Capítulo 5
- El comienzo de mí adicción al sexo I
- El comienzo de mi adicción al sexo II
- El comienzo de mi adicción al sexo III
- El comienzo de mi adicción al sexo V
- El comienzo de mi adicción al sexo IV
Llegamos al camping, en el camino compramos algo para compartir un desayuno campestre, todavía dormían todas, ¡vamos… arriba! ¡vamos… dormilonas!
Se levantaron todas con unas caras de fiaca, con Víctor las agasajamos con unas facturas, criollos, pan casero, manteca y dulce de leche
Una de mis hermanas pregunto ¿Cómo les fue? ¿pescaron algo? ¿estaba frío? Conta Mayra ¿qué tal como experiencia?
Bueno nos fue según el pescador maso podría haber sido mejor, si pescamos algo así que hoy comemos pez a la parrilla, ¿frio? Algo, pero… “buscamos como entrar en calor”, y como experiencia fue” algo inolvidable,” realmente Víctor sabe y muchooo…y es un instructor muy aplicado” me enseñó a como” moverme” en un bote en el agua, a cómo “ensartar “la carnada en el anzuelo, “como era cada posición” al lanzar la línea de pesca, y también a “sacarla justo a tiempo” a la presa para no arruinar todo lo hecho. –
Realmente me “encantaría volver a tener esta experiencia”, terminamos el desayuno y salimos todos a hacer una caminata por el predio, que tiene una laguna artificial. Son muchas hectáreas para recorrer hasta que llegamos a un sector que es una granja con animales como vaca, pavos, gallinas, patos etc. En ella te dan una clase de cómo hacer pan, sacar miel de los panales de abejas, elaborar dulces caseros, y degustar.
Cuando pasamos por los corrales, un señor daba explicaciones como ordeñar una vaca y a un cabrito, y pregunto si alguien quería experimentar la técnica de ordeñe, y yo lamas audaz me ofrecí, mientras el señor explicaba los beneficios de la leche recién ordeñada, y que se podía tomar al pie de la vaca en otras épocas, me coloco una banqueta al pie de la vaca, me senté el señor me decía cómo tomar las tetillas de la ubre de la vaca, y al tomarla en mis manos, mi cochina mente me trajo a recordar cuando masturba la pija de Víctor, mientras mis manos una en cada tetillas subían y bajaban mi morbo aumentaba, cuando empezó a salir de ellas los primeros chorros de leche de esas tetillas no podía dejar de recordar cuando Víctor descargo en mi boca toda su leche, mi morbo era tan alto que me arrodille al pie de la vaca y mientras los chorros espumosos de leche tibia salían, les grite chicas, má Víctor, miren la estoy ordeñando y tomando la lechita tibia, mientras chorreaba leche al alrededor de mi boca, el señor me decía espera te doy un jarro, a Víctor se le salían los ojos y podía darme cuenta de sus pensamiento y diría que hija de puta eres pendeja.
Seguimos nuestro recorrido, ya era la hora que abrían la pilé, así que fuimos al campamento para ponernos las mallas y llevar reposeras para pasar gran parte del día en el parque donde se encuentra las piletas, me puse una malla color Salmon enteriza que marcaba mi cuerpo y mi cola resaltaba, me puse un pareo tejido al croché que dejaba ver mis nalgas jugando con las fantasías de los que las miraban. –
Ya en la pilé mis hermanas habían formado un grupo de amigos y organizamos juntarnos en la noche en el salón de juego, Víctor y mamá hicieron planes para salir a dar un paseo por un pueblo cercano, al otro día solo estaríamos hasta el mediodía porque Víctor tenía que viajar con su camión, a la mañana después del desayuno empezamos a desarmar las carpas y cuando doblábamos las carpas Víctor me ayudaba y con algunos roces y miradas cómplices daba por entendido el deseo que brotaba en ambos.
Una ves preparada la cargas en los autos, propuso Víctor ir a comprar algo para almorzar o salir a la ruta y parar en un restaurante todos elegimos comprar algo y disfrutar un tiempo más en el camping, cuando se prestaba a salir Víctor a comprar me ofrecí acompañar, salimos del camping para ir a un pueblito cercano. –
Paramos en pequeño parque antes del pueblito, nos besábamos con pasión, y Víctor me decía, ¡no te imaginas las ganas de estar con vos! Yo también le conteste, vamos a algún lugar, fuimos a la costa de un rio no había casi nadie paramos en un recoveco entre unos arbustos bien tupidos, Víctor recostó su asiento y yo el mío, me recosté sobre su pecho besándonos, levanto mi remera desbrochó mi corpiño y chupaba mis pezones y masajeaba mis tetas, yo desabrochaba su pantalón y metía mi mano liberando su verga y pajeándola, su otra mano buscaba entre mi tanga y mi short mi ano y mi conchita, parecía como si fuese el último día de vida y lo queríamos vivir cogiendo.
Ya con su pija dura, busco tomarme de mis nalgas me subió sobre él, quitando mi remera mamaba mis tetas y con sus manos en mis nalgas buscaba situar su pija en mi conchita, cuando el acomodo su pija dejo que yo misma introdujera su venosa verga en mi conchita, me deje caer permitiendo golpear mi concha contra su pelvis era una penetración completa y muy profunda, ¡si…papito. dale pija a tú nenita…! Y apoyando mis piernas entre su muslo y el asiento, conducía mi subir y bajar, sobando con mis labios vaginales ese mástil de carne, que sacaba mis más lascivos deseos de ser cogida por este macho, que chupaba mis tetas como queriendo secarlas, mordiendo con sus labios suavemente mis pezones, ¡si…papi, chupa mis tetas! ¡cógeme… fuerte papi! Y saltaba más rítmicamente golpeando mis nalgas en sus piernas, Víctor me abrazaba apretándome contra su pecho, mis tetas se sobaban en su pecho, con sus manos agarrando mis nalgas afirmaba su envestidas, uno de sus dedos de su mano que abría mis nalgas se deslizó a la entrada de mi anito, untándolo en los flujos que salían entre su pija y mi conchita.
Jugaba con mi anito, dando suaves círculos en mi arito inmaculado, buscado seducir a mi anito con sus caricias, volvía a untar su dedo en nuestros flujos intentado doblegar la resistencia de mi anito logro atravesar el umbral de mi anito como un centímetro que por la calentura que tenia se adaptó a esa porción de su dedo, y en una armónica y sensual combinación de movimientos entre su pija mi conchita, su dedo y mi anito yo ya estaba en el tercer cielo, estaba siendo cogida por mis dos agujeritos, mis tetas mamadas que más podía pedir, Víctor se había transformado en una maquina de darme placer, la que me llevo a tener múltiples orgasmos que parecían no terminar ¡si…cógeme papi, por los dos lados… si… mierda! ¡cógeme… y chupa mis tetas!¡me voy… otra vez… no pares…papi! ¡no pares…! Y termine nuevamente y cuando él estaba por terminar me tiro a un costado sacando su pija y me pedía casi con desesperación que se la chupe.
Yo sin dudar me la metí en mi boca, y borbotones de leche salían de esa pija desbordando su caudal el de mi boca, cogía con envestidas mi boca ¡si… pendeja, traga mi leche…. ¡Chupa…! Casi no podíamos respirar y así lo mismo no parábamos de besarnos, Casi no podíamos respirar y así lo mismo no parábamos de besarnos, nos limpiamos como podíamos estábamos los dos acalorados, sudados y colorados, salimos del lugar para ir a comprar, y conseguimos unos pollos a la brasa con papas y helado teníamos que justificar la demora de casi una hora a mamá.
Almorzamos en el quincho del camping, y salimos para nuestra ciudad, apenas llegamos a casa Víctor se alisto para salir de viaje con su camión, antes de salir paso a saludar por nuestra habitación a despedirse y cuando me dio un beso en la mejilla me dijo te voy a extrañar…
Esa noche no podía conciliar con el sueño, sentirme poseída por la pija de Víctor, su dedo puerteando mi anito, su boca comiendo mis tetas, poseída de placer y lujuria descontrolada,
Pasaron días hasta el regreso de Víctor, en esos días mis fantasías volaron más alto de lo de costumbre, al entrar Víctor a casa no podía disimular mi alegría al igual mis hermanas, y mamá. –
Justo este fin de semana largo desde el jueves al martes en nuestra provincia, pero Víctor tenía que viajar lo mismo porque el viajaba por todo el país, como no teníamos clase el propuso como tenia tres viajes llevar en cada viaje una o dos como acompañantes, mamá con su mala onda de siempre decía que tenía jornada en su iglesia y como ya había faltado un finde no podía faltar.
Solo había que sortear los viajes y acompañante el primero salíamos el miércoles para rosario regresando jueves a la noche el segundo a Mendoza salíamos viernes y regresábamos sábado al mediodía y por último salíamos domingo después del mediodía y regresamos en la madruga a Paraná y a concordia. Yo salí ganadora del tercer viaje que me molesto porque estaría más tiempo en casa. Pero bueno la suerte estaba echada je…je…
Se viene “el viaje” …