiempo para descargas todo su esperma dentro de su misteriosa amante. -¡Aaaaaaaggggg!… ¡Que rico!..- gimió Shen al terminar su eyaculación. Por un rato nadie se movió. Fue hasta que Shen se levantó que el nudo humano se rompió. El joven coreano fue al baño y con cuidado lavo su pene con jabon, pues no había usado condón en su penetración anal. Al regresar a la habitación, aun a oscuras, vio a la silueta chica todavía montada sobre Ash, moviéndose cadenciosamente mientras su amigo tendido en el suelo gemía ahogadamente. Sonriendo se acercó a la pareja.- Vamos hombre… Déjame probar ese coñito a mi también.- dijo al tiempo que acercaba su mano a la espalda de la chica. Entonces su alegría desapareció y retiró la mano horrorizado. No había encontrado el terso contacto de una piel femenina, sino el áspero toque de miles de fibras heladas que se movían como gusanos.
Aterrado Shen retrocedió hasta la entrada é instintivamente busco el interruptor de la luz, sus ojos seguían fijos en aquellas sombras mientras un terror creciente invadía su ser, y es que ahora se daba cuenta de que los gemidos de su amigo no eran de placer… sino de agonía.
El temor lo hizo buscar en vano el interruptor, aunque sabía perfectamente donde estaba, pero al fin logró accionarlo.
La luz del foco le pareció antinatural, casi tanto como la escena que miraba ahora claramente.
Ahí sobre su amigo estaba la chica… o al menos así debía ser; pues la chica que ellos llevaron al departamento tenía el cabello corto, mientras que la que ahora veía tenía un cabellera tan larga que cubría todo el piso de la habitación.
Pero Shen no estaba seguro de que fuera cabello, pues ondulaba incesantemente formando caprichosas serpientes de todos tamaños.
En ese momento la chica se incorporó y se dio la vuelta.
Shen creyó volverse loco al contemplar el rostro de aquel ser, rugoso como un árbol viejo y casi desprovisto de facciones.
El cuerpo también había cambiado, ahora era una masa esquelética que parecía a punto de deshacerse. -Vamos cariño.- dijo el engendro burlonamente.- La fiesta aún no termina.-¡NOOOOOOOOO!- grito el joven coreano al tiempo de correr fuera de aquella habitación.
Pero los largos cabellos del monstruo se lanzaron detrás de él a una velocidad increíble. Shen se debatió furiosamente cuando esas largas sierpes lo atraparon, su toque era tan frío que quemaba la piel y el olor que escapa de ellos era tan nauseabundo que el joven vomito de miedo y asco. Aún así no pudo evitar que lo llevaran de regreso ante el ser de pesadilla.
-¡Déjame ir!… ¡Por favor!… ¡No me mates!…- suplicaba mientras el monstruo lo contemplaba con fingida inocencia.- ¡Ohhhhhh!… ¿Acaso mi pequeñito tiene miedo?.- los largos cabellos levantaron a Shen hasta el techo y desde ahí pudo ver el cuerpo de Ahs, abierto como un res en el matadero, las costillas habían sido destrozadas y las entrañas desgarradas, era como la obra de una araña infernal. ¡Aaaayyyyyyyyyy!.-grito y se debatió de nuevo, todo en vano, el monstruo lo fue bajando hacia sí mientras reía.
Horas más tarde, en otro apartamento, la chica de rojo entraba de puntitas, tratando de no hacer ruido. En eso una voz severa la hizo saltar.
-¿Dónde has estado jovencita?.-la chica reconoció la gallarda figura al final del pasillo y solo bajo la cabeza.- Te dije claramente que no debías salir tan pronto.- reprendió el hombre desde la oscuridad.
-Lo siento.- dijo la chica un tanto melosa.-No lo haré más.-
-Eso espero.-respondió el hombre acercándose a ella. Con uno de sus dedos acarició los labios de la chica y descubrió los rastros de sangre aún fresca.-¿Fue divertido?- interrogó mientras el mismo degustaba el vital líquido.
-Maravilloso.- contestó ella.
-A la cama jovencita.- dijo el desapareciendo en la oscuridad. La chica sonrió y le siguió a través del departamento. El hombre nunca le dijo a qué cama debía ir y aún quedaban dos horas antes del amanecer.
Continuará…