Capítulo 2

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Marcela estaba casada con un médico de profesión al igual que ella. Ellos fueron novios desde el bachillerato, cursaron juntos la universidad logrando recibirse y ejercer su profesión, al tiempo ella quedó embarazada de Nico, su primer hijo y años después de Joaquín, el segundo.

Caracterizada por ser recatada, seria, discreta y de perfil bajo se destacaba por su piel blanca el pelo rubio sus hermosas facciones y un esbelto cuerpo.

Pero se sentía como un patito feo por algo muy peculiar…. era delgada con una cintura diminuta pero de atrás era muy llamativa… Ya que una cola prominente la caracterizó desde su desarrollo.

El tema es que desde la adolescencia la angustió el complejo de tener tamaño culo y siempre lo tapaba con algún abrigo atado a la cintura para disimularlo y evitaba ropas ajustadas harta de que le digan cuántas groserías en la calle al verla de atrás.

En aquel entonces su enamorado futuro marido no ayudaba mucho y en vez de lucirse orgulloso con su novia era hiper celoso y al igual que los padres de ésta la tenía como una monja, Marcelita no podía hacer nada… Ese novio suyo apenas si la dejaba respirar y las cosas siguieron así durante el matrimonio hasta después de tener a Nicolás su primer hijo.

Y como les decía, tras su embarazo y el nacimiento de Nicolás, la vida de Marcela iba a dar un giro inesperado. Con semejante cuerpo tenía decenas de admiradores pero ella le era fiel a su hombre, hasta que un paciente veterano pero bien conservado entre consulta y consulta fué rompiendo esa capa de hielo y con astucia la sedujo tras insistir miles de veces.

A ella le gustaban los modos en que ese señor la trataba, y tras verla en su consultorio y llenarla de halagos y palabras lindas que toda mujer desea oír concretaron una cita y la deslumbró tanto a la rubia de los anteojos que bajó las defensas y se entregó a ese hombre.

Esa misma noche luego de la velada de a dos tuvieron su primera vez. Marcela quedó deslumbrada por ese hombre mayor que le hizo el amor con tanta pasión y deseo. Se despidieron pero después de esa noche las ganas de ambos los volvió a juntar y ya no se pudieron separar.

Y asi continuaron… La pasión los tentaba y la rubia se hacía un tiempo para eso, deseaba entregar su cuerpo a ese paciente suyo qué le hacía ver las estrellas cada vez que se quitaban la ropa ya que éste la llevó tantas veces a la cama y le hizo el amor en todas las posiciones posibles y por todos sus orificios transformándola en una mujer infiel con mucho apetito sexual. Marcela Rodríguez la tímida doctora descubrió un mundo de placeres en el sexo, ese hombre mayor en edad la cambió para siempre.

Marce hizo valer su cuerpo, empezó a vestirse más sexy y segura de sus curvas y con ese culo entendió que podía conseguir lo que quisiera.

Eso sí….ya con su aburrido y amargado esposo las cosas no fueron del todo positivas…. ni se comparaba en plano sexual con lo que le hacía su amante… su compañero de hogar se le subía y la bombeaba hasta dejarle adentro hasta la última gotita de semen. Todo muy rápido, todo muy mecánico, nunca un juego previo porque el siempre buscaba su propio placer y ella decía que él ni le daba tiempo siquiera a que logre un tanto de lubricación… ni mucho menos estaba en sus planes alcanzar el clímax, por lo que su rol era complacer a su compañero de cama y nada mas.

Todo eso la llevó a buscar satisfacción con su amante, ya ella era una bestia habida de sexo y en su cabeza solo existía ese semental que la disfrutaba entera de los pies a la cabeza.

Y nunca entenderé el maldito accionar que a veces tenemos los hombres. Si uno tiene semejante hembra a entera disposición cual es la necesidad de ir en búsqueda de otra mujer?

Y mi indignación es porque cuando más loca por él la tenía y ella todo se lo daba el hombre fríamente se fué alejando. No le contestaba las llamadas y se volvió esquivo para con la pobre rubia.

Y pasó lo que era sabido, la reemplazó por otra mujer y Marcela al descubrirlo quedó hecha trizas.

Hizo una pausa por un tiempo, vistió de luto su alma y soportó el dolor ella sola. Decidió recomenzar con su insoportable marido… y fue toda una dama de su hogar dejando atrás lo inolvidable que le hizo sentir ese sujeto. Con el hombre con quien fue al altar tuvo un nuevo comienzo, renació la pasión y volvieron a hacer el amor más asiduamente tanto que dejó de cuidarse y logró quedar embarazada por segunda vez…. y así dió a luz a su segundo hijo varón, Joaquín.

La pareja no duró mucho, tras el parto y la convivencia las ganas de tener sexo se desvanecieron, la milf entró en una crisis post parto y se divorciaron. Después de la separación cada uno hizo su vida.

Marce cambió mucho, fue madre y padre de sus dos pequeños y con los años adquirió un perfil de señora sería y respetada.

Se volvió fría y a ningún hombre le dió siquiera una oportunidad, y eso que tenía miles de admiradores y sujetos que la invitaban a salir.

La doctora Rodríguez ya no confiaba en ningún hombre.

Pero un día el amor golpeó su puerta otra vez y del modo menos pensado.

Sin querer llegaría a su vida un jovencito que comenzaba su capacitación en el centro de salud donde ella trabajaba, el chico la vió y quedó hipnotizado por su cuerpo, su rubia cabellera y su rostro de mujer introvertida, y a pesar de los prácticamente 20 años de diferencia etaria el futuro médico anestesista se propuso conquistarla.

Ignacio era un muchacho alto, carilindo con una incipiente barbita muy simpático y con un carisma increíble…un buen chico responsable y con todas las de ganar.

La primera vez que se cruzaron por los pasillos del hospital el residente quedó turbado por la doctora. A esa rubia con tremendas curvas era imposible no mirarla.

Sin nada que perder la saludó, le buscó conversación y palabra va palabra viene la invitó a salir…. así con toda seguridad…y obviamente Marce le dió un NO rotundo dejándolo sin reacción alguna.

Ignacio no se dió por vencido, insistió e insistió una y mil veces y ella era reacia y esquiva a todos los intentos y buenas intenciones del muchacho. Hasta que tiempo después colegas de la doctora admiradas por la insistencia del chico la convencieron de que le dé una cita al joven. Un tanto envidiaban la perseverancia de Ignacio y veían con buenos ojos esa sinceridad de su parte.

Y en uno de sus inevitables encuentros en el nosocomio y hablando cara a cara por fin logró aceptar un sí a regañadientes de Marcela.

Y esa noche noche salieron, la rubia algo nerviosa no sabía que ponerse y optó por un jean que resaltaba su parte posterior. Fueron a un pub de buen ambiente, tomaron unos tragos y el la sacó a bailar, luego abandonaron el lugar y caminaron juntos y entre anécdotas de ambos y la buena onda reinante fueron pasando las horas.

Marcela se sintió cómoda con ese hombre mucho menor que ella porque Nacho no paraba de hacerla reír y ella ya se sentía atraída por ese chico.

Llegaron con su caminata a una plaza y en el silencio de la noche uno y otro quedaron sin nada que contar, buscaron un banco para sentarse y quedaron cara a cara.

Nacho el anestesista veinte años menor se le declaró a la antigua así como a ella le hubiese gustado y por su carita eso era lo que ella estaba esperando.

El muchacho tenía el dominio de la situación, Marcela algo tonta se sonrojó y tras callar un instante le preguntó que podría gustarle de ella, puesto que era una señora mayor y él prácticamente un nene y que a su entender se vería mejor estando con una chica de su edad….a lo que Ignacio le respondió que desde más joven (aún) se sintió atraído por mujeres mayores, mujeres que saben lo que quieren en la vida y por sobre todas las cosas por mujeres con experiencia.

_No se que decirte Nacho, me dejas anonadada_ respondió Marce, calló un rato agachando la mirada y el corazón le latía a mil. Respiró hondo y soltó unas palabras.

_Solo te voy a pedir tres cosas:

1 Dejá de tratarme de «usted» me haces sentir más vieja de lo que soy.

2 Basta de tratarme de Doctora, doctora soy en lo profesional, y aquí estamos fuera de nuestro ambiente, nos estamos conociendo….y me llamo Marcela…. a ver repetí conmigo MAR-CE-LA. Quiero que me llames por mi nombre.

3 Llévame a casa que ya es muy tarde..

Y así se levantaron de aquel banco de esa plaza de la cual a esas horas solo habían parejitas de enamorados y caminando muy juntos la acompañó hasta su casa. En un tramo intentó tomarla de la mano y ella lo ubicó con un enérgico Qué haces !!!!

Se dió cuenta de su hostil reacción y le pidió disculpas, y caminando unos metros más al cruzar una esquina fué ella quien lo tomó de la mano y el quedó gratamente sorprendido.

Llegaron al edificio así agarrados de las manos a donde residía ella y otra vez después de las risas de la rubia el momento de decirse «Gracias por todo la pasé muy bien» era inevitable. Los invadió el silencio, se miraron el uno al otro y las palabras sobraban.

Como tiene que ser el muchacho dió el primer paso y le dió un beso en la boca a la cuarentona rubia. Marcela se entusiasmó y correspondió ese beso y Nacho no perdió oportunidad, definitivamente tenía el Sí de Marce y los tímidos besos se fueron más pasionales a medida que tomaban confianza. Y de acariciar su rostro y su pelo suelto, fue deslizando sus manos por la espalda y Nacho pudo tocar ese cuerpo que tanto deseó y ella se dejaba.

Los dos estaban entregados, Marcela volvió a sentir deseo….un deseo inmenso de acostarse con ese chico que supo seducirla y no le importó nada… bajó su mano a la entrepierna del residente y notó tamaña erección, se liberó de las ataduras del pasado y se dijo a sí misma: «Y porqué no?», subieron al departamento de ella y mientras Nico y Joaquín dormían Marcela y Nacho hicieron el amor por primera vez llenos de calentura y apasionadamente.

La doctora estaba necesitada y el chico al ser más joven tenía mucho aguante, al fin tenia en la cama y a su entera disposición a la mujer que lo volvió loco desde el primer día que la vió.

Las ganas de ambos eran inmensas y sus cuerpos desnudos al chocarse emitían un sonido por demás excitante sumados a los gemidos incesantes de Marcelita, la rubia de los 40 años estaba siendo muy bien cogida por Ignacio ese chico de apenas 20.

Nacho la puso en cuatro patas y tal como ella se lo pidió en el parque la cogía y la llamaba por su nombre. No dejó de pronunciarlo mientras se la metía con unas ganas únicas.

Marcela… Marcela… Marcela!!!. Era lo único que el chico decía excitándola aún más cuando esa mujer no pudo contenerse y estalló en un orgasmo reprimido desde hace años. Sus gemidos quedaron grabados para siempre en la historia del edificio porque todo el vecindario fue testigo de semejante enculada que recibió la seria doctora de los anteojos con aumento.

Quedó enloquecida con Nachito, ese joven le dió la cogida de su vida y al rato volvieron a hacerlo una vez más así de apasionados.

Dormidos los sorprendió la mañana desnudos en la cama y ella tomó la iniciativa y con toda soltura lo despertó practicándole sexo oral.

Cabe destacar que Ignacio tenía un poder de recuperación increíble y estaba siempre listo, Marcela lo montó y estando arriba fue ella la dueña de la escena y entre gemidos alcanzó otro orgasmo intenso, estaba como poseída, feliz, plena. Encontró un macho que le gustaba y por sobre todas las cosas le sabía llevar el ritmo, Marcela en la cama era más que demandante y el chico cumplió las expectativas. Nacho se sacó un diez felicitado…claro está.

Se ducharon juntos y mientras el agua caía mojando sus cuerpos Nacho la enjabono y la tomó de atrás, se las ingeniaron para hacerlo de parados en el reducido espacio y otra vez los gemidos de la blonda una vez más despertaron a los vecinos.

Salieron de ahí, se vistieron, Marce preparó café y tostadas y el no se le desprendía, se la pegaba de atrás y mientras le daba tiernos besos en el cuello y mordía el lóbulo de su oreja, ella tenía puesta una bata blanca con la que salió de ducharse y el pelo mojado tras amarse bajo la ducha y empañar los vidrios con el calor de ambos cuerpos… por suerte era domingo y no había ni clases ni horarios laborales y sus hijos dormían en sus habitaciones.

Ella insaciable quería hacerlo una vez más… el se agachó hasta la altura de sus redondas nalgas y le levantó la bata, Marce se inclinó sobre la mesada de la cocina dejando su culo en pompa y Nacho perdió su cara adentro de esas nalgas redondas y carnosas. Le chupó el culo con tanta devoción que a ella se le ponían los ojitos blancos y él estuvo ahí hasta cansarse y se lo hizo mil veces mejor que aquel hombre mayor por el que tanto sufrió al ser reemplazada…

Pero ya ese joven amante estaba ocupando su lugar, era su presente y no se arrepintió de haberlo elegido.

La rubia del culo prominente lo disfrutó un montón desinhibida por completo… Liberó su mente de absurdos prejuicios y el que dirán. Encontró la felicidad con un hombre veinte años menor y borró definitivamente todo su pasado. Desde ese momento lo único que quería era pasarla bien.

Lo hicieron Una Vez Más… ahí en la cocina esta vez de un modo más suave casi tántrico, ella arqueada contra la mesada de mármol y él bombeándola desde atrás.

Después del café (y el sexo en la cocina) llegó el momento de despedirse, estaban tan enamorados que sus bocas no podían soltarse, claro está que iban a volver a verse y tener más momentos íntimos, se dió una química sexual increíble entre los dos.

Pasaron unos días y llegó el Miércoles de juntada, ese día era de culto para las amigas del Mami Hockey, era la noche en que tres amigas se reunían a cenar en un restaurant, Marcela, Gabriela y Analía.

Marcela tenía un brillo especial en la mirada, algo les había adelantado en conversaciones previas y sus amigas estaban hiper curiosas y querían saber detalle por detalle.

_Dale Marce contá_ le dijo Analía quien era la más extrovertida de las tres.

Marcela atinó a decir: _Chicas es un nene!!!! No sé que hacer!!! Ayúdenme please!!

_No me quiero ilusionar como la última vez_ a lo que interrumpió Gaby dándole ánimos y recordándole que esa última vez fue hace muchos años, para luego preguntarle si el chico le gustaba.

_Siii… un poco…_ respondió con timidez…(mentira, Marce estaba más que enamorada, la traía loca ese chico).

A lo que Analía más directa le preguntó sin descaro:

Vos no le habrás entregado el culo en la primera cita no?

La invadió un silencio y Marcela toda sonrojada agachó la cabeza y sonrió.

Obviamente eso era un sí….. las tres rieron como locas y levantaron sus copas por ese reciente romance de la rubia.

Marcela fue la pionera en tener un amante mucho más joven en aquel círculo íntimo de tres amigas, Analía algo excitada le pedía más y más detalles, estaba un poco alterada por la bebida alcohólica y por no creer el gran paso que dió Marcela Rodríguez, quien iba a pensar que la más mojigata y recatada se acostó con un jovencito residente del hospital.

Y como es tu nene, es lindo? Alto? como viene de pija? Analía incisiva queriendo saberlo todo.

_Es demasiado lindo y de abajo viene dotadísimo!!_ sentenció Marcela orgullosa de Nacho.

Nos lo prestas? Le dijo Gabriela con tono pícaro, a lo que ella respondió _Ni loca!!!!

_ Dale Marce no seas egoísta, quiero que me coja tu anestesista… me dejaste muy cachonda_ le dijo Analía algo excitada.

Tenía un hambre de pija impresionante la flaca, ya que la vida en un barrio privado y teniendo un marido con quién no era habitual el sexo y una vida aburrida a pesar de su envidiable posición económica.

Acordaron en que se las iba a presentar, ya que si algo las caracterizaba era la curiosidad, por lo que en la noche del viernes cuando tuvieron hockey en el club él la fue a buscar y la esperó sentado en la tribuna.

Terminaron de jugar y se despidieron del resto del equipo, quedaron Gaby y Analía haciéndose las distraídas cuando Marcela lo trajo y se las presentó a su amor.

_La verdad es un bomboncito ese chico_ palabras textuales de Gabriela que le dijo a Analía.

_Chicas les presento a Nacho…mi novio_

Y así Marcela nerviosa hizo la presentación formal.

Orgullosa de tener esa cosita hermosa a su lado y de quién ya Gaby y Analía conocían hasta el íntimo detalle.

Para los ojos envidiosos podrían ser madre e hijo al verlos juntos. 40 y 20 era la brecha etaria de esa tierna parejita recién forjada que irradiaban amor y pasión por los poros.

El la agarraba de la mano y ella loquita por él no lo soltó un minuto.

Charlaron los cuatro un buen rato, Nacho les cayó de diez a esas dos criticonas. Después todos se dirigieron a la salida y se despidieron yendo la blonda y el flaco tomados de la mano y parando de a ratos para besarse. Estaban tirando migajas delante de los pobres, como dice aquel dicho, pues Gaby no tenía pareja y Analía digamos que no estaba bien atendida, y Marcela se los refregó en la cara orgullosa.

Al parecer los flamantes novios se estaban muriendo de ganas de irse a la cama juntos, ya lo tenían todo planeado.

Ella se lo llevó a pasar el fin de semana a su departamento, puesto que sus hijos iban sábado y domingo a la casa del padre por lo que tenían dos días para ellos solitos con las hormonas a mil encerrados sin ver la luz del sol.

La rubia le iba a exprimir hasta la última gota a su «novio», y así fué. Fue un fin de semana a puro sexo, Marce y Nacho se la pasaron cogiendo en esas 48 horas.

Gaby la solterona llegó a su casa, cargó la tina y se sumergió. Estaba tan caliente que se masturbó. Tenía unas ganas locas de tocarse… Ya que se excitó imaginando a su amiga y ese chico haciéndolo una y otra vez.

Analía fue más decidida, llegó a su casa y luego de vestirse súper perra salió a disfrutar de la noche y cumplió con el objetivo de encontrarse un macho joven y viril dispuesto a satisfacerla y terminó la noche con un joven amante en un cuarto de hotel.

Volviendo a Marce y Nacho, después de ese primer fin de semana muy juntos más que novio ya lo quiso de marido a tiempo completo. Nacho se mudó al departamento de la rubia cuarentona y no pararon de hacer el amor una sola noche, eran fuego y pasión y tenían una química envidiable en la cama.

Y de tanta pasión la rubia del culo perfecto quedó embarazada y fruto de tanto amor nació una niña a la que llamaron Francesca.

Ella logró rehacer su vida, se consiguió un buen hombre y está más que enamorada. Él por su parte no puede creer que tiene a ese monumento de mujer a su lado y orgulloso la presume como el mejor.

Su hija Francesca los unió aún más y a nosotros sus vecinos nos despiertan a medianoche los gemidos de la rubia, pero ellos son así…dos seres pasionales que se gustan demasiado y no se cansan de hacer el amor y a mí no me queda otra que masturbarme al escucharlos teniendo sexo. Ya es parte de mi vida y oírlos es algo inevitable jaja.