Hola a todos nuevamente, soy Paola de nuevo, compartiendo otro rico relato sexual con mi hombre… ya les había narrado uno en esta misma página, espero lo hayan leído y si no… háganlo y háganse una buena paja con él.

En algunas ocasiones me encanta ser la parte dominante en el sexo, ser quien este yo arriba, cabalgando a mi macho y llevando el ritmo a mi gusto hasta que yo llegué al clímax y hacerlo llegar a él, aunque como les dije en el otro relato, la mejor parte de mi cuerpo es mi culo y eso a veces me lleva a estar en posiciones de sumisión ya que a mi hombre le encanta cogerme por el ano.

Otra de las cosas que a mi hombre le encanta es hacérmelo estando desnuda completamente, sin una sola prenda, ni calcetines, le gusta acariciar y admirar cada centímetro de mi piel y mi cuerpo, pero luego logro convencerlo de culear con al calzoncito puesto y que me lo haga de lado… es que la verdad… a mi encanta echar pata en tacones, o a medio vestir, sin desnudarme por completo, solo haciendo a un lado la prenda lo necesario para ser penetrada o chupada según sea el caso…

Una noche nos dio la calentura después de haber ido a cenar y a pasear, yo llevaba un pantalón de vestir, zapatos de tacón alto, una blusa de manga larga azul y un conjunto de ropa interior de encaje negro, le dije que esta vez seria sumisa, pero que lo haríamos a mi modo.

Me quite la blusa, pero me deje puesto el sostén, solamente lo baje un poco para dejar al descubierto mis tetas, que empezaron a ser succionadas por mi hombre, mis pezones se erectaron de inmediato, él quiso arrancarme la prenda, pero no lo deje, le dije que sería a mi modo y de lo contrario, tendría que pajearse, no le quedo más remedio y acepto, y siguió chupándome las chichis unos minutos más.

Entonces lo senté en el borde de la cama, pude ver que su verga ya casi reventaba el pantalón, le baje el cierre y saque el pito de su prisión, erectisimo y ya supurando lubricante, me puse de rodillas como una puta y comencé a succionarlo, deliciosa, me encanta la verga de mi hombre, se puso más duro y grande al máximo, con venas palpitantes, si en algo soy experta es en mamar verga, me encanta el sonido del chupeteo, eso me prende cada vez más y más…

Me puse de pie y el siguió sentado con su verga erecta cubierta con mi saliva, me desabroche el pantalón y el comenzó a acariciar mis muslos y mis nalgotas, queriendo meter mano por debajo pero no se lo permití, eso no era lo que yo quería, le dije que se levantara y me diera espacio, entonces me puse en cuatro sobre la orilla de la cama, así sin quitarme el pantalón, y el con el suyo hasta las rodillas nada más, entendió lo que yo quería, y me bajo el calzón hasta las rodillas..

Le dio unas rápidas lamidas a mi concha y mi culo, y me dejo ir toda su vergota de un empujón, puso sus manos en mis caderas y comenzó a follarme como solo él sabe hacerlo, primero despacio y después aumentando la velocidad de los empujones, otra vez la hermosa melodía de sus mulos chocando contra mis nalgas lleno la habitación, acompañada también por el PLAF!!! de las nalgadas que de vez en vez me soltaba, me encantaba estar así, que me cogieran en 4, sintiendo aun mis prendas puestas, mi calzón y pantalón a la rodilla y mis tacones me excitaban todavía más, yo solo podía gemir y pedirle a mi macho que no parara, que me poseyera como tantas veces lo había hecho ya…hasta que explote de placer, me vine como siempre mi hombre me hacía venir, haciendo que mi clítoris gritara de gusto, placer y felicidad…un apretón de sus manos en mis nalgas me indico que el también ya había eyaculado litros de su esperma en mi panocha, yo sacudí mi culo para deslecharlo bien mientras dejaba que ambos nos relajáramos un poco.

Después de eso lo senté de nuevo en la orilla de la cama y le di unas buenas chupadas a ese falo, bañado en una mezcla de sus fluidos y los míos, que cosa más deliciosa, lo mamé por unos minutos más, de arriba abajo, hasta sus testículos, lo sacudí un poco hasta que expulso un poco más de semen.

Y así es como me encanta coger, en esta ocasión fui sumisa, pero a mi manera, y mi hombre es feliz conmigo y yo con él.

Después… ya todas las prendas cayeron al piso… pero esa es otra historia.

Paola.