Capítulo 5
- Mujer y sumisa I
- Mujer y sumisa II
- Mujer y sumisa III
- Mujer y sumisa IV
- Mujer y sumisa V
Me salí de ella dejándola desplomarse en la cama y girándome un poco, cogí a Amparo del pelo…
-De rodillas PERRA, la quiero limpia.
Al contrario de lo que me esperaba…
Así terminó el último capítulo…
Con una sonrisa en la cara se puso de rodillas y cogiendo mi polla con delicadeza, se la llevó a la boca, sin importarle que está estuviese sucia, no mucho, del culo de su cuñada. Olga no le quitaba ojo a lo que estaba haciendo su cuñada, sin dejar de acariciar sus pechos, su coño, le gustaba ver a su cuñada entregada.
-Uffff, ¿puedo correrme AMO?, cómo me está poniendo ver a mi cuñada.
-Córrete en su boca.
Vi cara de sorpresa en Amparo, pero era tal la excitación de Olga, que no le dio tiempo a gesticular palabra, agarrándola de la cola, tiró de ella hasta el borde de la cama donde estaba sentada, incrustándole con fuerza la cabeza en su coño.
-Graciassss, me corroooo -no la había tocado, no le dio tiempo-, saborea mi coño cuñada, agggggg.
Tocar no la tocó, pero sí que tragó gran parte de la corrida de Olga, que se dejó caer en la cama, mientras Amparo se quedaba de rodillas, con su cara llena de jugos de Olga e intentando bajar sus pulsaciones, su corazón cómo luego me reconoció iba a mil.
-Voy a la ducha PERRAS, vestiros que vamos a salir a cenar -Olga sonreía, mientras en Amparo veía otra vez desilusión-, tranquila Amparo, habrá tiempo para todo, por cierto quítate ese tanga…
-Amparo. -Pero… -no le dio tiempo a decir nada más, Olga incorporándose le soltó un bofetón-.
-Sin peros PERRA, y que sea la última vez que te presentas ante nuestro AMO en tanga, a no ser que él lo autorice, y no me digas que no lo sabías, sé que te hablé de ello.
-Amparo. -Perdón SEÑOR, es cierto, pero me hablo tanto y de tantas cosas, que no me he acordado, no volverá a suceder.
Sin contestarle me fui a la ducha, dejándolas a las dos a solas en el dormitorio, no tardando nada en salir, comprobando cómo ambas ya estaban preparadas, me vestí…
– ¿Hay por aquí algún sitio bueno para cenar?
-No, hay buenos bares, pero si lo que le apetece es cenar, podemos ir al centro.
-Amparo. -Cómo mi coche esta fuera nos podemos ir en el mío, y así no tiene Olga que sacar el suyo.
-Me parece bien…
-Amparo. -Podemos ir al San Marco del barrio Santacruz, creo que tengo el teléfono en mi agenda.
-Llama y si tienen mesa, reserva.
En el trayecto de la casa al coche, llamó e hizo la reserva.
-Súbete a tras Olga, yo me subo junto a Amparo.
Conforme arrancó llevé mi mano a su muslo, notando cómo su cuerpo se estremecía y cómo se agarraba con más fuerza al volante, no paré de acariciarle el muslo, llevando más de una vez mi mano cerca de su coño, pero sin llegar a tocarlo. A través del espejo retrovisor, podía ver una cara sonriente y picara en Olga, además de contemplar cómo iba totalmente abierta de piernas. Entramos en el mismo parquin que lo habíamos hecho esa misma mañana y aún no había apagado el motor, cuando mi mano pasó de su muslo a su coño, un coño húmedo. Le introduje dos dedos, sin dejar de mirarla…
-Amparo. -Ufffffff, ¿puedo correrme SEÑOR?
-Si.
Soltando un fuerte gemido se corrió, agarrándose con fuerza al volante.
-Amparo. -Gracias SEÑOR, ufffff ahora tengo un problema, he puesto la falda perdida.
-Me da igual PERRA, vámonos que nos queda un buen paseo.
Efectivamente, cuando se bajó, se le notaba una mancha oscura en la falda, menos mal que esta era negra y la chaqueta que traía que le llegaba justo por debajo del culo también le tapaba algo. Fuimos dando un paseo hasta el restaurante, llevando a un lado, de la mano, a Olga y al otro a Amparo. La cena fue tranquila y amena, sin tratamientos, lo que hizo que Amparo se relajara, se soltara, notando lo bien que se llevaban y entendían las cuñadas y lo mejor de todo en ningún momento hubo remordimiento por estar corneando a su marido. Terminamos de cenar y …
– ¿A qué hora te tendrás que ir?
-Amparo. -A dormir, ya me gustaría, no me puedo quedar Raúl, pero cómo estoy con su hermana, puedo llegar tarde, jajajaja, bastante tarde, no será la primera vez que salimos juntas.
-Conduce tú, Amparo se va a subir atrás conmigo.
Sonriendo, nos abrió la puerta trasera, haciendo una pequeña reverencia y guiñándome un ojo…
-Disfrute AMO.
Nada más salir del parquin, me desabroché el pantalón, sacándome la polla.
-Chupa PERRA, si lo haces bien, lo mismo te follo hoy.
Tenía experiencia, lo hacía bien, entre lametón y lametón, me miraba esperando mi aprobación, hasta que salimos a la autovía, donde cogiéndola del pelo la aparté, me incorporé un poco, lo justo para bajarme los pantalones…
-Fóllate GUARRA.
Con una sonrisa de PERRA, con una boca llena de babas, de saliva…
-Amparo. -Gracias SEÑOR, gracias…
No la dejé seguir hablando, la cogí del pelo y la hice subirse encima de mí, y sin soltarla de la coleta, la hice meterse mi polla en un coño, mojadísimo… Soltándola del pelo, llevé ambas manos a la blusa y dándole un fuerte tirón se la abrí de golpe, viendo cómo más de un botón saltaba, le saqué sus preciosos pechos del sujetador, llevando a ellos mi boca y una de mis manos, mordiéndolos, pellizcándolas, sintiendo cómo por su boca se escapaban gemidos mezclados de placer y de dolor, que a aun me ponía la polla más dura, con la mano que me quedaba libre, la volví a coger del pelo y pegué su boca a la mía. Notaba sus esfuerzos para no correrse, a la vez de que intentaba separar su boca de la mía, para poder pedir permiso y correrse, pero sabiéndolo, no la dejaba, hasta que noté que iba a correrme, dejé su boca libre…
-Ahora puedes PERRA.
Llevó sus brazos alrededor de mi cuello, pegándose a mí, y al sentir mi corrida en su coño, soltó un gemido de placer que se confundió con el mío, corriéndose cómo la PERRA y GUARRA que era. Nos quedamos abrazados, recuperándonos los dos del fuerte orgasmo que acabábamos de tener, y así nos mantuvimos…
-Ya hemos llegado AMO, ¿puedo?
– -Sabía perfectamente que quería-, jajajaja, puedes PERRA.
Sin tocarse, sin quitar las manos del volante, se corrió, lo que hizo que Amparo me sacara una carcajada al ver su cara de asombro, y eso que no era la primera vez que veía a su cuñada correrse solo con mi permiso, sin tocarse. Salimos del coche y aunque hacia fresquito, Amparo bajo sin taparse, con la blusa abierta y sus pechos al aire. Conforme entramos en la casa, ambas dejando toda la ropa en el suelo, se desnudaron, siguiéndome hasta la habitación.
-Las dos a la cama, quiero ver cómo os corréis cada una en la boca de la otra.
Me quedé esperando un pero o una excusa, pero ambas se subieron a la cama y haciendo un 69 perfecto, se devoraron el coño, le puso tanto empeño Amparo, que casi le rompe la braga a Olga al apartársela para llevar su boca al coño.
-Podéis correros cuantas veces deseéis o podáis PERRAS, y ni se os ocurra parar.
Las dejé a las dos, abrí de par en par la puerta que daba a la terraza y desnudándome primero, me senté en el sillón, que previamente puse mirando al espectáculo que ambas me estaban ofreciendo, hasta que mi polla volvió a reaccionar, me levanté y no sin trabajo, dejé a Amparo encima de Olga, dejando la cabeza de esta última y el culo de Amparo al filo de la cama. Amparo no sospechaba nada, pero Olga sí que supo lo que iba a pasar, porque mirándome a los ojos, sonrió y sin que se lo pidiera, llevo sus manos a los cachetes del culo de su cuñada y se los abrió. Antes y no sin trabajo, se la metí en su boca, para que la lubricara, notando cómo Amparo se quejaba al notar que su cuñada había dejado por un momento de comerle el coño, pero no le di tiempo a quejarse mucho y aprovechando la ayuda de Olga y que su culo que estaba lleno de sus propios jugos y de la saliva de Olga, se la metí de un golpe seco. Se le escapó un grito terrorífico, del dolor que le causé, pero en ningún momento hizo intención de salirse, simplemente hundió aún más su cabeza en el coño de Olga, a la que se le escapo un pequeño grito de dolor, ya que su cuñada, la mordió con fuerza. Durante quince minutos estuve entrando y saliendo del culo de Amparo, aprovechando de vez en cuando en alguna de las salidas de su culo, para metérsela en la boca a Olga, que sin asco alguno la lamia y saboreaba.
-Me corroooo, ufffffff, que culooo ufffff.
Me quedé dentro de su culo, hasta que mi polla fue perdiendo fuerza y se salió de su culo, que se veía abierto, pero esta vez no use a Olga, tirando de su culo, la arrastré hasta sacarla de la cama…
-Límpiala GUARRA.
Lo hizo con devoción, con agradecimiento, hasta que sintió mi meada en su boca, solo sonrió, por lo que se la saqué de su boca y terminé de mearme en su cara, en su cuerpo.
-Amparo. -Gracias, gracias, no se las veces que me he corrido, pero ufffff, soy suya, seré lo que desee, cómo si quiere que deje al cornudo.
-Tranquila PERRA, ahora vamos a la ducha.
Me metí en la ducha, seguido de una sonriente Olga, que solo se quitó las bragas y el sujetador, haciéndolo tras ella Amparo, que al ver cómo entro su cuñada, solo se deshizo del sujetador.
Entre las dos me lavaron, con mimo y muchos besos, pasaba de una boca a otra, y de vez en cuando ellas entrelazaban sus lenguas, y hasta nos besábamos los tres a la vez. Me salí de la ducha, dejándolas a ellas lavándose y comiéndose la una a la otra…
-Os espero en la terraza.
No tardaron en seguirme, aunque Olga tardó un poco más, se puso un conjunto de lencería azul con medias a juego, mientras Amparo estaba totalmente desnuda, sus medias estaban chorreando y el sujetador hecho un asco. Lo que más me gusto es que ambas se pusieron de rodillas, cada una a un lado.
-Amparo. – ¿Puedo hablar SEÑOR? -asentí-, no piense que lo que le he dicho antes, lo he dicho por la excitación, lo he dicho en serio, seré lo que usted desee, jamás he sido tan feliz y me he sentido tan completa, quiero y deseo ser suya.
-La conozco muy bien AMO, y sé que no lo dice por decir.
-Sabes que del cornudo del que habla es tu hermano.
-Lo sé, y ya hemos hablado de eso, él es un sieso, que solo mira por él o sus intereses.
-Amparo. -De verdad que lo quiero, pero llevamos mucho tiempo más cómo amigos que cómo pareja, creo que ha llegado la hora…
-Espera, no corras tanto, porque de mí solo sabes lo que te ha contado tu cuñada y lo que has visto hasta ahora, pero tú no serias mi pareja, solo serias mi sumisa, nunca tendrás el mismo estatus que Olga -me gustó ver su cara, de orgullo y felicidad-, serias nuestra sirvienta, cómo si te quiero poner a hacer la calle.
-Amparo. -Lo entiendo, lo aceptó, puede hacer de mi vida lo que quiera.
-Está bien, de todas formas yo me voy mañana, voy a tratar de que mi empresa me traslade a Sevilla, no creo que sea difícil, en estos años ya me lo han ofrecido varias veces, -a Olga se le saltaron la lágrimas-, tienes esta semana para pensarlo, no vamos a tener contacto, ni directamente ni a través de Olga, lo que habléis entre vosotras no me incumbe, si el viernes cuando vuelva estas aquí, daré por entendido que aceptas poner tu ser a mi servicio.
-Amparo. -Estaré…
-No te adelantes, porque -quería forzarla a pensárselo bien-, te puedo pedir que me entregues a tu hija, he visto la foto en la que esta con su tía, y no admitiría un no por respuesta, hasta ahí podría llegar, porque para mí solo serás lo que yo desee.
Olga me miro con cara de preocupación y hasta de extrañeza, pero aún se asombró más y hasta yo…
-Amparo. -Lo haré, hare todo lo que me pida, dejaría hasta mi trabajo para servirle SEÑOR.
Recomponiéndome cómo pude de la sorpresa…
-Está bien PERRA te creo, pero aun así, tienes toda la semana para pensar, ahora vístete y vete, y que conste que decidas lo que decidas, podrás seguir sirviéndome.
Asintió con la cabeza, se levantó, vistió y acercándose…
-Amparo. – ¿Puedo besarlo SEÑOR?
Asentí y me besó, notando cómo caían lágrimas entre sus mejillas y las mías.
-Amparo. -Gracias SEÑOR.
Se fue…
-Uffff, esperó que en estos días se lo piense bien…
-Perdone que le interrumpa AMO, pero la conozco bien, y nunca es impulsiva, cuando dice algo es porque está segura.
-Me he dado cuenta, porque cualquier otra cuando le he dicho que hasta le podría pedir que me entregara a su hija, por lo menos hubiese dudado o intentado rebatirme, pero ella no.
-Yo me he acojonao, jajajaja, pero le he entendido, porque usted no ha hecho nada más que ponerle trabas, y ella se las ha saltado todas, así que casi le aseguro que no va a cambiar de idea, solo espero que lo haga bien, y hasta es capaz de entregarle a mi sobrina.
-No creo que llegue a eso, por mi parte no, jajajaja, pero es cierto que es muy guapa.
-Es muy buena chica, está volcada en su carrera, no recuerdo haberla visto con novio, pero tampoco haberla visto de fiesta, siempre está en la facultad, en la biblioteca o en su casa, y de vez en cuando pasa el día conmigo o vamos de compras, jajajaja, ahora que pienso, jamás la he visto beber alcohol.
-Dejemos el tema, vámonos a la cama, que es tarde y estoy cansado.
Me metí en la cama, mientras observé cómo se quitaba el sujetador y las bragas y a gatas se metió en la cama, abrazándose a mí, no tardando nada en quedarnos dormidos. A la mañana siguiente cuando abrí los ojos, vi que estaba solo en la cama, me giré para ver la hora y casi que me caigo de la cama al ver que eran las doce del mediodía, en mi vida había dormido tanto. Salté de la cama y vi a una deslumbrante Olga, en su sillón, hablando con alguien por teléfono, pero al verme, se despidió y colgó.
-Buenos días AMO, ¿ha dormido bien?
-Ufff, más que bien, nunca he dormido tanto, voy al baño, prepárame un café.
– ¿Voy con usted?
-Jajajaja, me gustas mucho, no, hazme el café y deja el tratamiento.
Me di una ducha rápida y salí siguiendo el olor a café.
-Ayer me quedé con ganas de preguntarte algo Raúl…
-Jajajaja, la verdad es que me extraño que no lo hicieras, pero si, si quieres pido el traslado, ayer lo di por hecho, pero era más de cara a tu cuñada, y por la cara que pusiste creo que no te desagradó.
-Sabias que me quedé con la duda, que malo, jajajaja, me harías muy feliz, porque hasta antes de verte en persona, soñé con esto, solo que aquí cómo sabes tengo mi consulta.
-Lo sé, eso no es problema, la casa es grande, y jamás invadiré tu espacio laboral, pero tienes que estar segura, de todas formas, pediré un traslado de seis meses, si en ese tiempo todo va bien, lo pediré definitivo, ¿te parece bien?
-Me parece genial, y por mí cómo si lo pides definitivo, si yo soy tuya, todo esto lo es aún más.
– ¿Con quién hablabas?
-Ah, sobre eso te iba a hablar ahora.
Cogió el móvil, lo desbloqueó y me lo acercó…
-Lee ese mensaje -no existía el WhatsApp-
“Buenos días tita, por fin ha dado mi madre el paso, me acaban de decir que se van a separar, no sé qué hablasteis anoche, pero supongo que lo hablasteis, porque mi madre no es tan decidida, se han quedado a cuadros cuando les he dicho que ya hace tiempo que lo tenían que haber hecho”
-La he llamado y ya me ha puesto más al día…
-Jajajaja, espero que por lo menos haya esperado a esta mañana.
-Jajajaja, si por lo que me ha dicho mi sobri, anoche ella se acostó en el cuarto de invitados, y en el desayuno han hablado.
– ¿Y ahora que va a hacer tu cuñada?
-Pues no lo sé, le he preguntado a mi sobri y ella tampoco lo sabe, solo me ha dicho que si puede venir a comer aquí conmigo, pero le he dicho que estas aquí, ella sabía que estabas aquí eh, pero no sabe que eres mi amo, además de todo lo que le dije ayer, es más beata que Sor María de la Cruz, jajajaja, es capaz de excomulgarme.
-Jajajaja, yo no sé aun cuando me voy, tenemos que ir a Plaza de Armas a ver los horarios y sacar el billete, y por mí dile que venga, y así nos enteramos de más cosas, porque según he leído en el mensaje, ella ya esperaba que se separaban.
-Eso he entendido yo también, sabía que en la cama mi hermano es un sieso, pero algo más habrá cuando hasta mi sobri lo esperaba.
– ¿Ella tiene coche?
-No, tiene moto, pero supongo que se vendrá en el autobús hasta Plaza de Armas cómo otras veces y yo iré a recogerla.
-Mejor, dile que si no le importa que este yo, que te avise cuando lo coja y así cuando la recojamos sacó el billete.
La llamó y no tardó ni dos minutos en colgar…
-Jajajaja, ya ha cogido el autobús, me ha dicho que se iba a la biblioteca de la facultad, así que la he invitado, y me ha dicho que si, que de paso conoce a su tito, jajajaja.
-Vamos a vestirnos Nena.
En media hora estábamos en Plaza de Armas y mientras sacaba mi billete, ella se fue al andén a esperar a Triana (su sobrina). Me quedé en los escalones de la entrada hasta que las vi aparecer, ufffff, la verdad es que estaba, y solo la veía de lejos, muy bien, de altura más o menos cómo su madre, pero con bastante más pecho, venía con una falda vaquera por las rodillas, medias o pantys, unas zapatillas de deporte y una cazadora de cuero. Nos presentó Olga, notando que se cortó un poco, y cómo el coche no es que lo tuviésemos muy bien aparcado nos fuimos rápido.
– ¿A qué hora te vas al final?
-A las ocho Nena -me gustaba llamarla así-, es el último, y mi piso está a cien metros de la estación, ¿vamos a comer a la casa o preferís comer en la calle?
-Prefiero comer en casa, si a ti te da igual.
-Mientras no cocine yo, jajajaja.
-Triana. – -Hablando por primera vez-, ni yo jajajaja.
-Decidido, yo cocino, jajajaja.
El trayecto se hizo ameno, me enteré que estudiaba fisioterapia, que lo llevaba todo al día, que se quería especializar en infantil, sibilinamente le sonsaqué que ni tenía ni había tenido novio, que ahora no era su prioridad. Una vez en casa nos quedamos en la planta de abajo.
-Triana. – -Extrañándose de que su tía no se cambiara y se pusiera a trastear en la cocina-, ¿no te cambias?
-Jajajaja, me gusta verla así.
Sonrió, mientras Triana se sonrojo, pero supo salir…
-Triana. -Uy que bonito es el amor, jajajaja.
-Ya los sabrás el día que lo hagas, porque aunque no hayas tenido novio, no creo que te hayan faltado pretendientes o pretendientas…
Fue un tiro al aire, y al ver cómo bajo la cabeza y cómo se puso de roja, descubrí lo que nadie, solo en media hora, pero con esta mente perversa que tengo, y viendo cómo miraba a su tía y el interés porque se cambiara…
-Es guapa tu tía -lo dije bajo, para que no me escuchara Olga-, ¿nunca le has dicho que estas enamorada de ella?
-Triana. – ¿Qué?, ¿cómo?, ¿por qué dices eso?
-Jajajaja, no te preocupes, será nuestro secreto, pero no sé cómo ni tus padres ni tu tía, no se han dado cuenta que eres lesbiana -me fijaba de reojo en Olga, que intentaba sin conseguirlo oírnos-, se te nota mucho.
-Triana. – -Bajando más la voz-, por favor Raúl no le digas nada, me moriría de vergüenza, no soy lesbiana, o eso creo, pero ufffff, no sé qué vas a pensar de mí, pero creo que estoy enamorada de mi tía, si quieres me voy…
-No te preocupes, es más ¿quieres besarla?
-Triana. -Por favor no te rías de mi…
– ¿Crees que me estoy riendo?, te lo he dicho en serio, ¿Qué darías por besarla aunque fuese una vez?, lo mismo descubres que no estas enamorada.
-Triana. -Por favor, no juegues conmigo.
– -Poniéndome serio-, no estoy jugando, ¿qué darías? -En ese momento se dio cuenta de que hablaba en serio, de que no bromeaba- Lo mismo ella siente lo mismo, nosotros estamos empezando, así que tampoco le supondría ningún dolor que me fuese, te lo voy a preguntar por última vez, ¿Qué darías?
Ya estaba empalmado, solo faltaba un pequeño empujón para saber si era o no lesbiana, para follármela, para desvirgarla, la necesidad de besarla me la iba a poner en bandeja.
-Triana. – ¿Aquí, ahora?
-Si.
-Triana. – ¿De verdad? -roja, nerviosa y por lo que vi a través de la camiseta, excitada-, lo que me pidas.
-Acuérdate de lo que acabas de decir.
-Triana. -Llevo desde los doce años soñando con eso, no juegues conmigo por favor.
-Olga, deja lo que estás haciendo y ven.
Dejó todo lo que tenía entre manos, lo que sorprendió a Triana, porque sin decir palabra se puso delante de mí, dándole la espalda a su sobrina, pero lo que la hizo hasta llevarse las manos a la boca para que no se le escapara una exclamación fue cuando sintió a su tía…
– ¿Qué desea de mí, AMO?, -entendió perfectamente el tono con el que la había llamado-.
-Yo no deseo nada, PERRA, es tu sobrina, que quiere besarte y le he dado permiso, hazlo, cómo si me besaras a mí.
Ya no me sorprendían sus reacciones, guiñándome un ojo, Triana no lo vio, se giró poniéndose delante de su sobrina y acercándose a ella, la giró, la puso entre ella y yo, y abrazándola con fuerza, la besó, empezó delicadamente, por la frente, por las mejillas, por la barbilla, hasta que sintió cómo a Triana se le escapó un pequeño gemido, que aprovechó para meterle la lengua en su boca, mientras una de sus manos se introducían bajo su camiseta, yo no lo veía, solo veía el brazo de Olga, momento que aproveché, y pegándome a Triana, pegando mi polla a su culo, rodeé su cuerpo y por encima de su camiseta, pellizqué sus pezones, que su tía, se los había sacado del sujetador. Al sentir mis manos, intento separarse de su tía, hasta que acercándome a su oído…
-Recuerda Triana, lo que yo quiera…
Se abandonó, se pegó todo lo que pudo a su tía…
CONTINUARÁ…
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