Una confesión

Hola amigos y amigas, de nuevo soy yo, ahora relatándoles una historia que tengo que compartir con alguien ya que si no lo hago, esto quedará además de como un desperdicio, me va hacer explotar, para los lectores que no han leído ninguno de mis relatos anteriores déjenme describirme un poco, mido 1.60, peso 52 kg, tengo ojos verdes y últimamente me he quedado escaso de cabello, tengo 32 años y soy divorciado.

Pero vayamos de lleno a mi relato:

Resulta que hace poco menos de 2 años en un trabajo anterior al que tengo ahora conocí a una muchacha a la que llamaré Berenice.

Pues bien Berenice y yo llegamos a ser muy buenos amigos, tanto que cuando nos despidieron a los dos de ese trabajo me la llevé a trabajar conmigo a la empresa donde ahora estamos.

Pues bien después de algunos meses de perfecta amistad en donde se conocieron nuestras respectivas familias (esposo, esposa, hijo e hija) la amistad se fue haciendo cada vez más fuerte al grado en que nos contamos todo lo que nos sucede, y no hay momento libre que tengamos que no lo aprovechemos para ir a desayunar, comer, cenar, ya sea solos o con nuestras respectivas parejas.

Pues bien, decía yo que después de un tiempo de hacer de nuestra amistad algo sumamente firme de pronto comenzamos a sentir cosquilleos cada vez que nos veíamos (al menos eso sentía yo y luego ella me confesó que también).

Y yo comencé a pensar y a ver a Berenice de una manera más allá que solo «amigable» de hecho me despertaba unos pensamientos por demás cachondos, yo no quise llevar eso más allá pues temía que además de ella rechazarme, pudiera perderla como amiga, sin embargo todo sucedió hace un par de semanas.

Cuando en un desayuno de esos que ya se han hecho costumbre entre los dos, me dijo

«¿sabes? anoche soñé contigo, y no sabes que mal me dejó el sueño»,

«ahhh ¿si?» le contesté

«y eso porque?» le dije, pensando en alguna broma que me quería jugar y que iba terminar diciendo algún chiste

«es que soñé que nos besábamos y que yo me preocupaba porque no sabía qué hacer»

Yo tragué saliva pues no pocas veces la había yo soñado de esa misma forma y otras mucho más eróticas, pero nunca me había atrevido a confesárselo por miedo a que iba ella a pensar.

» y te causó mucho conflicto?» le pregunté

«pues la verdad si, porque por una parte me gustó mucho pero por otra no podía dejar de pensar en nuestras parejas, hijos y en nuestra amistad y la verdad es algo que me puso a pensar» dijo ella

«pues déjame decirte que yo te he soñado otra veces y la verdad no me he quedado en un beso solamente» le dije yo en eso ella dijo

«y crees que estamos mal, por soñar esas cosas?»

«no, porque solo son sueños y los sueños no quieren decir nada, tal vez lo que pasa es que como nos vemos mucho pues ya me empiezas a ver hasta en la sopa jajajajaj» le contesté yo con una risa nerviosa más que de otra cosa

«el problema es que no es la primera vez que te sueño y hay otras veces en que he soñado en me coges y despierto toda mojada, pero lo peor no es eso, sino que ahora hasta conciente cuando te veo me dan unas ganas locas de hacer realidad el sueño» me dijo ella ruborizándose y haciendo que esas pequitas tan sexys en su cara se proyectaran y me derritieran

«pues déjame confesarte algo, yo también he soñado contigo en situaciones por demás calientes y además también últimamente me gustas mucho, pero no sé qué hacer porque están de por medio nuestras respectivas familias, aunque si tuviera la oportunidad te haria el amor con todas mis ganas» le dije yo, ella no me contestó por unos momentos que parecieron siglos para mí.

Era una situación delicada y en ese momento pensaba que había abierto la boca demasiado y de un momento a otro ella se iba a levantar y a decirme que no nos volviéramos a ver.

Entonces ella se levanta y yo temiendo lo peor la miré fijamente, pero ella en vez de alejarse hacia la puerta se acerca a mi y dando un beso apenas en los labios se acerca a mi oído y me susurra con una voz que hizo que se me parara la verga y empezará a soltar líquidos preseminales.

«hagamos una locura, en este momento no soy Berenice tu amiga, soy Berenice la mujer que tiene hambre de ti y de tu sexo, vámonos antes que me arrepienta de lo que estoy haciendo y cogeme como lo hemos soñado, ya después veremos cómo aceptar las consecuencias» para mi levantarme, pagar la cuenta y comenzar a manejar fue uno solo.

Yo sé que fueron unos cuantos minutos pero en el estado de excitación en el que me encontraba me parecieron horas, además tenía miedo de que en cualquier momento Bere se arrepintiera y me dijera que no.

Tomamos la avenida y nos dirigimos al motel más cercano (afortunadamente los dos trabajamos lejos de donde se encuentran nuestras parejas) al momento de entrar a la habitación volteé a verla y me dijo con apenas un susurro

«estamos locos»

«sí», le contesté yo

«yo he estado loco por ti desde hace mucho tiempo y te deseo con todo mi cuerpo» no había acabado yo la frase cuando ella me planta un beso en la boca y con su lengua comienza a juguetear con la mía pareciendo una serpiente y haciendo que mi verga empezara a levantarse a mil.

Mientras nos besábamos, yo la conduje a la cama y recostándola de espaldas comencé a quitarle la blusa que llevaba dejando al descubierto un par de tetas que no llevaba sostén y aunque no eran exageradamente grandes si eran lo suficiente para colgar un poco y sin embargo el pezón, que para ese momento ya estaba en su máxima erección, invitara a ser mordido, lamido.

En fin que estaba invitándome a que lo tomara, cosa que yo hice con sumo placer y ella comenzó a decir

«sí, así, sigue no sabes cuantas veces estas tetas se han parado por ti deseando que les hicieras lo que haces ahora, ahhhh siiii» yo estaba que no podía y no me la creía así que comencé a bajar mis manos hacia sus nalgas paraditas y comencé a apretarlas.

Ella alzó las piernas, momento que yo aproveché para desabotonar su falda y bajarla, quedando solo con las zapatillas y una tanguita que desaparecía en medio de los dos cachetes de sus nalgas, así fue como comencé a bajar hacia su ombligo primero, después hacia su pubis.

Deteniéndome a oler los jugos que comenzaban a emanar de su vagina, y sin detenerme bajé por sus piernas, llegando hasta sus pies y chupando cada uno de sus deditos,

«ayyy mi vida me vas hacer venirme sin habérmela metido todavía mira que ya estoy toda mojada esperando que metas ese palo que tienes hasta adentro de miiii» me dijo Berenice mientras yo volvía a subir hasta su entrepierna y dando un par de lengüetazos a su peludo coño hice que se viniera en un orgasmo que la hizo arquear la espalda.

Ella se levantó y dándome otro beso en la boca comenzó a desvestirme, hasta dejarme sin ropa, y aprovechando que se había hincado para bajarme el pantalón y los calzones se metió hasta las amígdalas toda mi verga que para ese momento ya tenía la cabecita llena de liquido preseminal.

Yo me sentía en la gloria porque además de que Berenice está muy buena es mi mejor amiga y en ese momento estábamos compartiendo lo último que nos faltaba, ella subía y bajaba la cabeza mamandome la verga que y tocándome los testículos con una mano.

Mientras con la otra comenzaba a juguetear con su clítoris haciendo que de su vagina comenzarán a brotar todos sus jugos, en un momento dado ella se saca mi verga de su boca y con la voz entrecortada por la excitación me dice

«papito cogeme ya que no aguanto las ganas de tener tu palote en mi hoyo»

Obviamente yo no me hice del rogar y acostándola boca arriba en la cama se la metí de un solo golpe ya que estaba completamente mojada y resbalosa, sus jugos le chorreaban por los muslos y caían hasta la entrada de su ano.

Comencé a sacarla ya meterla con un ritmo cada vez más rápido pero yo no quería venirme, no tan pronto y menos después de haber esperado esto durante tanto tiempo.

Así que disminuí el ritmo y saliéndome de su agujero bajé la cabeza para darle una serie de lamidas y lengüetazos a su clítoris y meterle la lengua a su vagina, lo que hizo que explotara en otro orgasmo y gritara

«ayyyyy paaaaapiiii me vengo otra veeez, que rico, así te quería tener, esto está mejor que mis sueeeeñosss, como se me antojaba tu verga desde hace tiempo, sii sii si sigue, sigue, sigue asiiahhhiiii, chupalo mamalo papito»

Después de su orgasmo y mientras me escurrían sus líquidos por toda la barbilla se incorporó y dándome otro beso comenzó a pasarme la lengua por los labios y por toda la cara lamiendo sus propios jugos.

De pronto me mira a los ojos con un brillo de lujuria en los suyos y dice

«metemelo por el ano, nunca ,me lo han hecho por ahí, ni siquiera Alberto (su esposo) quiero que me quites la virginidad de ahí, quiero regalártela a ti y cada vez que me toque yo el culo sentir que estás conmigo, quiero ser solo tuya de esa parte de mi cuerpo»

Y yo metiendole mi estaca en la vagina para lubricarla, le di un par de estocadas, para después voltearla y subirla las caderas para que su ano ofreciera un mejor blanco, tomando los dos cachetes de sus nalgas y separándolos lo más posible comencé a introducirle mi verga, poco a poco, al principio solo entro la cabecita y yo sentía como se abría su esfínter, y ella con lágrimas en los ojos me decía

«ayyy papi me duele, pero no importa por ti soy capaz de partirme en dos, siiii, metelo un poco maaas, así así así papito parteme el culo que es solo para ti meteme hasta los huevos, ahhh siento tus pelitos que rico papito»

Mientras decía esto yo iba excitándome aún más hasta que en un momento dado le clavé toda la verga hasta los huevos, quedándome así un momento mientras ella se acostumbraba.

Pero entonces ella comenzó a moverse para que yo siguiera enculandola, era delicioso sentir ese culo virgen que tanto me había calentado en secreto ahora a mi disposición.

Cuando ella comenzó a sentir que yo apuraba el ritmo porque sentía la inminente venida, me dijo

«no papi ahí no, quiero tomarme tu lechita y sentirla en mi boca y que llegue hasta mi garganta, para tener tu sabor por mucho tiempo»

En ese momento le saqué la verga de la boca y ella dándome un pequeño apretón en la base de los testículos hizo que mi venida se detuviera el tiempo suficiente para llevarme a la regadera donde me lavó todo el mástil que empezaba a bajarse y ella al ver esto solo me dijo

«ahh no este palo no puede caerse verdad?»

Y acto seguido comenzó a mamarmelo de nuevo, claro, se iba a tragar mi leche pero mi verga estaba sucia de un poco de sus defecaciones y sangre por la desvirgada de culo que le había propinado, así que comenzó a mamar y a masturbarme dándome lengüetazos desde los huevos hasta la cabecita del pene hasta que le grité

«yaaa mi vida me vengooo»

Cosa que ella aprovechó para meterse todo el largo de mi verga y tragar todo el semen como iba saliendo hasta que no pudo más y comenzó a derramársele por las comisuras de los labios, yo no me venía de esa manera desde que tenía 20 años pero la excitación reprimida y la deliciosa mamada que me había hecho obraron maravillas.

Después de habernos bañado y besado mil veces más salimos de la habitación prometiéndonos, que esto no pondría en riesgo ni nuestra amistad ni nuestros matrimonios.

Y que si las cosas se daban bien tal vez podríamos repetirlo, cosa que hemos hecho en otras pocas ocasiones sin que eso haya mermado nuestra amistad y por supuesto nuestros cónyuges siguen siendo grandes amigos y seguimos frecuentándonos los cuatro.