Capítulo 3
- Alejandra mi mujer (de santa a diabla)
- Alejandra mi mujer y mi ex
- Alejandra mi mujer y mi mejor amigo
En mis dos relatos anteriores les conté cómo había sido nuestros inicios como pareja liberal.
Recuerdo ahora cuando se lo plantee a mi mujer y me decía que tenía miedo, miedo a que le gustara y no poder parar y así fue, ahora ya es un vicio y no perdona a nadie.
Hacia unas semanas que andábamos tranqui, jugando entre nosotros sin terceros y esa noche de sábado la invité para ir a cenar al restaurante de un amigo. Apenas llegamos me di cuenta que se fijó en un chico, el hijo de mi amigo que solo tenía en ese entonces unos pocos años de su ansiada pubertad.
Durante toda la cena ellos intercambiaron miradas aunque él se mantenía serio y yo los veía disimuladamente como ajeno a los hechos para no espantarlo.
Cuando nos fuimos a despedir, mi mujer le dio un beso en la mejilla, pero bien provocador y el rápidamente miró hacia mi qué volví a disimular…
De ahí nos fuimos a bailar y nos pasamos algo en copas volviendo a casa en la madrugada, exhaustos.
El domingo es nuestro día de descanso así que dormimos hasta tarde, pero apenas despertar yo quería tocar lo ocurrido en la noche, excitado por los recuerdos de sus miradas y la idea de que pasara algo entre ellos.
– Te lo comiste a miradas al Federico anoche!
– jeje! Esta rico el guacho, como para un trío…
– Es un niño casi, la edad de nuestra hija.
– Si! Pero no es mi hijo y da para pasarla rico!
Eso nos fue excitando comenzaron los besos, las caricias y mientras ella me pajeaba seguíamos hablando…
– Te gustaría vernos coger?
– Me gustaría, pero no creo se anime, así que me imaginaré lo que harás con el.
– Te lo cuento todo cuando vuelva y mientras tu me cojes encima de su leche…
En eso comenzó a chuparme, su lengua recorría mis huevos y mi pija, sus labios se untaban de mi baba y cada chupada era un gemido entre los ruidos que se producían por su saliva.
Mi miembro estaba ya muy duro y casi sentía mi leche palpitando con ganas de llenar su boca cuando nos interrumpen con golpes en la puerta principal.
Nuestro dormitorio da justo al salón y queda prácticamente frente a la puerta de entrada a la casa.
Quedamos en silencio, pero nos vuelven a golpear y siento cuando me nombran. Era uno de mis mejores amigos y el padrino de nuestra hija, un amigo de todos los días quien frecuentaba bastante nuestra casa.
Me sale un insulto 🤬 por ser tan inoportuno, pero ahí esta mi mujer sonriente y picaresca, y para mi sorpresa me dice…
– Invítalo!
– Invitarlo a qué?
– A jugar con nosotros…
– Fa! Pero es mi mejor amigo, jamás se me pasó por la mente hacerlo con él.
– A mi siempre me gustó, lo disimulé muy bien porque nunca pensé en hacer nada de esto, pero que en alguna ocasión tuve algún desliz mental… Pues lo tuve…
El vuelve a golpear, insistente y Ale le dice que espere que ya le abrimos…
– Dale, ábrele! Yo quedaré aquí desnuda y deja la puerta abierta, no creo que precisemos de muchas palabras.
Por primera vez dude y se me hizo una bola en el estómago, sentí nervios pero me colgué una toalla y fui abrir la puerta.
Apenas entra se encuentra con la imagen de Ale, desnuda boca abajo con su colita parada y mirándolo muy putona.
Se da vuelta hacia mi que ya había cerrado la puerta, con cara de asombro me dice…
– Están locos o drogados.
Yo creo que quede rojo y hasta tartamudeé.
– Capaz que locos, drogados no… ¿Querés participar? Debe quedar aquí esto!
El la mira a ella y suspira, mientras ella lo invita a pasar y le pregunta si no le gusta.
Su respuesta también algo cortada es que si, que le gusta pero que lo agarramos de sorpresa y que jamás imaginó algo así.
Alejandra se levanta, llega a el y agarra su miembro por encima del pantalón mientras lo besa.
Claramente veo su inmediata reacción y sus brazo la rodean, su lengua se mezcla con la de mi mujer y ella el todo excitado me dice…
– Viste? No fue tan difícil el muchacho!
Sonríe y se lo lleva de la mano para el dormitorio.
En segundo ya esta desnudo y yo parado en la puerta observo, me gusta ver, me excita muchísimo y hasta me gusta alejarme y dejarlos solos unos minutos, así que voy hasta el baño, me lavo la cara y mientras me miro al espejo pienso la locura que estábamos haciendo y lo lejos que estábamos llegando con todo esto, pero había sido yo quien la despertó y ahora había que jugar y no echar para atrás.
Paso por la cocina y me llevo 3 cervezas.
Ahí estaba Ale en cuatro y el de rodillas en la cama, ella se la estaba chupando muy a gusto mientras el dejaba escapar suspiros y gemidos; sus ojos cerrados y sus manos acariciaban suavemente la espalda de ella…
Encendí un cigarro, hacía mucho no fumaba pero se me vinieron ganas y con la cerveza en la otra mano quede recostado a la puerta viendo como lo hacían… Ella lo hizo acostarse, le dio un par de chupada más y luego se sentó en su verga, muy dura y muy mojada a ese entonces.
Comenzó a moverse muy rápido cabalgando sin parar, gimiendo y hablando como solía hacerlo… Sucio y provocando más excitación en sus amantes!
– Esto está muy rico, tenes re dura la verga, la siento toda, cojeme así bien putita.
Yo le pregunto a él.
– Te esta gustando cojerla?
– Si! Es muy puta y me la chupo bien rico. ¿Te gusta ver como se la cojen otros?
– Me encanta!
– Puedo venir más veces?
– Las que gustes, «Responde ella»
Sigue cabalgando pero ahora dando sentones, luego se inclina hacia adelante y me invita a participar…
– Ven, métemela por el culo, cójanme bien cojida entre los dos.
Se la meto y ella comienza a rozar sus tetas en su pecho mientras lo besa con intensidad y mucha lengua. El la agarra de las nalgas y la empuja hacia atrás provocando que se ensarte bien en mi verga mientras que Ale gime y con voz agitada exclama sin parar qué está riquísimo, qué le rompamos el culo y se lo llenemos bien de leche.
En ese entonces le pregunta a mi amigo si la quiere coger por el culo.
– Quiero sentir tu verga en mi culo, tu leche caliente corriendo por mis piernas… Cambia «le dice».
– Tu ven al frente, te la quiero chupar mientras el me coje, quiero la leche de los dos en mi culo y en la boca…
Cambiamos y seguimos en ese juego de lujuria, pasión, sexo desenfrenado y ya se me olvidó que era mi mejor amigo.
En un rato estábamos los dos acabando casi simultáneamente como ella quería.
Trago cada gota de mi leche y continuó chupando y lamiendo mientras él se acababa…
Pude sentir su culo como eructaba su leche y Le pedía que siguiera batiendo.
El agarraba fuerte sus caderas y tirado hacia atrás metía su verga bien al fondo gimiendo mientras desagotaba cada gota. Alejandra también gemía de placer y yo también lo hacía lo que llenaba la habitación de gemidos, olor a semen y a vagina acabada, caliente con cuerpos transpirados.
Los tres quedamos tirados sin hablar, ni vernos a las caras, luego nos levantamos y uno a uno paso por el baño, nos fumamos un cigarro y bebimos las cervezas pendientes ya casi a temperatura ambiente sentados en el sofá y aún desnudos.
De pronto Alejandra nos miró a los dos, agarro nuestros miembros y con mucha sensualidad como es su estilo, nos beso suavemente uno a uno.
-Ahora si los tres somos más unidos que nunca «dijo»… Y ustedes son oficialmente los mejores amigos!
Los tres nos reímos, Alejandra nos tomó de las manos y nos hizo parar, ella se volvió a sentar y mirándonos a los ojos dijo…
– Ahora me voy a chupar las dos y gozare de un cóctel de leche!
……