Capítulo 3

Capítulos de la serie:

*Baños clausurados II, lo encuentran en la categoría bisexuales*

Tadeo salió lo más rápido que pudo del baño, todavía con la cabeza dándole vueltas. ¿Cómo había sucedido todo tan rápido?. ¿Cómo había terminado teniendo sexo oral en el baño para discapacitados de la oficina, con la secretaria de la gerenta?

Sin decir nada y con todo esto en la cabeza fue a su escritorio. Se sentó intentando disimular, sus compañeros de oficina (Ricardo y Carlos) ni levantaron la mirada de sus pantallas. Había un ambiente tenso entre ellos, se notaba. Abrió su laptop y se puso a mirar las planillas que ya tenía prontas.

Yo por mi parte volví a mi salita de espera. Marta en su despacho encerrada desde la mañana, de hecho no la vi llegar. La gerenta era una mujer mayor, distante, siempre bien arreglada. Escotes largos y polleras o vestidos holgados, también largos. Pasaba y dejaba un aire de estilo y tensión sexual en el ambiente. Tenía el pecho muy grande, no caídos pero tranquilamente podrías sostener algún objeto bajo su teta y las costillas. Algunos podrían pensar que eran operadas pero yo creo que no.

Dado que yo no tengo mucha teta siempre se me va la mirada a sus pechos. ¿Qué se sentirá tener ese par de gomas?

Por suerte no interactuamos mucho, ella pasa mucho tiempo en su despacho. Es entendible porque es muy grande, tiene una mesa con su compu un sofá de tres cuerpos y una tele enorme. Bajo la tele tiene una mesada con cajones y estantes. Tiene además un mini bar con algunos vasos para agua con su jarra siempre llena y shots de tequila, le gusta mucho esa bebida. A veces recibe clientes o algún proveedor de la empresa.

Mientras pensaba cómo iba a seguir esto con Tadeo, se abre la puerta del despacho y me dice:

-Emma cómo estás? (Sin esperar respuesta siguió) necesito hablar contigo a solas, puedes entrar en mi despacho?

Ella se quedó en la puerta la espalda pegada al marco y tendió un brazo hacia adentro indicándome que entrara. Yo dubitativa me incorporo y al enfrentarme a esa situación no pude dejar de mirar su escote y noté dos cosas: iba a tener contacto físico con ella (decidí que fuera pecho con pecho) y lo otro sus pezones como los míos eran grandes y lo noté porque ella tampoco llevaba corpiño.

Ese momento despertó en mí una electricidad que recorrió mi cuerpo rápidamente. No pude sostener su mirada y sus pechos se llevaron mis ojos. El vestido que llevaba era escotado con dos breteles finos sobre los hombros y holgado en las caderas. Ella era más alta que yo así que el roce fue pecho con pecho.

Una vez dentro me quedé parada en el medio de la oficina no sabía si la reunión era breve o no, así que decidí no sentarme. Ella cerró la puerta y pasó al sofá, tomó el control remoto de la televisión enorme del despacho y lo accionó.

En la pantalla se veía la imagen del baño para discapacitados de la oficina, era amplio podrían caber 4 personas cómodas. Lo peor era que la cámara enfocaba de frente el inodoro en el que yo estaba sentada con una pierna por encima de la abrazadera típica de esos lugares, con mis dos manos abría mi vagina para que la lengua de Tadeo llegara hasta lo más profundo de mi ser.

Quedé totalmente sorprendida, no podía creer en la situación que estaba. Con los ojos tan grandes como los lentes, una mano en la boca abierta y las otra en el pecho, me di vuelta para intentar balbucear algo que nunca llegó a salir.

Marta paró el video, se llevó un dedo a sus labios indicando silencio, se paró de forma sensual y se acercó a mí.

-Emma… a ti te interesa este trabajo? Aquí se te trata bien y se te cuida?

Quiero que mis empleados se sientan como en casa. No me parece que esa (señaló con el mando a la tele) sea la mejor devolución.

-Marta quiero pedirte disculpas por esto! No sé con qué cara mirarte! Qué vergüenza! Por favor te juro que es la primera vez que pasa!

-Lo sé! Y los vengo siguiendo a ustedes dos desde hace unos meses, pensé que el primero en hacer una jugada iba a ser Tadeo… pero tú! pequeña zorra, calentona no te pudiste aguantar y lo fuiste a buscar al baño!

-No sé que me pasa (esto lo dije con la cabeza gacha y mirando al piso) pero últimamente no paro de estar caliente todo el tiempo y sé que estuve muy mal, pero me dejé llevar, no era mi intención, tú sabes bien…(las palabras brotaban de mi boca sin sentido y sin poder frenarlas, hasta que me interrumpió.

-Basta! No estoy enojada, pero esto no va a quedar así. Deberás pagar por tus actos y empezarás hoy. Tendrás algunas penitencias y tareas extras.

-Gracias Marta no quiero perder el trabajo!

-Lo primero es lograr que yo tenga lo mismo que tú.

-Quieres que convenza a Tadeo para que esté contigo?

-No, hoy quiero tener un orgasmo como el tuyo y lo quiero ahora. Tú me lo vas a dar.

Diciendo esto, soltó uno de sus breteles y lo dejó caer, luego soltó el otro y todo el vestido cayó al piso como si fuera un telón que descubría una obra de arte. Si figura como de escultura griega, mostraba una cintura fina, caderas apenas anchas y un pubis prominente y depilado, dejando solo un hilo de bello casi al ras que continuaba la línea muy marcada por unos labios gordos. Con las piernas cerradas no se juntaban las caras internas de los muslos a la altura de la vagina, eran tan gordos los labios y tan carnosa esa concha que era imposible que se juntaran. Otra obra de arte eran sus areolas marrones enormes incluso para aquellos pechos pero que acompañaban unos pezones carnosos, grandes y oscuros.

Acomodándose en el sofá, aún con los zapatos de tacón puestos, levantó una pierna como lo había hecho yo en el baño con Tadeo y la apoyó en el posa brazos del sofá. Su vulva se abrió y pude ver cómo estaba totalmente empapada y dilatada. Sus labios eran gordos y carnosos pero no largos como los míos, no se separaban apenas de sus pliegues.

-ya sabes lo que hacer o te tengo que explicar?

En ese momento hice un click mental y me dejé llevar. Mi cabeza repetía, si lo tengo que hacer lo voy a disfrutar. Llevé mis manos a la espalda y corrí la pollera para poder bajar la cremallera y sacarla rápidamente. La dejé caer con la misma actitud que ella se liberó del vestido, no logré ni cerca el mismo resultado. Levanté la blusa y la saqué sin desabrochar por encima de los hombros. Así desnuda solo me quedaba la tanga y los mil lunares de mi cuerpo, la miré y le dije: haré lo que tú quieras pero también voy a disfrutar de esto.

Me acerqué a ella y la besé con pasión y mucha lengua. Bajé lentamente a sus tetas que tanto me calentaban y las chupé con pasión, seguí bajando con muchos besos, hasta llegar a su concha.

-estaba segura que sabías hacer esto. Ahhh si seguí así! Si me encanta!

Sus labios gruesos estaban abiertos y estaba muy dilatada se podía ver el hueco sin dificultad y eso me excitaba mucho. Empece a frotar su clitoris y este se endureció mucho, todo en su vulva era grande, labios, clitoris y vagina. Era una concha que invitaba a ser devorada.

Decidí meter dos dedos en su concha para acariciar sus parte más húmeda e interna, quería sentir ese calor, provocar en ella que se mojara aún más y se dilatara.

-no tengas piedad Emma, mi concha quiere más! No te haces una idea lo que ha entrado por ahí.

En ese momento corrió su cadera más al borde y levantó un poco su cola.

-es increíble lo grande y hermosa que es tu concha, te voy a meter toda la mano. No puedo más estoy toda mojada!

Corrí mi tanga abrí mis labios grandes y largos y un hilo de baba goteo de ellos, pasé mi mano y mi puño derecho para lubricarlo con mi flujo. Estire mis dedos y poco a poco fui cerrando mis dedos y metiendo mi mano en su vulva. La excitación que me producía ver como se abría esa concha para que entrara mi mano era indescriptible sentía que estaba mojando todo el piso bajo mi concha.

-eso preciosa! Métela toda! Ahhh me encanta! Siiiiii!! Ahhhhh!!!!! Me encanta!!!

Empecé a chuparle el clitoris y sentí como temblaba con mi puño dentro de ella. Me agarró fuerte el brazo empezó a empujar mi mano, metía y sacaba mi puño. Soltó mi mano después de marcarme el ritmo y tomó mi nuca y pegó mi boca a su pubis. Todo era fuerte y violento.

-cómeme! Penetrame! Haceme mierda la concha! Voy a acabar! Sí que rico orgasmo Emma! Seguí! Ahhhh!!! Seguí!!!! Quiero que dure mucho!!!! Ahhh!

Sentí que me indudaba la boca! Me escupió la cara con su concha! No fue mucho como en el porno que había visto siempre pero sin dudas era el primer squirt que presenciaba y había terminado todo en mi boca! El sabor era igual que su flujo, algo dulce y ácido. Ese sabor que tanto deseaba tener en mi boca pero no era igual que el mío. No podía creer. Ardía de deseo y en el piso bajo mis labios había un charco de baba que lo demostraba.

Saqué el puño lentamente, lo olí y me encantó, le pasé la lengua mientras la miraba a los ojos.

Se incorporó y me tumbó en el sillón en su lugar, tomó mi puño y lo puso frente a nuestras bocas, lo lamimos y nos besamos con mucha lengua, me empujó contra el respaldo y escupió mis pequeñas tetas. Me pasó la lengua por un pezon, el mismo que había escupido, todos sus movimientos eran dominantes. Se acercó de nuevo a mí y me puso una teta suya en mi boca.

-chupa! Y déjala mojada que te la voy a refregar por esa concha colorada que tenés!

Le chupe la teta enorme y su pezón quedó durísimo, bajó y lo empezó a frotar en mi pubis. Mi vagina empapada recibía esas caricias de su teta como un bálsamo. Lo estaba deseando hacía mucho rato, estaba tan excitada que una oleada de orgasmo recorrió mi cuerpo cuando ella tomó su teta y apoyó el pezón sobre mi clítoris, sabía lo que hacía.

-ahh me encanta! Frótame con tu pecho! Haceme el amor con tu teta! Me voy a ir! Voy a acabar con eso!

Y así fue como sus pechos me dieron mi primer orgasmo con ella. Más adelante le pediría muchas veces que lo hiciera de nuevo.

Me pido que me arrodillara y me pusiera en cuatro patas apoyando mis manos en el respaldo del sofá. Lo hice y además separé mis piernas dejando mi conchita abierta y todo mi culo a su merced, la tanga que ya estaba toda estirada la corrió casi afuera de una de mis nalgas. Paso su lengua desde mis labios hasta mi ano. Una electricida recorrió mi espalda y subió por mi estómago. Escupió mi cola y metió un dedo en mi culo sentí como me lo abría, grité!

Le pedí por favor que no siguiera que me dolía. Sacó su dedo despacio. No había entrado ni la mitad del dedo.

Me di vuelta todavía con ganas de más, ella se separó de mí y fue hasta el armario debajo de la televisión. Abrió un cajón y sacó un dilatador anal, fino y corto.

Me lo mostró y me dijo este será tu primer penitencia a partir de mañana en cuanto llegues entrarás aquí y me pedirás tu dilatador anal.

Bajé la mirada y asentí.