Capítulo 5

Desde la semana pasada que me había dicho mi marido de la intención de asistir a una reunión swinger, mi cabeza estaba llena de preguntas.

Muchas me las había contestado ya mi marido, pero había tantas cosas más que aprender que decidí que las cosas siguieran su ritmo normal

El viernes regresé lo más pronto que pude del trabajo y al llegar a casa mi marido ya me esperaba con un par de regalos para mí para la ocasión.

Entré corriendo a casa y me metí a bañarme agradeciéndole de antemano los regalos

Saliendo de la regadera vi las cosas en la cama:

Un vestido de lycra-spandex color salmón y un par de zapatillas de tacón de aguja del mismo color, estaban preciosos!

Una tanga minúscula totalmente transparente completaba el atuendo de la noche y emocionada procedí a vestirme

¡El efecto era brutal! El vestido era más corto que las minifaldas que me había dado mi marido anteriormente, y con las zapatillas, el resultado está simplemente perfecto:

El vestido se pegaba a mi cuerpo como guante, tenía la espalda totalmente descubierta y llegaba justo al inicio de mis nalgas por la parte baja de la espalda.

El tamaño del mismo, provocaba que a cada paso que daba, se subía un poco, de manera que un tercio de mis nalgas quedaban totalmente descubiertas y por el frente igual, se pegaba a mi cuerpo pero subía lo suficiente para dejar ver parte de mi tanga que no cubría literalmente nada de mi velluda vagina.

Las zapatillas ayudaban mucho a tornear mis pantorrillas y yo misma me existe de solo ver el efecto que creaba

Obvio no me puse bra, los pezones erectos como siempre, resaltaban el hecho de que no traía bra debajo.

Me puse mi perfume favorito, me maquillé y le dije a mi marido:

Listos? Vamos a empezar esta nueva aventura juntos como siempre.

Salimos felices rumbo a esa tan esperada reunión

Camino a la reunión, recibí un mensaje de texto de mis papás que me avisaban que ya estaban todos en su casa para la fiesta de uno de mis primos.

Lo había olvidado por completo!, rápidamente busqué una solución y le dije a mi esposo que si podíamos pasar un rato a casa de mis papás

Él asintió pero me señaló que el atuendo que traía puesto era un poco atrevido para la familia, pensaba él

Diablos!, era verdad, y luego con lo conservadores que eran mis papás, pero ni modo, no había salida, me arme de valor y llegamos a casa de mis padres.

Afortunadamente traía también un abrigo blanco de pelo que me cubría hasta el inicio de las piernas y así entramos.

En cuanto entramos se hizo un silencio incómodo mientras la familia nos veía entre sorprendida y contenta de vernos ahí.

Inmediatamente reaccionaron y nos saludaron efusivamente mientras se acercaban a saludarnos.

Me di cuenta que las mujeres me revisaron de pies a cabeza y los hombres me admiraban las piernas a la vista de todos.

De inmediato nos disculpamos y comentamos que desafortunadamente no íbamos a poder quedarnos porque teníamos un compromiso del trabajo de mi esposo.

En ese momento, mis papás contestaron que regresaban el un momento, iban a la pastelería a recoger el pastel para el cumpleañero.

Saliendo mis papás, una prima se acercó y me dijo que entendía que no pudiéramos quedarnos pero me tomó de sorpresa quitándome el abrigo mientras me decía:

-”Pues que pena, pero mientras se van ponte cómoda”

Me sentí desnuda, volteé a ver a mi esposo y él solo atinó a subir los hombros en tono de resignación

Me quedé parada en medio de la sala un momento a la vista de todos y todas y entonces un primo se levantó del sillón de la sala y me ofreció un lugar para sentarme.

Sabía que al caminar se me vería todo, y me di cuenta que varios primos me veían por primera vez con deseo contenido porque era su prima

¡Casi error!, al llegar al sillón y sentarme, el vestido se me subió hasta media vagina y dejó a la vista de todos, mi vagina por primera vez, mi esposo se dió cuenta y de inmediato me pidió que me pusiera de pie de nuevo porque ya teníamos que irnos.

Nos despedimos conmigo toda sonrojada por lo que habían visto y salimos rumbo a la reunión swinger muertos de risa en el coche.

-Que bárbara Marie, dijo mi esposo riendo, se te vio todo completamente, me preguntó si en tu casa estarán hablando de ello?

Seguro sí, muchas primas, pero más bien, creo que la impresión que di a los hombres los debe tener muy inquietos.

En casa yo tenía fama de ser la hija tranquila que, recién casada, estaba dedicada a su marido y al trabajo. -si solo supieran lo puta que me había vuelto en tan poco tiempo-.

Llegamos a la reunión, era una casa en la colonia Anzures, muy bonita por fuera, y nadie sospecharía lo que pasaba dentro excepto por las parejas que iban llegando una a una.

Antes de bajar del auto, mi esposo me dió un beso y dijo:

-Recuerda que en este tipo de reuniones, la idea es intimar totalmente con quién tu desees, la mujer lleva la mano en estás cosas, si te gusta alguien, adelante, pero si alguien o algo no te gusta, no es no, ok?

Gracias amor por todos los consejos que me das siempre, me siento muy segura porque vengo contigo.

Entramos a la casa de la reunión y nos llevaron a una estancia muy agradable con luz tenue y nos dieron las instrucciones generales:

Todo estaba permitido, contaban con un cuarto oscuro y un salón para mirar solamente si así lo preferíamos, había una pista de baile pequeña junto a la estancia y era la manera más fácil de empezar a conocer a otras parejas y hombres solos.

Hoy era noche de diversión para ellas, así que había parejas y algunos hombres selectos invitados por los organizadores.

El ambiente era alucinante, muchas parejas, jóvenes, de mediana edad y algunos hombres solteros atractivos

Nos dimos cuenta de que la pista de baile estaba y un par de escalones debajo del nivel de la estancia así que era de fácil ver todo lo que sucedía ahí desde la estancia.

Mi marido me tenía tomada de la mano como anunciado que estábamos o veníamos juntos, yo muy interesada veía como las miradas de muchos se iban directamente a mis piernas.

Todos interactuaban con todos como si fuera un grupo grande de amigos que volvía a reunirse.

Nos fuimos entrando por plática con algunas otras parejas que se acercaban a presentarse, muchos de ellos eran asiduos a las reuniones y asistían casi cada semana mínimo.

El ambiente empezó a volverse cachondo, no sé cómo explicarlo pero se sentía una vibra sexual muy fuerte entre todos.

Siendo primerizos en la reunión, éramos con mucho, la pareja o más bien, honestamente, la mujer que llamaba más la atención.

Se anunció que iniciaba la noche y de inmediato me sacaron a bailar, un hombre más o menos de mi edad -yo tenía 25 años ya-, me tendió la mano y gustosa acepté irme a bailar con él.

Aquí un pequeño paréntesis: -además de mi gusto por el sexo, mi otra debilidad era bailar-, me encantaba eso, y según me decían, tenía una habilidad muy especial para adaptarme al ritmo que estuvieran tocando, a mí lo que me gustaba, era ser admirada y deseada mientras movía mi cuerpo al ritmo de la música.

Todo el mundo bailaba contento de estar ahí, y me sorprendí interactuando con los demás como si ya fuera de la casa por decirlo así.

Entré la música y el ambiente, mi pareja de baile, que medía como 1.75 mts. Frente a mi 1.50 mts (aunque con las zapatillas altas debo haber estado más o menos en 1.60 mts.) me tomó de la cintura mientras bailábamos sin dejar de reírnos y sostener la mirada mutuamente.

De manera natural, yo le pasé mis brazos sobre sus hombros abrazándolo mientras empecé a bailarle más cerca y le meneaba las caderas, ofreciéndome en ese baile caliente para los dos.

Me dí cuenta que mi marido no perdía detalle de nosotros mientras también platicaba con otra pareja y de repente la música cambió a un ritmo muy sensual pero mucho más tranquilo, las luces se atenuaron un poco más y de inmediato sentí como mi pareja me jalaba hacia él.

Las demás parejas empezaron a besarse y acariciarse mientras bailaban y sentí como las manos de mi pareja de baile se abrirán hacia mis nalgas, empezando a acariciarlas descaradamente mientras yo le respondí moviendo mis caderas hacia el más lentamente.

Empezamos a bailar o frotarnos el cuerpo mutuamente y justo cuando sentí sus manos levantarme el vestido para acariciarme las nalgas libremente, sentí sus labios acercarse a los míos y supe entonces que no había vuelta atrás.

Empezamos a besarnos con verdadera pasión mientras él recorría mis nalgas a placer y me di cuenta de reojo que la pareja que estaba con mi marido le señalaban hacia donde estaba yo fajando ya descaradamente a la vista de todos.

Empecé a sentir que se me aflojaban las piernas por la excitación de estar en medio de esa maraña de cuerpos que entre gemidos y susurros empezaban a ponerse a tono para coger después en algún lado de la casa.

Entendí entonces, por la manera en que se estaba desarrollando la noche, que nos volveríamos asiduos también a esas reuniones.

El ambiente era de verdad intoxicante, se podía respirar el deseo sexual que iba en aumento entre todos y sentí por primera vez en mi vida, que era en este tipo de ambiente donde realmente me sentía a gusto, plena.

Sin necesidad de guardar apariencias cómo con la familia o abstenerme de ser como me gustaba ser por mantener una imagen en el trabajo (jajaja)

Excitada y feliz por encontrarnos ahí, llevé a mi pareja de baile con mi esposo y se lo presenté.

Después del saludo entre ellos, no se si le había nacido al hombre con el que acababa de bailar pero me plantó un beso francés que le correspondí de inmediato enfrente de mi marido.

Me senté en medio de ellos dos y dándole un trago a mi bebida le dije en son de broma a mi marido:

¿Qué? “Un vaso de agua y un beso no se le niega a nadie”

Soltando una carcajada.

De verdad estaba muy contenta de estar ahí, sentí como mi pareja de baile me abrazó de nuevo y me volteó la cara para seguir besándonos.

Mi marido nos miraba excitado y me acariciaba las piernas mientras me besaban.

Volteé a verlo y lo bese también.

Y así seguimos un buen rato, yo besándolos a los dos mientras ambos me acariciaban a placer.

De repente decidí subir un nivel la diversión y me puse de pié frente a mi marido y noté como se creaba un semicírculo de los demás invitados rápidamente frente a mi.

Volteando a ver a la gente que estaba ya a nuestro alrededor les dije casi gritando para asegurarme que mi voz era unescuchada sobre la música en el ambiente:

Gracias por recibirnos de tan buena manera, mi esposo y yo estamos muy contentos de estar aquí está noche y como un tributo a todos ustedes les voy a bailar cachondamente!

Los anfitriones oyeron eso y le pidieron de inmediato al DJ de la reunión que pusiera música caliente para que les bailara.

Empecé a bailar como toda una estriper frente a ellos ya los que estaban sentados junto a nosotros les bailé en su regazo frotando mis nalgas.

Giré y me puse de nuevo frente a mi pareja de baile y empecé a bailarle como si fuera una puta descarada.

Entonces me deje ir completamente por mis instintos carnales y le pedí que me quitara el vestido mientras los demás ahí reunidos aplaudían animándome a ser más atrevida todavía.

Me quitó el vestido y quedé solo con la tanga y mis zapatillas.

antes de que dijera nada mi esposo, una mujer de las que estaban ahí me quitó también la tanga dejándome completamente desnuda frente a todos.

Me fuí a sentar en el regazo de mi pareja de baile ofreciéndome ya sin recato alguno, se puso de pie de nuevo conmigo de la mano y me pidió ir a bailar de nuevo, cuando le dije a mi marido que regresaba en un rato sentí que alguien me detenía del antebrazo y cuánto volteé a ver quién era me quedé sorprendida.

Otro hombre me tomaba de la mano pero estaba desnudo también y tenía tremenda erección ya.

Hola sonreí recibiéndolo, y apuntando hacia su verga erecta le pregunté:

¿Es para mí?

No me contestó, se acercó y me besó muy cachondamente apretando su erección contra mi desnudo cuerpo.

Lo tomé de la mano y le dije: ven con nosotros, vamos a bailar un rato, al darles la vuelta, vi que mi pareja de baile estaba desnudo ya también con otra erección magnífica.

Suspiré y los tomé de las mano para irnos a bailar.

En cuanto llegamos a la pista de baile, empezaron a acaríciame todo y a besarme alternadamente mientras yo los acariciaba y frotaba sus vergas con las manos.

Estaba a punto de explotar de caliente, mi raja empezó a mojarse y me di cuenta que estaba lista para mí primer trio con dos hombres

Me tenían abrazada uno por delante y otro por detrás, podía sentir claramente sus vergas contra mi cuerpo y ya en plena ansiedad por estar con ellos en la cama les pregunté:

Y que vamos a hacer?

-¿Nos quieres a los dos? Preguntó el que estaba detrás mío.

Sí! los quiero a ambos ahora, gemi ya caliente en extremo.

¡Vamos pues! Propuse y los tomé de la mano dirigiéndonos hacia mi marido.

Me pare frente a él desnudos los tres como estábamos y le dije:

Amor, me voy a ir con ellos al cuarto oscuro, está bien?

Ve Mariela ve, pero recuerda lo que te dije: “entrega total sino no vale la pena”

De verdad me sentía afortunada de tener un cómplice como mi propio marido para llevar a cabo todas estas locuras que me estaban gustando cada vez más.

Entramos al cuarto oscuro y cada uno de ellos se puso uno adelante y el otro detrás mío.

Después me contaría mi marido que el cuarto oscuro tenía una ventana grande rectangular que visto desde adentro del cuarto, parecía un espejo, pero que era un realidad un cristal para que los que así lo desearan, pudieran ver a los que estaban dentro interactuar.

Obvio, mi marido corrió junto a los demás a vernos a mis machos y a mí, tener nuestra relación sexual a placer

Me deshice a besos y caricias con ambos, era una sensación muy cachonda estar con dos hombres a la vez, creo honestamente, que toda mujer debería hacerlo al menos una vez en la vida.

Mi raja estaba escurriendo ya de excitación esperando recibir a esos dos machos que me estaban calentando tanto.

El que estaba detrás mío, hizo presión en mis hombros y entendí lo que deseaba:

Me puse de rodillas y los llamé para que se acercarán a mi cara y me dieran a mamar sus penes.

Si ve viera mi familia!, siempre tan recatada y tranquila en casa, aunque bueno, hace rato que me vieron en casa de mis papás algo se deben haber imaginado porque nunca me habían visto así.

Yo seguí por lo pronto en lo mío, lamía y besaba esas dos vergas hermosas y erectas que tenía a mi disposición y cuando sentí que uno de ellos me tomaba de la mano para acostarnos en la amplia cama no puse resistencia.

Había ya otras parejas ahí dentro cogiendo y el sonido de sus gemidos y cuerpos haciéndolo incrementó mi deseo por coger con mis hombres.

Uno de ellos se acercó a mamarme las tetas mientras el otro me empezaba a mamar la vagina.

Delicioso!, la sensación era increíble, el que me mamaba las tetas se acercó y me dió su pene de nuevo a mamar.

Empecé a hacerlo feliz de darles placer, algo en mí me impulsaba siempre a dar primero antes que recibir.

Me encantaba dar placer a hombres y después de lo de mi asistente en la oficina, a las mujeres también; no me consideraba bi activa, pero no me desagrada la idea tampoco.

Mamaba verga mientras me mamaban la raja velluda!, la mejor sensación que puede una mujer tener, en ese momento de lujuria, cruzó mi mente volverse prostituta de tiempo completo.

¡Qué locuras pienso cuando estoy caliente!, pero, honestamente, creo que sería una puta muy buena! Jajajaja.

Me preocupo siempre porque mi pareja goce también, eso es muy importante para mí.

Justo cuando sentí que muy hombre se iba a venir, me sacó la verga de la boca y apuntó hacia mis tetas…

¿A dónde vas? Le pregunté caliente y deseosa de sentir su leche caliente en mi boca.

-”Pues, ya me voy a venir, y es lo normal, venirse en las tetas de la mujer”.

No, dámela de nuevo!, quiero sentir como te vienes en mi boca, le dije jalandolo de nuevo hacia mis labios y él sorprendido me volvió a penetrar profundo la boca con su verga.

Mi otro hombre se acomodó sobre mí y me abrió las piernas para penetrarme, cuando me dejó ir su vergota en mi velluda raja, el otro empezó a venirse abundantemente en mi boca.

Lo tomé de las nalgas firmemente y no dejé escapar una gota de su néctar delicioso mientras su compañero me bombeaba con lujuria.

Ahhh, dámela!, dame la verga! Gemía casi gritando y moviendo mis caderas al ritmo de mi macho.

El otro hombre se había recuperado ya y le hizo señas a su amigo de que se acomodara conmigo encima.

Pensé que me darían una doble penetración en ese momento, nunca había tenido dos vergas dentro al mismo tiempo y me acomodé rápidamente levantando un poco las nalgas ofreciéndoles esa posibilidad a mis hombres.

Volteé instintivamente hacia lo que yo pensaba era un espejo, otro ya sabemos hoy que era más bien una ventana, quería verme se penetrada si mismo tiempo, por el ano y la vagina.

Pero mis amigos tenían otros planes, el hombre que estaba debajo mío, me sostuvo firmemente de las caderas mientras yo abría mis piernas y nalgas.

Pero el otro hombre, si acomodarse entre mis piernas, apuntó un poco más abajo del culo…

Me empezó a penetrar la raja al mismo tiempo que el otro estaba ya dentro de mi vagina hirviendo.

Me quedé helada, no supe qué hacer y decir en ese momento, el macho arriba de mí seguramente ya tenía experiencia porque sin mucho trabajo me jaló de las caderas también y me penetró también la vagina con algo de trabajo porque no estaba acostumbrada a recibir dos vergas al mismo tiempo.

Cuando sentí las dos vergas profundo en mi vagina, perdí en conocimiento seguramente un par de segundos debido al éxtasis que me provocó esa sensación sublime para mí.

Estaba realmente caliente, quería gritar, moverme como loca, reír, bailar, esa sensación me hizo sentir mariposas en el estómago.

Entendí en ese momento que no era una mujer normal, creo que podrían algunos definirme como ninfómana, simplemente quería más siempre y entre más cogía, más me gustaba hacerlo.

Empecé a gritar literalmente de placer, gemía como una loca pidiendo me penetran más fuerte y empecé a cabalgar furiosamente a mi macho sin dejar que el otro que estaba detrás mío se saliera, quería darles todo el placer posible.

Duramos un buen rato conmigo moviendo mis caderas en éxtasis total y cuando los sentí venirse me juré a mi misma que lo haría tan frecuentemente como fuera posible.

Sentir como se viene un hombre dentro de ti es el gesto más íntimo que puede compartir una pareja.

Pero lo mío era un extremo, seguí moviéndome aún después de sentirlos venirse para darles unos momentos más de placer.

Deseé sinceramente me pudiera ver así mi esposo, mi familia, mis amigos!

Quería compartir con todos esos momentos de placer tan intenso que acababa de vivir con estos jovencitos tan calientes como yo.

Lentamente, los deje salir de mi vagina que quedó inundada de semen caliente, delicioso, espeso, precioso y demás adjetivos que pudiera pensar para ese líquido mágico que me ponía de rodillas de solo olerlo.

Nos pusimos de pie, y los abracé de nuevo besándolos con agradecimiento por haberme estrenado de esa manera en ese lugar.

Salimos de nuevo del cuarto oscuro y nos recibió una multitud de parejas que nos iban felicitando por lo que les acabábamos de dar.

Por ese espectáculo de sexo intenso que todos ellos pudieron disfrutar desde la ventana hacia el cuarto oscuro.

Entendí en ese momento lo que había pasado: todos ellos nos habían visto a través del cristal y entre todos ellos apareció mi esposo con una sonrisa de oreja a oreja.

Corrí a abrazarlo y sollozando de placer, lamenté que no hubiera estado ahí conmigo para disfrutar ver a su mujer coger con esos dos hombres.

Sonriendo satisfecho, me enseñó su celular casi riendo:

-”Tomé muchas fotos y un vídeo muy explícito de todo lo que pasó ahí dentro”

Pero cómo? Y mi cara mostró entonces satisfacción por saberme capturada en imágenes por mi marido.

Continuará.