Las chicas se mueven
Me llamo Alejandro. La siguiente historia es totalmente real, sólo he cambiado los nombres para salvaguardar la identidad de las personas relatadas en este relato.
Era un agosto muy caluroso, en todos los sentidos, el calor, todo el día ligeros de ropa y con el calentón a tope. Mi novia Marta de 19 años y yo 22 años, compartíamos piso y este era nuestro primer verano en el piso que ella compartía con otras amigas suyas, estudiantes igual que ella. Sus amigas se habían ido a veranear con sus padres y sólo de vez en cuando aparecían por el piso, pero casi siempre sólo era por unos días.
Primero lo hacíamos cada noche, varias veces, luego también por la mañana e incluso por la tarde, me excitaba sobremanera correrme en su boca y me aficioné a hacerle una facial cada noche, me encanta ver su carita de muñeca, sus pelos castaño claro, y sus ojos azules salpicados de semen. Verla luego limpiarme a fondo la polla me hacía ponerme a tope de nuevo.
Un día hablando sobre qué podríamos hacer más fuerte, que fuera muy morboso, se le ocurrió a ella una idea muy fuerte, no quiso decirme nada, y tan sólo me dijo que una compañera de piso vendría dentro de pocos días.
La verdad la idea me excitó mucho, y más tratándose de Marisol, una morenaza de tetas hermosas y de pezones siempre erectos, la conocía de años y me había hecho más de una paja imaginándome que me hacía una buena mamada y me corría en su boca.
Al fin llegó el ansiado día de la llegada de Marisol, yo tenía constantemente la polla morcillona de sólo pensar en ella, y debido al calor y como siempre iba vestido con unos boxers y una camiseta de algodón, tal atuendo dejaba ver claramente mi paquete, que con mis 20 largo X 16 contorno, era bastante llamativo. Llamaron a la puerta, el corazón me palpitaba muy deprisa, ya me imaginaba como provocar a Marisol, para intentar ponerla caliente y poder follarmela. Marta abrió la puerta y entonces me llevé una gran desilusión había venido con su novio Juan. Todo estaba perdido pensé, tan sólo después de cenar, una cena regada con bastante vino, en la que el ambiente se caldeaba empecé a recuperar algo de esperanzas. Luego mi novia propuso que pasáramos al salón a ver una buena película porno, la verdad es que íbamos todos un poco bebidos, pero sólo era un pedete lúcido. Marisol no apartaba su mirada de mi descarada erección que los boxers poco podían hacer por ocultarla. Al ir al sofá le pegué como si fuese un accidente mi polla en su culito, tan sólo cubierto por la tela de una falda de vuelo. Un poco más tarde con la excusa de coger el mando de la tele, me ladeé y le pegué el paquete a su mano. Estaba muy salido y sólo pensaba en follármela. Marta sabía de mis ganas de tirarme a Marisol, y yo pensé que esa era su sorpresa para tener una noche muy morbosa, tal vez un intercambio de parejas o algo así.
De pronto Marta llamó a Marisol y ambas se fueron al pasillo, por los gestos deduje que Marisol le estaba contando el incidente del paquete en la mano, ambas se reían a carcajadas, luego siguieron hablando entre risitas. Cuando volvieron seguimos viendo la película, que la verdad era fortísima, yo tenía la polla dura y sin tocarme, Juan también marcaba un buen bulto en sus pantalones de deporte.
Marta dijo: «Vaya pollas se os han puesto» Marisol se la tocó a Juan por encima del pantalón, entonces me di cuenta que Juan estaba masturbando a Marisol ya que tenía su mano bajo su falda.
Asi estuvimos como un cuarto de hora más, entonces Marta se levantó y dijo: «Tengo un plan que proponeros, lo hemos estado hablando Marisol y yo hace un rato, queremos hacer una pequeña orgía, en la que ambos si lo queréis podréis disfrutar de nosotras, pero sólo hay una condición para ello, que ambos tendréis que hacer todo lo que digamos, nosotras tendremos el control de la situación en cada momento, en caso contrario se acabó la fiesta, tenéis que hacernos gozar a tope.»
Juan y yo nos reímos, y al fin veía cerca el ansiado momento de follarme a Marisol. Marta se acercó a mí y me quitó los calzoncillos, mi polla saltó, en total erección, incluso estaba húmeda de líquidos preseminales, Marta me la empezó a lamer, dándole lengüetazos por todo el tronco y jugando con su lengua con mi glande, me estaba haciendo sufrir de placer, cuando se acercó Marisol no me lo podía creer, me agarró la polla y se la metió en la boca, me estaba haciendo una mamada increíble, pero a los pocos minutos paró y me dejó con las ganas. Se fue hacia Juan a chuparle la polla a su vez, que vista ver a Marisol de cuclillas con un culo imponente de honda raja, y mamando una polla, su larga melena le caía por la espalda, y se movía al unísono de los movimientos de la chupada que le estaba haciendo a Juan. Marta se subió encima de mi polla y empezó a cabalgar, mi polla salía y entraba de su coño, de forma casi brutal. Marisol seguía a lo suyo mamándole la polla a su novio, de pronto se levantó y trajo consigo a su novio, y cogiéndole la polla con la mano se la ofreció a Marta que empezó a chupársela con fuerza, incluso se quitó de encima mío para dedicarse en exclusiva a esa nueva polla, Marisol se unió a ella, qué mierda yo ahí sólo y las dos chicas para él.
Marta me dijo que me acercara que quería darme un morreo, nos besamos efusivamente al tiempo que le magreaba las tetas y le tocaba el culo a Marisol, pero me incomodaba sobremanera tener una polla a pocos centímetros de mi cara, y más cuando Marisol cogiéndola con la mano me la ofreció: «Chúpala» Le dije: «Ni hablar. ¿qué te crees que soy maricón o qué?»
Marisol: «Pues si quieres follarme tendrás que hacerlo, Marta y yo lo hemos planeado todo queremos ver un tío compartir una polla con nosotras, nos mucho morbo»
Marta:»Si no lo haces te la tendrás que pelar tu sólo» Accedí a sus peticiones y empecé a chuparla, nunca había hecho una cosa igual, y sólo lo hacía por conseguir a Marisol, nos turnábamos los tres para mamársela.
Marisol:»Avísanos cuando te vayas a correr»
Juan: «No te preocupes por nada os avisaré»
Las muy putas se la chupaban cada vez con mas vicio, pasándole la lengua por el glande en rápidos lengüeteos, y obligándome a mí a hacer lo mismo, a esas alturas ya no me disgustaba, ni tampoco me gustaba en especial, era incluso excitante por el hecho de compartirla con dos chicas maravillosas. He de decir que soy 100% heterosexual y sólo me gustan la chicas, aquello tan solo era placer, y sexo, y la llave para tener mayor placer un poco más tarde. Marisol empezó a chuparle la polla desde abajo y Marta hacía lo mismo, le pasaban tan sólo la lengua por el costado de la polla mientras yo se la chupaba, cuando de pronto, el muy cabrón, sin avisar se empezó a correr, ante la sorpresa me la saqué rápidamente de la boca, y siguió soltando chorros, nos llenó a los tres las caras de semen, incluso noté como un chorro me mojaba el pelo, Marta y Marisol reían con cara de vicio, me lamían la cara para recoger todo el semen que pudieran. Dejé salir de mi boca todo el semen que pude, pero cuando tuve que tragar todavía noté la presencia de ese liquido viscoso y espeso, no me daba asco ya que Marta y yo nos morreábamos a veces después de correrme en su boca.
Pero iba a tener mi premio, Marisol se me ofreció de forma incondicional, me la follé con furia, para vengarme de lo de la mamada, incluso por el culo incluso por ahí me la follaba a lo bestia, como si estuviera poseído, mi polla entraba y salía de su culo a gran velocidad, se la notaba incomoda, y no es de extrañar ya que mi polla era mucho más gorda que la de su novio, estaba casi desmayada de placer. Cuando estuve por acabar me la saqué y se la acerqué a la boca para que me la chupara.
Me la estaba mamando de maravilla, mi sueño hecho realidad, cuando me pasó la lengua por entre su boca y mi glande no pude aguantar más y me corrí en su boca, se la saqué de la boca y le apunté con la polla a los ojos, y uno de mis chorros la alcanzó de lleno en un ojo, no le dio tiempo ni a cerrar los párpados, los tenía llenos de leche, con la cara llena de leche le hice que me la siguiera chupando. ¡Qué placer! Había esperado ese momento tanto tiempo y ahí tenía a Marisol con la cara llena de leche.
Creía de todos modos que el precio que había tenido que pagar había sido demasiado alto, para conseguir realizar mi fantasía con Marisol, pero cuando Marisol volvió de nuevo por el piso tres semanas más tarde lo hacía sola, había dejado a su novio, los tres mi novia, Marisol y yo formamos un estupendo trío. Llevamos meses así y la verdad es que el placer que da ese tipo de relación me hace pensar que es el estado ideal para disfrutar del sexo a tope.