Me llamo Renato. Tengo 33 años. Estoy casado con Carmen desde hace 5 años. Ella tiene 30 años. Nuestra relación de pareja ha sido muy buena. Loa primeros años teníamos sexo todos los días. Ahora último lo tenemos días intercalados. Pero lo seguimos disfrutando al máximo. Mi esposa es muy complaciente. No me niega nada.

Yo me esfuerzo para hacerla llegar al orgasmo siempre.

Ella es linda y sexy. Tiene buen trasero y buenas piernas. Todos los hombres se le quedan mirando cuando vamos por la calle. Eso eleva mi ego de macho y semental. Estamos planeando tener nuestro primer hijo dentro de tres años.

Siempre hemos organizado fiestas en nuestra casa con los amigos. Ya sea por nuestros cumpleaños, u otros motivos. Nunca habíamos tenido problemas. Aunque mi esposa a veces se pasa de tragos. Pero yo siempre estaba atento para cuidarla. En las reuniones que teníamos, todos los hombres la miraban con lujuria. Tanto jóvenes como mayores. Ella es bien alegre y desenvuelta. Le gusta bailar y conversar con todos. Tal ves eso confunde a algunos hombres y piensan equivocadamente sobre mi esposa.

Sucede que hace un mes aproximadamente, tuvimos una fiesta por el cumpleaños de mi esposa. Invitamos a nuestros amigos en común. Entre ellos a Javier. Un amigo de la adolescencia. El tiene 35 años. vino con otro amigo mas joven de unos 20 años aproximadamente que no lo conocíamos, pero lo recibimos por nuestro amigo Javier sabiendo que el vive bastante alejado de nuestra casa, y era un buen gesto de su parte el haber venido a nuestra reunión.

La fiesta estuvo muy amena. Comimos y tomamos vino y cerveza. Todos querían bailar con mi esposa. Para mi eso era normal porque así pasaba siempre. Pasaban las horas amenamente como siempre. pero me di cuenta que mi amigo Javier y su amigo joven, le hacían tomar vino a mi esposa. Le decían: Brindemos por tu cumpleaños Carmencita. Mi esposa alegremente recibía lo que Javier y su amigo le ofrecían. Luego también a mi me ofrecían licor a cada momento.

Ya como a las dos de la mañana, la mayoría de nuestros invitados se estaban retirando. De dos en dos se fueron todos. Solo se quedaron mi amigo Javier y su amigo joven. Mi esposa ya estaba bastante pasada de copas. En eso mi amigo Javier me dijo: Renato: Ya es bastante tarde para irme. Podrías darme un lugarcito para descansar un poco mi amigo y yo? y luego cuando amanezca nos retiramos. Por la mistad que teníamos, yo no podía negarme a su pedido. Le dije que se queden en el sillón de la sala. Que es un sillón cama.

Luego llevé a mi esposa al dormitorio que la puerta da justo a la sala. Después le di algunas mantas a Javier para que se cubran y descansen hasta que amanezca. Yo me fui a dormir con mi esposa a nuestro dormitorio. Mi esposa se durmió casi de inmediato. Yo también me quedé dormido rápido. Posiblemente por el licor que tomé. Pero de pronto me desperté sintiendo un movimiento sospechoso. Muy despacio miro a mi esposa que estaba a mi lado, estaba bien dormida echada de costado con la cara hacia mi, y el culo hacia el borde de la cama.

Traté de despertarme bien para saber que es lo que estaba pasando. Estaba con las luces apagadas, pero se podía ver levemente. Ya mas despierto escucho la vos de mi amigo Javier y de su amigo joven hablaban despacito. Uno de ellos decía: Despacio, no se vaya a despertar el cabrón de su marido. El otro decía: está borracho. No se va a despertar. Ya salte. Ahora me toca a mi. Me di cuenta que entre los dos se lo estaban follando a mi esposa mientras yo estaba allí a su lado. Ellos estaban aprovechando que el culo de mi esposa estaba al borde de la cama. Se movían despacito. Con ese típico movimiento de mete y saca y me hacían mover a mi también.

Se me paró la verga como un resorte. Quise levantarme y sorprender a esos cabrones pero no lo hice. Me quedé quieto, con la curiosidad de saber que mas harían. Uno de ellos decía: Bájale mas el calzón. El otro decía: No se puede. Está aplastado con su tremendo culo. El otro decía: Hay que meterle por el culo. El otro decía: y si se despierta. el otro: no se va a despertar. Está borracha. luego seguía el movimiento de mete y saca. Mi corazón latía a mil por segundo. Mi verga parada como un fierro. Increíblemente al contrario de sentir rabia, eso me excitaba tremendamente.

De pronto Javier dijo: Estamos incómodos. No le entra bien. Mejor llevémosla cargando al sillón de la sala. El otro dijo: si. Pero con mucho cuidado. Que no se despierte el marido. Entonces Javier alzó en vilo a mi esposa y la llevó al sillón de la sala. El otro cerró la puerta de mi dormitorio. Yo me levanté y abrí despacito la puerta. Miré al sillón, allí estaba mi esposa todavía dormida. Echada boca abajo con los brazos colgando del sillón. Vi como le quitaban la ropa hasta dejarla totalmente desnuda. Uno de ellos dijo: prende la luz para mirarle bien el culo. Prendieron la luz, y desde mi dormitorio por la pequeña abertura de la puerta se podía ver todo muy claramente.

miré a mi esposa echada boca abajo, y vi como le manoseaban las nalgas. Le metían el dedo al culo y a la vagina. Le daban nalgadas sonoras. Hablando despacito: que rico culo tiene la puta. A cada nalgada que le daban, mi esposa parecía despertar un poco. Porque gemía despacito. Voltearon a mi esposa y le separaron las piernas. Javier dijo: Primero yo. Y mientras Javier se lo metía por la vagina, el otro le ponía la verga en la boca a mi esposa. Luego se turnaron. Mi esposa parecía estar despertando porque gemía un poco mas fuerte.

De pronto Javier le dijo a su amigo: Ëchate al sillón para hacerle un sándwich. El hombre se echó al sillón. Javier puso a mi esposa encima de su amigo y le dijo: Métele tu por la panocha. Yo se lo voy a meter por el culo. Mi esposa ya parecía estar aceptando esa situación, porque parecía estar colaborando en las posiciones que le hacían. No se si por la borrachera pensaba que estaba conmigo. Miré a mi esposa montada sobre el amigo de Javier. Luego Javier se lo metió por el culo. Ahora si mi esposa dio un grito fuerte: Haaayyy. Y Javier le dijo ya con palabras fuertes que yo podía escuchar claramente: Aguanta puta de mierda. Ya estás con dos vergas ensartada. Ahora mueve tu culo como la puta que eres.

Esa escena que yo miraba, mas las palabras que le decían y los gemidos de mi esposa me excitaban tremendamente. Empecé a masturbarme con muchas ganas. Jamás había pensado escuchar que le dijeran «puta de mierda» a mi esposa. Tampoco ver que se lo metieran por el culo y la vagina en mi delante. Mi esposa empezó a gemir ya fuerte: Hay, hay, hay. Y vi como movía su culo tratando de que le entren mas esas vergas. De pronto Javier le dijo: Sabes quien te está rompiendo el culo verdad puta? Ella dijo: siii. Eres Javier. Entonces Javier dijo: Este culo se lo has dado a tu marido, y a mi nunca me hiciste caso cuando éramos adolescentes.

Javier siguió ablando: Dime quien te folla mejor. Tu marido o yo. Mi esposa dijo: Tu Javier. Quien es tu macho. Tu Javier. Quien es mi puta. Yo mi amor. Así estuvieron un buen rato. Intercambiando posiciones Javier y su amigo. Ya parecía que no les importaba que yo despierte, porque hablaban fuerte y sin temor alguno. O pensarían que yo estaba tan borracho y que no me despertaría. Mi esposa también gemía y gritaba sin importarle nada. Yo mojé todo el piso de la puerta con la leche que me saqué masturbándome hasta dos veces seguidas.

Increíblemente, yo no quería ir a detener a esos dos cabrones que le estaban rompiendo el culo a mi esposa. Al contrario. Quería seguir viendo todo lo que le hacían. Nunca había sentido tanta excitación. De pronto me di cuenta que Javier ya estaba llegando al orgasmo. Limpié el piso que había mojado con mi semen. Me fui a la cama y me hice el dormido. Luego de un rato sentí a mi esposa que se acostaba a mi lado. Deje que ella se durmiera pero yo ya no tenía nada de sueño. Todas esas imágenes, las palabras y los gemidos venían a mi mente.

Después de un rato puse mi manos entre las piernas de mi esposa. Estaba húmeda. Luego puse mi dedo en su culo y estaba lleno de semen. No aguanté mas y se lo metí por el culo. Mi verga entró suavecito. Ella ni lo sintió. Allí en su culo me moví con todas mis fuerzas como queriendo destrozar ese culo que ella se lo dio a Javier. Yo esperaba algún gemido o movimiento de mi esposa. Pero ella nada de nada. Como si mi verga no le hiciera ni cosquillas. Me dormí con mi verga metida en su culo.

Al día siguiente como a las once de la mañana, Mi esposa se levantó y se fue al baño. Al volver se echó nuevamente a mi lado. Era domingo. Le pregunté: Te gustó la fiesta por tu cumpleaños? Ella me dijo: Si. Estuvo muy bonita. Me divertí bastante. Yo le dije: Escuchaste cuando se fueron Javier y su amigo? Ella me dijo: No. No escuché nada. Estaba bien dormida. Ni siquiera sabía que se habían quedado aquí. Yo todavía tenía las esperanzas que ella me dijera algo. Que Javier trató de sobrepasarse, o que no le gustó que Javier se quedara en la casa. Pero no me dijo nada.

Entonces saqué mis conclusiones. Bien ellos eran amantes desde hace tiempo, o ella quería que se repita lo que hicieron. Pero no le dije nada. Ya me he encontrado con mi amigo Javier varias veces. Pero tampoco le he dicho nada. El me mira y me saluda como si nada hubiera pasado. Increíblemente yo quisiera ver otra ves a mi esposa así ensartada por el culo por otro cabrón. La sensación de celos y excitación al mismo tiempo, desatan en mi un morbo que no logro sentir con nada mas.

Esa ha sido mi experiencia de cornudo. espero comentarios y opiniones. pueden escribirme. mi correo es: renatotoledo99@hotmail.com tengo fotos y videos de mi esposa.