Capítulo 7

Después de pasar una deliciosa noche, sin pensar en nada, descansé como nunca, totalmente relajada; nos levantamos a eso de las de las nueve, preparé un desayuno y comimos en la terraza del jardín.

Pasamos la mañana en la piscina, llamé a mi madre y estuvimos charlando largo rato

  • Mamá: hija, ¿cómo vas?
  • Yo bien, mamá, no sé, pero es como si me hubiera sacado un peso de encima, me cuesta creerlo, pero he dormido de maravilla
  • Ma: puede ser hija, pues fíjate que, con tu hermana, lo hemos comentado más de una vez y no nos hemos atrevido ninguna de las dos a decirte nada, porqué conocemos tu carácter y seguro que nos hubieras enviado a hacer gárgaras como mínimo, jajaja
  • Yo: cierto, segurísimo
  • Ma: tu hermana, siempre ha dicho que no te pega ni con cola y yo ya sabes de sobras lo qué opino
  • Yo: bueno mamá, te he llamado solo para que sepas que estoy bien y que no te preocupes, quiero relajarme y no pensar en nada. Por cierto, he estrenado la piscina salinizada, ¡qué gozada!, esto último solo te lo digo para darte envidia, no te creas jajaja
  • Ma: me encanta que recuperes el sentido del humor, porque en los últimos tiempos estabas bastante agria la verdad. ¡Hala!, disfruta, un beso grande hija mía

Al terminar la llamada con mi madre, le dije a Alex qué guardara silencio que iba a llamar a Héctor, marqué el teléfono de Héctor y me contestó:

  • Yo: hola Héctor, te llamaba para decirte que llegue bien ya estoy bien, ahora estamos con mi madre paseando por el pueblo
  • Héctor: ah vale ¿y qué?
  • Yo: nada, era solo decirte que estábamos bien y qué habíamos llegado bien nada más
  • Héctor: vale pues me alegro chao

Alex: imbécil, es poco calificativo, cuesta encontrar alguno más adecuado

Yo: me puse a reír

Cuando colgué la llamada, Alex me preguntó de que me reía y le conté lo que me había dicho mi madre, sobre mi sentido del humor; se hecho una carcajada bien sonora, casi escandalosa diciendo:

  • Alex: mira sino me va bien en Deusto, ya sé que hacer: DE TERAPEUTA DE PIJAS DIVINAS, ME SALE BORDADO, PARA MUESTRA UN BOTÓN, JAJAJA (dijo Alex gritando y partiéndose de risa), aún montaré un negocio y me forro
  • Yo: ni se te ocurra, la única paciente que atiende mi terapeuta, soy yo, te enteras, le dije agarrando sus testículos, como hagas algo sin mi permiso, ¿te queda claro?
  • Alex: vale, vale, sino al final acabarás dándome una ostia y acabarás siendo tú la qué mandas y yo obedeciendo
  • Yo: prendaaaa, y ven aquí que vamos a pasar cuenta de las prendas y dejaremos el marcador a cero de nuevo

Nunca se me hubiese ocurrido hacer el amor dentro de una piscina, nuestros cuerpos se resbalaban cuando intentábamos abrazarnos dentro del agua, iniciamos un juego de pilla-pilla dentro y bajo el agua, cada pillada, un beso, un pellizco, una metida de dedos por parte de Alex en mi vagina o un tirón de su “trompa” (tengo que ayudarle a superar eso) con el consabido beso y lengüetazo en ella.

Hasta que al final, le chupé su polla, bajo el agua, saboreando no solo sus flujos, sino que la mezcla de ellos, con la salinidad del agua, producía una sensación formidable y no digamos ya, cuando se corrió en mi boca, pues tenía el sabor del agua salinizada con su semen, hizo que yo me corriera y tuviera un orgasmo genial, sin haberme siquiera casi tocado él.

Salimos de la piscina nos vestimos y bajamos dando un paseo hacia el pueblo, manteniendo las formas en todo momento; fuimos hasta Es Cantó, a tomarnos un vermouth, mientras se acercaba la hora de comer. Comimos en el restaurante de Cap de Creus, donde aparte de las vistas espectaculares del Mediterráneo, es un lugar absolutamente discreto lejos de miradas de cualquier tipo y además había poca gente, lo cual fue perfecto

Cuando terminamos, sobre las cuatro de la tarde bajamos a casa a darnos un baño de nuevo en la piscina y luego una maravillosa siesta hasta las seis

Preparé unos cafés con hielo y nos sentamos en la terraza

  • Yo: oye: ¿Qué te parece si llamas a Irene y la puteas un poco?
  • Alex: prendaaaa, está serie la ganaré yo, verás. ¿se la tienes jurada no?
  • Yo: si, tú no te imaginas lo cargantes que son Irene y las otras tres, como saben lo formal y recatada que soy, llevan años jodiéndome (prendaaaa) y teniendo que aguantar sus historias “qué si fulano me hace …” “qué si mengano me hace …”, harta de verdad
  • Alex: déjame pensar (ni un minuto pasó), listo, vamos allá
  • Alex: ¿ella conoce tu casa?
  • Yo: sí, por qué
  • Alex: nos tenemos que poner en alguna parte que no relacione contigo
  • Yo: ven, sé dónde, (nos fuimos a la bodega, donde mi padre tiene los vinos, una pequeña barra de bar y un billar de carambolas profesional, pues allí solo entramos la familia
  • Alex: Fantástico, no hay como ser rico de cagar (prendaaaa)

Alex tomó su teléfono móvil y le mandó un mensaje a Irene; no pasaron ni cinco segundos que le entraba a Alex una videollamada por WhatsApp.

  • Irene: hola Alex ¿qué tal estás bien? ¿cómo es qué primero me has puesto un mensaje?
  • Alex: Porqué no sabía si estabas ocupada o no o si estabas con alguien y no te quería molestar.
  • Irene: Tú nunca me molestas cuando me llamas ,me puedes llamar a cualquier hora, no te preocupes por la noche si me quieres llamar mándame un mensaje y te llamo entonces yo.
  • Alex: Te veo muy guapa, estás imponente.
  • Irene: ¡Hay muchas gracias!, me encanta lo zalamero que eres, tú también estás muy guapo, guapísimo.
  • Alex: ¿sabes Irene?, te contaré un secreto: me encantó el otro día cuando estabas en el Sándor, te mostraste maravillosa y súper complaciente, me encantan las mujeres así. ¿estás sola?
  • Irene: sí, claro estoy sola en casa y tú ¿Dónde estás?
  • Alex: En casa, genial que estés sola y en tu casa, así hoy te puedo ver bien, el otro día, porque estabas en el Sándor casi no te vi espera dame un momento, que me llama mi madre, ya voy mamá (Alex puso su móvil boca abajo y me susurró: agarra tu móvil y filma, que luego nos reiremos a fondo tú y yo, de esta cateta pija)
  • Alex: perdona ya estoy de regreso, te decía qué, el otro día casi no te vi porque estabas ahí en medio del Sándor; como me hubiera gustado estar ahí a tu lado y disfrutar en primer plano de ti.
  • Irene: Dios mío Alex me pones muy nerviosa diciéndome estas cosas que nadie nunca me ha dicho.
  • Alex: no digas qué te pongo nerviosa, di que te estás poniendo cachonda.
  • Irene: si la verdad me estoy excitando mucho (yo por mi parte, no perdía detalle de la rapidez con que Alex, había conseguido dominarla, alucinante)
  • Alex: Irene, ahora que estás sola, quiero verte entera, ponte de pie, (Irene se levantó tal como le había dicho Alex, dejó su móvil encima de alguna mesa supongo y se colocó de forma que se la veía de cuerpo entero)
  • Alex: veo qué ibas vestida como para salir.
  • Irene: sí, estaba a punto de salir, para ir al Club de Polo a tomar algo.
  • Alex: (rápido de reflejos) a tomar algo ¿o a ver a tu entrenador?
  • Irene: la verdad es que si, aparte de tomar algo, iba a decirle que no podía continuar esa relación, que quería dejarlo tal como tú me ordenaste.
  • Alex: así me gusta, que seas obediente no me gusta la gente desobediente. Anda déjame ver ese cuerpo que te ha dado Dios. Y ve acercándote a la cámara que te vea con detalle zorra.

Sin decir nada Irene se desabrochó lentamente la blusa y pudimos comprobar que no llevaba sujetador y aunque operada hay que reconocer que tiene un pecho bonito, pero demasiado grande para mi entender.

  • Alex: te mereces un premio por haber sido obediente, así me gusta, que no lleves nada que aguante esas tetas divinas.
  • Irene mientras aceleraba su respiración, se notaba, que cada vez estaba más excitada. Son tuyas cuando quieras.
  • Alex: mías y de quien yo te diga zorra y esas tetas merece disfrutarlas cualquiera son divinas, hay pocos melones como estos. Sigue le ordenó Alex sigue quitándote la ropa, pero no te quites los zapatos. Irene se dio la vuelta desabrocho la cremallera de su falda y lo bajo. Jolines también tenía el culo operado, esta zorra era totalmente artificial, luego nos decía que ella solo se había hecho unos retoques. Date la vuelta le ordenó a Alex; Irene se dió la vuelta y Alex exclamó: Madre mía pero cómo llevas el coño sin depilar, tienes que depilarte o afeitarte totalmente esos pelos del coño. Es una guarrada comerse un coño lleno de pelos, o sea que tu misma o te lo afeitas o te va a comer el coño otro.
  • Irene: cariño no te enfades, te prometo que me lo afeitaré
  • Alex: bueno pase por esta vez porque no lo sabías, una señora como tú, no tiene que llevar ningún pelo en todo su cuerpo excepto en la cabeza, pero el resto ni un solo pelo ¿lo entiendes?
  • Irene: tienes toda la razón sabes que pasa únicamente me recorto las ingles para el verano para usar el bikini y me dejo una pequeña tirilla de vello.
  • Alex: nada de nada, ni un solo pelo, como si fuera el coño de una bebé, además notarás que estás mucho más sensible y disfrutas más.
  • Irene: lo que tú quieras cariño mío lo haré. ¿Te puedo pedir algo cariño? me gustaría verte yo a ti también
  • Alex: ni loco estoy en casa en mi habitación y en cualquier momento podría entrar mi madre, me pilla en bolas y la que me monta ni te lo cuento. Échate en el suelo o en otro lugar y mastúrbate quiero ver cómo lo haces mientras tanto yo me haré una paja a tu salud (Irene estaba siguiendo al pie de la letra todo lo qué Alex le ordenaba cada vez excitándose más y más. Pellízcate los pezones, tira de ellos hasta que te llegue la lengua por ellos y lámelos, (ella estiraba sus pezones tanto para poder alcanzarlos que pensé, que se los iba arrancar, madre mía que control tenía Alex sobre ella estaba totalmente entregada), métete los dedos en el coño y chúpatelos, así me gusta, que seas una verdadera zorra ¿verdad zorra mía?
  • Irene: si cariño decía Irene jadeando, soy tu zorra, nunca nadie me había dicho esto, ni nadie me había puesto tan caliente, Dios mío que maravilla es increíble, es increíble, decía Irene gritando al mismo tiempo que alcanzaba un orgasmo tremendo. Alex fingió que él también se había corrido y la muy tonta se lo creyó

Ya voy mamá dijo Alex dame un segundo.

  • Alex: coño, te tengo que dejar, me está llamando mi madre para salir, me ha encantado, eres divina y a cualquiera le encantará disfrutar de tu cuerpo que es una divinidad, una cosa más, ni se te ocurra comentarle nada a mi vecina, que es muy beata y si se entera mi madre me lía un pollo de cuidado ¿entiendes puta mía?, porqué, eso eres mi zorra, mi puta ¿está claro?
  • Irene: por supuesto cariño mío, claro que no se lo diré a la monja, nosotras la llamamos así, me ha encantado, voy a tener que ducharme porque estoy toda sudada nunca había tenido un orgasmo tan profundo, muchísimas gracias de verdad muchísimas gracias, soy tu zorra soy tu puta soy lo que tú quieras

Y Alex cortó la llamada

  • Yo: ¿serán hijas de su madre, llamarme monja a mis espaldas? Sin embargo, nos echamos a reír a carcajada limpia los dos, dándonos un beso fantástico, y yo para dejarle las cosas claras Alex, chupé su polla con intensidad (qué, por cierto, no tuvo erección en ningún momento mientras hablaba con Irene, lo que aprecié mucho) y tardó menos de un minuto en abrir su grifo, del cual bebí hasta que se secó.
  • Yo: joder como la has puesto, casi le da un infarto
  • Alex: prendaaaa, tres a cero a mi favor
  • Yo: madre mía, si le llegas a pedir lo que fuera, esta lo hace, sin lugar a dudas
  • Alex: si, estaba totalmente entregada, tiene unas ganas de rabo tremendas, los próximos pasos, hay que planearlos muy bien, a ver hasta dónde es capaz de llegar, veremos, ya lo pensaremos entre los dos.
  • Yo: esta, no va a poder dormir en toda la noche, hasta que se le baje la aceleración, estaba desmadrada.
  • Alex: si, jajaja
  • Yo: ¿quieres que nos marchemos ya a cenar? (eran casi las ocho y media)
  • Alex: por mi bien, pero no al mismo sitio, no vaya a ser que nos vea el moro
  • Yo: en Roses en el Puerto hay varios restaurantes frente a los amarres, iremos allí:
  • Alex: súper, nos cambiamos y nos vamos, dale

Tomamos el coche y nos fuimos al puerto de Roses a cenar

De casualidad, nos dieron una mesa, porque estaba casi al completo, pedimos unos mejillones y unas almejas para picar y de plato un turbot para dos que estaba delicioso

Durante la cena, de nuevo comenzó el juego Alex me dijo:

  • Alex: ¿has visto cómo el camarero te mira el canalillo?
  • yo: sí, claro, está viniendo constantemente a ponerme vino solo a mí, me querrá emborrachar
  • Alex: pero de lo bueno no te has dado cuenta
  • Irene ¿de qué?
  • Alex: la pareja del lado. (Estaba un matrimonio mayor de aproximadamente la edad de mis padres, quizás un poco más). El viejo no se pierde detalle, anda, haz una obra de caridad y que se lleve un buen recuerdo o dos del día de hoy. ¿qué hago? tetas, eso nunca falla y métete la mano, ya sabes cómo hacerlo

No me hizo falta esa vez desabrocharme nada, pues llevaba un vestido muy escotado por delante que permitía ver casi mi pecho entero.

  • Alex: ahora te haré cualquier comentario para que él lo escuche y añadiré al final la palabra mamá ¿ok?, mientras hablas conmigo de cualquier chorrada continua mirándolo de vez en cuando y tocándote

No recuerdo la breve conversación que mantuve con Alex, solo que la finalizó diciendo: ¿cierto mamá? Si, hijo, cierto. El hombre, que parecía no haberse perdido ni un detalle de la conversación, captó que éramos madre e hijo

  • hazle una seña, para que te siga al baño, si lo hace, ni se te ocurra chupársela que nos dan las uvas, tan solo le das el mejor morreo que le habrán dado en su vida

Dicho y hecho, con disimulo hice lo que me indicó Alex, me dirigí hacia el interior del local, pregunté dónde estaba el servicio y resultó estar en la planta de arriba, donde no había nadie, en la puerta y casi dentro del local, giré un poco mi cara mirando al hombre, su esposa no pudo verme, porque quedaba de espaldas a mí y con un gesto, le indiqué que me siguiera, tardó un instante en decirle a su mujer que ya regresaba supongo que le dijo que iba al baño y me siguió escaleras arriba. No llegué a entrar en el servicio y sin mediar palabra me giré y le di un beso, que, si bien quizá lo esperaba, pero no tan pronto, estábamos cruzando nuestras lenguas casi hasta la garganta, mientras le tocaba la polla por encima de su pantalón y el me apretujaba las tetas fuertemente, como para que no se le escaparan.

Me separé de él y le dije: muchas gracias caballero; gracias a usted señora, ha sido un placer y usted muy amable.

Sin duda era un caballero, regresé a la mesa como si nada y en unos minutos él hizo lo mismo

Le conté a Alex, lo sucedido y puso cara de satisfacción diciendo en voz baja. ¿ves hasta dónde puede llevar el lenguaje corporal?

Sin duda, me hubiera costado creerlo, si no lo hubiese visto

No tomamos postre, simplemente un par de chupitos de orujo que invitó el propietario del local. Pagué la cuenta y nos marchamos

Al levantarnos dije: ”adiós buenas” dedicando una sonrisa a la señora y al señor, especialmente dedicada a él.

Regresamos a Cadaqués tranquilamente con el coche descapotado, pues esa noche como estaba el cielo especialmente estrellado, como ya era tarde nos acostamos acariciándonos hasta que nos dormimos.