El día que empezó a dudar de mi sexualidad.
Hola que tal, me presentare como Hanako, esto me paso hace mucho tiempo, me describo, soy Bisexual, mido 1.72, morena clara, cabello rizado y negro, y ya en confianza, pecho mediano.
Esta historia me pasó muy de joven, les contare la vez que una chica se me froto encima diciendo que era su esposo, y a mi me encantó sin saberlo.
Era un día normal, esta chica que llamaremos «Lupita» fue alguien que en su momento fue algo molesta, le gustaba pelear y morderme los brazos y mejilla para molestarme, éramos vecinas y enemi-amigas por así decirlo, bueno, la cuestión era que ese día me dejaron estar en su casa, su hermana estaba en la cocina haciendo su tarea y bueno, fuimos a lo que seria la planta baja de aquella casa, donde parecía el ático pero estaba amueblado, muy lindo. La cosa va que ahí había una colchoneta y nos acomodamos, estábamos jugando y bromeando como siempre, eso hasta que empezó a jugar algo más pegada.
— Oye, ¿y si jugamos a los esposas? — *me comentó con diversión mientras me miraba de la misma forma.*
— Ho, está bien, ¿Pero qué hacemos? —
Ella solo me dijo que me acostara en la colchoneta y obedecí, luego me pidió que me quitara el pantalón que traía puesto (para decir, ella era un año menor que yo) y yo algo confundida lo hice quedando solo con mi calzoncito, ella también se quito el pantalón y se subió encima de mi pelvis, sentía la presión de su zona baja contra la mía, y me asuste un poco.
— Eres mi esposo, y yo te voy a complacer — *Empezó a decir.
De repente sentí como se empezó a mover de adelante haca atrás, frotándose contra mi mientras me miraba con diversión, recuerdo que mi cuerpo tembló de nervios, yo solo la vi moverse encima de mi mientras suspiraba bajito, me estaba gustando, y agradecía que estuviéramos tapadas con las mantas.
Así estuvo por unos minutos, hasta que paro de poco a poco, pronto se bajó de mi y se me acercó mucho, y antes de que pasaron algo como un beso, de repente escuchamos a su hermana desde las escaleras.
— Oigan, ¿que hacen? — *pregunto divertida aquella chica, nos asustamos y solo la vimos.
— Solo estábamos jugando, no pasa nada. — *trato de explicar Lupita.
agradecía en ese momento que nuestros pantalones estaban debajo de las sábanas, le dijimos que estaba todo normal, la hermana nos miró con dudas, pero luego se fue sin más.
Al final no continuamos con «el juego» por miedo a que volviera a aparecer su hermana o sus papás, nos pusimos los pantalones y mejor me fui a mi casa como un rato después.
Talvez sea corto, pero me gustaría que conocieran mi pequeña historia, no fue mucho, pero gracias a eso pude enterarme de que yo era Bisexual.