Capítulo 2

Saludos lectores, aquí dejo mi cuarto relato. Como les comenté al final del relato anterior, Liz me aceptó buscar a un tercero por primera vez. Creamos una cuenta en Facebook y comenzamos a agregar singles cercanos para publicar un anuncio. No habían pasado ni cinco minutos cuando ya llegaban mensajes y solicitudes de amistad.

Fue algo sorprendente lo rápido que respondieron a nuestra publicación: «pareja joven busca single para experimentar por vez primera». Comenzamos a conversar con los candidatos, pidiendo edad y alguna información más. Buscábamos por condición de Liz que no fuera alguien muy mayor, que tuviera un perfil que se viera real y discreto, etcétera. Ellos, por lo regular, pedían fotos de Liz, algo que en un principio ella se negó, lo que complicó más la situación. Así fue hasta que en una de esas, Liz pidió que uno de los candidatos mandara sus fotos. Fue el momento en el que la convencí de que se tomara varias fotos que se usarían para ese perfil, por lo que aceptó siempre y cuando el fondo no fuera muy obvio para evitar que alguien la reconociera. Así, la lista de candidatos fue más amplia. En esa ocasión, al llegar el fin de semana, decidimos quedarnos en casa para realizar la fantasía. Así que el viernes, saliendo del trabajo, fuimos por primera vez al punto a comprar unos gramos de crack y fumar en casa de Augusto.

Ya en casa y calientes, le pedí a Liz que me hiciera una mamada, por lo que un poco a la fuerza se acomodó y comenzó a hacerlo mientras ella estaba en su celular y yo también en Facebook, buscando a un candidato. Ahí estaba disfrutando de lo lindo cuando entró una solicitud y un mensaje nuevo de un tal Antonio Martínez, el cual en ese momento y primer inbox que mandó venía con una foto y decía que se encontraba dando la vuelta solo por el centro, que había terminado su relación con su pareja y que buscaba distraerse. Si nos apetecía ir con él al baño y conversar un rato sin compromisos. Les confiaré que su mensaje fue lo de menos; el solo ver la imagen que envió me puso muy caliente y ahí para mí estaba decidido quién quería que fuera nuestro invitado esa noche, por lo que se lo dije a Liz sin mostrar la foto y sin que dejara de chuparme. Ella, sin parar sus movimientos, se quedó pensando un poco y me empezó a hacer preguntas que yo al mismo tiempo le hacía a él. Liz, no muy convencida aún, me preguntó qué edad tenía y, para mala suerte, era bastante mayor, con 36 años. Liz, en ese entonces, estaba por cumplir los 22 y yo tenía 26, por lo que era demasiado mayor para el gusto de Liz. Pero junto con su respuesta, mandó varias fotos más de su miembro, algo que cada vez más lo veía más gordo y enorme, y con eso me tenía caliente y era quien quería que fuera el encuentro. Por lo que desvié la respuesta sobre la edad que él tenía y, al tiempo de conversar, le dije que tenía 30 años. De inmediato, ella dijo que no, que era muy grande, pero fue momento para enseñarle las fotos que envió y lo que proponía. Fue algo difícil convencerla, pero al final aceptó lo que él proponía: pasaría por nosotros y saldríamos al baño, comprar algo de beber y platicar un rato sin ningún compromiso. Ya según avanzara la noche decidiríamos. En cuanto tuve el sí de Liz, le mandé decir para no darle tiempo a que se arrepintiera y de inmediato me pide ubicación y me confirma que en 15 minutos estaría en nuestra casa. Comentando a Liz la respuesta, algo indecisa y nerviosa, se notaba que estaba por arrepentirse, por lo que rápido le dije que se fuera a bañar mientras yo alistaba la ropa. Se la llevaba y, medio dudosa, se fue al baño, haciendo preguntas aún sobre él. Yo desde la habitación le contestaba y le recordaba en cada pregunta que no íbamos a hacer nada que ella no quisiera, que solo lo conoceríamos y platicaríamos con algunas cervezas. Así, hasta que le dejé la ropa que se pondría; escogió un vestido rosa pegado de arriba y tableado de la parte baja, cortito como para ir con la familia Pero era algo largo para salir de fiesta, en conjunto con una tanga roja de hilo que se amarraba de los lados; no ocupaba bajarse, solo jalar las tiras y la tanga se liberaba sola. Era un juego de un baby doll que hace poco le había comprado, pero no lo había usado. Me hice la pregunta dudosa de si no era plan de hacer algo, por qué le daba eso, a lo que le dije que solo era por morbo mío, que me excita saber que lo lleva puesto. También, al estar mirando la ropa, me preguntó por el brassier, y obviamente le dije que no se lo pusiera, pensando que no aceptaría, pero no dijo nada más y comenzó a vestirse y medio maquillarse. Ya saliendo yo del baño, recibí el inbox de que ya se encontraba Tony en nuestra ubicación, preguntando cuál casa era, mencionando el color y el carro que traía. Al asomarme por la ventana, justamente estaba frente a la casa, cruzando la calle, por lo que le digo a Liz, que aún se maquillaba, que tocaba esperar unos minutos. Mientras esperaba, le dije a Liz que yo me iría en la parte trasera y que ella se sentara de copiloto, pero no aceptaba, y yo le insistía que era mejor opción, ya que él buscaría platicar más con ella. Pero, por más que le insistí, al ir rumbo al carro, ella se adelanta hacia el asiento de atrás y, no teniendo opción, me voy de copiloto. Quiero hacer una pequeña pausa para mencionar que al salir estaban ambos vecinos en la banqueta, tomando fresco, por lo que nos vieron subir al carro y con quién nos íbamos, más difícilmente se imaginaban el contexto de la situación. Ya en el carro, ambos nos presentamos de igual forma que Tony; a la vista, se miraba fácil que era más grande que 30 años, pero ya ahí no salió ese tema. Él iba en un carro casi del año y nos platicó que tenía algunos negocios y que le iba bien; por su parte, cubriría todos los gastos de la noche y futuros, si se daba el caso. Enciende el carro y, encaminados al baño, seguimos conversando. A los pocos minutos de haber salido de la colonia, empecé a notar en la voz de Liz, cuando respondía, un tono distinto. Era más suave y rápido; supe que era en un tono más cachondo, más caliente. Así que en ese momento, volteo hacia ella y miro que va sentada en la parte media del asiento, como los niños chiquitos que van casi delante y sin recargar completamente el cuerpo al asiento. Y al regresar mi mirada al frente, de reojo pude ver la mano derecha de Tony hacia atrás. No tardé mucho en ver de reojo, y discretamente, para que no se cortara nuestro nuevo amigo que, ya su mano, lejos de acariciar la pierna de Liz, ya iba completamente metida en su entrepierna, y ella, con sus piernas algo abiertas, facilitándole la caricia. Casi puedo asegurar, por lo rápido que cambió su voz y los suspiros y gemidos leves que empezaba a escuchar muy calladamente, que las caricias eran por debajo de la tanga, tocando directa y tal vez hasta metiendo algunos centímetros sus dedos. Esa situación me calentó bastante, por lo que no dije nada y seguí viendo muy discretamente, siguiendo la plática para que siguieran creyendo que no sabía nada. En poco tiempo estuvimos en el vado, dimos unas vueltas y empezamos a decidir dónde pararnos o qué hacer, y ninguno de los tres decía que pararamos, haciendo muy obvio lo que todos queríamos en ese momento. Por lo que Tony comentó que, si gustamos, podíamos ir a un lugar más privado, que él pagaba. Eso fue una excusa para que Liz dijera que era mejor, poniendo de pretexto que podría haber alguien que nos conociera. Cosa que le creí muy poco y que en realidad quería otra cosa, haciéndose un poco la santa. Cuando Tony dice de ir a un motel, le sugerimos que, si mejor nos íbamos a nuestra casa, que sería más cómodo, por lo que no hubo inconveniente y tomó ruta de regreso. Así, todo el camino, desde que salimos, él llevó su mano hacia atrás, metida entre las piernas de Liz Cuando llegamos a casa, aún se encontraban los vecinos fuera ya que regresamos muy rápido, por lo que con duda pregunté dónde parecía y no fue inconveniente; les dijimos que ahí, frente a la casa, sin problema, y se estacionó justo de frente en nuestra banqueta. Bajamos y saludamos a los vecinos. Liz entró y nosotros detrás de ella. Liz comenta sobre los vecinos, qué pensarían de eso, pero tranquilizándola le comentamos que era algo normal que difícilmente se imaginaría lo que realmente pasaba.

Ya más calmados, pasamos al comedor y platicamos un poco y jugamos unos juegos de baraja. Poco después les comento de seguir el juego en el cuarto para encender la TV y estar más cómodos, así que nos fuimos al cuarto, Liz pasando a una orilla de la TV y Toni a la otra orilla, mientras yo empezaba a poner una película en el DVD. Les puse una película, Toni tomó el control y me fui hacia el lado donde se encontraba Liz y le invité a acercarse, por lo que ella quedó en la parte de en medio y empieza la película. Sorprendiéndonos ambos y acomodándonos ahí los tres acostados viendo la película así por unos 20 minutos, yo discretamente me tocaba por encima de mi pantalón y con la otra mano le tocaba la pierna a Liz, más nadie hacía el siguiente movimiento, por lo que me levanté diciendo que voy al baño. Salí y cerrando la puerta dejé una rendija abierta, me fui y cerré la puerta del baño y regresé a espiarlos, acercándome de a poco y al asomarme vi que ya se estaban besando muy apasionadamente. No tardé ni 40 segundos en hacer todo el movimiento de salir, sonar la puerta y regresar, y no pude ver cuándo iniciaron, eso me excitó y me hizo saber que a Liz le urgía ya hacer algo con él; estaba muy caliente, pero supongo que era incómodo que ahora estuviera yo presente. Así, estaba espiando. Ya tenía casi 3 minutos ahí y ellos con besos y caricias cuando empezaron a decir que ya me estaba tardando de más, por lo que hice rápidamente el mismo movimiento: fui y soné la puerta del baño, esta vez apurando el paso para entrar al cuarto y cacharlos en el acto, pero al entrar ambos ya estaban como si no hubiera pasado nada y tomé mi lugar de nuevo. Así pasaron 5 y 10 minutos y no hacían movimientos, por lo que, ya seguro de lo que ambos querían, les comenté cuál era el plan, que si se haría algo más como veían ambos, sin decir claramente que sí, pero podía saber lo que ambos insinuaban. Así que ya directamente le comenté a Liz que empiece, que por mi parte no se cortaran, mientras yo pasaba a la cocina por una silla para traerla a un costado de la cama y sentarme. Mientras, en ese momento, Toni y Liz se ponían de pie y comenzaban a besarse de forma sensual y cada vez más salvaje. Al mismo tiempo se iban desvistiendo; Toni dejó a Liz únicamente con el baby doll y él ya estaba sin camisa, mientras seguía besándola y abrazados; Liz pasaba todas sus manos acariciando la espalda de Toni y este así masajeaba fuerte sus nalgas y una teta de Liz por encima de su baby doll. Yo, por mi parte, me encontraba sentado con mis pantalones en el suelo y me masajeaba el miembro para que entrara en calor, muy excitado, y más aún cuando veo cómo mi esposa se separa y, mientras lleva sus manos al cinturón de Toni, al mismo tiempo se va bajando hasta quedar hincada y su cara frente a un bóxer rojo que se veía; estaba bajando los pantalones. A mí la escena me quedaba de espaldas a Toni, por lo que solo veía los gestos de mi esposa y cómo se relamía el labio y me echaba una miradita juguetona y, sin decir nada, solo moviendo sus labios, se entiende perfecto lo que dice, expresando sin voz un «wow». Cosas que me pusieron caliente, y de inmediato me levanto y me recuesto en la cama, quedando toda la escena de lado y viendo a mi esposa ahí hincada frente a ese bóxer rojo y con un buen bulto enorme ahora visible en mi nueva posición, y mi esposa pegando su rostro a ese bulto mientras daba un fuerte respiro y pequeños mordiscos. Al momento, toma el elástico y de un tirón baja ese bóxer que inmediatamente saltó esa enorme erección golpeando la cara de mi esposa. Fue un movimiento muy rápido Pero es justo ideal para poder comparar ese miembro con el rostro de mi esposa, calentándome enseguida. Ese enorme miembro recorría de inicio a fin desde la barbilla de mi esposa y sobrepasaba toda su cara, y poco más de su cabeza. Fue solo un instante cuando, inmediatamente, Liz abría su boca y buscaba introducir ese garrote en ella, moviendo su cabeza de un lado a otro, mientras Toni, tensando su abdomen, realizaba movimientos de su miembro a voluntad, hasta que esa boquita de mi esposa succionó todo ese enorme garrote para poder saborearlo. Solo se introducía la punta gorda y no daba para más; no le entraba más o no estaba acostumbrada a un tamaño así. Era el más grande hasta la fecha que miraba y probaba. Así estuvo mi esposa saboreando lo que podía, sacaba ese hondo y recorría con su lengua el resto del miembro que quedaba fuera; lo saboreaba de una forma que no le conocía y lo volvía a tragar en su boca lo que podía. Toni, con su cabeza hacia atrás, disfrutaba y gemía, para después llevar sus manos a la cabeza de mi esposa e intentar que comiera más de su verga. Así estuvo por un par de ocasiones, forzándola a que entrara más y seguir un rato más con esa mamada. Poco después, él levanta a mi esposa y la recuesta en la cama. Ahora era él quien se hincaba y se ponía entre sus piernas, comiéndole el coño de manera fuerte. Se escuchaba ese sonido de humedad y comía su colo, cada vez presionando más su cara hacia el mío. Mi esposa no tardó en retorcer su cuerpo y empezar a soltar gemidos de placer, pronunciando palabras inaudibles, recortadas o interrumpidas por sus gemidos. Así la tuvo hasta que la hizo que se viniera con su lengua, dando unos gemidos riquísimos y excitantes mientras yo me jalaba mi verga, descontrolado por el placer. Mientras Liz se recuperaba, Toni sube a la cama, quedando su cuerpo entre sus piernas y su verga rozando su coño. Empiezan a besarse y entre besos, mi esposa le pide el condón. Toni deja de besarle y comenta que se encuentra en el carro, pidiéndome que busque por ellos. Inmediatamente, me subo el pantalón y salgo por ellos. Cuál sería mi sorpresa que al entrar en la casa escuché gemidos de mi esposa, y al entrar al cuarto me encuentro con la escena más caliente que había visto hasta el momento. Tony acostado y mi esposa le montaba de una manera salvaje. Ya tenía su verga bien introducida en el coño y ella subía y bajaba mientras se besaban. Ese coño estaba mojadísimo y muy rápido se empezó a juntar una baba blanca de los jugos de mi esposa. Estaba tan mojada y en mi vida me había tocado verla con tal cantidad de líquido, y cada subida y bajada acumulaba más y más humedad. Los gemidos de ambos ya eran fuertes, sonando desenfrenadamente, y el sonido de sus huevos chocando en ese coño empapado era fuerte, al igual que sus gritos y gemidos. Él no se cortaba y la insultaba con comentarios obscenos; a ella más le calentaba y más rápido se movía. Él la nalgueaba y ella gritaba. Sus nalgas rápidamente se pusieron rojas y, entre nalgadas, insultos, gritos, gemidos y el sonido de esos enormes huevos chocando con ese coño, ya no empapado, más bien ahogado de jugos. Así que salpicaba con cada embestida; ya el cuarto olía a sexo fuertemente y el calor era fuerte, así como el sudor en sus cuerpos que rápidamente estuvieron mojados. Les puedo asegurar que fácilmente los vecinos podían escuchar sus gemidos. En ese momento fue algo tan bestial que no aguanté más y me corrí tan salvajemente, aventando todo mi esperma al piso, pero no se me quitaba lo duro y lo caliente, por lo que seguía con mi masturbación y me volvía a correr nuevamente. Cuántos yo iba por mi quinta corrida consecutiva, los gemidos de ellos empezaron a hacerse más profundos y se empezaron a notar más y más, hasta que los dos alcanzan un orgasmo brutal y gimen al unísono mientras se quedan abrazados entre los espasmos de sus cuerpos para descansar, silenciosamente, abrazados, y Liz encima de Tony, quedándome en esa posición algunos minutos En los cuales esa verga no disminuía ni un poco su tamaño, yo super satisfecho y agotado observo cómo mi esposa comienza a levantarse y subir bastante para poder sacarse la verga que al salir de su colo y caer al cuerpo de Toni de inmediato un resto grande de semen cae; era una cantidad enorme, un charco completo, igualando lo que yo saqué en mis 5 corridas. Más equivocado estaba cuando mi esposa, al ir resbalándose, le empieza a salir y escurrir por sus muslos más semen, y seguía saliendo y escurriendo. Era exquisito y sorprendente la cantidad de leche que eyaculó al interior de mi esposa y no paraba de salir. Eso me excitó bastante e inmediatamente me subo a la cama y en posición de misionero le meto de golpe mi verga a mi esposa. Ella, aún caliente, reacciona a eso y empezamos la cogesera salvaje y en cosa de algunos segundos estaba desbordando mi sexta corrida. Esa sensación que sentí con el coño super lubricado y no sentir la presión de antes por la recién cogida que le dieron se sentía muy guanga y eso me hizo acabar de inmediato, pero en mi esposa se le había subido la calentura nuevamente, por lo que mientras ambos estábamos recostados, ella frotaba su colo embarrando la leche de ambos en toda su vulva y empezaba a masturbarse. Entre cerrar los ojos con suspiros y gemidos, cosa que a Toni le caló que ella estuviera aún así y que fuera tan sexy y caliente, así que de inmediato él se sube encima de ella y ahora era él quien le introducía otra vez la verga de misionero, poniéndose duro nuevamente y empezando ambos a mover sus caderas y nuevamente a valorar el cuarto. Yo, encontrándome ya muy agotado y demasiado satisfecho, mi verga ya le era difícil responder y se encontraba flácida, aunque me encontraba tan caliente y al mismo tiempo una sensación de celos me recorría la cabeza, lo que empezó a provocarme las ganas de salir del cuarto. Por lo que levantándome me salgo a la cocina cerrando la puerta tras de mí y sentándome un poco, no tardé en escuchar los ruidos de la cogida, que eran los gritos y gemidos de ambos y el azote que daban esas palmas grandes y callosas en las nalgas rojizas de mi esposa, por lo que supe que ni enterados estaban de que les había dejado solos en el cuarto…

Terminaré aquí este relato, por lo que en el siguiente continuaré con el resto de la noche. Solo comentar que nos amaneció con nuestro nuevo amigo ahí en casa y cogieron toda la noche y parte del día. No fui sino hasta las dos de la tarde que pusimos fin a esa locura, así que esperen la segunda parte que está igual de buena…

Espero sus comentarios.